7 - Tecnología y Transformación

Maskull: “... pero hay una cosa que me confunde”.

Panawe : “¿Y qué es?”.

Maskull: “Cómo es que los hombres de aquí ignorantes de herramientas y de artes, no tienen civilización, y sin embargo se las ingenian para ser sociables en sus costumbres, y sabios en sus pensamientos”.

Panawe: ¿Imaginas pues que el amor y la sabiduría provienen de las herramientas?. Pero comprendo como sucede esto. En vuestro mundo tenéis menos órganos de los sentidos, y para suplir la deficiencia os habéis visto obligados a invocar la ayuda de piedras y metales. De ningún modo es eso un signo de superioridad”.

La conversación entre Maskull, un Terrícola, y Panawe, un Arcturiano, en la ficción fantástica de John Lindsay, Viaje desde Arcturus, subraya la controversia respecto a la naturaleza y el propósito de la tecnología, comprendida comúnmente como la extensión material de nuestro cuerpo y órganos de los sentidos.

 

Lo que consideramos como historia o como progreso histórico, es virtualmente sinónimo de la historia de la tecnología. Lo mismo podría decirse de la civilización. En verdad, la tendencia es reconocer, como índice de vida civilizada, el aumento de las comodidades de la criatura, mediante alguna forma de tecnología. En esta definición de las cosas está implícito un materialismo sutil y peligroso.

 

Pero, ¿qué relación tiene el aumento de la tecnología con la genuina creatividad, o, con la espiritualidad?

Por una parte, esta línea de pensamiento nos coloca en la posición insostenible de proclamar la superioridad de la existencia del automóvil y la televisión sub-urbanos, frente a los remotos aborígenes, embadurnados con ocre y cinabrio, y cantando eternas resonancias a las rocas aún vivientes. Por supuesto, es herético proclamar la opinión de que el despertar sensitivo de lo aborigen es preferible a la comodidad tecnológica del siglo XX, que en la realidad es un cierre de los campos sensitivos, y una reducción de las percepciones que tenemos de la vida.

 

Realmente, ¿es posible que la trampa del desarrollo tecnológico radique en que nosotros creamos un ambiente en el que todo lo que recibimos es la retroalimentación de la limitada frecuencia de nuestros propios progresos ideados artificialmente?. ¿Qué sucede si la trampa de la civilización es una represión sensoria que reduce gravemente nuestra capacidad de recibir nueva información?

Esta situación se compondría si la figura seductora de las circunstancias inducidas artificialmente pudiera también condicionar nuestra facultad de valorar la nueva información sensoria. Entonces podemos encontrar que la condición del organismo humano colectivo, es análoga a la de un animal enjaulado, que se asfixia con los desechos tóxicos de sus propios productos residuales. En verdad, cuando examinamos la realidad del mundo en el momento actual, esta descripción parece a propósito.

Sin embargo, estas reflexiones aún formulan la pregunta: ¿Qué es tecnología?. Si es algo tan perturbador para nosotros mismos y para nuestro entorno anfitrión, la Tierra, por qué desarrollamos entonces la tecnología?

Para responder a esta pregunta, y para recordar el subtítulo de este libro -Un camino más allá de la tecnología -, es necesario hacer primero una simple ecuación:

Pre – Historia = Pre -Tecnológica.

Historia = Tecnológica.

Post -Historia = Post -Tecnológica.

En esta ecuación, el Factor Maya no sólo da razón de una descripción comprensible del término medio de la ecuación, sino también de la relación entre los términos primero y tercero, es decir, las pre- y post condiciones de la historia/tecnología.

 

Desde la perspectiva del Factor Maya, la historia, que es la expansión exponencial de la comunicación en forma de tecnología material, está contenida y es función del rayo de sincronización galáctica de 5.125 años o 5.200 tun de diámetro. En verdad la tecnología, tal y como ahora la conocemos y definimos, podría describirse literalmente como una herramienta del rayo de sincronización.

Por consiguiente, la tecnología es una medida directa de la aceleración y sincronización del ADN, con relación a la manifestación del cuerpo luminoso del planeta. Esto quiere decir que, coincidiendo con el aumento de la aplicación tecnológica y su efecto retroalimentador, hay una aceleración proporcional en la infraestructura del ADN. Esta aceleración en la infraestructura del ADN, va paralela con la activación del cuerpo luminoso, del planeta siendo éste un proceso que continuará imperceptible hasta la virtual terminación del proceso de aceleración.

La aceleración aumenta gradualmente en los primeros ciclos de 12 Baktunes, convirtiéndose en algo dramático durante el ciclo Baktún final, y llegando a su clímax en el Katun 259. La sincronización se estabiliza sólo en el Katun 260, que es el ciclo final. Un índice del clímax exponencial del proceso de aceleración es el aumento de nacimientos de seres humanos. El 7 de julio de 1986, se anunció el nacimiento del humano número cinco billones. Sin embargo, fue solamente hace 12 años, cuando la población humana alcanzó los cuatro billones.

Antes de entrar en el rayo de sincronización, o sea en la “pre - historia”, el organismo humano permaneció por mucho tiempo en una relación simbiótica con el medio ambiente.

 

Aparte del fuego y la piedra labrada, fue la agricultura la que avivó el imperativo tecnológico que seria acelerado por el rayo. A medida que entrábamos en el rayo, se fortalecían como ímpetus evolutivos dominantes, las tendencias hacia el progreso material, la especialización en los trabajos, la estratificación social y la expansión territorial.

 

La perspectiva de la naturaleza, afianzada finalmente por la historia, no es nada simbiótica, sino más bien de amo y esclavo.

A medida que aumenta la proporción de la innovación tecnológica, a través del ciclo de 5.125 años, así también el organismo humano extiende sus vastas comunicaciones artificiales y sus sistemas sociales, en un tejido más apretado sobre la superficie del planeta. Durante varios milenios, y a despecho de los pueblos bárbaros, menos desarrollados tecnológicamente, y que habitaron sus regiones limítrofes, la civilización se definió a sí misma por la adquisición de nuevos territorios. El horizonte comenzó a oscurecerse con el primer ímpetu de la civilización global industrial.

 

Sin embargo, exactamente más allá de la grandeza auto - destructiva y artificial de la civilización global e industrial, se encuentra la consecución del objetivo: una condición en la cual la aceleración del cambio mira hacia la sincronización de la totalidad.

Suponiendo la capacidad para lograr la sincronización crítica a la auto-destrucción del medio ambiente - la ruta alterna del Armagedón - entonces podríamos entrar en el Katun 260, que va desde el año 1992 hasta el 2012 D.C.

