NEGOCIOS TURBIOS

No hay rubro en el que los derechos humanos se pisoteen tanto como en el del petróleo.

 

Para obtener ganancias a partir del oro negro, algunas multinacionales del petróleo financian guerras, pagan comandos asesinos y tornan inhabitables regiones enteras.

Alguna vez esta región debió de haber sido hermosísima: playas de arenas blancas y esteros con palmeras y manglares. Tierra adentro, un sistema de ríos ramificados en

medio de la espesura del bosque. Aguas ricas en peces, que ofrecían a los lugareños alimento y agua potable y alimentaban la tierra fértil. Gente amistosa, ciudades llenas de vida, naturaleza virgen y especies animales exóticas como el cocodrilo enano, el hipopótamo enano y el leopardo. Un paraíso turístico.

Pero por el delta del Níger, en el sur de Nigeria, no se ve ningún turista. La austríaca Susanne Geissler, quien visitó la región en enero de 2001 en el marco de un proyecto de la UE, describe la situación como la de una película de terror:

"Apenas se puede respirar. El paisaje se ve sólo a través de una capa de niebla gris. El aire está apestado por las plantas industriales y el tránsito. Y a través de ese velo gris resplandecen por todas partes unas llamaradas de gas ardiente de varios metros de altura". 1

Al principal culpable de este escenario fantasmagórico, que transformó una próspera región de unos 35.000 kilómetros cuadrados en un desierto industrial, aquí lo conocen todos:

se llama Shell.

 


Shell en Nigeria

La multinacional anglo­holandesa Royal Dutch Shell extrae y produce petróleo en el delta del Níger desde 1958, cuando este país aún era una colonia perteneciente a la corona británica.

 

Shell Petroleum Development Corporation (SPDC), la compañía subsidiaria local, es la principal extractora de petróleo en Nigeria. Casi la mitad de la producción nigeriana, de más de dos millones de barriles diarios2, va a parar a su cuenta.

 

Shell trabaja en estrecha colaboración con la compañía nigeriana nacional, Petroleum Corporation (NNPC), con la compañía petrolera francesa Elf y con la italiana Agip. Todas ellas conforman un holding.3

Pero desde el 10 de noviembre de 1995 se ha interrumpido la paz familiar. Ese día, el dictador nigeriano Sani Abacha mandó a matar a Ken Saro Wiwa, escritor y activista por los derechos humanos que había protestado durante años contra Shell.

 

Sus familiares afirman que por ese motivo había que apartarlo del camino.

 

Su asesinato colocó tanto al régimen como a la compañía bajo una fuerte presión internacional.


1 - Entrevista realizada por Klaus Werner el 19.3.2001
2 - En un barril caben casi 159 litros. En el año 2000, el precio por barril en el mercado mundial rondaba los 28,5 dólares. En una entrevista con el semanario alemán Die Zeit, Jeroen van der Veer, director ejecutivo de Shell, declaró: "Nuestras ventas mundiales superan los cinco millones de barriles de 159 litros por día, de los cuales nosotros solamente extraemos alrededor de 2,3 millones. Esto significa que más de la mitad del petróleo que vendemos tenemos que comprarlo al precio del mercado mundial." (Extraído del artículo "Wir machen gute Gewinne", publicado en Die Zeit, 39/2000)

3 - La SPDC se encuentra a la cabeza de una joint venture con la compañía estatal "Nigerian National Petroleum Corporation" (NNPC), que tiene una participación del 55 por ciento. Shell se queda con el 30%, y el resto se lo llevan la petrolera francesa Elf (10%) y la italiana Agip (5%)

 


Cómplices de la dictadura militar

Entre 1966 y 1999, Nigeria fue gobernada en forma casi ininterrumpida por dictaduras militares que, en su mayoría, cooperaron estrechamente con la compañía europea.

 

El más brutal de estos regímenes fue sin duda el del general Abacha, que comenzó el 12 de junio de 1993 y se extendió hasta su muerte en junio de 1998. Su mandato se caracterizó por la persecución de miles de opositores, por detenciones masivas y por ejecuciones, violaciones y saqueos llevados a cabo por altos jefes militares, pero sobre todo por un aumento generalizado de la corrupción y el enriquecimiento personal de las cúpulas políticas.

 

Abacha y su familia habrían depositado tres mil millones de dólares estadounidenses en 19 cuentas de bancos suizos y franceses,4 mientras que la mayor parte de los 120 millones de nigerianos ni siquiera tiene acceso al alimento, la educación y la atención médica. En 1960, año de la independencia de Nigeria, el 30% de la población vivía por debajo de la línea de pobreza.

 

Ese porcentaje fue creciendo hasta llegar al 70% en 1999.

Otros grandes beneficiarios de la corrupción y la explotación del país fueron las multinacionales petroleras, a quienes incluso se acusa de haber propiciado el ascenso de los militares al poder.

 

Como contrapartida, las empresas pudieron explotar a discreción las riquezas regionales del subsuelo.

 

De ese modo, no sólo se despojó al país de sus riquezas y se le quitó a la población sus posibilidades de desarrollo: la industrialización del delta del Níger, así como las instalaciones y los métodos antediluvianos de extracción utilizados por una de las principales petroleras del planeta, dejaron la tierra estéril por décadas, destruyeron la agricultura y la pesca, contaminaron el agua potable y el aire y redujeron la potencial explotación turística de la zona al nivel de una ocurrencia absurda.

En octubre de 1990, cuando los habitantes de la localidad de Umuechem convocaron a una protesta contra Shell, se desató una masacre. Amenazada por estas manifestaciones, la compañía recurrió a la tristemente célebre Unidad Móvil de Policía.

 

Unas 80 personas fueron asesinadas y 495 viviendas destruidas.5

 


La lucha de los ogoni

En 1993, el Movement for the Survival of the Ogoni People (Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni, MOSOP), bajo la conducción de Ken Saro Wiwa, logró movilizar a decenas de miles de personas en contra de la compañía Shell.

 

Esta resistencia finalmente logró atraer la atención de la opinión pública mundial, cuya presión obligó a uno de los más poderosos productores de petróleo del planeta a suspender por un tiempo sus extracciones en Nigeria.

 

Para reanudarlas, el gobierno de Abacha decidió adoptar brutales medidas de represión. Cabe recordar que en Nigeria la industria petrolera representa casi el noventa por ciento de los ingresos provenientes de la exportación. Cientos de ogoni fueron arrestados y ejecutados en forma arbitraria.

 

En total fueron asesinadas 2.000 personas, y se estima que unas 80.000 perdieron sus casas en los años posteriores.6


4 - "Des banques suisses accusées d'avoir accepté des fonds détournés au Nigeria", Le Monde, 6.9.2000
5 - "Some things never change", Tlie Guardian, 8.11.2000
6 - Ibidem

 

Dos años más tarde, Ken Saro Wiwa, de 53 años, fue ahorcado junto con ocho de sus compañeros, a pesar de las protestas internacionales.

 

El régimen alegó que los ogoni eran responsables de asesinar a varios jefes de tribus rivales y condenó a los nueve hombres a la horca.

La sentencia, dictada tras un juicio irregular, se ejecutó en Port Harcourt, la capital del estado nigeriano de River State.

"Mi energía intelectual y todos los medios de los que dispuse, mi vida misma la dediqué a una causa en la que creo firmemente y que no abandonaré ni con chantajes ni con amenazas", declaró ante el tribunal militar este hombre de prestigio internacional, quien se hizo acreedor al Premio Nobel alternativo.7

Como en todo el delta del Níger no se encontró a nadie que accediera a llevar a cabo la ejecución, hubo que traer al verdugo especialmente desde la ciudad desértica de Sokoto, situada a unos 1.000 kilómetros de distancia.

"La horca sigue estando allí. Cada vez que se cuela una corriente de aire por las sofocantes instalaciones carcelarias de Port Harcourt, la soga con el nudo corredizo todavía se balancea", escribió un periodista africano.8

Tampoco se revisó hasta el día de hoy esa injusta sentencia, ni siquiera se entregaron los restos mortales de Ken Saro Wiwa para que recibieran sepultura, a pesar de que hasta las Naciones Unidas pusieron en duda la legalidad de la sentencia.9

 


Proceso contra Shell

Lograr un tratamiento jurídico correcto en Nigeria era algo impensable.

 

Pero en los Estados Unidos existe una ley que permite efectuar demandas por violaciones a los derechos humanos aun cuando éstas se hayan perpetrado en otro lugar del mundo.

 

Por eso, algunos miembros de la familia de Saro Wiwa residentes en los Estados Unidos (entre ellos su hijo, Ken Wiwa, y el hermano, el doctor Owens Wiwa) acudieron en 1996 a un tribunal neoyorquino para obtener una indemnización por parte de Shell y su filial nigeriana.

Sus acusaciones:

Shell,

habría instigado al gobierno militar nigeriano a torturar y asesinar a Ken Saro Wiwa y a otros miembros del pueblo ogoni;

habría ayudado a lanzar las acusaciones de asesinato contra ellos, sobornando a tal fin a los testigos;

se habría apropiado de tierras para la extracción de petróleo sin pagar a cambio las compensaciones adecuadas;

habría contaminado el agua y el aire del lugar, quitándole a los ogoni su sustento vital;

habría reclutado policías y militares para atacar poblaciones locales. Esos ataques habrían causado muertos y heridos;

habría puesto dinero, armas y apoyo logístico a disposición de los militares, con el objeto de combatir a aquellos miembros de la población que se manifestaran contra la contaminación causada por la empresa.10


7 - "Mutiger Kámpfer für Menschenrechte", Rhein­Zeitung, 13.11.1995
8 - Hakeem Jimo: "Am Schauplatz des Verbrechens", die tageszeitung, 14.3.2001
9 - "Some things never change", Tlie Guardian, 8.11.2000
10 - "Supreme Court Rejects Shell Appeal in Right Case", Reuters, 23.3.2001

 

Entretanto, la compañía admitió que en 1993, por lo menos en una oportunidad, "se había visto obligada" a contratar en forma directa a fuerzas de seguridad nigerianas.11

 

Sin embargo, Shell rechazó las acusaciones e intentó impedir la demanda durante años alegando que las víctimas no eran ciudadanos americanos.

Por esa razón, en 1998 un juez federal norteamericano rechazó la demanda, pero el tribunal de apelaciones retomó el caso en septiembre de 2000 (dos meses antes del quinto aniversario de la ejecución) y lo derivó a la Corte Suprema en Nueva York.12

 

El abogado de la empresa envió una carta de protesta:

"Con esta decisión, prácticamente todas las multinacionales que cotizan en Bolsa en los Estados Unidos corren el riesgo de ser citadas por la Corte Suprema de Nueva York para enfrentar demandas que no tienen relación con los Estados Unidos ni violan ninguna ley federal."13

 

11 - "Erdól, Menschenrechte und Gescháftsmoral", Le Monde Diplomatique 12/2000
12 - The Guardian, noticia del 27.9.2000
13 - "US Supreme Court Clears Way for Relatives to Sue Shell over Saro­Wiwa's Death", The Itidependent, 27.3.2001
14 - Ibidem



Sin embargo, el 26 de marzo de 2001 la Corte Suprema de Nueva York anunció que daría curso a la demanda de la familia de Ken Saro Wiwa contra Shell. De este modo, surge la posibilidad concreta de que una empresa que opera internacionalmente deba rendir cuentas por su actuación en un Estado represivo.

 

Deeka Menegbon, secretario general del movimiento ogoni MOSOP, celebró la decisión neoyorquina:

"Fuera de Nigeria tenemos muchas más chances de que se haga justicia."14

El proceso comenzará después de finalizadas las investigaciones para este libro.

