X - LA SUPER-VIVENCIA

 


La vida y la muerte
Madre tuvo innumerables ocasiones de estudiar la muerte – el fenómeno del cadáver - , ya desde sus experimentos en Tlemen, siendo muy joven aun, y que hemos relatado en otra parte. Un día le preguntamos si era posible tener “la experiencia de la muerte sin morir”.

 

Y con su humor habitual nos respondió:

68.289 - ¡Seguro! Es posible tenerla incluso materialmente si… si la muerte es lo bastante corta como para que los médicos no tengan tiempo de declararte muerto!

Es necesario aclarar que Madre no tenía casi ninguna estima hacia la ciencia médica: “soy una atea de la medicina”, solía decir riéndose. Y nos viene a la memoria Sri Aurobindo:

Nos reímos del salvaje porque tiene fe en el brujo y curandero, pero el hombre civilizado ¿acaso es menos supersticioso con su fe en los médicos? El salvaje constata que repitiendo un cierto encantamiento, suele curarse de una cierta enfermedad, y tiene confianza. El enfermo civilizado constata que administrándose algunos remedios según una receta, a veces se cura de ciertas enfermedades, y tiene confianza. ¿Dónde esta la diferencia?

Madre incluso tuvo varias veces la experiencia un tanto penosa de estar muriéndose toda una noche dentro de otra persona, ya lo hemos contado.

 

Y además, todas aquellas “pequeñas muertes” en el momento del paso de la trama. Es precisamente ese momento del paso de un estado al otro lo que nos interesa, es ahí donde tenemos la oportunidad de dar con el secreto: cuando la cosa oscila. Los médicos os enumeraran toda clase de enfermedades posibles “que hacen que…”.

 

Pero no saben nada de la verdadera realidad del fenómeno. Es como explicar un accidente de coche por el número de piedrecillas que había sobre la carretera. Es asombroso como toda nuestra Ciencia se queda justo al margen, es una especie de caricatura mecánica de “algo” que se le escapa por completo.


He aquí uno de los primeros experimentos tras la primera salida de la trama en 1962, cuando Madre estaba todavía entrando y saliendo de la trama en un minúsculo vaivén incesante como en la frontera de dos estados:

62.89 – Es una curiosa sensación, una extraña percepción de dos funcionamientos (que ni siquiera están superpuestos, ni siquiera se puede decir que superpuestos), el funcionamiento verdadero del cuerpo y el funcionamiento deformado por el sentido individual del cuerpo individual (la pecera humana).

 

Son casi simultáneos, es por eso por lo que es tan difícil explicar… Es como si la consciencia fuera atraída o empujada o situada en una cierta posición, en la que los malos funcionamientos aparecen al instante (es decir, que se ha entrado en la trama), y aparecen al instante no como una consecuencia (de haber entrado ahí), sino porque la consciencia SE DA CUENTA de que existen.

Aquí empezamos ya a tocar un secreto. Madre parece decir que el mal funcionamiento (el que nos conduce finalmente a la muerte) no es la consciencia del hecho de agarrar todas las enfermedades que podían existir ya en el interior de la pecera, de la que se había salido provisionalmente, sino del hecho de que la consciencia se da cuenta de que existen.

 

Las enfermedades y la muerte están constantemente ahí, en nuestra pecera, latentes o manifiestas: es el estado mortal por definición; pero solo cuando la consciencia se da cuenta de su existencia les da una realidad.

 

No es la “enfermedad” lo que uno agarra en la pecera, es la consciencia falsa, esa es la verdadera “enfermedad” del medio humano, la única. Y prosigue Madre:

… Y entonces, si la consciencia se queda el suficiente tiempo en esa posición, eso produce lo que se suele llamar… “consecuencias”. El mal funcionamiento tiene “consecuencias”, son cosas pequeñísimas, malestares físicos si quieres. Y si la consciencia recobra se verdadera posición, todo eso cesa AL INSTANTE.