 

Al estar regido por el exaltado decimotercer rayo de pulsación, y marcado con el signo de AHAU, la presencia de la mente solar, este ciclo Katun iniciará el ascenso a la condición post-histórica, y por consiguiente post-tecnológica, en la cual el organismo humano “regresa” a su armonía simbiótica con la naturaleza.

Entendido como el proceso del refinamiento espiritual humanó, de ningún modo puede interpretarse este regreso como un abandono de la civilización, sino más bien como el paso a una etapa más evolucionada de nuestra existencia.

 

A fin de que esta perspectiva no sea interpretada como una fantasía utópica neo romántica, revisemos la relación del armónico de onda de la historia, con la armónica galáctica, y consideremos el postulado fundamental del Factor Maya: Lo que la luz es a la vida, eso mismo es el Tzolkin de 260 unidades al ADN de 64 unidades.

Este postulado define la radiogénesis:

  • Radio se refiere a la capacidad de llevar información de luz, y de todo tipo de energía espectral radiante

  • Génesis se refiere a la capacidad que posee la luz, para transformarse en un fenómeno palpablemente plásmico y móvil llamado vida.

Desde la perspectiva del Factor Maya, la relación entre luz y vida no es una relación lineal o causal - primero es la luz y luego la vida - sino que es una relación en la que la vida es depositada en una matriz de posibilidades de energía radiante.

 

Esto es lo que se describe literalmente en el Tzolkin, en donde las 64 unidades que representan el código ADN. Ocupan la reja central correspondiente a las 32 unidades que están a cada lado de la columna mística, acomodando el Telar Maya en su modelo de cruce.

Supongamos que las unidades restantes que están alrededor de la reja central de 64 unidades, representan etapas del desarrollo de la luz y la energía radiante, que simultáneamente, proceden, siguen y al mismo tiempo interpenetran la evolución del ADN. Ya que el tablero que contiene el juego de las 64 unidades del ADN, está dentro del gran tablero radiogenético del Tzolkin, podemos considerar que el mismo ADN es un puente para pasar de un nivel de luz o energía radiante a otro.

 

Por analogía fractal, la etapa llamada historia, por medio de la aceleración tecnológica imita esta función del ADN como un eslabón entre dos niveles radiantes. En la proposición radiogenética, el término “historia” representa una intensificación en la capacidad del ADN para construir artificialmente (tecnológicamente) puentes, y por entendimiento y consumación simbiótico radiante, o sea la pre-historia, a otro, que es la post-historia.

Dejando que los armónicos fractales actúen a plenitud, igual que en el juego de “salto de la rana”, la etapa de aceleración tecnológica puede desenvolverse dentro de las 64 unidades centrales del Tzolkin, cuyo conjunto debe interpretarse como una representación de todo el tablero radiogenético. Durante el paso a través del rayo de 5.200 tun, es como si el ADN productor de tecnología estuviese completando un circuito a través de las 64 unidades centrales del tablero.

 

Aunque esto no se haga evidente hasta que el circuito se complete, una vez que hayan sido recorridas las 64 unidades, digamos que se ilumina todo el tablero. La iluminación del tablero se refiere al completamiento final del circuito de sincronización del ADN, que corresponde a la fecha 2012 D.C., o sea 13.0.0.0.0., que es la entrada en la post-historia.

Una distinción más entre el medio tecnológico y las fases pre y post-es la distinción entre mito e historia, comprendidas como condiciones cualitativas de la conciencia.

 

El mito define la capacidad para producir una resonancia simultánea y multi-referencial, que funde a cada ser con cada ser; la historia es la tendencia a limitar, medir, y materializar en una dirección uni-referencial, que separa a cada ser de cada ser.

Desde la perspectiva del mito, los rayos de luz que se cuelan a través de las hojas en el bosque, son los dedos nutrientes de la aurora, que traen los bocados solares a nuestras células expectantes. Para completar la experiencia, una respuesta a la luz, emitida en forma de un cántico, y una ofrenda de humo desde un círculo de piedras, invitando la presencia de los seres ancestrales, y de los grandes seres que guían todas las cosas.

 

En contraste, para la conciencia histórica, la luz que pasa a través de los árboles, aunque para algunos representa un misterio, nos dice que ha llegado otro día, y dependiendo de nuestras necesidades e intereses, no preguntamos si necesitamos o no un abrigo o un sombrero, o si es o no este un buen día para un baño de Sol.

En otras palabras, la condición mítica extrae de la experiencia un sacramento o ritual que afianza el lazo entre la luz y las grandes fuerzas, en última instancia las fuerzas de la luz.

 

La mente histórica utiliza la experiencia como información que determina los objetivos prácticos para la comodidad de las criaturas. Sin embargo, el aspecto de la conciencia histórica que busca la comodidad para las criaturas, es en realidad el efecto retroalimentario del impulso del ADN para producir la tecnología. Por consiguiente, la conciencia histórica no es sino uno de los productos de un más vasto proceso tecnológico de conexiones, que nos mueven de una simbiosis natural a otra, de un reino de la luz a otro.

Para obtener un nivel de entendimiento aún más profundo, propongamos una ecuación más: Mito = ADN x Luz.

 

En esta ecuación, el mito o la condición mítica es la capacidad de auto -sostenimiento del ADN para utilizar directamente la luz -el espectro de la energía radiante -para lograr sus fines. Por lo tanto, en la condición mítica, la resonancia psíquica entre organismo y energía radiante es directa, y proporciona nutrimento primario y realidad primaria.

 

Esta resonancia depende de una capacidad sensitiva superior para la interacción radiante a la cual a su vez intensifica. La experiencia de los sentidos - ojos, narices, oídos, lengua, cuerpo -no sólo es primaria, sino afinada con matices en tanto allegan información como expanden el deleite. En esta condición, la necesidad de incitaciones artificiales a los placeres, se convierten en obstrucciones para la libre pureza de la experiencia sensoria en si misma.

La historia y la condición histórica, en contraste, representan la capacidad de contra-spin para que el ADN maximice artificialmente su potencial, en relación con la totalidad del cuerpo de su anfitrión, o sea el-planeta, que en nuestro caso es la Tierra. Esto da cuenta de la aparición de la tecnología - extensiones artificiales de los órganos de los sentidos - para facilitar la culminación del mayor circuito del ADN.

Naturalmente, para las células individuales del gran organismo que es la humanidad, el mayor objetivo del circuito del ADN, en el mejor de los casos es percibido vagamente.