La familia, que responsabiliza a la empresa de "favorecer la ejecución de Saro Wiwa", exige varios millones de dólares en concepto de indemnización. Pero para Shell hay mucho más en juego que esos millones. Shell se está jugando su buena reputación.

 

Y en ese sentido, un proceso llevado adelante por un tribunal norteamericano no le hace nada bien a su imagen.

 


Ken Sato Wiwa y Brent Spar: imagen dañada

La imagen de la compañía no sólo se vio perjudicada por el asesinato del nigeriano Ken Saro Wiwa, sino también por los incidentes relacionados con la plataforma petrolífera Brent Spar.

 

La plataforma de perforación, anclada en el mar, 190 kilómetros al nordeste de las islas Shetland, sirvió como depósito transitorio de petróleo crudo entre 1976 y 1991. Para ahorrarse el costoso y complicado proceso de desguace, Shell pretendía hundir en el Mar del Norte el coloso de acero, con alrededor de 130 toneladas de lodo, metales pesados y desechos radiactivos.

La organización ecologista Greenpeace destapó e hizo pública la catástrofe ambiental en cierne. En una campaña sin precedentes, los Guerreros del Arco Iris consiguieron dañar la imagen de la compañía petrolera, a tal punto que ésta terminó abandonando la idea por propia voluntad.

 

Previamente, Shell había agudizado aún más la confrontación a través de peligrosos ataques tales como la utilización de camiones hidrantes contra los activistas, cosechando en respuesta una condena masiva de los medios. Los defensores del medio ambiente también cometieron un desliz por el que más tarde tuvieron que disculparse: por un error de medición, Greenpeace sobredimensionó la cantidad de petróleo que quedaba en la Brent Spar.

 

Pero la presión de la opinión pública era ya tan grande que en junio de 1995 Shell se declaró dispuesta a desguazar Brent Spar conforme a las normas.

En 1998, los ministros de Medio Ambiente de los quince países ribereños del Atlántico nordoriental prohibieron el hundimiento de plataformas petrolíferas en el mar.15
 



Boicot a Shell

Según una encuesta realizada en 1995, el 74% de los ciudadanos alemanes estaba dispuesto a boicotear a las gasolineras de Shell como medida de protesta frente al hundimiento pergeñado por la empresa.

 

El boicot de los consumidores provocó una caída de hasta un 80 por ciento en las ventas de la compañía.16 El entonces vocero de la Shell de Austria lamentaba que, incluso meses después, numerosos automovilistas seguían evitando los surtidores con el logo del molusco.17

Una agencia británica de información económica, que había sido creada por ex colaboradores del M16 (servicio secreto de ese país) y que mantenía relaciones con altos ejecutivos de Shell y BP, llegó incluso a introducir un espía entre los ecologistas.

 

Su misión era conocer de antemano las estrategias de aquéllos contra las petroleras multinacionales para que las empresas pudiesen reaccionar a tiempo.

 

Por ejemplo, cuando en 1997 Greenpeace planeaba manifestaciones contra las perforaciones de petróleo en el Atlántico, BP cubrió de demandas a los activistas ambientales antes de que la campaña terminara de ponerse en marcha.18

 

 

15 - Más detalles en http://www.greenpeace.de/GPDOK3P/BROSCHUE/AKTION/C12IAO2.HTM
16 - "Das Auge der Multis", BerUner Tagesspiege!, 10.12.2000
17 - Entrevista con Klaus Werner hacia fines de 1996
18 - "Das Auge der Multis", BerUner Tagesspiegel, 10.12.2000
19 - Extraído de un aviso publicitario aparecido en la revista Nezosweek

20 - "Some things never change", The Guardian, 8.11.2000

 


¿Precursores en temas de derechos humanos?

A todo esto, las empresas intentan presentarse como precursoras en la protección del medio ambiente y los derechos humanos.

 

Shell promociona su política empresarial "verde" mediante grandes avisos y fotos de selvas florecientes:

"Cuando buscamos reservas de petróleo y de gas en regiones delicadas, consultamos ampliamente a los diferentes grupos de interés locales o globales para asegurar que se preserve la biodiversidad en cada lugar.

 

(...)

 

Lo consideramos como una inversión importante para lograr nuestra meta: un desarrollo sustentable y un equilibrio entre progreso económico, protección ambiental y responsabilidad social."19

Otro tópico muestra el bello rostro de una mujer africana acompañado del texto:

"¿No es asunto nuestro? O es la médula de nuestros asuntos: los derechos humanos. Generalmente, no son una prioridad en los asuntos comerciales. Pero en Shell nos sentimos llamados a apoyar los derechos humanos fundamentales."

"Cuando Shell dice que respeta los derechos humanos, yo no les creo", responde Ike Okonta, de la agrupación ecologista Environmental Rights Action.

 

"Shell sigue trabajando en forma conjunta con el gobierno nigeriano. El objetivo es evitar el levantamiento y las protestas de la población local, que quiere que sus tierras vuelvan a ser fértiles."20

 


La empresa niega sus culpas

En la página de Internet de la SPDC (filial de Shell en Nigeria21), uno puede conocer la versión de la compañía acerca del conflicto con los ogoni.

 

Allí se señala:

"Las noticias sobre la muerte de los famosos ogoni, la ejecución de Ken Saro Wiwa y otros ocho generaron estupor y tristeza en la compañía SPDC"; pero "negamos rotundamente todas las acusaciones de violaciones a los derechos humanos".

La compañía se muestra abierta al diálogo con la población.

 

Sin embargo, considera que hasta ahora sus intentos han sido bastante infructuosos,

"probablemente a causa de la diversidad de opiniones entre los mismos ogoni".

En general, Shell no es muy capaz de reconocer las culpas por su comportamiento.

 

Por ejemplo, la empresa atribuye la mayor parte de los "aparentes daños ambientales" en el delta del Níger a sabotajes y actos de vandalismo:

"A nuestro entender, esos hechos han causado más derrames de petróleo que los habituales.

 

Por eso la acusación de destrucción ambiental aparece como exagerada y evidentemente para lo único que sirve es para desviar la atención hacia otros temas referidos a la lucha de los ogoni y al delta del Níger."

 


Acusaciones de sabotaje

Susanne Geissler, del Instituto Austríaco de Ecología, también oyó algo acerca de las acusaciones de sabotaje.

"Sólo que, independientemente de con quién uno hable, nadie cree en esas acusaciones. Con las destrucciones, Shell provocó una altísima desocupación juvenil. Y ahora se usa a los jóvenes desocupados como chivos expiatorios, imputándoles la destrucción de los oleoductos y echándoles así la culpa de la destrucción ambiental."22

 

"Vivo junto a este oleoducto desde que tengo uso de razón. En los últimos cuarenta años, jamás lo cambiaron ni le hicieron mantenimiento. Y ahora sencillamente se rompió. Yo lo vi: no fue un acto de vandalismo juvenil, sencillamente era demasiado viejo"23, cuenta un habitante de la región de Warri.

Ya en diciembre de 1998, activistas del pueblo ijaw protestaban contra esta historia del sabotaje:

"Estamos hartos de las antorchas de gas, de los derrames de petróleo y de las explosiones. Y también estamos hartos de que nos tilden de saboteadores y terroristas."

Lógicamente, la respuesta a esta declaración fue un golpe de los militares, en el que más de doscientas personas murieron asesinadas y muchas más fueron torturadas y encarceladas.

 

Los militares torturaron y violaron incluso a niñas de 12 años, según informa la agrupación de derechos humanos Human Rights Watch.24

 

 

21 - http://www.shellnigeria.com
22 - Entrevista con Klaus Werner, 19.3.2001
23 - Susanne Geissler: "Shell in Nigeria", Energiewende 1/2001 (en http:// www.ecology.at/magazin/energiewende.php)

24 - "Some things never change", The Guardian, 8.11.2000


 


Destrucción total del medio ambiente

Durante los últimos 35 años, la industria petrolera generó en Nigeria siete millones de metros cúbicos de residuos por perforaciones.

 

Esos residuos se arrojaron en lugares aledaños a los centros de producción. Según cifras oficiales, se producen alrededor de trescientas manchas de petróleo por año, derramándose en ellas 2.300 metros cúbicos.

 

El Banco Mundial calcula que la cifra es diez veces mayor.

"La causa de la mayoría de los accidentes fue el mal mantenimiento. Después de estar veinte años en terrenos pantanosos y húmedos, muchos oleoductos están totalmente oxidados", concluye un estudio realizado a pedido de Greenpeace.25

Como consecuencia aparecen los denominados oil spills (derrames de petróleo), que se producen con frecuencia en las inmediaciones de los pueblos.

 


La tierra escupe petróleo

Un video casero 26 muestra un hecho que ya casi ha pasado a ser parte de la vida cotidiana en esta región: julio de 2000, aldea de Ugbomron, estado nigeriano de Delta State.

 

Por encima de los manglares, inmediatamente detrás de las casas, se eleva una inmensa nube de humo negra que oscurece el cielo. Un oleoducto subterráneo se averió, el petróleo alcanzó la superficie y se transformó en llamas. Mujeres y niños recogen lo indispensable y se marchan de la aldea por la calle angosta que atraviesa la sabana.

 

Los hombres se reúnen a una distancia prudencial del foco de incendio y sólo atinan a observar cómo el bosque entero es alcanzado por el fuego.

 

Llega una autobomba con el logo amarillo de Shell. Los bomberos aplican extintores durante horas para apagar el incendio. Lo que queda es una alfombra de petróleo, negra y pegajosa, que cubre tierras y bosques. Y una pequeña laguna de agua, sustancias extintoras y petróleo, cuyo centro borbotea en forma ininterrumpida como el cráter de un volcán.

 

Cuando el primer rayo de sol atraviesa la nube de humo en retirada, estalla el júbilo.

 

Pero la alegría cede rápidamente el paso a la furia. La gente va desfilando delante de la cámara quejándose de que eso sucede continuamente, de que se repite una y otra vez:

"Shell deja que las cañerías se deterioren, el petróleo se filtra hacia la superficie y destruye todo lo que tenemos."

Muchos de los oleoductos datan de fines de los años cincuenta.

"Shell fue informada sobre las averías, pero no hace nada", dice Susanne Geissler.

Según la ecologista, los centros de producción también son completamente obsoletos:

"El gas que se origina en las refinerías como desecho industrial simplemente se quema. Antes nosotros también lo hacíamos, pero ahora ya existen tecnologías que permiten utilizar ese gas.

 

Por supuesto que tienen su costo, pero ¿cómo es posible que una multinacional en África pueda extraer todo lo que quiera sin invertir nada a cambio?"

Según el estudio de Greenpeace,

"el venteo de los gases residuales se realiza en aproximadamente sesenta centros, casi siempre al nivel del suelo, con un simple terraplén como única protección.

 

Algunas de esas plantas vienen quemando gas natural justo al lado de las casas desde hace treinta años, todos los días y durante las 24 horas."

En Nigeria se queman veinte mil millones de metros cúbicos de esos gases residuales por año.

 

Esto constituye una de las principales fuentes de emisión de los gases de efecto invernadero, que promueven en modo sustancial el recalentamiento del planeta.

"Como consecuencia de la defectuosa quema del gas natural, cada año llegan a la atmósfera 12 millones de toneladas de metano. Esto representa once veces la emisión total de metano en los Países Bajos", indica el estudio de Greenpeace.


25 - Jan Rispens: "Das Nigerdelta: Ein zerrüttetes Ókosystem. Die Rolle von Shell und anderen Ólkonzernen", estudio realizado a pedido de Greenpeace, 11/1996
26 - Oil Spillage in Ugbomron Village", video casero del 10.7.2000
 

 


La enfermedad breve y la muerte

La lluvia acida, generada por las llamaradas de gas y la quema de petróleo, no sólo dejó yerma la tierra.