 

Entonces, algunas veces, es así (Madre entrecruza los dedos de su mano derecha con los dedos de su mano izquierda), esta posición y luego esta, esta posición y luego esta, en un intervalo de segundos (la entrada y la salida de la trama), así que se tiene la percepción casi simultanea de los dos funcionamientos. Eso es lo que me ha dado el conocimiento de la cosa, si no no la entendería; tan solo creería que se trata de un estado de buena salud, y que luego caigo en un estado de mala salud, pero no es eso, sencillamente es….
 

Todo, toda la sustancia, las vibraciones, siguen su curso normal, ¿sabes? es solo la percepción de la consciencia lo que cambia. Es por lo que si llevamos este conocimiento a sus ultimas consecuencias, es decir si lo generalizamos, la vida (lo que llamamos generalmente la “vida”, la vida física, la vida del cuerpo) y la muerte, son la MISMA cosa, SIMULTÁNEAMENTE; es solo la consciencia la que hace así y así, la que se desplaza así y así (mismo gesto con los dedos) No se si logro hacerme entender. ¡Pero es fantástico!...

¡Es fantástico!

 

No existe nada que sea la “muerte” ni un cáncer ni una tuberculosis ni un corazón enfermo…, lo que existe es una consciencia falsa en una posición falsa, que al instante origina una tuberculosis, un cáncer, etc., con todas sus consecuencias mortales. Y si se esta en la posición buena uno no se da cuenta de todo eso, y ya no hay cáncer, ni tuberculosos, ni enfermedad!

 

Es decir, que la enfermedad o la muerte están constantemente ahí, es el estado normal humano, y luego uno “se da cuenta” o no se da cuenta de ellas. Todas las vibraciones siguen su “curso normal”, solo cambia la posición de la consciencia. ¡Es fantástico!

 

Y Madre añade:

… Y es una experiencia que suelo tener con ejemplos de lo mas concretos. Por ejemplo, de repente, me viene esa especie de desplazamiento imperceptible de consciencia y... me da la impresión de que voy a desmayarme, es decir, que toda la sangre va de la cabeza a los pies y luego ¡paf!

 

Pero si la consciencia es atrapada a TIEMPO eso no se produce; y si no es atrapada a tiempo se produce. Por tanto, tengo una impresión clarísima de que lo que para la consciencia ordinaria de la gente, para las apariencias y todo lo demás, se traduciría por una muerte, solo seria que la consciencia no ha sido atrapada en su verdadera posición lo suficientemente rápido… Comprendo perfectamente que las palabras no alcanzan en absoluto a explicar la experiencia. De todas formas, quizá nos estemos encaminando hacia un conocimiento de la “cosa” (la muerte); y conocimiento quiere decir poder de cambiar.

 

Siento clarísimamente que algo me esta llevando hacia el descubrimiento de ese poder – de ese conocimiento - , naturalmente por el único medio posible: experimentarlo. Y con muchas precauciones porque siento clarísimamente que…

Es peligroso, evidentemente. Se puede “no atrapar la verdadera posición lo suficientemente rápido”.

 

Pero el hecho capital es que “la vida y la muerte son la misma cosa”. No es cuestión de un cáncer ni de noventa años de desgaste “que hacen que…”. ¡Pero entonces toda la medicina es falsa! Estamos en una pecera de muerte, los médicos tienen toda la razón, pero están cuidando solo una ilusión.


Ahora toda la cuestión es comprender ese cambio de posición.


El conocimiento del fenómeno dio un paso mas con una extraña experiencia acaecida con ocasión de la muerte de un discípulo. Resumiendo, aquel discípulo estaba paseando en un estado de concentración interior, sin prestar mayor atención al mundo material, se dio con algo, tropezó, y se fracturo el cráneo; los médicos le declararon “muerto” tras haber intentado unas horribles operaciones.

 

Mientras tanto el discípulo, en su vivismo estado de consciencia, vino junto a Madre – estaba junto a ella, tranquilo, como si continuara con su meditación - . luego, de pronto, Madre sintió un violento temblor en el discípulo y este desapareció; fue en el momento en el que quemaban su cuerpo.

 

Y Madre exclamo:

62.47 – En el estado en que estaba, no suponía NINGUNA DIFERENCIA para el estar muerto o vivo, ¡eso es lo mas interesante! Y fue porque lo quemaron por lo que de repente fue puesto violentamente en contacto con la destrucción de la forma de su cuerpo…

Podríamos decir que, de repente, se “dio cuenta” de que estaba muerto.