 

Consecuentemente, la mayoría de los miembros individuales tienden a confiar en y a volverse adictos de la retroalimentación sensoria que depende únicamente de las extensiones tecnológicas artificiales, y de un medio ambiente igualmente artificial. Por esta razón, en el final remoto de la historia, en el que nos encontramos hoy, se ha obligado a la naturaleza a que compita con la televisión.

 

En las palabras de la canción de la Primera Guerra Mundial:

“¿Cómo puedes retenerlos en la hacienda, después de que ellos han visto a Paris?”

La intensificación histórica del ADN, que es la fase medida, acelerada, y sincronizada del rayo de 5.200 tun, es sólo una transición.

 

Sin embargo, al alcanzar su objetivo de la relación totalmente tecnológica con el cuerpo huésped, hay una merma en los receptores sensorios, una inmersión de los sentidos en sus propios lazos de retroalimentación artificial. Si ha de completarse el circuito, hay una profunda necesidad de volver a despertar los campos sensitivos, para que recuperen sus propias facultades naturales.

 

Como todo el mundo lo sabe, no es cosa fácil romper esos lazos de dependencia artificial. El hundimiento de un indivi duo en esos lazos, es lo que define el comportamiento neurótico y de adicción. El hundimiento de un organismo colectivo en esos lazos, define la parálisis del paradigma. En esto radica el drama de nuestro tiempo, es decir, la tensión que acompaña la transformación que va desde la aceleración hasta la sincronización. Afortunadamente la tierra es una ayuda en este difícil proceso.

La tensión critica que estamos experimentando en nuestro campo morfogenético, se debe a las contradicciones internas de un paradigma atado a sus propias creencias. Dominado por un sacerdocio blanco masculino y neo-protestante, que define su “objetividad” científica mediante los juegos del poder político planetario, esta parálisis de paradigma es en realidad un reflejo del cambio disonante de la tierra.

 

La aceleración tecnológica de la intensificación del ADN producido tecnológicamente, a lo que llamamos historia, y que culmina en el deterioro sensorio que presagia un Armagedón; es paralela al propio campo variable de la tierra. No somos nosotros únicamente autores de nuestra experiencia, sino que somos actores en un campo galáctico amplificado, cuyo personaje principal es la misma tierra.

Como un giroscopio armónico que gira en la tercera órbita solar, la Tierra tiene sus propias conexiones sutiles y poderosas, para mantenerse dentro del campo plásmico llamado el sistema solar. Al concordar con la armonía galáctica, los cambios imperceptibles de la Tierra se interconectan con los cambios de los demás cuerpos planetarios, y sobre todo, con el mismo Sol. Así como el ADN fue acelerado en respuesta al rayo de sincronización de 5.200 tun, por el que estamos pasando, así también la Tierra ha sido afectada como campo íntegro de resonancia.

Todo el tiempo en que el paquete de ADN humano ha estado sosteniendo su capacidad para volver a ajustar artificialmente el medio ambiente de acuerdo a sus supuestas necesidades, la Tierra ha estado experimentando un desarrollo paralelo.

 

Y, sin saberlo, a medida que los creyentes en el paradigma dominante han intensificado su propio entendimiento de las cosas -limitado materialmente, e inventado mecánicamente la madurez resonante de la Tierra ha escapado cada vez más a la atención de la mentalidad regente. Pero esto tiene poca importancia, porque consciente o inconscientemente, todos los organismos miembros de la Tierra han estado elaborando el cuerpo luminoso del planeta.

 

El paso a través del rayo de sincronización de 5.200 tun, hasta ahora ha sido el momento culminante del viaje galáctico de Gaia, desde el primigenio desprendimiento del Sol hasta la formación del cuerpo luminoso de radiación consciente. Muy poco hacen los subordinados humanos por comprender lo cerca que están al momento en que el tablero genético de su realidad se convierta en el luminoso designio del destino galáctico.

Aquí viene una descripción de lo que ha estado sucediendo. Lentamente, y a través de los aeones, en el núcleo de la Tierra; el imán de hierro y cristal de su giroscopio armónico, ha estado emanando las frecuencias resonantes que la mantienen en órbita. Estas frecuencias resonantes tienen una figura o forma particular, porque la forma sigue a la frecuencia.

 

Por eso Platón describió la Tierra con una semejanza a un globo de cuero cosido con doce pedazos diferentes, creando un dodecaedro, es decir, 12 pentágonos, cuyas caras se cubren mutuamente. Los vértices que hay entre las doce piezas pentagonales definen la estructura del cuerpo resonante de la Tierra a medida que las emisiones de la frecuencia alcanzan la superficie.

Mientras la resonancia del núcleo continuamente está produciendo emanaciones hacia la superficie del planeta, y más allá, vierte a la existencia una reja geomagnética etérica, que forma las bases del cuerpo luminoso del planeta. Afinadas a través de los modelos de frecuencia de su infraestructura ADN; modelos de animales migratorios y de asentamientos humanos, tienden a conformarse las líneas y puntos nodales de la reja.

 

Por supuesto, esta reja es sostenida y reformada por la actividad de la placa tectónica, por los cambios variables en la Tierra y en la atmósfera, y por las fluctuaciones Solar y galáctica, activadas en el campo electromagnético de la misma Tierra.

 

Sin embargo, anclada en los polos, y amplificada a veces por cambios para nosotros imperceptibles e imprevistos en el programa galáctico, la pulsación continua de la reja forma lentamente la infraestructura del cuerpo luminoso del planeta.

Así como el ADN recibió un impulso de aceleración de contra-spin tecnológico, a medida que el planeta entraba en el rayo de sincronización de 5.200 tun, también el núcleo resonante de la Tierra recibió un impulso que ascendió a una intensificación de la frecuencia. Las sendas neutrales de la reja terrestre que corresponden a la estructura resonante del núcleo, entraron en hiper-actividad, correspondiendo a la actividad vibratoria más excitada en la infraestructura del ADN humano.

 

La agitación continua del organismo humano, que se hace evidente en rutas marítimas, caminos empedrados, rutas de la seda, murallas imperiales, vías férreas, vías transitables, rutas aéreas y radares, amplificaron, y finalmente oscurecieron la continua pulsación de la reja. Para terminar, con poca conciencia con relación a los nexos invisibles de la Tierra, en los puntos nódicos fueron construidos templos, zigurats, pirámides, catedrales, pagodas, mezquitas, palacios, edificios de parlamentos, aeropuertos y plantas de energía.

Y como inmersión final en la artificialidad, la revolución global industrial engranó su piñón mayor, y la frecuencia resonante del núcleo de la Tierra se intensificó a un grado sin precedentes.

 

Esta intensificación de la frecuencia señala hacia una estabilización inminente en una alta frecuencia, por medio de un movimiento de contra-spin, que ocurre justo antes de la salida del rayo de sincronización.