 

También podría ser responsable de una enfermedad ampliamente extendida en la zona: la denominada "Brief Illness" o "Enfermedad Breve".

"Casi todo el mundo aquí tiene algún familiar que ha muerto a causa de esta enfermedad", relata Geissler. "Todo comienza con dolores de cabeza y dificultades respiratorias, seguidas por fiebre alta. La mayoría se muere dentro de los tres días."

Las víctimas se cuentan por miles.

 

Debido a la ausencia de investigaciones oficiales, la relación con la quema de petróleo y de gas no está comprobada. Médicos ambientalistas detectaron en los cabellos de las víctimas cantidades considerables de plomo, que provienen con seguridad de la contaminación. Incluso los peces (que alguna vez fueron un importante recurso alimenticio y fuente de ingresos) estarían altamente contaminados.

Shell, en cambio, se ve a sí misma como una bendición para la región. Según datos propios, la compañía destina alrededor de 60 millones de euros por año a proyectos sociales, lo cual la convierte en uno de los inversores más importantes de esa zona.

"Con quien tenemos que vérnoslas aquí es con una población perseguida por la pobreza que ha encontrado un camino para sacar provecho del negocio del petróleo", dice Dierdre Lapin, de SPDC, la subsidiaria de Shell.27

 


Cifras ridículas para proyectos solidarios

"¿60 millones? ¡Qué ridiculez! ¿Cuál es el costo de tener los ríos y las tierras así, tan contaminados que el sustento vital de la población ha quedado aniquilado por décadas?", replica Geissler.

 

"Tal vez estén especulando con que algún día la población de aquí se extinga de una vez por todas, así pueden extraer petróleo tranquilos."

En 1992, el movimiento ogoni MOSOP exigió a la compañía Shell el equivalente a unos once mil millones de euros como indemnización (sólo por los daños causados en su territorio desde 1958): siete mil millones en concepto de participación en las exportaciones de petróleo, cuatro mil millones por la destrucción ambiental causada en el país.

El MOSOP calcula que, contando desde el comienzo de la explotación petrolera, Shell realizó extracciones por un valor total de aproximadamente 35 mil millones de euros.28

Según Geissler, en las regiones que carecen de movimientos étnicos tan fuertes como el de los ogoni, no hay ni rastros de contribuciones para el desarrollo social.

 

Allí no se eliminan los desechos ni las aguas residuales, y la cuota anual de un colegio privado equivale al triple del salario mensual, tomando como base el ingreso mínimo.

"Así y todo, el cálculo es optimista, ya que la mayoría está desocupada."

Y agrega que la industria petrolera genera en toda Nigeria menos de 10.000 empleos, que para colmo están ocupados en gran parte por extranjeros.

 


Superación del pasado

Sin embargo, desde 1999 - es decir, desde que Nigeria es gobernada por un presidente electo, Olusegun Obasanjo, ex dictador militar devenido demócrata - ha habido muchos cambios.

 

El Estado intenta tímidamente investigar las consecuencias de la dictadura. Esto incluye los negociados de Shell.


27 - "Nigeria protests prompt development moves", Financial Times, 22.2.2001
28 - "Ogoni Wars: Arms Were Sponsored By Shell", This Day, Lagos, 25.1.2001


En junio de 2000, por ejemplo, un tribunal de Port Harcourt condenó a la SPDC a abonar una multa de 4 mil millones de nairas (41 millones de euros) por las consecuencias derivadas de un derrame de petróleo ocurrido en 1970.

 

Aún no hay una sentencia firme porque Shell apeló.

"La estrategia de Shell es dilatar el juicio", dice el abogado Ledum Mitee, líder electo del movimiento ogoni MOSOP. "Esto puede llegar a extenderse unos diez o veinte años más. Cuando paguen, los afectados ya van a estar muertos."29

Shell esgrime que entre 1967 y 1970 la compañía ni siquiera estaba en el país, ya que en esos años tuvo lugar la guerra de Biafra.

 

Pero, según cuentan los pescadores y agricultores afectados, el derrame de miles de litros de petróleo, que penetraron a varios metros de profundidad inutilizando la tierra y los ríos hasta el día de hoy, se debe a un oleoducto oxidado que ya en 1967 pertenecía a Shell y al que nunca le realizaron trabajos de mantenimiento.

En octubre de 2000, otras dos víctimas de los derrames de petróleo exigieron una indemnización por parte de Shell. Sostienen que desde hace 38 años sus tierras están expuestas a una continua contaminación producida por plantas de extracción mal mantenidas. Y que dos explosiones de petróleo, la última el 8 de agosto de 2000, contaminaron el agua potable y aniquilaron por completo la pesca y las cosechas.

 

Una de las víctimas, el agricultor Bariseru Nsenu, se quejó también por los problemas de salud que desde la explosión aquejan a él y a su hijo, en aquel entonces de dos meses de edad.

 

Dijo que la empresa había rechazado con desprecio su demanda de indemnización. Y que, no conforme con eso, también había enviado a sus agentes para amedrentarlo.30

En la actualidad, los medios nigerianos presentan ese tipo de noticias casi a diario.31 La que puede arrojar más luz sobre los hechos es una comisión especial, que está investigando el trasfondo y los motivos de las múltiples violaciones a los derechos humanos cometidas durante las distintas dictaduras militares desde 1966.

 

La Human Rights Violations Investigation Commission, presidida por el juez retirado Chukwudifu Oputa, fue creada el 14 de junio de 1999 con el principal objetivo de que las víctimas pudieran expresarse.

 

Pero la comisión de Oputa no posee facultades jurídicas, sólo tiene funciones consultivas.

De todos modos, la comisión, que en enero de 2001 sesionó con relación al tema de la extracción petrolera, constituye una amenaza para la Shell, ya que crea un foro para que todos puedan preparar demandas contra la compañía.

 

Fue a causa de esas demandas que la empresa se vio obligada a reconocer que en el año 1983 había comprado armas portátiles para las patrullas policiales del régimen.

 


Shell admite la compra de armas

El vicedirector de la subsidiaria SPDC, Egbert Imomoh, admitió ante el tribunal que las pistolas y municiones habían servido para proteger a la compañía de los "frecuentes atentados" contra sus instalaciones y contra el personal, pero dijo que, por lo que él sabía, las armas compradas por Shell no habían tenido otro uso que el de "disparar al aire".32


29 - "Nigeria fines Shell £ 26 m for 1970 spill", The Guardián, 27.6.2000
30 - "Shell's Oil Spillage Victims Demand N 700 m", P.M. News, Lagos, 30.10.2000
31 - En estas direcciones se pueden encontrar periódicos nigerianos: http:// www.postexpresswired.com, http://www.ngrguardiannews.com, http://www.this dayonline.com, http://www.cometnews.com.ng y http://www.vanguardngr. com.vag.htm
32 - "Shell Acknowledges Arms Purchases", Associated Press, 2 2.2001



En respuesta a ello, el presidente del MOSOP, Ledum Mitee, trajo a colación el caso de un joven discapacitado que fue fusilado por policías contratados para custodiar las instalaciones de Shell cuando pasaba casualmente por esa zona.

"En Gran Bretaña o en los Países Bajos, donde Shell también posee instalaciones, no se toleraría un hecho semejante", opinó el abogado, refiriéndose a la relación entre la compañía y los militares.33

A principios de 2000, Mitee exigió a la Shell International el pago de una indemnización a los ogoni. Al poco tiempo le incendiaron la casa y sufrió dos atentados.
 



La violencia continúa

Los ogoni exigen una disminución en los niveles de extracción petrolera.

 

En cambio, el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, presionó a Nigeria durante su visita en agosto de 2000 para que impulsara aún más la producción de petróleo.34

En octubre de 2000 fueron asesinados diez activistas nigerianos de la etnia de los ijaw que habían realizado una protesta contra la compañía petrolera italiana Agip.35 En enero de 2001 murieron al menos veinte personas en enfrentamientos entre milicias locales que se disputaban el control de dos estaciones de bombeo de Shell.

 

Al mismo tiempo, en otra región del país, cuatro kilómetros cuadrados de tierra quedaban inundados de petróleo tras la explosión de un oleoducto.36

Si hay algo que quedó claro ante la comisión de derechos humanos de Oputa en Port Harcourt es que no hay reconciliación posible. Porque ni los representantes de la anterior dictadura militar ni los dueños de las empresas mostraron el menor signo de arrepentimiento.

Al padre de Ken Saro Wiwa, un anciano al que los integrantes de la comisión visitaron en su casa en Ogoniland, todo esto dejó de importarle:

"¿Qué es lo que quieren de mí?", dijo Jim Wiwa a los jueces. "Mi hijo está muerto y yo estoy triste."37


33 - "Ogoni Wars: Arms Were Sponsored By Shell", This Day, Lagos, 25.1.2001

34 - "Clinton puts pressure cm Nigeria over drugs and oil", Observer, 27.8.2000

35 - "Some things never change", The Guardian, 8.11.2000
36 - "Shell­Pipeline explodiert", die tageszeitung, 11.1.2000
37 - "Am Schauplatz des Verbrechens", die tageszeitung, 14.3.2001
 

 


ANGOLA Y LA GUERRA POR EL PETRÓLEO

Nigeria sigue siendo el principal abastecedor de petróleo en África.

 

Pero en poco tiempo será superada por Angola, en cuya costa acaban de descubrirse inmensos yacimientos off shore, es decir, yacimientos petrolíferos situados en las profundidades marinas. En la actualidad, Angola ya está produciendo un millón de barriles de petróleo crudo por día.

 

Durante los últimos diez años, el gobierno angoleño obtuvo un ingreso de entre dos y tres mil millones de dólares anuales proveniente de las exportaciones de petróleo. Esto representa aproximadamente el 90% de su presupuesto nacional.

A través de estos ingresos, el gobierno del presidente angoleño José Eduardo Dos Santos financia una guerra civil que está devastando el país desde hace más de 25 años.

Angola era una de las últimas colonias africanas, pero el 11 de noviembre de 1975 logró independizarse de Portugal. Desde entonces, en la capital angoleña, Luanda, gobierna el Movimento Popular de Libertaqáo de Angola (MPLA), que antes era comunista pero cuyo líder, Dos Santos, abjuró en 1991 del marxismo­leninismo para adherir al capitalismo.

El MPLA tuvo el apoyo de la Unión Soviética y de Cuba hasta el fin de la Guerra Fría. El partido gobernante fue combatido por los rebeldes de la UNITA, cuyo líder, Joñas Savimbi, contó a partir de 1985 con el apoyo de los Estados Unidos.

 

Al principio ese sustento se concretó en forma secreta, pero ya al año siguiente Savimbi recibió oficialmente 15 millones de dólares del gobierno de Ronald Reagan por su "lucha contra el comunismo".

 


En lugar de riqueza, miseria

La historia oficial del país habla de cuatro guerras: 1974­76, 1985­88, 1992­94 y 1998 hasta hoy.

 

Pero en realidad, los enfrentamientos en Angola prácticamente no han cesado desde su independencia, con métodos de lucha de lo más cruentos. En este país - ubicado en el sudoeste africano, con una superficie de 1.250.000 kilómetros cuadrados - grandes extensiones se han vuelto inhabitables a causa de las minas terrestres.

 

Y uno se topa por todas partes con las víctimas, en su mayoría civiles:

"La gente pulula por la región arrastrándose como cangrejos despatarrados, con las piernas tullidas o amputadas, apoyándose sobre sus puños envueltos en harapos", así describe la situación el periodista norteamericano Jon Lee Anderson.38

Más de 100.000 personas viven con amputaciones por haber pisado una mina o porque alguna les explotó cerca.