… (Pregunta:) ¿Qué conclusiones para tu experimento, se pueden sacar de esa historia?


¡Pues que uno puede morir sin saber que ha muerto! El continuaba existiendo, viviendo, teniendo experiencias, de forma absolutamente INDEPENDIENTE de su cuerpo, sin tener ninguna necesidad del cuerpo para tener sus experiencias. Lo considero un hecho muy importante… Así que, podríamos decir que es necesario morir a la muerte para nacer a la inmortalidad. Morir a la muerte, es decir, volverse incapaz de morir, porque la muerte no tiene ya realidad.

La posición de la consciencia cambia, y no solo el cáncer, el infarto y no se que mas, no tienen ya realidad, es decir, no pueden ya existir, manifestarse – aunque sigan siempre ahí, latentes en la pecera - , sino que tampoco la muerte puede ya existir. La muerte esta siempre ahí, pero existe una posición de la consciencia que hace que uno atrape o no la muerte, el accidente y todo lo demás.


Luego, ese experimento de “la muerte” se fue aclarando:

63.163 – La impresión que se suele tener en la vida ordinaria (poca gente se da cuenta de ello), es de estar debajo de algo: un destino, una fatalidad, una voluntad, un conjunto de circunstancias, poco importan las palabras, es algo que pesa sobre vosotros y que quiere manifestarse a través de vuestro. Y después de este experimento de “la muerte de la muerte” tengo la impresión…

 

Antes cuando yo actuaba sobre la gente, bien fuera para no dejarla morir o bien para ayudarla una vez que estaba muerta (cientos y cientos de cosas que yo solía hacer cantidad de veces), lo hacia con la impresión de que la muerte era algo que había que vencer o dominar, o que había que reparar las consecuencias…

Se vence o se domina a un enemigo, y se le da mucha fuerza al enemigo luchando contra él; pero, ¿y si no existe tal enemigo?...

 

¿Si no hay mas que… una ilusión?

… Pero ahora mi posición ha cambiado. Aunque esas cosas a veces llevan años para que se conviertan en un poder consciente. Y el poder consciente, en este caso, seria el poder de dar y de impedir igualmente la muerte, de hacer el movimiento de fuerzas necesario: CASI UNA ACCIÓN muerte y pudiera impedirla. Y ya no existe en absoluto esa sensación que se suele tener de una oposición brutal entre la vida y la muerte, su contraria.

 

¡La muerte ya no es lo contrario de la vida! Lo comprendí en aquel momento, y no lo he olvidado jamás: la muerte NO es lo contrario de la vida. Es como un cambio en el funcionamiento de las células o en su organización. Y entonces, una vez que se ha comprendido eso, es sencillísimo: se puede perfectamente impedir que pase aquí o que pase allí (Madre entrecruza los dedos de su mano derecha con los dedos de su mano izquierda a un lado y a otro de la trama), se puede hacer así o asi.

 

Es… Seria evidentemente una nueva fase de la vida terrestre.
 

62.117 - ¡Ese “morir a la muerte” era una cosa clara, de una potencia fulminante! Y daba también esta impresión: “¡Que fácil, que fácil!...” Aunque no se trata de difícil ni de fácil: ¡es espontáneo, NATURAL, y tan sonriente!

Es natural precisamente. Es el estado natural por excelencia.

 

Hemos entrado en una pecera de irrealidad en la que nos damos cuenta de toda clase de desastres, que, naturalmente, suceden desde el momento en el que nos damos cuenta de ellos – como nos hubiera llegado la mente en los barrancos de Pondicherry si nos hubiéramos dado cuenta o si nuestro cuerpo hubiera creído que iban a matarle. Pero, extrañamente, en aquel momento había como una nada, ¡así que no era nada!, no había accidente. Por un minuto estuvimos en un estado natural.

 

Para que sobrevenga la muerte es necesario que exista un contacto con la muerte, pero ¿y si no hay contacto?...

“Una cuestión de funcionamiento en las células. Casi una acción mecánica sobre las células. Una mala posición de la consciencia no atrapada a tiempo lo suficientemente rápido.”