En verdad, las señales retroalimentarias que preparan el contra-spin, el Soltarse de la “historia”, que corresponde al regreso a la post-historia - ya han sido recibidas en forma de radioactividad nuclear, perturbación industrial de la atmósfera, y un desatinado bombardeo electromagnético.

Si usted hace girar un barco (especialmente uno que haya sido construido en forma de un simple casco de navío) en sentido de las manecillas del reloj, este continuará girando hasta que se detenga.

 

Pero si usted lo hace girar en sentido contrario a las manecillas del reloj, éste se detendrá lenta y desarmónicamente, y luego comenzará a girar en sentido de las manecillas del reloj. El paso de la Tierra a través del rayo de sincronización es análogo a un giro en sentido contrario a las manecillas del reloj. A medida que el spin en sentido contrario llega a un alto, hay un aumento en el balanceo, y entonces se presenta un efecto estremecedor, y después de una pausa, comienza un spin más congruente y armónico en la dirección de las manecillas del reloj.

Así es como hemos llegado al momento en que la tecnología se convierte en transformación.

 

Esto se experimenta inicialmente como una crisis, una crisis en la que los propietarios del paradigma dominante están ciegos. Aunque los dueños actuales del poder científico y materialista creen que el mundo es así porque ellos así lo han hecho; en realidad ellos están desempeñando papeles que fueron especificados por la fase de onda armónica, de la que la era actual es una función.

 

La creencia que ellos tienen respecto al mundo, la creencia dominante aprobada y aceptada pro las instituciones gobernantes del actual orden mundial, es lo que define el paradigma dominante.

La creencia en este paradigma, es decir, la perspectiva científico-materialista del mundo, puede describirse como una casa mental. Como lo vimos en el Capítulo 6º, los fundamentos de la casa mental vigente fueron puestos en el siglo XVII, durante los Katunes iniciales del decimosegundo Baktún. En 1756 comenzaron a erigirse los muros de la casa mental - o sea la creencia en el progreso tecnológico y en la democracia industrial.

 

Entre 1874 y 1953 fue colocado el techo electromagnético de la casa mental en boga. Finalmente, entre 1953 y el momento actual, que es la era del impulso de la humanidad y sus pruebas de inteligencia sensoria -artificiales en el “espacio exterior”, comienza la disolución interna de esta casa mental.

 

En este aspecto, debe recordarse que la noción de cambio del paradigma, fue introducida primero por Thomas Kuhn en 1964.

Correspondiendo a esta estructura en desarrollo, está el clímax en el contra-spin de la resonancia terrestre. La señal para este clímax fue recibida por primera vez en 1945, con la detonación de armas atómicas. Como miembro del orden galáctico -Solar, la respuesta de la Tierra se manifestó primero en la actividad de los OVNIS, que en 1947 ya no pudo ser ignorada.

 

Sin negar la validez psíquica de muchas personas que han tenido encuentros del tercer tipo, aquí definimos a los OVNIS corno organizadores del campo unificado; una descarga inteligente de energía radiante, psíquicamente activa y programada galácticamente, que al mismo tiempo es atraída y emanada por el cuerpo etérico y resonante de la Tierra.

 

Se les define como organizadores del campo unificado, porque ellos son una manifestación del campo resonante unificado e intrínseco de la Tierra. Ya que este campo está realmente en una resonancia galáctico-Solar, los OVNIS también operan en conjunto con los armónicos de este campo. De hecho, sus “operaciones” son por completo una función de los armónicos resonantes.

 

Así, los veloces cambios de dirección atribuidos a los OVNIS, son debidos a los cambios en la alineación del sobretono armónico.

Siguiendo al descubrimiento del ADN, y a la detección de los cinturones de radiación en 1953, y a la comprobación de las placas tectónicas en 1964, ha comenzado la disolución interna de la casa mental vigente. Todos estos descubrimientos - ADN, cinturones de radiación, placas tectónicas - eran necesarios para empezar a entender el paradigma que viene, o sea la nueva casa mental de la Tierra resonante unificada.

 

Mientras tanto, los OVNIS continuaron acompañando la era de los ensayos nucleares masivos, y con el radar, la televisión, la radio y las radiaciones de micro-ondas, todo el campo electromagnético del planeta entró en un período de disonancia excesiva. El cuerpo etérico o luminoso del planeta al ser intensificado por este “bombardeo”, aumentó sus señales a través del campo morfogenético.

 

Al despertar estas señales vino un interés renovado por los fenómenos psíquicos, OVNIS, drogas psicodélicas, comunicación entre especies, y el movimiento ecológico.

La contra - respuesta de la casa mental en disolución fue la exploración espacial, que es la extensión del paradigma del materialismo adquisitivo en el “espacio exterior”. La gran era de la exploración espacial, la “conquista del espacio”, comenzó con el alunizaje del 17 de julio de 1969, seguido por las exploraciones de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, y finalmente, el 24 de enero de 1986, la exploración de Urano. Durante estas “pruebas” se presentaron dos fenómenos importantes e inexplicables.

 

El uno fue el descubrimiento del así llamado rostro de Marte, el 25 de julio de 1976, que fue ocultado oficialmente, y el otro las señales altamente regulares de Miranda, la luna uraniana, como también la inclinación polar orientada hacia el Sol, y el campo electromagnético de Urano, que es errático e inadmisiblemente intenso.

Mientras, estos hallazgos presentaron a la casa mental vigente, enigmas que desafiaban el paradigma tecnología espacial que se jactaba aún de ser el pináculo del adelanto científico. Así pues, fue particularmente digno de atención, el que cuatro días después del paso del Voyager por Urano, el 28 de enero de 1986, el vehículo espacial Challenger explotó unos 73 segundos después del lanzamiento.

 

Mientras continuaban las investigaciones que intentaban ubicar con exactitud la “falla tecnológica” que contribuyó al desastre del Challenger, los tres siguientes lanzamientos espaciales de la NASA explotaron todos, poco después del lanzamiento. Como si no fuera suficiente, el vehículo espacial europeo “Ariadna”, también explotó luego del lanzamiento.

 

Todo esto sucedió entre fines de enero y mediados de mayo de 1986. ¿Qué estaba sucediendo?.

En resonancia con las bases cambiantes de las placas tectónicas, y sobresaturado con disonancia electromagnética, el techo de la casa mental vigente ha comenzado literalmente a derrumbarse. Como moscas apartadas por un niño en concentración maliciosa, los vehículos espaciales fueron sacados de sus trayectorias.