A todo esto, Angola es un país rico. Además de petróleo, posee grandes reservas de cobre, diamantes, oro, hierro, algodón, azúcar, arroz, tabaco y peces. Tiempo atrás supo ser el tercer productor mundial de café. Sin embargo, "exceptuando las fábricas de prótesis" (Anderson), hoy ya no queda ninguna industria productiva.

 

Más del 80% de los 12 millones de angoleños viven en la pobreza. Tres de cada diez niños mueren antes de alcanzar la edad de cinco años. El número de muertos por causa de la guerra civil trepa a más de cien mil. Hay dos millones y medio de refugiados.

La culpa es de la guerra, que gira básicamente en torno al enriquecimiento personal de las élites locales.
 

 


La explotación del petróleo al servicio del tráfico de armas

Esta guerra se lleva a cabo con armas que fueron compradas con dinero occidental.

 

El líder de los rebeldes, Joñas Savimbi, controla las grandes minas de diamantes del país. Desde que la ONU prohibió las importaciones en junio de 1998, las piedras preciosas llegan a las joyerías de Occidente sólo a través de grandes rodeos (ver "Industria electrónica").

El gobierno, por su parte, financia la guerra con los ingresos provenientes de la

explotación petrolera. El régimen, resistido largamente por los Estados Unidos, probó suerte sobre todo con Francia. A comienzos de los años noventa, el ministro del Interior de ese país, el ultraconservador Charles Pasqua, se puso del lado del presidente Dos Santos. Y junto con él, la compañía petrolera francesa Elf.

 


Angolagate

Jean­Christophe Mitterrand, hijo del ya fallecido presidente francés Franqois Mitterrand, ofició como mediador.

 

Los sucesos que salieron a la luz tras su arresto en diciembre de 2000 se conocen en Francia como "Angolagate": Francia luchó por conseguir una influencia mayor en África.

 

Para ello contó con la ayuda de traficantes de armas que enviaron armamento por un valor de más de 500 millones de dólares al presidente angoleño Dos Santos, mientras que los Estados Unidos seguían apoyando al líder de los rebeldes, Savimbi.

Por su desempeño como mediador, Mitterrand júnior recibió 1,8 millones de dólares... en una cuenta en Suiza.

"Entretanto, las Naciones Unidas fueron expulsadas de Angola, ¿pero a quién le importa?", escribió el periodista Ulrich Wickert en el semanario Die Woche.39

 

"Gracias a la ayuda de Francia, Dos Santos tiene las mejores cartas. Ahora, de golpe y porrazo, todos los países occidentales acosan al jefe de la dictadura del petróleo.

 

Y es que los yacimientos petrolíferos que las compañías americanas descubrieron frente a las costas de Angola prometen generar ganancias incalculables, de modo que la lucha entre Francia y Norteamérica es, en realidad, la lucha entre dos compañías petroleras: la francesa Elf y la norteamericana Chevron. Hay miles de millones en juego."

 

38 - "Eine Geschichte von Blut und Ól", Die Zeit, 11 /2001
39 - "Schmutzige Saubermanner", Die Woche., 4/2001

 

 

Esta lucha se desarrolla a costa de la población angoleña.

 

Incluso los Estados Unidos, cuyas importaciones de petróleo provienen en más del 8% de Angola, se han puesto del lado del gobierno angoleño. Unas veinte compañías petroleras retozan en este país devastado por la guerra civil y planean inversiones multimillonarias para los próximos años.

 

Además de Chevron y del consorcio TotalFinaElf, están, entre otras, BP/Amoco, Texaco, Shell, Agip y Exxon Mobil, la empresa matriz que agrupa a Esso y a Mobil.

 


Corrupción

Todas ellas contribuyen a financiar la guerra.

 

De los cientos de millones de dólares que pagan las multinacionales del petróleo para obtener sus derechos de explotación, más de la mitad habría sido utilizada para las ofensivas militares contra la UN1TA. Una parte se destina oficialmente a la compra de armas y el resto se escurre por los oscuros canales de la corrupción y se destina a las "provisiones" y al tráfico ilegal de armas.

La agrupación inglesa Global Witness, defensora de la ecología y los derechos humanos, acusa a militares angoleños de alto rango de utilizar su participación en las ganancias del petróleo para comprar armas a la mafia rusa y revenderlas al gobierno por medio de testaferros.

"Una parte importante de los petrodólares de Angola contribuye al enriquecimiento personal y a satisfacer las necesidades de la élite gobernante".

Según esta agrupación, las multinacionales petroleras se han transformado en cómplices de una catástrofe humanitaria.

 

Por eso se les exige transparencia en sus datos de producción y en los pagos a las autoridades angoleñas, así como también que rompan relaciones comerciales con todo grupo que esté sospechado de traficar armas.

 

Según Global Witness, la única empresa que hasta ahora entregó una declaración de transparencia de este tipo es BP/Amoco.40


40 - Informe y comunicados de prensa de Global Witness en http://www.oneworld.org/globalwitness

 

 

 

SUDÁN - EL PETRÓLEO CUESTA SANGRE

Desde su independencia en 1956, el régimen militar de Sudán ha venido realizando un genocidio sistemático contra la población del África Negra que habita el sur del país.

 

Casi 2 millones y medio de personas murieron a causa de las masacres, la guerra, el hambre y los destierros masivos. Pueblos enteros borrados del mapa, miembros de comunidades cristianas encerrados y quemados vivos en sus iglesias, innumerables personas esclavizadas o torturadas hasta morir.

En 1992, desde la capital y sede gubernamental Jartum, la junta militar (de carácter fundamentalista islámico) declaró que el genocidio contra los sudaneses del sur era una "guerra santa". Esa guerra se lleva adelante, en parte, con niños soldados que el ejército del gobierno recluta en las calles de Jartum y arrastra al frente sin que sus padres lo sepan.

En el sur de Sudán existen pozos de petróleo que atesoran hasta tres mil millones de barriles de crudo. En esa región se extrae petróleo desde agosto de 1999.

 

Allí se enfrentan las tropas del régimen militar, células del Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA) y diversas milicias de menor envergadura.

"Al mismo tiempo, todos llevan adelante una guerra contra la población civil", escribe Sarah Reinke, miembro de la Asociación para Personas Amenazadas.41

 

"En realidad, los pueblos dinka y nuer, en cuyas tierras se halló el petróleo, podrían ser ricos. Pero allí reinan el hambre y la muerte."

Los ingresos provenientes de la exportación del petróleo brindan estabilidad al régimen militar, que financia su guerra con ese dinero.

 

Hassan Al Turabi, líder del Frente Islámico Na­ cional (NIF), actualmente en el gobierno, declaró públicamente en abril de 1999 que las ganancias provenientes del petróleo se utilizan para comprar armas.42

 

El gobierno destina aproximadamente la mitad de su presupuesto nacional, un millón de dólares por día, a la guerra contra el sur de Sudán. Los ingresos provenientes de las exportaciones de petróleo se calculan en alrededor de 400 millones de dólares por año.

 

 

41 - "Vólkermord im Südsudan", Asociación para Personas Amenazadas, http://www.gfbv.de/dokus/memo/sudoel.htm
42 - AFP, 30.4.1999


Las que llevan a cabo la explotación son las compañías petroleras canadienses, suecas, chinas, francesas y austríacas.

 

La organización de ayuda británica Christian Aid asegura que estas empresas son,

"cómplices del despoblamiento sistemático de amplias regiones del país, así como de los crímenes contra civiles, de los cuales decenas de miles fueron asesinados o expulsados de las regiones que circundan a los campos de petróleo", y exige que dichas compañías se retiren de Sudán.43

Según este informe, dado a conocer el 15 de marzo de 2001, las compañías petroleras están seriamente involucradas en la guerra que el gobierno lleva adelante contra los sudaneses del sur y colaboran con el régimen militar, y a cambio los militares protegen sus instalaciones y continúan con las violaciones a los derechos humanos.

"La guerra comenzó con la explotación petrolera", afirma un líder nuer citado en dicho informe. "Destruyeron todas nuestras haciendas, todo lo que está en los alrededores de los campos de petróleo."

"Quemaron todos los pueblos a lo largo de la ruta", cuenta otro. "El gobierno no quiere gente cerca del petróleo."

Un informe de Amnistía Internacional también denuncia la complicidad de las petroleras occidentales en los crímenes cometidos en Sudán:

"Cuando las tropas del gobierno, en nombre de la seguridad, violan derechos humanos en las zonas de extracción petrolera, las empresas extranjeras hacen la vista gorda."44

"La población civil que vive en los alrededores de los campos de petróleo se convirtió en blanco premeditado de maltratos", dice Maina Kiai, director de Amnistía Internacional en África.

Su lista de ataques documentados parece un informe desde el infierno.

Así, las tropas del gobierno "limpiaron" los alrededores de la ciudad de Bentiu, ubicada en medio de la zona petrolífera, con ráfagas de ametralladoras disparadas desde un helicóptero y bombardeos efectuados desde los Antonov rusos.

 

A esto se agregaron tropas de tierra que echaban a la gente de sus casas. Hubo fusilamientos masivos de hombres, hubo mujeres y niños clavados a los árboles con clavos de hierro.

 

En otros pueblos, los soldados degollaron a los niños y asesinaron civiles de sexo masculino incrustándoles clavos en la frente.

Las tropas rebeldes, que luchan por la independencia del sur de Sudán, también intentan lograr el dominio sobre las regiones ricas en petróleo. Un ex líder rebelde confesó que sus soldados habían ejecutado a un gran número de civiles, violado y secuestrado mujeres e incendiado aldeas enteras.

Para proteger al personal y a las instalaciones de las compañías que construyen los oleoductos, incluso se llegó a reclutar soldados afganos y malayos pertenecientes a la agrupación extremista islámica de los muyahidín. También a ellos se los acusa de haber cometido crímenes aberrantes contra civiles.

 

Una de esas compañías, que suministró más de 500 kilómetros de tuberías a Sudán, es la alemana Mannesmann AG.

Según Amnistía Internacional, la relación entre la compra de armas y las exportaciones de petróleo también es evidente: se afirma que, por ejemplo, el mismo día que los primeros barriles de petróleo abandonaron Sudán, desembarcó allí un cargamento de armas polacas. También hay documentos que prueban otros envíos de armas procedentes de China y Bulgaria.

El informe de Amnesty detalla también cuáles son las compañías involucradas en la explotación de petróleo en el sur de Sudán.

 

Entre ellas se encuentran el consorcio francés Total­FinaElf, al igual que la italiana Agip y la petrolera austríaca OMV, de cuya denominación anterior, ­ÓMV, se decía en otros tiempos, a modo de elogio, que era la abreviatura dé Ósterreicher mit Verantwortung, es decir, Austríacos con Responsabilidad (ver postura de OMV en la ficha correspondiente).

Las empresas BP/Amoco y Shell, acusadas por la agrupación Christian Aid de tener participación en compañías petroleras que operan en Sudán, niegan dicha imputación.

 

En cambio, la firma británica Rolls Royce admitió haber enviado motores diesel a Sudán con los cuales el petróleo se bombea hacia las terminales de exportación en el mar Rojo.