Y volvemos una y otra vez a ese paso de la trama de la mente física. Años más tarde Madre se iba acercando ya a la clave:

66.262 – Para mi, el problema es encontrar el procedimiento, a fin de poder deshacer lo que ha sido hecho (la muerte, toda esta trama de irrealidad en la que estamos envueltos). Después de todos estos años, hay algo que querría tener el poder o la clave – el procedimiento.

 

¿No hará falta sentir o VIVIR como la cosa hace así (Madre tuerce su muñeca en un sentido) a fin de poder hacer así (tuerce su muñeca en el otro sentido)? Lo más interesante es que ahora que esta mente de las células se ha organizado, parece pasar de nuevo con una rapidez vertiginosa a través de todo el proceso del desarrollo mental humano para alcanzar… justo la clave.

Es la mente de las células la que tiene la clave de la muerte, o más bien de la no-muerte, del estado en el que la muerte y la vida se convierte en algo distinto, donde no existe ya esa oposición.


¡La muerte no es lo contrario de la vida!, son el mismo estado, un mismo caldo de cultivo que llamamos existencia y donde, de vez en cuando, atrapamos la muerte de verdad, aunque de hecho estaba siempre allí, nacimos con ella, nacimos en ella, por así decirlo. Nuestras células enrollan constantemente el hábito de la derrota y de la muerte, es su “buena voluntad imbécil”.

 

Pero si cambiamos esa vibración, ese modo de enrollar, para darles a repetir y repetir otra vibración – libre, solar - , ¡todo cambia! Y entonces la vida deja de ser como la conocemos, es decir, tan solo la muerte en suspenso una falsa materia, un falso espacio, un falso tiempo; y también la muerte deja de ser como la conocemos, es decir, la desaparición tan solo de nuestra falsa mirada y de nuestra falsa escena material; para ser “algo” que continua, con o sin cuerpo, en un verdadero tiempo, un verdadero espacio, una verdadera materia material y terrestre.

 

Es la “súper-vivencia”, la ruptura de la pecera, que no es la muerte del pez, sino el comienzo de otra especie o de otro reino sobre la Tierra.

 

Si, una “nueva fase de la vida terrestre”.

70.31 – Eso es lo que he aprendido, el fracaso de las religiones ha sido porque estaban divididas, querían que fuéramos religiosos excluyendo las demás religiones; y también todos los conocimientos han fracasado porque eran exclusivas. Pero lo que la nueva consciencia quiere es que no haya divisiones.

 

Ser capaz de comprender el extremo espiritual, el extremo material, y encontrar el punto de unión, allí donde… ambos se convierte en una fuerza verdadera. Y es algo que se le esta queriendo enseñar también al cuerpo por los medios mas radicales. Todos dicen: “Esto y no eso”, ¡No!, esto y eso, y de nuevo esto y de nuevo eso, y todo a la vez. Ser lo bastante plástico y lo bastante amplio como para que todo sea reunido. También en el cuerpo.

 

El cuerpo tiene la costumbre de decir: “Esto y no eso, eso y no esto…” No, no, no: esto y eso. Y la gran División: la vida y la muerte. Eso es la causa de todo. Pues bien (las palabras no tienen sentido pero…) la “súper-vivencia” es la vida y la muerte juntas… ¿Y por que llamarlo “súper-vivencia”? Estamos siempre tentados a apoyarnos en un lado: luz u oscuridad (“oscuridad”… en fin…).

Y nos viene, de pronto, a la memoria aquel extraño verso de los rishis védicos, hace cinco o siete mil años:

“Descubrió los dos mundos, eternos y en un mismo nido” (Rig-Veda, 1.62.7).

Ahora toda la cuestión esta en ese “con o sin cuerpo”, es decir, si este cuerpo tendrá el poder o la capacidad de pasar al otro estado y de transformar poco a poco sus viejas condiciones en una condición nueva, si el cuerpo podrá permanecer como el eslabón vivo entre los dos mundos: vivir ahí donde los vivos y los muertos están juntos “sin diferencia alguna”; o bien si deberá seguir su viejo habito de desintegración, abrir su cascaron y “morir”, para que el ser humano vuelve una y otra vez a la trama hasta que haya encontrado la clave de la ilusión, el porque de la ilusión.