¿Por qué? La respuesta es, por ondas de disonancia disparadas erráticamente, y emitidas por el deseo insensato de los humanos por controlar y perturbar el campo electromagnético.

El desastre nuclear de Chernobyl ocurrido entre abril 25 y 26 de 1986, y el cerco tendido a aviones de la Fuerza Aérea Brasilera por trece OVNIS el 23 de marzo de 1986, fueron dos señales más del campo resonante, anunciando al mismo tiempo el fracaso y los límites de la tecnología, y la rápida desintegración de la casa mental en vigencia.

 

Hablando con la voz de los eventos, cuyos orígenes y efectos escapan a la conciencia moderna, el núcleo resonante de la Tierra, al estar a tono con la armonía galáctica, está preparándose para una convergencia armónica: Y esta convergencia armónica es el punto en el que el contra spin de la historia llega finalmente a una suspensión momentánea, y comienza el aún imperceptible spin de la post-historia.

Para el momento en que estas palabras se lean públicamente, el evento, o sea la Convergencia Armónica, estará sólo a unos meses de distancia. Y otros eventos de naturaleza perturbadora e irritante habrán ocurrido recientemente, demostrando que no sólo está bamboleándose el techo de la casa mental en vigencia, sino también las paredes.

 

Todo lo que quedará será la disolución de los fundamentos, o sea la roca sólida del materialismo científico que sostiene la exclusividad y superioridad del hombre en el universo. Mientras tanto, los contra efectos de la nueva casa mental, actuando a través de la reja de resonancia intensificada del cuerpo luminoso terrestre, por primera vez se manifestará como el impulso hacia un momento unificado de sincronización colectiva, es decir, la Convergencia Armónica.

A través de la infraestructura de la nueva casa mental una -maraña de raíces transnacionales y en colaboración con un conglomerado cooperativo global -o sea una cooperación radial - cantidades crecientes de humanos están experimentando las realidades del cerebro global.

 

La acción de los colectivos locales - o sea la acción de los microorganismos - actuando a través de la armonización con el conocimiento de que el propósito no es una posesión individual, se convertirá con toda seguridad en las cuentas ensartadas de la intención unificada sobre el sistema de la reja planetaria.

Y entonces ocurrirá la Convergencia Armónica la excepcional aceleración del armónico de onda de la historia cuando ella pase por un momento de sincronización sin precedentes. Como una lanzadera en un telar pasando con la velocidad de un relámpago, cambiará la frecuencia resonante de la reja terrestre.

 

En este cambio se disolverán los fundamentos de la casa mental estampada con los nombres de Descartes, Newton, Galileo, y Copérnico.

 

Agitándose aún más profundamente a través de la conciencia de una minoría despierta de la raza humana, sucederá la realización de una mayor fuerza resonantemente atractiva; empezará a manifestarse una síntesis suprasensible de la mente y la naturaleza, con la que no se había soñado hasta ahora.

 

La experiencia de la realidad como una matriz unificante una combinación sina-estética de los sentidos, efectuada a través de la experiencia sensoria de la luz y del sonido - proporcionará las primeras capas vibratorias para los fundamentos de la nueva casa mental.

Esta experiencia interna de unificación - synaesthesia - se entenderá como la inseparabilidad de la mente y la naturaleza, y con el poder generado por la unidad indisoluble de esta experiencia, se desintegrará el edificio de la civilización moderna.

 

El tránsito a la post historia comenzará a medida que el clímax y el fracaso de la tecnología perteneciente a la, antigua casa mental se hagan cada vez más evidentes, obviamente con algunas dificultades y desafíos, y en medio de los efectos caóticos del antiguo orden político y económico.

 

Y al mismo tiempo que la nueva casa mental esté colocando sus fundamentos, será desmantelada la estructura pesada, inerte y químico-mecánica de lo antiguo. Esta actividad sincrónica -la formulación de lo nuevo y la limpieza y purificación de lo viejo - será la única fuerza impulsora, a medida que vaya entrando el Katun final 1992-2012 D.C.

 

Conocida como la Campaña por la Tierra, lentamente tomará forma la aparición de una sociedad planetaria, operativa a nivel local, intercomunicada y unificada psíquicamente, surgiendo en el año 2012 como un plan evolutivo de inteligencia interactiva universalmente.

Mientras tanto, lo mejor es dejar que los eventos venideros cuenten su propio relato, a medida que transcurran los cinco años que van desde 1987 hasta 1992, del evento revolucionario mundial de la Convergencia Armónica, regresemos al Factor Maya por una descripción estructural del armónico en contra spin de la post-historia

  • ¿Cómo podemos imaginarnos la post-historia?

  • ¿Qué significado tiene el hablar de la construcción del cuerpo, luminoso del planeta?

  • ¿Cómo se experimenta a nivel humano el tablero radiogenético del cuerpo luminoso?

Imaginemos que somos, no extra, sino supra-terrestres que estamos examinando las fluctuaciones resonantes del planeta Tierra.

 

Nuestro medio de inspección es el tablero radiogenético de 260 unidades, o sea el Tzolkin. Nuestro punto céntrico está sobre las 260 unidades centrales. Inscritos dentro de esta matriz de 64 unidades se encuentran el código y el plan de juego del destino humano, que forman el camino más allá de la tecnología. A causa del diseño del modelo de flujo binario, el Telar Maya, esta matriz de 64 unidades, es llamada “Zona de Cruce de Polaridad”.

 

En otras palabras, así como la característica principal del ADN es un modelo de doble hélice, por el cual se crea un camino para el cruce de información de una corriente molecular a la otra, así el modelo del Telar Maya puede concebirse como el cruce de un lado a otro de la columna mística central de los dos flujos simétricos que comprenden el modelo de activación galáctica.

El movimiento de este modelo de cuatro unidades a la derecha y a la izquierda de la columna central, es lo que define al campo simétrico de 64 unidades.

 

El “tablero” de 64 unidades, es la matriz genética de la transformación que unifica a todas las 260 unidades del Tzolkin.

 

Lo que queda del Tzolkin, fuera de las 20 unidades de la columna mística, de valor neutro, se reduce a 144 unidades de un cuerpo de energía radiante de cuatro fases, y a 32 unidades de un cuerpo simétrico y cristalino de ocho partes.

 

La totalidad de los doce campos del Tzolkin (cuatro de energía radiante y ocho de simetría cristalina) contienen el código de información que describe cómo es el resplandor pre y post-genético del desarrollo galáctico. Por supuesto, el decimotercer campo del Tzolkin está en el centro y representa al ADN.

Moldeando la fórmula pre- y post-tecnológico que define a la historia, el ADN es la matriz transformadora que mantiene unidas las fases primordial y sintética de la activación energética radiante y cristalina.