 

Sin embargo, el vocero de Rolls Royce, Martin Brody, dio a entender en declaraciones al periódico británico The Guardian que, a raíz de las críticas recibidas por parte de los grupos de derechos humanos, se replantearían las relaciones comerciales con Sudán.45


44 - "The human price of oil", Amnistía Internacional, 3.5.2000

45 - "Sudan: Oil Firms Accused of Fueling Mass Displacement and Killing", The Guardian, 15.3.2001

 

 

 

OTROS PROYECTOS CONTROVERTIDOS RELACIONADOS CON EL PETRÓLEO


Chad y Camerún

Amnistía Internacional teme que un proyecto petrolero diseñado para otros países africanos, Chad y Camerún, pueda "desencadenar una enorme tragedia humana".46

 

Las empresas Esso, Chevron y Petronas se disponen a explotar un gran yacimiento situado en el sur de Chad. A partir de 2003 se excavarían allí unos 300 pozos de sondeo. El petróleo cruzaría Camerún a través de un oleoducto subterráneo de 1.050 kilómetros de longitud y llegaría hasta la ciudad portuaria de Kribi.

"Tememos que este proyecto lleve a un empobrecimiento de la población, a una destrucción de las estructuras sociales generada por el desplazamiento de los habitantes y a una destrucción ambiental masiva en la zona de explotación y a lo largo del oleoducto", dice Günter Schónegg refiriéndose al proyecto petrolero Chad/ Camerún que encara la empresa alemana AG.

 

"La zona de explotación petrolífera viene funcionando desde hace años como escenario de un conflicto armado entre los militares de Chad y distintos grupos armados de la oposición", agrega Barbara Lochbichler, secretaria general de Amnistía Internacional en Alemania.

 

"Con este proyecto de explotación petrolera, el conflicto podría recrudecerse. Además, los defensores de derechos humanos, los políticos y los periodistas que critican el proyecto ya están siendo perseguidos, y sus vidas corren peligro."

Tendrían que ser evacuadas por la fuerza ciento cincuenta familias que viven en los campos de petróleo y miles de familias en los alrededores del futuro oleoducto. Los campos de cultivo y el agua potable quedarían contaminados.

 

En la región costera, que alberga un parque nacional y una de las playas más hermosas de Camerún y donde los hombres viven de la pesca y del turismo, se destruirían esas fuentes de ingresos. El pago de indemnizaciones no estaría previsto, o el monto previsto sería escandalosamente bajo.

 

De ese modo, esta gran región se encuentra bajo la amenaza de sufrir una situación similar a la vivida en Nigeria.

 


Rusia

El país más grande del mundo dispone de inmensas reservas de petróleo y gas.

 

La mayor parte de ellas se encuentra en Siberia. Según cálculos de la agrupación ecologista Greenpeace, allí se derraman año tras año 15 millones de toneladas de petróleo a través de los oleoductos averiados.47

 

 

46 - "Ól macht arm", comunicado de prensa de Amnistía Internacional y de la AG Erdólprojekt Tschad/Kamemn, Hannover, 29.9.2000
47 - "Russland versinkt im Ól ­ Ólmultis schauen zu", comunicado de Greenpeace del 22.6.2000

 


El suelo y el agua están altamente contaminados. Inmensas lagunas de petróleo destruyen el habitat de hombres, animales y plantas.

 

El profesor Veniamin Khudoley, médico y especialista en oncología oriundo de San Petersburgo, informa sobre Komi, la región de explotación petrolera situada en el nordeste de la Rusia europea:

"Entre 1995 y 1997, el noventa por ciento de los habitantes de Komi estaban enfermos. La permanente contaminación de petróleo en el agua potable y en los alimentos compromete la salud de la población.
 

Mucha gente sufre de cáncer, de afecciones pulmonares y en la sangre y de daños en los sistemas inmunológico y nervioso."

Greenpeace tuvo acceso a informes rusos oficiales, según los cuales sólo en la región de Komi habría alrededor de 220.000 toneladas de petróleo contaminando las zonas de explotación.

Un tercio de los oleoductos tiene más de 30 años y no recibe mantenimiento alguno.

 

Por cada tanque de cincuenta litros que se llena de gasolina o de gasoil, los oleoductos averiados de Rusia derraman diez litros de crudo. Greenpeace responsabiliza de ello no sólo al gobierno ruso, sino también a las compañías petroleras occidentales.

 

Alemania le adquiere a Rusia alrededor del treinta por ciento de su petróleo crudo, del cual la mayor parte fluye a través del Drushba, el oleoducto más largo del mundo. Este conducto, de 4.000 km de longitud, transporta el crudo hacia las refinerías de Schwedt y Leuna, en la región oriental de Alemania.

Schwedt pertenece a Ruhroel (filial de Veba), a RWE­DEA, así como a Agip, Elf y Total. La refinería Leuna pertenece a la compañía Elf.

Greenpeace señala que las compañías occidentales que adquieren petróleo y gas a Rusia se limitan a sacar los dividendos obtenidos gracias a su explotación y exige que al menos participen en el mantenimiento del oleoducto Drushba.

 

A propósito, el término ruso "drushba" significa "amistad".

 


Indonesia

En 1998, la revista de actualidad económica Business Week acusó a la compañía petrolera Mobil Oil de "complicidad" con las fuerzas armadas bajo el mando del general Suharto, por entonces dictador de Indonesia.48

 

En 1980, separatistas indonesios comenzaron a atacar centros de producción de Mobil. Ese mismo año se proclamó la ley marcial. Como consecuencia, hubo ejecuciones masivas y desapareció mucha gente.
 

 

48 - "Indonesia: What did Mobil know?", Business Week, 28.12.1998
 


Algunas de esas masacres se cometieron en las inmediaciones de la planta de producción de Mobil, en la provincia de Aceh.

 

Tras la caída del general Suharto, un comité de derechos humanos indonesio informó a la opinión pública en 1999 sobre la existencia de numerosas fosas comunes con cadáveres de cientos de personas, muchas de las cuales habían sido torturadas.

Mobil negó cualquier tipo de vinculación con los asesinatos. Sin embargo, la empresa admitió haber enviado víveres, combustible y equipamiento a los soldados encargados de custodiar las instalaciones de Mobil.

 

De acuerdo con la información suministrada por agrupaciones de derechos humanos indonesias, parte de ese equipamiento habría sido utilizado para cavar las fosas.

 


Myanmar

La petrolera francesa Total y su socia americana Unocal, mancomunadas con la empresa estatal Myanmar Oil & Gas Enterprise (MOGE), vienen explotando yacimientos de gas natural en Myanmar (la ex Birmania), desde 1996.

 

La Liga Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) acusa a ambas compañías de haber sacado provecho de las violaciones a los derechos humanos perpetradas por los militares birmanos en varias aldeas durante la instalación de un oleoducto. Asegura que la gente fue expulsada de la zona de explotación con la fuerza de las armas.

 

También habla de trabajos forzados y ejecuciones arbitrarias. Ambas compañías niegan cualquier vinculación directa con los crímenes.

 

Tanto Total como Unocal ven su presencia en Myanmar como una bendición para la población.

"En vista de la situación real del país, esa pretendida protección no suena muy convincente", escribe el periodista francés Roland­Pierre Paringaux.49

La junta militar que gobierna desde 1998 fue criticada en reiteradas ocasiones por los Estados Unidos, la UE y las Naciones Unidas.

 

En este país del sudeste asiático, la tortura y la esclavitud están a la orden del día. Por eso muchas empresas internacionales decidieron retirarse del país, señalando lo insostenible de la situación; entre ellas, firmas muy conocidas, como Heineken, Pepsi Cola, Levi Strauss, Motorola y la petrolera Texaco.

Según declaraciones formuladas por la líder opositora Aung San Suu Kyi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz, Total se ha convertido entretanto en el "mejor sostén" del régimen militar.


49 - "Erdol, Menschenrechte und Gescháftsmoral", Le Monde Diplomatique 12/2000

 

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LA CADENA ALIMENTARIA

Para que en Europa puedan consumirse alimentos baratos, muchas empresas recurren al trabajo infantil, la esclavitud, la explotación, el maltrato a los animales y la destrucción del medio ambiente.

 

Con sus campañas publicitarias, compañías como Nestlé ponen incluso en riesgo la vida de los lactantes. Sin embargo, existe una alternativa: el Comercio Justo.

Su precio era de unos 25 euros por unidad. No mucho. Por eso Amadou Bamba, el dueño de la plantación de cacao, se apuró a llevar dos. La primera de las mercancías compradas lleva el nombre de Abou, la segunda, dice llamarse Adama. Abou y Adama tienen diez años.

 

Desde que fueron adquiridos por su actual dueño tres años atrás, ambos se desloman trabajando en sus plantaciones junto con veinte niños más de entre ocho y catorce años de edad. Trabajan siete días a la semana, desde las seis de la mañana hasta las nueve de la noche, sin descanso.

Tres años atrás, un desconocido había encarado a los dos niños en la estación de ómnibus de Sikasso, al sur de Malí, cerca de su pueblo natal.

"Nos ofreció trabajo y dinero", contaban Abou y Adama al periodista francés Sónke Giard.1

Y como los niños, que por entonces tenían siete años, eran pobres, inexpertos y pasaban hambre, aceptaron la propuesta.

 

El tratante los llevó 800 km hasta una aldea llamada Toulé, en el centro de Costa de Marfil, al oeste de África, y allí los vendió a Amadou Bamba, quien los envió a su plantación de cacao sin pagarles un centavo.

Custodiados y asediados por perros, amenazados con látigos y machetes, los niños sudan bajo un calor abrasador. Descalzos, hunden el arado en la tierra; al que se lastima le escupen un poco sobre la herida.

 

Después, vuelta al trabajo.

"Jadean como si fueran viejos asmáticos, con los ojos sin vida, con la cabeza gacha colgando entre los hombros caídos", cuenta Giard.

Cuando Abou intenta huir, lo castigan obligándolo a pasar el día entero al rayo del sol, desnudo y con las manos atadas en la espalda.

 

Después de la jornada de trabajo, obligan a los otros niños a observar cómo Bamba lo azota con el "chicote".

 


Niños esclavos en las plantaciones de cacao

La agrupación de derechos humanos Terre des Hommes informó que hasta la fecha unos 20.000 niños provenientes de Malí fueron secuestrados y llevados a las plantaciones de cacao de Costa de Marfil.2

 

Estos niños son golpeados, maltratados y explotados.

"Lo que ocurre allí se llama lisa y llanamente esclavitud", dice Pierre Poupard, quien está al frente de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) en Malí.

 

"La mayoría ni siquiera sabe de dónde proviene, menos que menos dónde está. Los que intentan escapar del horror corren peligro de ser azotados o incluso asesinados por sus dueños."3

Entre 1441 y 1880, los distintos terratenientes coloniales europeos embarcaron como esclavos a 60 millones de africanos, muchos de ellos a través de Costa de Marfil.


1 - Sónke Giard: "Alies hórt auf 'de Gaulles' Kommando", artículo publicado en el periódico austríaco Der Standard el 7.10.2000
2 - "Schutz vor Schleppern", Terre des Hommes, 9/2000
3 - Cita extraída del artículo "Alles hórt auf 'de Gaulles' Kommando", Der Standard, 7.10.2000

 


La ex colonia francesa se independizó en 1960.

 

Sin embargo, con el tráfico de niños - se calcula que en África Occidental hay un total de 200.000 niños usados como mano de obra barata - se ha desarrollado una nueva forma de esclavitud.

 

Por paradójico que suene, la culpa la tiene la riqueza del país: Costa de Marfil es el primer productor mundial de cacao.
 



Hambre de chocolate

Desde que Cristóbal Colón descargó en 1502 un saco lleno de granos de cacao en la corte española, el chocolate se convirtió en el dulce más popular de Europa.

 

Casi la mitad de los dulces y las golosinas contienen chocolate. En Europa Central, cada año se consumen entre nueve y diez kilos de chocolate puro por cabeza. Esto equivale a casi dos barras de 100 gramos por semana por persona.4 Y eso sin contar las pastas untables y las bebidas hechas con cacao.