 

Para que podamos encontrar lo que ninguna de las felices pudo encontrar antes que nosotros (probablemente porque vivían demasiado felices dentro de su especie); el poder de deshacer el enrollamiento genético que nos liga a una única forma de vida, mientras que el fin de la Evolución, si existe alguno, es ser todo y vivir todo y reencontrar todas las formas de ser, las ya conocidas y las que están por conocer, en un individuo libre, sin cascaron y feliz, y sin embargo material.


Ese poder es la mente de las células.

 


Un desconocido peligroso
Una vida muy rara, y dolorosa, iba a comenzar para Madre. Es muy fácil hablar de “la próxima especie” y ponerlo todo en párrafos (y hasta eso cuesta), pero en el terreno de cada día es de lo mas angustioso para el pionero, pues ni siquiera sabe si va hacia alguna parte,

 

¿Será la locura, la desintegración, o será muy diferente?... No había nadie para decírselo.

 

Su único alivio humano era quizá podernos hablar, pero, muy pronto, incluso nos iban a cerrar su puerta. Otra especie es toda una locura. Verdaderamente, no conocemos ninguna persona más heroica que Madre.
 

Y, sin embargo, se reía, se burlaba, ¡y como se burlaba!

70.294 – El cuerpo se dice: “¡Aunque, en el fondo, eso supondría una diferencia sobre todo para los demás! (si Madre moría). Para mi no.” Solo para ellos, que viven aun en esa especie de ilusión de la muerte porque ven que el cuerpo desaparece. ¡Pero mi cuerpo no sabe ya exactamente cual es la verdad!

 

Para él la materia debería ser la verdad, ¡pero no esta absolutamente seguro de que sea así! Siente la otra, la otra forma de ser. Sabe que la vieja forma esta desapareciendo, y comienza a preguntarse como será la nueva y como se establecerá la relación de la nueva conciencia con la vieja consciencia de los que sigan hombres todavía. Es algo que viene…, es curioso, viene como una brisa, y luego desaparece de nuevo.

 

El cuerpo sufre… un sufrimiento muy raro: gime, literalmente gime como si sufriera terriblemente, y luego hay un pequeño “algo”, y entonces deja de ser un sufrimiento; tampoco es en absoluto lo que llamaríamos beatitud no se lo que es, es algo diferente, pero es extraordinario, nuevo, totalmente nuevo. Y todo eso sucede en una especie de nebulosa, que ya es eso ni tampoco lo otro. Ya no es, ya no es la consciencia corporal tal y como es, ¡oh!, es un camino hacia “algo”, pero que todavía no esta ahí.

 

Sin embargo, la presencia de la Gracia es una cosa absolutamente maravillosa, porque veo que tal y como esta siendo el experimento si no se me diese al mismo tiempo el sentido verdadero de lo que sucede, seria una agonía sin tregua. Es la vieja manera de ser lo que esta muriéndose.

Ocho años antes nos había dicho esto:

62.126 – Lo noto hasta punto que, si no fuera por respetar la tranquilidad mental de la gente, diría: “¡No se si vivo o estoy muerta!...” Porque hay una vida, un genero de vibración de vida, que es totalmente independiente de… (Madre iba a decir “del cuerpo”).

 

No voy a decirlo de otra manera; la forma en que la gente siente de ordinario la vida, que están vivos, esta íntimamente ligada a una cierta sensación que tienen de ellos mismos, sensación de su cuerpo y de ellos mismos; suprime completamente esa sensación, esa clase de sensación, esa clase de relación que la gente llama “estar vivo” – suprímelo - , y entonces ¿Cómo podrías decir “estoy vivo” o “no estoy vivo”? ¡Todo eso ya no existe! Yo no puedo decir igual que en ellos “estoy viva”. Es otra cosa…


La “agonía” iba a ser muy larga.