 

Por su posición central en la matriz, la función del ADN es vitalizar todo el modelo de activación galáctica. Como fractal del conjunto galáctico y de la geometría del mismo ADN, la función de la tecnología/historia, es la de vitalizar igualmente los campos de energía radiante que definen la pre- y la post-historia.

¿Cómo sucede esto? La respuesta se obtiene al seguir el modelo.

 

Este modelo, fijado por las catorce unidades de activación galáctica a ambos lados de la columna mística, describe la infraestructura vibratoria no sólo del ADN, sino del cuerpo luminoso universal. Al imprimirse holonómicamente en los niveles celular, de organismo individual, planetario, solar, y galáctico, esta infraestructura vibratoria también puede interpretarse como la matriz estructural que sostiene el armónico de onda de la historia, a medida que ésta pasa del rayo de sincronización de 5.200 tun.

 

Sin la activación del flujo en dos sentidos durante el paso a través del rayo de sincronización, no podría ser elaborado el cuerpo luminoso del planeta. Este flujo en dos sentidos es el Zuvuya, la procedencia y regreso al Hunab Ku, núcleo galáctico.

Al no ser diferente a la matriz de la reja etérica del cuerpo luminoso del planeta, la matriz estructural que sostiene el armónico de onda de la historia es una fractal de la constante galáctica universal.

 

La activación consciente de la reja terrestre, desde su núcleo resonante hacia su cubierta electromagnética exterior, es holonómicamente paralelo a la activaci0n del ADN, que construye la historia y produce la tecnología.

En verdad, la tecnología es el andamio que rodea a la reja etérea del planeta.

 

Al mismo tiempo, puede decirse igualmente que la amplificación galáctica de la reja resonante del planeta, es lo que define al movimiento llamado historia.

Recordando que la “historia” es la fase tecnológica de 5.125 años de diámetro aceleración vibratoria del ADN, y además, que la historia es el puente entre la fase originalmente radiante de la pre-historia, y la fase resonantemente sintetizada de la post-historia, tracemos realmente este pasaje histórico en el tablero genético de las 64 unidades.

 

Como se demostró en La Tierra en Ascenso, esta reja de 64 unidades puede ser superpuesta sobre el cuerpo planetario. La línea horizontal divisoria corresponde al Ecuador.

 

La línea vertical a mano izquierda corresponde al meridiano que pasa a través de la gran pirámide en Egipto, unos 30 grados al oriente de Greenwich.

La numeración de las 64 unidades de acuerdo al modelo numérico del cuadrado mágico del 8, ideado por Ben Franklin, es lo que define al modelo real del movimiento que une al tablero genético.

Siguiendo la numeración del cuadrado mágico, vemos que el movimiento que enlaza a los números 1-16, y 49-64, va en la mitad superior de la reja, mientras que el movimiento que une a los números 17-48, aparece completamente en la mitad inferior de la reja. Aplicados a nuestra ecuación, los números 1 y 16 corresponden a la pre-historia, los números 17-48 a la historia, y los números 49-64 a la post-historia.

Esto quiere decir que el paso de la Tierra a través del rayo de sincronizaci6n galáctica, corresponde al movimiento a través de toda la mitad inferior del tablero de 64 unidades genéticas, que es la fase histórica y tecnológicamente activada del desarrollo genético. Cuando hablamos de que el contra-spin de la historia está llegando a su fin, de que regresa el movimiento en spin, y de que está empezando la sincronización final de la post-historia, nos estamos refiriendo al paso de los números 48 a 49.

 

Ya que estos 64 números del código ADN también corresponden a los hexagramas del I Ching, el paso de la historia a la post-historia está marcado por el paso del hexagrama 48, el Pozo, al hexagrama 49, Revolución. Pero esta es una "revolución sin armas”; es una revolución por la Tierra y para la Tierra.

Iniciada por la revolución del campo resonante de la Tierra, la fase final de 26 años de sincronización del Gran Ciclo, del año 1986 al 2012 D.C., corresponde al movimiento del número 49 al 54.

 

Una vez que la aceleración pase la sincronización, la -convergencia armónica - la frecuencia armónica aumentada del campo planetario se traduce en una aceleración que es casi intemporal. El resultado es una compresión del “tiempo, a través de la etapa del cuarto final del tablero genético.

 

La terminación en el número 64, contiguo al 1, que es la unión de Alpha y Omega, corresponde al paso desde el rayo de sincronización 13.0.0.0.0., año 2012 D.C.; a los Nuevos Cielos, a la Nueva Tierra, y a la entrada en la sincronización galáctica.

Pero, entre esta profusión de números podemos preguntar, en todo esto, ¿en dónde están los mayas? Después de todo, lo que estamos viendo es una decodificación de un sistema múltiple y resonante que ellos dejaron - el Tzolkin, el Módulo Armónico Maya.

 

Sí,

  • ¿Dónde estarán los mayas cuando el mundo va a cambiar sus fichas en efectivo?

  • ¿Cuáles son las profecías relacionadas con los números que como vimos en el capítulo 6º, encajan con los números del Libro de la Revelación?

  • ¿Hay una segunda venida de los Mayas, un regreso de los Mayas?

  • ¿Está planeando Kukulkan/Quetzalcóatl/Pacal Votan examinar cómo quedaron las cosas, una vez que él y sus cohortes Galácticas finalizaron sus calibraciones armónicas en la Tierra, que es el tercer giroscopio armónico de la estrella local, el Sol?

Habiendo sido como aún lo son los antiguos mayas, viajeros cósmicos, no podemos presumir de que conocemos sus capacidades para lo que podríamos llamar viaje interdimensional, ni sus procedimientos.

 

Ciertamente, los chamanes de [as zonas montañosas guatemaltecas, los guardianes del día como se les dice, conservan la tradición, el conocimiento que enlaza el relámpago de la sangre, al flujo armónico de la sabiduría galáctica, y unos pocos como Humbatz Men y Domingo Paredez, traducen para nosotros dicha sabiduría, mientras que aún hay otros que se unen a los curanderos de América para una última descripción del paso entre los mundos.

 

Pero estos son los remanentes, los pocos nobles que conservan encendido en sus corazones el faro de una incomprensible intemporalidad.

¿Dónde están aquellos a quienes llamamos maestros galácticos?. ¿Qué podemos decir de ellos, después de su partida al final del Baktún 9?. ¿O, ya están ellos presentes aquí y entre nosotros, - a medida que los días funestos hacia la Convergencia Armónica pasan inexorablemente. Mientras tanto volverán del futuro los Mayas, en el Zuvuya de regreso, listos para ayudarnos durante el desenlace del Katun final del gran ciclo?