El producto final se elabora en su mayor parte en los Estados Unidos y en Europa. Con 260.000 toneladas de cacao procesado, Alemania se ubica en tercer lugar, detrás de Holanda y de EE.UU.

 

En 1998 hubo una producción de más de 700.000 toneladas de alimentos a base de chocolate, por un valor de casi 3.500 millones de euros.

El ochenta por ciento del cacao que importa Alemania proviene del oeste de África. En el mundo se procesan casi tres millones de toneladas de cacao, de los cuales Costa de Marfil, Ghana, Camerún y Nigeria exportan más de la mitad.5

Para explotar las tierras se traen trabajadores golondrina de los países limítrofes del norte. En Costa de Marfil trabajan alrededor de 2 millones de malienses. En el oeste de África hay alrededor de un millón doscientas mil familias de pequeños agricultores y un total de 11 millones de aparceros que viven de la producción de cacao.

Sin embargo, el margen de ganancias para los pequeños agricultores es extremadamente pequeño.

 

Por ejemplo, una productora mediana de cacao gana con su cosecha anual alrededor de 340 euros.6 La principal causa de ello son los bajos precios en el mercado mundial: en los últimos veinte años fluctuaron entre los 870 y los 4.000 euros por tonelada, con una fuerte tendencia a la baja.

 

Esto obliga a los agricultores a reducir al mínimo sus costos de producción, para lo cual los niños esclavos, que no cuestan más que un plato de polenta diario, vienen como anillo al dedo.

 


Las empresas alimenticias hacen bajar los precios

Los precios bajos van a parar a la cuenta de un puñado de empresas alimenticias, europeas y norteamericanas, que transforman el cacao en chocolate.

"La producción mundial de cacao está en manos de unas pocas firmas que poseen una red mundial de establecimientos agrícolas, plantaciones, fábricas y organizaciones comerciales", nos informa Gerhard Riess, del sindicato austríaco Agrar/Nahrung/Genufí.

 

"Esas compañías están en condiciones de imponer su voluntad a la totalidad del sector."7


4 - Boletín del sindicato austríaco Agrar/Nahrung/Genuss sobre el cacao, Viena, 9/ 1999
5 - Verein Partnerschaft 3. Welt (editor): Einkaufen veriindert die Welf. Die Auswirkungen unserer Ernihrung auf Ibmoelt und Entwicklung. Editorial Schmetterling, Stuttgart 2000, pág. 44
6 - Esto sucede en Ghana, según datos aparecidos en "Hinlergrundinformationen Schokoladenindustrie", sindicato Agrar/Nahrung/Genuss, Viena 2000
7 - Gerhard Riess: "Ein internationales Programm für Arbeitnehmer im Kakaosektor", sindicato austríaco Agrar/Nahrung/Genuss
 


Estas empresas dominantes a las que Riess se refiere son marcas muy conocidas (ordenadas según sus cifras de venta en el rubro golosinas):

  • Nestlé (Suiza), con sus marcas After Eight, Baci, KitKat, Lion, Nesquik, Nuts, Smarties, etc.
     

  • Mars (EE.UU.), con Balisto, Banjo, Bounty, M&M, Mars, Milky Way, Snickers, Twix, etc.
     

  • Philip Morris/Kraft Jacobs Suchard (EE.UU.), con Bensdorp, Daim, Finessa, Kaba, Milka, Mirabell Mozart­kugeln, Suchard, Toblerone, etc.
     

  • Ferrero (Italia), con Duplo, Ferrero­Roché, Hanuta, productos "Kinder", Mon Chérie, Nutella, etc.8

La situación empeora a causa de una reglamentación de la Unión Europea, que (otra vez, presionada por las empresas) ha permitido que desde marzo de 2000 el chocolate contenga una menor proporción de manteca de cacao, del orden de un 5% sobre el peso total.

 

Nestlé y compañía quieren sustituir la manteca de cacao por aceite de palma y otras grasas que serían más baratas que el cacao. Pero para los países productores esta reglamentación representa una pérdida anual de 580 millones de euros.

 

Los principales afectados son los pequeños agricultores, que cubren casi el 85% del mercado: esta reglamentación los ha privado de su única fuente de ingresos.9

 


Mercenarios contra los agricultores

Brasil es el cuarto productor mundial de cacao, después de Costa de Marfil, Ghana e Indonesia.

 

La mayor parte de las extensas plantaciones de cacao de la zona de Bahía pertenece a grandes latifundistas millonarios, los fazendeiros. Muchos de ellos ni siquiera viven allí mismo, sino en Río de Janeiro, Nueva York o París. En los campos de cacao trabajan más de 150.000 personas, muchas de ellas contratadas en forma temporaria.

 

El salario promedio ronda los 43 euros por mes.10

 

Y como con esa cantidad no se puede alimentar a una familia, es necesario que ayuden todos, incluso los niños y los ancianos, que por unos 30 euros hacen el trabajo, a veces hasta en la "estufa", el horno de secado, moliendo granos de cacao y pulpa a 60 grados para que la pasta quede sin grumos.

En los últimos años los agricultores han intentado ocupar tierras para trabajarlas ellos mismos. Pero los latifundistas los expulsan, ayudados por la policía y por sus propios mercenarios, los pistoleiros. Desde 1986 ya hubo 120 personas asesinadas o heridas.

Las plantas de cacao, desarrolladas en extensos monocultivos, son especialmente propensas a las plagas. Para combatirlas se utilizan grandes cantidades de insecticidas altamente tóxicos, que pueden provocar cáncer, enfermedades cutáneas, esterilidad y trastornos en los sistemas nervioso, respiratorio e inmunológico.

 

La mayoría de los campesinos que utilizan los rociadores son analfabetos y no entienden las instrucciones de uso de esos productos agroquímicos.

 

Según Gerhard Riess, experto en alimentos, las compañías fabricantes (entre ellas BASF, Bayer, Hoechst, Shell y Monsanto) no toman suficientes medidas para prevenir los graves daños de salud que ocasionan sus productos.


8 - "Hintergrundinformationen Schokoladenindustrie", sindicato Agrar/Nahrung/ Genuss, Viena 2000
9 - 'Henriette Gupfinger, Gabi Mraz, Klaus Werner: Prost Mahlzeit! Essen und Trinken mit gutew Gewissen. Viena, Editorial Deuticke 2000, pág. 157
10 - Gerhard Riess: "Ein internationales Programm fur Arbeitnehmer im Kakaosektor", sindicato austríaco Agrar/Nahrung/Genuss
 

 

 


Bananas venenosas

Existe otro alimento afectado por un problema similar: la banana.

 

En enero de 2001, el periódico berlinés die tageszeitung publicó el caso de Lucas Barahona, un trabajador bananero de Nicaragua:

"Los médicos me dijeron que me fuera a mi casa a esperar la muerte. La mía, la de mis hijos, la de toda mi familia."11

Barahona, de 44 años de edad, tiene cáncer de huesos.

 

Su hijita de 10 años es tan menuda que parece que tuviera cuatro. Y su hijito de cuatro todavía parece un bebé. Ni siquiera puede pararse solo. Ellos son parte de las 22.000 víctimas nicaragüenses del Nemagón, un producto fabricado en los Estados Unidos y utilizado por lo menos hasta fines de los años setenta para evitar que las bananas se agusanaran.

 

El producto se utilizó sin tomar suficientes medidas de precaución e incluso fue aplicado desde aviones. En Olanchito, una ciudad de provincia en el norte de Honduras, el médico Ornar González dio la voz de alerta en febrero de 1998: en su hospital, casi el 1% de los niños nacía sin cerebro.

 

González atribuyó esto al uso de Nemagón.

Nemagón es la marca comercial del dibromocloropropano (DBCP), un producto agroquímico catalogado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de alta toxicidad. En los años cincuenta, las compañías Dow Chemical y Shell Oil lanzaron al mercado el DBCP como un económico pesticida. Los experimentos con animales realizados por ellas mismas determinaron ya en 1958 que pequeñas dosis de DBCP causaban esterilidad, atrofia testicular y lesiones mayores en pulmones, hígado y riñones.

 

Sin embargo, ambas compañías ocultaron en un principio estos resultados, minimizándolos al presentarlos ante las autoridades norteamericanas como "no trasladables a los seres humanos".12

En 1977 se prohibió el DBCP en los Estados Unidos. Sin embargo, las empresas bananeras norteamericanas habrían seguido usándolo en Latinoamérica durante varios años más. En 1998, en Honduras se descubrieron depósitos subterráneos con barriles de DBCP pertenecientes a la compañía Standard Fruti (Dole).13

Alrededor de 25.000 ex trabajadores bananeros de Latinoamérica y Asia iniciaron demandas de indemnización contra las transnacionales Chiquita, Dole y Del Monte, y también contra Shell y Dow Chemical.

 

Chiquita, por ejemplo, se negó a pagar un resarcimiento a los trabajadores afectados, mientras que las compañías fabricantes del producto buscaron lograr acuerdos extrajudiciales, reacción que los demandantes interpretan como una confesión de culpa.14

 


Los plaguicidas causan dos millones de muertos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que son más de dos millones las personas que mueren cada año a causa de los pesticidas.

 

Según la Coordinación contra los Peligros de Bayer, en la isla filipina de Mindanao los bananales se rocían entre dos y tres veces al mes desde el aire con Nemacur, un pesticida desarrollado por dicho laboratorio alemán.

 

Este principio activo también está catalogado por la OMS como "sumamente peligroso" (tipo 1a).


11 - "Die Bananenseuche", die tageszeitung, 11.1.200
12 - J. Knirsch: "Exportierte Unfruchtbarkeit", dossier 22 de BUKO Agrar: Bananen, febrero de 2000, se puede solicitar en http://www.bukoagrar.de/banane.htm (ver también http://es.epa.gov/techinfo/research/ttirapest.html y "Economic, social and cultural rights. Adverse effects of the illicit movement and dumping of toxic and dangerous producís and wastes on the enjoyment of human rights", Economic and Social Council of the United Nations, 11.1.1999)
13 - "Mil barriles que contenían pesticida Nemagón fueron enterrados sin protección por bananera", hi Prensa, 18.4.1998, http://laprensahn.com/natarc/9804/nl8001.htm
14 - "Die Bananenseuche", die tageszeitung, 11.1.2001
 


Los habitantes de los alrededores no quedan a salvo del veneno ni siquiera dentro de sus chozas.

 

La exposición prolongada puede causar fiebre, irritación en los ojos, náuseas, sensación de mareo, diarrea crónica, erupciones cutáneas, asma e incluso cáncer.15

"Los niños que han estado jugando en la calle regresan a sus casas tosiendo y quejándose de que les duelen los ojos", relata Alona Tabarlong, del pueblo de Kamukhaan, donde este pesticida de Bayer se aplica en los bananales de Del Monte y de Chiquita.16

En Kamukhaan los bebés suelen nacer enfermos o con malformaciones.

 

Muchos padecen graves afecciones cutáneas de origen congénito. Es común que los lactantes mueran en el momento del parto o poco después.

En un informe reciente, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU denuncia las graves enfermedades que provocan los pesticidas de Bayer en Mindanao. Allí se menciona, además del Nemacur, otro producto de Bayer: Baycor.

 

El informe habla de una,

"situación alarmante que involucra el tráfico ilegal de pesticidas" y de "daños a la vida y a la salud generados por el uso indebido de estos productos en algunos países en vías de desarrollo".

Señala también que en Camboya, por ejemplo, circulan más de cincuenta tipos de plaguicidas peligrosos.