Y añadía Madre, riéndose:

…¡Mas vale que no grabes esta conversación porque al final (los discípulos) van a preguntarse si no seria mejor cuidar mi salud mental!... ¡Pero tampoco eso tiene ninguna importancia!... Todo cuanto digo se vuelve cada vez más difícil de entender, ¿Lo comprenderá la gente quizá dentro de cincuenta años?

Comprendernos perfectamente que Madre no estaba ya en nuestro “estoy vivo” habitual, pero ¿Dónde estaba? ¿En la “muerte”?

 

¿Y que es, verdaderamente, esa muerte?... Un día le planteamos la cuestión y recibimos una respuesta que nos dejo un tanto estupefactos, aunque habíamos sido preparados para ella durante mucho tiempo, porque ya nos había dicho Madre:

“La muerte no es lo contrario de la vida.”

 

67.73 – He llegado a la conclusión de que no existe nada que sea verdaderamente la muerte. No existe más que una apariencia, y una apariencia que se funda en una visión limitada. Pero no hay un cambio radical en la vibración de la consciencia. La importancia dada a la diferencia de estado es solo una importancia superficial y basada en la ignorancia del fenómeno mismo.

 

El que fuera capaz de mantener un medio de comunicación diría que, para el, no supone una diferencia considerable. Pero eso es algo que esta elaborándose todavía, quedan aun lugares imprecisos y faltan ciertos detalles en el experimento.


(Pregunta:) Pero tu dices que no existe diferencia. ¿Acaso cuando uno esta en el otro lado, continúa teniendo la percepción del mundo físico?
Si, si, eso es.


¿Percepción de los seres de los…? (queríamos decir de los arboles, de las gaviotas en el cielo, en fin del hermoso sol de la Tierra).
Si, eso es. Solo que, en lugar de tener una percepción… Se sale de una especie de estado ilusorio y de una percepción que es solo percepción de apariencias, pero se tiene una percepción.

 

Es decir, que ha habido momentos en los que ha tenido esa percepción y he podido ver la diferencia, solo que el experimento no ha sido total, ¿sabes?, no ha sido total en el sentido de que ha sido interrumpido por circunstancias externas. Pero la percepción sigue ahí, no absolutamente idéntica, sino CON UNA EFICACIA MAYOR A VECES. Sin embargo, no es observable desde ese otro lado (el viejo estado).

Y Madre añadió esto que decididamente nos abrió los ojos de par en par:

… Solo es claro, preciso y EVIDENTE con esta nueva visión de las células, porque (¿Cómo diría yo?) yo ya sabia todo eso, ya lo sabia de antes (Madre había tenido innumerables experiencias llamadas ocultas), pero ahora lo he visto de nuevo con esta nueva consciencia, esta nueva forma de ver, y entonces la comprensión ha sido total, la percepción ha sido total, totalmente concreta, con elementos convincentes que faltaban por completo en el conocimiento oculto. Es un conocimiento de la consciencia de las células.

Es el cuerpo, la consciencia del cuerpo, lo que hace de puente directo con el otro lado de la pecera.

 

¡Claro que si!, no se trata de irse al espíritu puro, sino a la materia misma, tal y como es. Es ahí donde están los muertos. La muerte esta junto a nosotros. ¡Pero no se trata de la “muerte”, en absoluto!


Después Madre, un día, nos hizo una reflexión enigmática pero luminosa si la sabemos ver:

70.253 – Para la consciencia corporal que sigue consciente cuando el cuerpo duerme (¿y que es esa consciencia, sino la consciencia de las células?), el mundo tal y como lo vivimos, es sombrío y cenagoso, siempre. Es decir, que es siempre una penumbra – apenas se ve – y barro no se trata de una opinión, ni de una sensación: es un hecho material. Esta consciencia (celular) es consciente de un mundo… que no esta sometido a las mismas leyes.
 

72.267 – Cuando me quedo así, inmóvil, al cabo de cierto tiempo aparecen cantidad de cosas que están haciéndose, organizándose, pero se trata de (¿Cómo diría yo?) se trata de otra clase de realidad mas concreta. ¿Y como más concreta? No lo se. La materia parece algo abstracto al lado de esto (¿y como parecería el agua del pez al lado de la pradera soleada?). Incierta, opaca, no receptiva. Y es algo… ¡Y lo mas cómico es que la gente cree que me duermo! Ya casi no pertenezco al viejo mundo, así que ese viejo mundo dice: “esta acabada”, ¡Me da absolutamente igual!

