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			Noviembre 23, 2007 
			
			del Sitio Web
			
			TrinityATierra 
			
			  
			
			Alguna que otra vez me he pronunciado sobre la hipótesis de que el 
			tipo de aviones que realiza las fumigaciones de chemtrails es 
			militar.  
			
			  
			
			Al menos en España. Por alguna razón, tiendo a pensar que 
			entre los militares es más fácil mantener los niveles de 
			confidencialidad que se exigen para un proyecto de Alto Secreto de 
			Estado, porque como sabemos la propia cadena de mando y disciplina 
			militar así lo obliga (por eso, desconfío de los militares siempre, 
			porque, por definición, no pueden pensar como individuos.  
			
			  
			
			Están 
			obligados a no pensar y simplemente cumplen las órdenes que se 
			establecen en la cadena de mando.).  
			 
			Por otro lado, también sabemos que el país tristemente pionero en 
			los chemtrails es EE.UU., donde se llevan a cabo desde hace muchos mas 
			años y de forma extremadamente masiva. Si comprendemos que hasta los 
			recursos militares pueden agotarse cuando se pone en marcha un plan 
			de acción tan salvaje, es lícito pensar que la aviación civil pueda 
			estar colaborando a algún nivel.  
			 
			Esta carta de un gerente de una línea aérea americana así lo señala 
			y, el tono de la carta, (no tengo más herramientas para discernir en 
			este caso que mi sentido común y la intuición), me hacen pensar que 
			tiene todos los visos de ser una carta sincera. Por ello, la publico.
			 
			 
			Sería realmente estupendo que su contenido llegara a algún piloto o 
			gerente de una línea europea o española y que su contenido le 
			impulsara a escribirnos.  
			 
			Nota: la carta del mecánico de líneas aéreas que menciona aquí el 
			gerente también será publicada próximamente. 
			 
			Saludos, 
			 
			Trinity 
			 
			   
			
			
			 
			  
			
			  
			
				
				
				
				Publicada por C.E, Carnicom por petición de autor 
				
				Mayo, 22, 2000  
				
				del Sitio Web
				
				Carnicom 
				 Sr. Carnicom: 
  Leí el correo electrónico que usted recibió de un mecánico anónimo y 
			me sentí impulsado a responder a esa carta.  
				
				  
				
				Yo también trabajo para 
			una línea aérea aunque en un puesto de mando. No puedo decir en qué 
			línea aérea y ciudad trabajo, ni la oficina para la que trabajo por 
			razones evidentes. Me gustaría documentar todo lo que diré aquí, 
			pero hacer esto es imposible y podría traerme negativas 
			consecuencias, incluyendo daño físico.
  El correo electrónico del mecánico anónimo que usted publicó me 
			suena a una declaración auténtica. Las compañías aéreas en América 
			han estado participando en algo llamado Proyecto Cloverlead desde 
			hace unos años a esta parte. La fecha más temprana que recordamos en 
			la que se empezó a instruir sobre esto es 1998. A mi se me comenzó a 
			dar instrucción en 1999.  
				
				  
				
				A los pocos empleados de la compañía a los 
			que se les mencionó el Proyecto Cloverlead se les ofrecieron cheques 
			bajo la mesa y previamente, antes de que nos dijeran nada sobre el 
			asunto, nos hicieron firmar unos acuerdos de confidencialidad, que 
			básicamente dicen que si decimos algo iremos a prisión.
  Cerca de veinte empleados de nuestra oficina y dos oficiales fueron 
			instruidos por parte de algunos empleados de una agencia 
			gubernamental. No nos dijeron para qué agencia trabajaban. Nos 
			dijeron que el gobierno iba a ofrecer fondos económicos a nuestra 
			línea aérea, además de a otras, para llevar a cabo la liberación de 
			sustancias químicas desde aviones comerciales.  
				  
				
				Cuando fuimos 
			preguntados qué clases de sustancias químicas y por qué debíamos 
			hacerlo, nos dijeron que la información que podían darnos era la que 
			necesitábamos y que no teníamos autorización para conocer más 
			detalles del proyecto. Después nos aseguraron que las sustancias 
			químicas no eran dañinas, y que el programa era de tal importancia 
			que debía ser llevado a cabo a toda costa. 
  Cuando preguntamos por qué simplemente no empleaban aviones 
			militares para fumigar estas sustancias químicas, nos aseguraron que 
			no había suficientes aviones militares disponibles para liberar las 
			sustancias químicas en las cantidades y condiciones que esto debía 
			ser llevado a cabo. Por ello, se inició el Proyecto Cloverleaf, para 
				permitir que las líneas aéreas comerciales ayudaran a liberar las 
			sustancias químicas a la atmósfera. 
  Alguien preguntó por qué se requería ese nivel de alto secreto. El 
			representante del gobierno dijo entonces que si llegaba a oídos de 
			la opinión pública que los aviones estaban volando para liberar 
			sustancias químicas al aire, los grupos medio-ambientalistas 
			armarían gran revuelo y pedirían que pararan las fumigaciones.  
				 Alguien preguntó a uno de los hombres del Gobierno que por qué, dado 
			que las sustancias químicas liberadas eran seguras, no se anunciaba 
			a la opinión pública lo que eran y la razón por la que se estaban 
			dispersando. El hombre del gobierno pareció perturbado por la 
			cuestión y nos dijo en un tono autoritario que los ciudadanos no 
			necesitaban saber lo que estaba ocurriendo, pero que este programa 
			se llevaba a cabo por su propio bien.  
				  
				
				También aseguró que nosotros 
			no deberíamos decir esto a nadie, no debíamos hacer más preguntas y 
			con esto, se puso punto y final a la explicación. 
  Todos los documentos en nuestra oficina relacionados con el 
				Proyecto Cloverlead están en lugares seguros. Nadie está autorizado a tocar 
			esos documentos fuera de la oficina. Unos pocos empleados están 
			autorizados a acceder a estos documentos y deben mantener la 
			absoluta confidencialidad sobre el contenido de los mismos.
  Sr. Carnicom, no estoy loco. Se que está ocurriendo algo. Y 
			francamente, tengo miedo. Siento un enorme sentido de culpa porque 
			he tenido información sobre esta operación pero he sido incapaz de 
			decírselo a nadie. Me remuerde la conciencia saber que la empresa 
			para la que trabajo podría estar envenenando a los ciudadanos 
			americanos. Espero que esta carta abra a alguno los ojos sobre lo 
			que está ocurriendo. 
  De nuevo, quisiera poder ofrecerle documentos pero compréndame, debo 
			seguir en el más absoluto anonimato.
  Gracias 
			 
			
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