"Uno de ellos, el Folidol, es un producto sumamente peligroso fabricado por Bayer AG."17

En las distintas páginas Web de Bayer se siguen ofreciendo tanto el Folidol como el Nemacur y el Baycor.18

 


La banana - un símbolo político

Cada año se exportan más de once millones de toneladas de bananas, en su mayor parte a los Estados Unidos y a Europa.

 

Los países de la UE otorgan al Tercer Mundo ciertos beneficios arancelarios que, sin embargo, deberán eliminarse (tras una disputa de nueve años con los Estados Unidos y ante la amenaza de sanciones comerciales): compañías norteamericanas como Chiquita se sentían perjudicadas, y ahora quieren volver a exportar más bananas a Europa.19

 

Las organizaciones gremiales temen que los precios "sigan en caída libre", lo cual empeoraría aún más la situación social de los trabajadores bananeros.20

Hace mucho tiempo que el fruto sin carozo ocupa el centro de los intereses políticos. Fue el canciller alemán Konrad Adenauer quien, poco después de que finalizara la Segunda Guerra Mundial, sentó las bases para su difusión en Europa Central quitando a las importaciones de bananas las restricciones arancelarias.

 

A partir de entonces, el símbolo de crecimiento económico pasó a ser: a cada ciudadano su banana.


15 - "Tódliche BAYER­Pestizide im Bananenanbau", Coordinación contra los Peligros de BAYER 7/2000
16 - Ibidem
17 - "Economic, social and cultural rights. Adverse effects of the illicit movement and dvimping of toxic and dangerous products and wastes on the enjoyment of human rights", Economic and Social Council of the United Nations, 21.12.2000
18 - Folidol: http://www.bayer­agro.com/index.cfm7PAGE ID=132, Nemacur: http:// uscrop.bayer.com/nemacur.html, Baycor: http://www.bayer­ agro.com/index.cfm?PAGE ID=138
19 - "Endlich alies Banane", die tageszeitung, 12.4.2001
20 - "Neue Bananenordnung der EU, eine Bedrohung fur die Bananenarbeiter in aller Welt", Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA), Ginebra, 28.2.2001
 


La cosa continuó cuando en 1989 cayeron el Muro de Berlín y la Cortina de Hierro.

 

Los ciudadanos de la RDA se abalanzaron sobre las góndolas de los supermercados de Berlín Occidental, llevándose a sus casas el "fruto de la reunificación" en grandes cantidades.

 

Y algunos políticos austríacos se apostaron en la plaza principal de Bratislava para repartir bananas en persona entre la población eslovaca: vean qué gusto tan dulce tiene el libre mercado.

 


Explotación de las "repúblicas bananeras"

Pero lo que para unos significa progreso y bienestar económico, para otros es lisa y llanamente una explotación neocolonial.

 

Las estructuras del mercado mundial, que condenan a los trabajadores bananeros a condiciones de trabajo infrahumanas y una paga injusta, contribuyeron a perjudicar la reputación que tiene la fruta amarilla:

"Las técnicas actuales de producción impulsan a las transnacionales a una perpetua consecución de nuevas tierras (y menores costos laborales), dejando atrás ecosistemas devastados y vidas destruidas", critica la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación.21

Las tres grandes empresas frutícolas,

  • Chiquita (United Brands)

  • Dole (Standard Fruit)

  • Del Monte,

...controlan el comercio de bananas desde hace alrededor de cien años.

 

Ellas producen, compran y distribuyen entre el 65 y el 70% de las exportaciones en todo el mundo. La construcción de su posición hegemónica degradó a muchos países latinoamericanos hace ya varias décadas a la categoría de "repúblicas bananeras", en las cuales las empresas con poderío económico a menudo tenían más peso político que los representantes oficiales del pueblo.

 

Estas empresas norteamericanas se apropiaron de grandes extensiones de tierra y se aseguraron el control sobre los medios de transporte y comunicación. Dentro de este contexto, sobornaron a funcionarios y derrocaron a los gobiernos latinoamericanos que, a través de reformas agrarias, intentaban asegurarle un ingreso mínimo a la población rural.

Hasta el momento, las huelgas de los trabajadores fueron brutalmente reprimidas.

 

En 1999 se produjeron despidos masivos en tres plantaciones pertenecientes a una subsidiaria guatemalteca de Del Monte; acto seguido, doscientos hombres armados hasta los dientes atacaron a la dirigencia gremial, que había organizado una protesta masiva contra los despidos.

 

Presionada por la opinión pública, Del Monte se vio obligada a tomar distancia de los hechos de violencia.22

Desde entonces, los dirigentes sindicales están apostando cada vez más a informar a los consumidores:

"Hoy en día, las campañas públicas tendientes a imponer normas laborales y ambientales mínimas en la industria bananera tienen mucho eco entre los consumidores y son cada vez más eficaces."

 


Naranjas amargas

Gracias a una de esas campañas, otro alimento pasó a ocupar hace algunos años el centro de la atención pública: la naranja.

 

Más precisamente, el jugo de naranja. Los alemanes toman casi diez litros de jugo de naranja por año. Y en Austria el consumo per cápita es de aproximadamente veinte litros.

Más del 90% del volumen consumido en Europa proviene de Brasil. Con alrededor de 650.000 toneladas anuales, la Unión Europea es el principal comprador del jugo concentrado brasileño, cuya producción total ronda el millón de toneladas.


21 - "Kommt es zur Einhaltung globaler Gewerkschaftsrechte?", Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA), 4.12.2000
22 - Ibidem
 


A todo esto, la Unión Europea tiene dificultades para hacer llegar a los consumidores su propio excedente de naranjas (que provienen en su mayor parte de España)

 

La razón es muy simple: el jugo de naranja brasileño es mucho más barato.

El porqué es evidente: mientras los europeos pagan alrededor de 1 euro por cada litro de jugo, los cosecheros brasileños reciben en promedio cuatrocientas veces menos: sólo un cuarto de centavo.

 

Un pequeño porcentaje se va en transporte y almacenaje; la parte del león se la llevan las grandes compañías, que producen y comercializan el jugo de fruta y tienen enormes márgenes de ganancia.

En Europa, siete de las diez compañías más grandes son alemanas. Las marcas más conocidas las producen la Eckes AG (Granini, Hohes C, Dr. Koch, Fruchttiger, entre otras), Procter & Gamble (Púnica) y Coca Cola (Minute Maid y Cappy).

Una buena parte de las naranjas se cosecha al noroeste de San Pablo, la gran metrópoli industrial de Brasil. Allí, el inmigrante alemán Cari Fischer comenzó a industrializar el cultivo a mediados de los años sesenta. Al día de hoy, cinco familias ejercen su dominio sobre más de 150 millones de naranjos y alrededor de 70.000 cosecheros.

La cosecha se controla con tecnología ultramoderna: un simple clic en el mouse, y en las pantallas de las computadoras de la planta procesadora Paraná Citrus, por ejemplo, aparecen todas las hileras de árboles que ya están listos para la recolección en un radio de cincuenta kilómetros.

 

Desde allí se indica cada día a los cosecheros dónde tienen que trabajar.

Según Helmut Adam, de TransFair Austria, una organización que compra productos del Comercio Justo a los países del sur, el salario de estos trabajadores se encuentra alrededor de un tercio por debajo del mínimo necesario para la subsistencia.23

 

Y desde la reforma legal de 1995, los cosecheros, que ahora pasaron a tener el estatus de "empresarios independientes", ni siquiera cuentan con un seguro social.

Por cada cajón de naranjas, los asalariados reciben el equivalente a unos 0,15 euro. Si llegan al máximo rendimiento y llenan 80 cajones en un día, reciben un jornal inferior a los 12 euros. El monto necesario para cubrir sus necesidades básicas se asemeja al de Europa Occidental.

 

La época de cosecha se extiende como máximo seis meses; durante lo que resta del año, los trabajadores carecen de ingresos, ya que prácticamente no existen otras fuentes laborales en la región.
 



Los bajos salarios conducen al trabajo infantil

Como casi ningún cosechero está en condiciones de mantener a su familia, también hay muchos niños que trabajan en las plantaciones.

 

Niños de entre diez y catorce años de edad tienen que cargar bolsas de naranjas de 25 kilos durante catorce horas al día. Según cálculos de la central obrera CUT, en 1994 el 15% de los cosecheros de naranja de San Pablo tenían menos de 14 años. En 1996, en la región de Itápolis, uno de cada tres niños de origen pobre seguía trabajando de cosechero.24

Desde que las asociaciones de derechos humanos y los sindicatos denunciaron esta situación, la mayoría de las compañías occidentales que producen jugos de fruta prohibieron el trabajo infantil entre sus proveedores.


23 - "Fünf Familienclans dominieren", Der Standard, 26.11.1999
24 - "Bittere Orangen", folleto publicado por el Instituto Südwind, Viena 1997
 


La Asociación Brasileña de Exportadores de Cítricos (Abecitrus) también asumió en 1999 el compromiso de respetar en forma consecuente la prohibición de trabajo infantil y, al mismo tiempo, prometió generar proyectos de ayuda a los niños con fondos creados especialmente a tal fin.

 

Daniela Kapellari, gerente de Ventas de Rauch, la marca de jugos de fruta líder en el mercado austríaco, declaró en una entrevista para el libro Prost Mahlzeit! Essen und Trinken mit gutem Gewissen (¡Buen provecho! Comer y beber con conciencia):

"El trabajo infantil realmente era un tema hace cinco, seis años. Pero ahora estamos en condiciones de probar que ya no se contratan más niños como cosecheros."25

Algunas agrupaciones de derechos humanos, como la Agencia Südwind, consideran que esta afirmación es un poco aventurada.

 

Aun cuando se está comprobando en todas partes una disminución del trabajo infantil motivada por la presión de la opinión pública, cada tanto aparecen nuevos estudios e informes de testigos oculares, de acuerdo con los cuales todavía hay menores de 14 años deslomándose en los naranjales.26

Lo que pasa es que la prohibición de las empresas no solucionó el problema central: los salarios bajos. Y es probable que sigan sin solucionarlo si no existe presión por parte de los consumidores.

Consultada sobre la posibilidad de importar jugo de naranja a través del Comercio Justo, la gerente de Ventas de Rauch dijo que no rechazaba ideas de ese tipo, pero que "en definitiva, los números tienen que cerrar."

 


McDonald's y los pecados de la carne

Una empresa que hace tiempo está en la mira de muchas organizaciones de consumidores es la cadena de comida rápida McDonald's.

 

Cada cuatro horas se inaugura un nuevo McDonald's en algún lugar del planeta. Las sucursales del imperio de la hamburguesa, unas 30.000, ya están diseminadas por 118 países. El 36% de los ingresos de la empresa proviene de Europa.27

La cadena de restaurantes más grande del planeta es, al mismo tiempo, el principal comprador mundial de carne vacuna y, en los Estados Unidos, el primer comprador de carne en general.

McDonald's ya era criticada en los años ochenta porque la mayor parte de la carne que iba a parar al estómago de los estadounidenses - en forma de rodaja, entre dos rebanadas de pan blanco - provenía de Sudamérica. Enormes superficies de selvas tropicales sucumbieron allí ante la necesidad de obtener tierras de pastoreo para el ganado de esta multinacional norteamericana.

En 1997, durante un sonado juicio de la multinacional contra dos de sus críticos en Londres, trascendió que a lo largo de esa década McDonald's había seguido exportando carne vacuna brasileña hacia Suiza y Gran Bretaña. Los testigos confirmaron ante el tribunal que estancias brasileñas y costarricenses continuaban proveyendo carne vacuna a la empresa norteamericana.