Bien pudiéramos pensar que lentamente, Madre se encaminaba hacia el lado de los muertos…, como si toda esta transición evolutiva, todo este esfuerzo, estos dolores del devenir terrestre desde hace eras y eras, tuvieran como meta final el salto a un estado que quizá sea material, pero sin lazo, sin conexión ni continuidad con la evolución biológica de las especies.

 

Sin embargo, no era nada de eso. Madre no iba hacia la “muerte”… Parece ser que a nivel de las células se produce una curiosa alquimia que cambia no solo la vida tal y como la conocemos, sino también la muerte. Verdaderamente, otro estado en la materia. Los muertos no tienen células, y si la célula animal ha penado tan dolorosamente sobre la Tierra desde hace tres mil quinientos millones de años, no va a ser para volatizarse; la célula debe tener también su plenitud.

 

Quizá incluso sea el lugar en el que se construye el próximo mundo, que no esta hecho ya de nuestra vida pero tampoco de muerte.

72.127 – Tengo la impresión de estar convirtiéndose en otra persona. No, no es solo eso: estoy tocando otro mundo, otra manera de ser, que podríamos llamar una peligrosa manera de ser… Peligrosa pero maravillosa. La impresión de que la relación entre lo que llamamos la “vida” y lo que llamamos la “muerte” se vuelve cada vez más diferente, completamente diferente. No es que desaparezca la muerte ¿comprendes? (la muerte tal y como la concebimos, tal y como la conocemos, y en relación con la vida tal y como la vemos), ¡no es eso, no es eso en absoluto! Las DOS están cambiando… en “algo” que no conocemos todavía, que parece a la vez peligroso y totalmente maravilloso.

 

Tenemos tendencia a querer que ciertas cosas sean verdaderas (las que NOS parecen favorables) y que otras desaparezcan, ¡no es eso! Es diferente TODO. Diferente. De vez en cuando, durante un momento muy breve: una maravilla. Y luego, inmediatamente, el sentido de… ¡de un desconocido peligroso! Así es. Y me paso el tiempo así.
 

72.912 – Todo se esta hundiendo, solo queda… ¿el que?, lo divino “algo”, no se el que. Es como una tentativa para hacernos sentir que no hay diferencia entre la muerte y la vida. Así es. Que no es ni la muerte, ni la vida, ni lo que nosotros llamamos la muerte ni lo que llamamos la vida. Es… “algo”. Y eso, es algo divino. O más bien, es nuestra próxima etapa hacia lo divino.
 

69.164 - ¡Es curioso, tiene el aspecto de ser totalmente igual y se esta volviendo muy diferente!
 

62,132 – Para los que vengan dentro de cien años de doscientos años será muy fácil, no tendrán más que escoger; pertenecer al viejo sistema o al nuevo. ¡Pero ahora!... Un estomago necesita digerir ¿no?... ¿Sera una locura? ¿Sera una cosa posible? No lo se. Nadie lo ha hecho antes, así que no hay nadie para decírmelo.
 

70.44 – El cuerpo tiene la impresión… la palabra angustia es demasiado fuerte, es la impresión de estar a punto de… lo desconocido, desconocido… “algo”. Y es una sensación muy, muy rara. Veras, podríamos decir que es una especie de vibración nueva. Es tan nuevo que no se le puede llamar “angustia”, es… desconocido.

 

El misterio de lo desconocido. Y se esta volviendo constante. Así que al cuerpo no le queda mas que una solución; el abandono total, y es en el abandono total donde se da cuenta de que esa vibración no es una vibración de disolución, sino algo… ¿el que? Lo desconocido, totalmente desconocido, nuevo desconocido. A veces, le da pánico. Y no puedo decir que sufre mucho, no lo llamo sufrimiento, es una cosa… totalmente extraordinaria.


¡Si esa “otra cosa” debe ser tan diferente que tiene que ser como una muerte para el cuerpo! ¡Es su equivalente! Es una vida extraña en todo caso. ¡Muy pronto voy a contagiarme de forma peligrosa, ¿sabes?!