 

Si el Tzolkin es una pista, una carta cósmica dejada para un planeta de humanoides, ¿hay otras pistas en otra parte de nuestro sistema Solar?.

Los dos planetas principales referenciados en el gran número Maya que todo lo abarca, 13 66 560, son Venus y Marte. Mientras nuestras pruebas espaciales mostraron que Venus, tan íntimamente relacionado con Quetzalcóatl-Kukulkán, con una atmósfera densa, vaporosa, y provista de nubes, demasiado espesa para ver el fondo, Marte estaba esperando con una pista al menos diferente - el rostro de Marte, un abultado rostro humanoide mirando hacia el cielo, de un kilómetro y medio de largo.

 

Es misterioso el hecho de que el rostro esté mirando directamente hacia los cielos, y deja la inmediata impresión de que fue construido precisamente para aquellos que, como nosotros, estaban cometiendo desatinos en el universo con nuestro orgullo que conquista la naturaleza, y con instrumentos sensorios lanzados en cohetes.

Aunque el rostro fue encontrado el 25 de julio de 1976, una pista aún más misteriosa, lanzada por el Zuvuya Maya de los trucos del tiempo, fue el proyecto no realizado para construir una escultura monumental de un rostro mirando hacia el cielo, que tendría una milla de ancho, y que habría de titularse La Escultura que Ha de Ser Vista Desde Marte.

 

Misteriosa porque la escultura fue propuesta 29 años antes de la prueba del Viking, en 1947 - el año de los OVNIS - por el artista nipo-americano Isamu Noguchi.

Las coincidencias - sincronicidades de la clase más profunda - implícitas con relación al rostro de Marte y la La Escultura que Ha de Ser Vista Desde Marte, ideada por Noguchi, son demasiado vastas como para que la mente racional las comprenda, demasiado grandes como para que un pequeño libro del materialismo científico las entienda, y demasiado inescrutables para estar contenidas en la mezquina red de la doctrina del “no predominio de humanoides en el Universo”.

 

Pero desde dentro del código resonante de los mayas, maestros de luz y viajeros galácticos, sincronizadores del fractal de onda que moviliza moléculas, construye planetas de acuerdo al mismo índice, el rostro de Marte y de La Escultura que Ha de Ser Vista Desde Marte; ¡sí! y el chevrón y las marcas ovales de Miranda, la luna uraniana, son todos lo mismo: nodos de un tejido intergaláctico resonante, activados sólo por una mente bastante sabia para despojarse del antiguo paradigma, y aceptar el nuevo en términos incondicionales.

Pacal Votan y los poseedores del linaje de los Quetzalcóatl de la antigüedad y más allá, previeron todo esto. Liberándose instantáneamente por medio de un transporte cromo-molecular hacia las más lejanas regiones de la galaxia de donde avían venido, los sabios mayas sin embargo también se prepararon para un regreso.

 

¿Cuándo?

 

Bien, muy seguramente el último de los 52 Katunes de activación galáctica, de 1992 al 2012 D.C., el Katun notificado como el 13 AHAU, el número más exaltado, el signo de la Maestría Solar. Pero aún en el presente cercano su retorno es inminente porque pronto llega el momento en que de la vuelta la onda generada en 1519 por el caudillo cristiano Hernán Cortés.

 

Aquel instante corresponde a los días 16 y 17 de agosto de 1987. La llamada Convergencia Armónica de los días 16 y 17 de Agosto de 1987, kin 1863022 y 1863023, es el primer punto de entrada para el regreso de los mayas, y es una especie de Tollan planetario temporal, en cuyo momento su presencia será percibida por algunos como una luz interior, y por otros como ruedas irisadas de serpientes emplumadas que giran en el aire.

 

Acompañando el cambio de frecuencia resonante, volverán a entrar en la atmósfera las formas de la onda luminosa de Quetzalcóatl.

Marcando el comienzo del cambio de la fase, cuando el grado de aceleración, exponencialmente entre en fase de sincronización, la Convergencia Armónica no sólo señala un regreso de Quetzalcóatl, sino también la eliminación del Armagedón. Para algunos, esto puede ser aún como otro Pentecostés, y como una segunda venida de Cristo.

 

En medio del espectáculo, la celebración y la urgencia, se disolverá la vieja casa mental, activando el regreso de las memorias e impresiones arquetípicas, que durante largo tiempo estuvieron dormidas. Sincronizado con el descenso de la nueva casa mental, este “regreso” de los recuerdos e impresiones correspondientes a las actuales estructuras arquetípicas colectivas, saturará el campo y creará el impulso hacia el nuevo orden y el nuevo estilo de vida.

El rasgo principal de este regreso de los recuerdos, es el tema mismo del regreso. No solamente el regreso de Cristo y Quetzalcóatl, sino el regreso de todos los dioses y diosas, héroes y heroínas que siempre han habitado dentro de la imaginación humana.

 

Porque el mito no es menos real que la historia. Y lo que se llama imaginación es la función de la estructura resonante llamada mente. ¿No es a esta misma mente nuestra, a la que hacemos responsable por la ciencia y por el mito?. Porque en el Zuvuya Maya, el suceso mental, la memoria, y el suceso real, son todos nodos de un mismo circuito.

 

La que algunos podrían llamar geometría sagrada, y otros psicología profunda, son unificadas por ser informados por las mismas estructuras resonantes.

 

A este respecto, Platón y Pitágoras, Goethe y Jung se cuentan entre los mayas, como también lo son todos aquellos que acepten realmente la doctrina de la armonía, en cualquier forma en la que ésta les haya sido transmitida.

El regreso Maya, que es la Convergencia Armónica, es la re-impregnación del campo planetario con las experiencias arquetípicas, armónicas del conjunto planetario.

 

Esta re-impregnación se efectúa a través de una precipitación interna, a medida que la energía psíquica, reprimida durante largo tiempo, rebosa sus canales.

 

Y entonces, como aprenderemos otra vez, todos los arquetipos que necesitamos están ocultos en las nubes, no tanto como poesía, sino como depósitos de energía resonante. Esta energía arquetípica es la energía de la activación galáctica, corriendo a través de nosotros de un modo más inconsciente que consciente.

 

Al actuar en frecuencias armónicas, la energía galáctica busca naturalmente aquellas estructuras que estén en resonancia con ella.

 

Estas estructuras corresponden a los impulso bio-eléctricos que conectan los campos sensorios a reales modos de comportamiento. Los impulsos están organizados en estructuras “geométricas” primarias, que se experimentan a través del medio ambiente cercano, ya sea que se trate del ambiente de nubes vistas por el mero ojo, o de la imponente pulsación de un “quasar” percibido con la ayuda de un radiotelescopio.