Quizá era el mundo el que iba a contagiarse peligrosamente.
 

70.114 – Es una impresión curiosísima, como si estuviéramos al borde, ¿pero al borde de que? No lo se. Algo…
 

70.277 – Algo de lo cual se tiene una experiencia innumerable, al mismo tiempo.
 

72.221 – Hay momentos en los que el cuerpo tiene la impresión de que es imposible, de que no se puede existir así, y luego, justo en el último minuto, viene algo, y entonces es… es una armonía verdaderamente desconocida en el mundo físico. Una armonía…, el mundo físico parece espantoso en comparación. Es verdaderamente como un mundo nuevo que quiere manifestarse.
 

72.135 – Nunca he tenido una impresión tal de… de nada, da nada. Nada. Yo no soy nada. Es como si cada minuto el cuerpo pudiera morir, y cada minuto fuera milagrosamente salvado. Y eso es lo extraordinario. Y con la percepción constante de acontecimientos mundiales, como si todo fuera… (Madre aprieta estrechamente los dedos de su mano derecha entre los dedos de su mano izquierda), como si hubiera un lazo.
 

73.173 – Me pregunto a veces como es posible que… Hay veces en la que es tan nuevo e inesperado… es casi doloroso.
 

71.258 – Es como si uno estuviera sobre una cresta, y el menor paso en falso pudiera hacerte caer en un agujero. Todo parece diferente. Las relaciones con los demás cambian de naturaleza, todo cambia de naturaleza, pero ¿qué es, que es? Es como si uno estuviera en equilibrio: un poder formidable y al mismo tiempo una formidable impotencia. ¿Sabes? Como si se estuviera suspendiendo entre lo más maravilloso y lo más innoble. Así. Ni siquiera se hacia donde voy, si voy hacia la transformación o si voy hacia el fin.
 

70.31 – Y el cuerpo siente clarísimamente que ya no es de aquí, y que aun no es de allá, y entonces… Aparentemente este cuerpo es algo totalmente absurdo, con debilidades aparentes que los seres humanos desprecian, y… con fuerzas inauditas que los seres humanos no pueden soportar.

Nos estamos acercando al verdadero problema. Es preciso que la nueva especie pueda ser soportable para la vieja especie.

 

¿Y es posible cambiar de especie uno solo?

71.37 – Es como si los dos extremos – un estado maravilloso y una descomposición general – estuvieran ahí, entremezclados. Todo, todo se desorganiza; la gente con la que uno contaba abandona, parece que hubiera una deshonestidad general que se esparce. Y al mismo tiempo, durante… un relámpago, un estado maravilloso, inimaginable ¿no?, como el extremo opuesto.

 

Como si fuera eso lo que quisiera ocupar su lugar, pero el resto se defiende de una forma terrible. Y todas las circunstancias están así, toda la gente esta así, desde el gobierno hasta la gente de aquí. Y luego ese estado maravilloso; viene durante unos minutos a mi cuerpo, y después se va. Así es. Y eso es lo que estoy viviendo de día y de noche, sin parar. Tres minutos de esplendor por doce horas de miseria. Es decir, que la cosa esta haciéndose muy, muy aguda, hasta tal punto que el mundo ya no es lo que debía ser.

 

Normalmente se suele decir; hay una mezcla de cosas buenas y de cosas malas, pero todo eso son ya infantilismos, ¡las cosas buenas no valen mas que las malas! No son ESO. El divino es otra cosa.

El “divino” es la próxima manera de ser sobre la Tierra.


Un desconocido peligroso que es la batalla misma del mundo, la que esta librándose en cien países, bajo mil banderas, mil pretextos, mil “slongans”, y que es la batalla de la próxima especie sobre la Tierra, ¿Aceptara esta Tierra, o se sumergirá una vez mas en un cataclismo para otra vez empezar de nuevo, aquí o en otra parte, la eterna búsqueda evolutiva del amor en la libertad y la alegría?


Y cuando ya no existan la vida y la muerte, una formidable muralla caerá de nuestra consciencia – como en Jericó – y con ella la angustia más vieja del mundo.

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