A medida que el reconocimiento de nuestra responsabilidad como humanos en este planeta alcance un volumen crítico, se disparará el momento de inundación arquetípica, quitando los grilletes del antiguo paradigma, e imprimiendo el nuevo sobre un número considerable de humanos, en un momento del bautismo resonante.

 

Entonces el pasado, lo olvidado y, aún “lo que ha de venir” se harán conscientes. El “regreso” es realmente una toma de conciencia de lo que ha estado almacenado, y al mismo tiempo es un aumento de conocimiento. Veremos que los eventos que el antiguo paradigma se negó a reconocer, se han transformado en formas de temor en nuestra mente.

 

En aquel nuevo instante de visión, la Convergencia Armónica, ya no conoceremos el temor. Porque en la conciencia está la luz. Esto es lo que se quiere dar a entender con el regreso de Quetzalcóatl.

 

Para otros, este momento será el de la visión de las ruedas irisadas de la serpiente emplumada que giran en el aire -144,000 como fue anunciado por la profecía del Zuvuya. En combinación con la condición natural de las cosas en ese momento, brotará un nuevo fervor en aquella criatura desgraciada, “el hombre del siglo veinte”.

 

Mediante este fervor, descenderá una señal que sacará de la matriz una Campaña por la Tierra, que es la oportunidad para la auto redención humana.

La Campaña por la Tierra es el plan o designio para el tránsito de una casa mental a la siguiente. En el año 1992 D.C., el plan iniciado en la Convergencia Armónica habrá estabilizado al mundo, aunque de ninguna manera esto quiere decir que todas las cosas estén domadas.

 

Como un giroscopio que ha llegado a un balanceo temporal, y luego vuelve a estabilizarse, así la Tierra, una vez más en su ruta, trazará su onda elíptica alrededor del Sol. Inspirada e iluminada como una conciencia movilizada en resonancia consigo misma, y dentro de las paredes de membranas del sistema Solar, la Tierra estará tan solo a una sincronización de la entrada a la Federación Galáctica.

Como el movimiento inicial de regreso hacia la corriente evolutiva central, desde cuya línea de plomada, la última civilización industrial representó una notable aberración, la campaña por la Tierra será activada por caracteres o personajes arquetípicos humanos que expresan impresiones re-imprimidas por las frecuencias galácticas en la Convergencia Armónica.

 

Y no sólo eso, sino que muchos humanos también aprenderán que ellos expresan variaciones de la misma impresión. La membrana común poseerá el planeta una vez más.

 

En medio del regreso de recuerdos e impresiones, los principales serán los del Rey Arturo y el reino de Shambhala. La resonancia arquetípica clama por un círculo, por una mesa redonda de doce Caballeros y un Rey -de nuevo el trece mágico -para restaurar el Reino de Avalon. Avalon es la Tierra, y el Reino es nuestra regencia resonante y consciente sobre esta hermosa Tierra. Como un clan comprometido en la guerra, los Caballeros de la Mesa Redonda renacerán como la voluntad, para movilizarse y sacrificarse en beneficio de la causa de la Tierra, que es la causa de la luz.

 

Todo verdadero guerrero está ligado por el servicio a la luz.

Mientras la Mesa Redonda Arturiana resume el número trece de los mayas, el mito de Shambhala, el reino mítico del Asia Central, es un eco de los nueve Señores del destino galáctico, los señores mayas del tiempo, llamados en el Tibet los nueve grandes Lha. El mismo reino de Shambhala es el noveno, y es la figura central en un valle rodeado por ocho grandes montañas.

 

Sus habitantes, inspirados en las enseñanzas de la Kalachakra Tantra, la Rueda del Tiempo que recibieron de sus Reyes, todos ellos obtuvieron una condición de iluminación colectiva, y por eso ya no fueron visibles en la Tierra.

Pero, de acuerdo a enseñanzas dejadas atrás, existe la promesa de un regreso para ayudar a libertar al mundo del azote de los “Tres Señores del Materialismo”.

 

Este regreso se efectuará con la liberación de un arquetipo conocido como los Guerreros de Shambhala. El propósito del regreso es establecer el Reino de Shambhala en la Tierra. Pero entonces, ¿cuán diferente es este del regreso de Avalon, de los mandatos de Cristo referentes a la entrada en el reino de los cielos, o del regreso de Quetzalcóatl para restaurar un nuevo reino de trece cielos?

 

Cada variación arquetípica se enhebra como una cuenta de la percepción interior respecto al Zuvuya de los mayas. Como una resonancia múltiple, el mito abre sus puertas a una realidad que es profundamente inter-dimensional.

El gran regreso de la Convergencia Armónica, es entonces como el despertar de un trance cultural Es la oportunidad para todos de vincularse al Factor Maya y, en una palabra, de recibir la marca galáctica. Aunque a primera vista no parezca que somos mayas, para cuándo lleguemos al momento de la sincronización galáctica, nuestro modo de vida será en todo aspecto, moldeado según el estilo de vida de los mayas que nos precedieron en América Central.

 

Y nos encontraremos como mayas planetarios, poseyendo una tecnología espléndidamente sencilla y sofisticada, basada en el apareamiento de las frecuencias solar y psíquica, que armonizan la “proporción de los campos sensitivo?

 

Creando una tecnología no contaminante, nos permitiremos subsistir confortablemente en pequeños grupos bio-regionales enhebrados conjuntamente como nodos de información, en un sistema de comunicación que finalmente ha descartado los alambres. Y por último, valiéndonos de los ratos de ocio a los que nos ha adaptado nuestra genética, colectivamente llegaremos al conocimiento como si fuésemos una sola persona. Y en ese conocimiento, nuestra vida pasará a formar parte de una vida más grande.

 

El misterio de lo desconocido, que siempre ha estado haciéndonos señas, por la luz contenida en su interrogante, nos expandiría a otros niveles del ser y del conocimiento no imaginados por el ego que se ha consumido en la lucha de la antigua casa mental.

Como índice del grado de aceleración planetaria, la tecnología realmente se habrá transformado a sí misma.

 

A través de la sincronización, esta transformación nos mostrará que con toda nuestra utilería bio electromagnética, y con la programación galáctica del cuerpo de luz, somos nosotros mismos, los mayas que han regresado, quienes somos en nuestros propios cuerpos la mejor y más sofisticada tecnología que existe somos el camino más allá de la tecnología.

EL GRAN SELLO DE LA FEDERACIÓN GALÁCTICA
 

Regresar al Contenido