 

Según sus declaraciones, las estancias estaban ubicadas en terrenos pertenecientes a la selva, cuyo desmonte obligó a expulsar a parte de la población nativa.28


25 - Gupfinger/Mraz/Werner: Prost Mlhlzeit!, Viena 2000, pág. 100
26 - En Einknufen verandert die Welt, Editorial Schmetterling (Stuttgart 2000, pág. 44), la Asociación Amigos del Tercer Mundo señala inclviso qvie más de la cuarta parte de los trabajadores de los naranjales son niños
27 - Siegfried Pater, Zwn Beispiel McDonald's. Editorial Lamuv, Gottingen 2000
28 - Ver en http://www.mcspotlight.org
 


En la actualidad, la carne que se sirve en las 5.200 sucursales europeas de la cadena proviene del ganado europeo.

 

Más de 30.000 toneladas anuales de carne vacuna pasan por la picadora sólo para los McDonald's alemanes. Esto equivale al 40% de la producción total de carne bovina en Baviera. Sin embargo, en la Unión Europea, alrededor de un tercio del forraje necesario para alimentar el ganado es importado. La mitad de esas importaciones procede de países del llamado Tercer Mundo.

 

Allí se destinan enormes extensiones de terrenos a la siembra del forraje, terrenos que por lo general son los más fértiles y favorecidos por el clima y que quedan de ese modo inutilizables para la producción local de alimentos.

Para obtener carne, en el mundo se destinan al engorde 1.300 millones de cabezas de ganado bovino.

 

Aproximadamente la mitad de la cosecha mundial de cereales, es decir, 600 millones de toneladas anuales, se utiliza como forraje. En Brasil, la quinta parte de los terrenos cultivables ya está ocupada con forrajes para los países de la UE.29

 

Al mismo tiempo, crece el hambre: las vacas de los ricos se comen el pan de los pobres.

 


Los gases expelidos por los bovinos recalientan el planeta

Más allá de lo dicho, el consumo masivo de carne también es cuestionable desde el punto de vista ecológico.

 

La cría de bovinos, por caso, contribuye en gran medida al recalentamiento terrestre. Alrededor del 85% de los cambios climáticos originados por la agricultura son atribuibles a la producción de forrajes.

 

La culpa es (fuera de broma) del gas metano que expele cada tanto el estómago de los rumiantes (ver el film "Cowspiracy").

"Por lo tanto - tal como concluyó acertadamente una comisión de expertos del Parlamento alemán - una vaca promedio puede generar el mismo efecto invernadero que un automóvil promedio."30



Animales torturados por la industria del fast­food

Las entidades protectoras de animales también critican los métodos utilizados por las empresas de fast­food.

 

En los establecimientos industrializados, los animales viven en un espacio muy reducido y son tratados como máquinas. A los toros se los castra sin anestesia. Por lo general, no hay ventilación ni espacio para pastar.

 

La alimentación sé realiza sobre la base de pienso concentrado, el cual suele ser enriquecido con hormonas y antibióticos para que los animales crezcan y se desarrollen con mayor rapidez... y lleguen antes al matadero.

 

Sin embargo, muchas de estas criaturas sobre-engordadas mueren mientras son transportadas al matadero o incluso antes.

Por esa razón, la organización People for the Ethical Treatment of Animáis (PETA) recurrió a métodos drásticos para protestar contra las prácticas aberrantes instrumentadas en los establecimientos proveedores de las cadenas de fast­food. Frente a los restaurantes de la cadena McDonald's de 23 países, los activistas repartieron unas cajitas similares a las que la empresa prepara para los niños.

 

Pero estas cajitas contenían fotos y muñequitos que imitaban a animales cruelmente sacrificados.

 

La reacción no se hizo esperar: En agosto de 2000, McDonald's anunció que se ocuparía de implementar condiciones de producción menos crueles hacia los animales.31



29 - Cifras extraídas de Siegfried Pater, McDonald's, Gottingen 2000 y de Gupfinger/ Mraz/Werner: Prost Miihlzeit!, Viena 2000
30 - Informe final de la Comisión Enqviete "Protección de la Atmósfera Terrestre" del Parlamento alemán, Económica Verlag, Bonn 1995
31 - "Happy hen, happy meal ­ McDonald's chicks fix", U.S. News & World Report, Business & Technology, 4.9.2000 (véase también http://www.meatstinks.com/mcd/index.html)
 


En abril de 2001, Burger King, la segunda cadena norteamericana de fast­food, cedió también a la presión de la calle y prometió realizar mejoras.32 Eso sí, entre efectuar esos anuncios y lograr un tratamiento más ecológico o justo hacia los animales todavía hay un largo trecho.

 


La crisis de la vaca loca pone bajo presión a las empresas de hamburguesas

A todo esto, las hamburgueserías se encuentran bajo una inmensa presión, sobre todo desde que se desató la crisis de la vaca loca en Europa y desde que la fiebre aftosa se propagó rápidamente a principios del año 2001.

 

La encefalopatía espongiforme bovina (EEB) condujo a la matanza de millones de cabezas y a una crisis agrícola generalizada, primero en Gran Bretaña y a partir de la segunda mitad del año 2000 también en el continente europeo.

 

Al día de hoy, el número de muertos a causa de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (a la cual se la relaciona con la EEB) ya asciende a unas cien personas.

 

Esta coyuntura estuvo a punto de provocar el colapso del mercado de la carne bovina. Una de las empresas más afectadas por la crisis fue el líder mundial, McDonald's.

A principios de 2001, la gerencia de la multinacional informó que sus ventas en Europa habían caído un diez por ciento en el trimestre anterior. La caída fue atribuida, por lo menos en parte, al miedo de los consumidores frente al mal de la vaca loca.33

 

En tan sólo tres meses (desde enero hasta comienzos de abril) la cotización de las acciones de McDonald's descendió bruscamente un 22 por ciento.34

 

Para colmo de males, el 13 de enero se notificó un presunto caso de EEB en la fábrica de carne italiana Cremonini, proveedora exclusiva de la empresa de las hamburguesas.35

"Las vacas locas... ¿aniquilarán al BigMac?", planteaba con preocupación una revista norteamericana a propósito de estas cuestiones.36

Si así fuese, pagarían por una vez los pecadores.

 

Porque los bovinos, que en realidad son herbívoros, fueron alimentados con harina de origen animal, y fue eso lo que llevó a la propagación de la epidemia en Europa.

 

El crecimiento perverso de la cría industrializada no es nada más ni nada menos que la consecuencia lógica de la filosofía de McDonald's: una filosofía que busca aumentar las ganancias a cualquier precio.

"El mal de la vaca loca se está convirtiendo en la peste del comercio globalizado", afirma James L. Watson, un profesor de Harvard que conoce a fondo el consorcio de las hamburguesas.

Según él, McDonald's y la EEB son engranajes de un mismo sistema.37 Dentro de ese sistema Watson incluye también a la tecnología genética.

Desde 1996, los envíos hechos por las empresas norteamericanas a Europa también contienen forrajes modificados genéticamente. En julio de 2000, la organización ecologista Greenpeace comprobó que McDonald's alimentaba con soja transgénica a los pollos, a los mismos que luego vendía como McNuggets y hamburguesas McPollo.

 

Fueron necesarias las protestas de los consumidores para que la empresa declarara que, a partir de abril de 2001, dejaría de utilizar productos modificados genéticamente.38


32 - "Burger King to audit animal treatment", Reuters, 2.4.2001
33 - A 2.400 millones de euros en el último trimestre de 2000; fuente: BBC News del 31.1.2001
34 - "Appetites Waning for McDonald's", CNBC.com, 3.4.2001
35 - "BSE­Verdacht bei Zulieferbetrieb von McDonald's", Netzeitung (http:// www, netzeihing .de), 16.1.2001
36 - "Will Mad Cows kill the BigMac?", Salón News, 26.3.2001
37 - Ibidem
38 - Comunicado de prensa de Greenpeace del 14.11.2000

 

 


La tecnología genética: un arma maravillosa

Uno de los argumentos que se esgrimen recurrentemente para apoyar el uso de la tecnología genética en la agricultura es su posible utilización para combatir el hambre en el mundo.

 

Según datos aportados por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), más de 800 millones de personas, es decir, casi el 15 por ciento de la población mundial, están afectadas directamente por el hambre. Mientras tanto, la población mundial va creciendo año tras año: Se estima que para el año 2050 la cifra alcanzará los 10.000 millones.

 

En la actualidad (2003), somos poco más de 6.000 millones.

A través de la manipulación de la información genética de las plantas, las empresas agrícolas pretenden aumentar la producción de alimentos de tal manera que "nadie más tenga que pasar hambre". Así de sencillo. Gracias a la manipulación, las plantas podrían "aprender" a crecer rápidamente y en gran número, incluso en condiciones adversas, y, además, se volverían inmunes a las plagas y las enfermedades.

Demasiado bello para ser cierto. En realidad, el hambre en el mundo no se debe tanto a una producción agrícola insuficiente sino más bien al reparto injusto de esas riquezas.

 

Bastan como ejemplo los casos de explotación agrícola mencionados en este capítulo.

 


"Contratos esclavistas"

Para la naturalista india Vandana Shiva, la tecnología genética acentúa aún más la explotación de los países pobres.

 

Las empresas patentan las semillas que desarrollan, argumentando que tienen derecho a recibir una compensación por sus inversiones en investigación.

 

De modo que si un agricultor utiliza porotos de soja de la firma Monsanto, no puede seguir cultivándolos como hizo desde siempre, sino que debe volver a comprar las semillas tras cada cosecha.

"Es una suerte de contrato esclavizante, a los granjeros se les prohibe reutilizar sus semillas, un derecho que les había pertenecido desde siempre", dice la ganadora del Premio Nobel alternativo.

 

"El cultivo propio se considera delito. Las actividades normales del campo se califican como un delito por el cual uno puede ser perseguido, multado y encarcelado. De ese modo corremos peligro de caer en una nueva forma de colonialismo industrial en el que no sólo los campesinos, sino también países enteros pierden sus derechos."39

Por lo tanto, el interés principal de las multinacionales que disponen de tecnología agrícola es comercializar su producción agropecuaria.

 

Quienes tienen una visión crítica como Vandana Shiva temen que un puñado de empresas controle gran parte de las reservas alimentarias mundiales y llegue a tener un poder insospechado.

 

A la cabeza de ese grupo se encuentra la compañía suiza Syngenta (la fusión de Novartis y AstraZeneca)

 

Le siguen,

  • Monsanto (EE.UU.)

  • Aventis (Francia)

  • BASF (Alemania)

  • DuPont (EE.UU.)

 


La tecnología "Terminator" - Hasta la vista, granjero

Algunas de estas compañías acaban de desarrollar un nuevo método genético que torna innecesarios los contratos mordaza anteriormente mencionados: se trata de la tecnología "Terminator".


39 - Entrevista con Klaus Werner realizada el 26.3.1997 (publicada en Politische Okologie, número 53, 1997)
 


Este método permite desactivar la capacidad germinativa de todas las semillas producidas por una planta, obligando a los campesinos a realizar la compra año tras año.

 

En enero de 2000, la compañía norteamericana Delta Pine and Land Seed Company, la mayor productora mundial de semillas de algodón, anunció su primera aplicación comercial.40

Sobre todo en los países pobres, esto está fuera del alcance de la gente. En la mayoría de las regiones hay variedades adaptadas localmente que se cultivan desde hace varias generaciones y que crecen incluso en condiciones climáticas adversas. Sin embargo, justamente en esos países existen muchos pedidos de patentamiento.

 

La sospecha es inevitable: primero las empresas intentan acaparar el mercado con ofertas económicas o directamente regalando semillas, para que luego, tras haberse adaptado a los nuevos cultivos, los agricultores terminen dependiendo de otros obsequios.

 


Los pequeños regalos conservan la dependencia

La sospecha no es infundada, tal como demuestra otro ejemplo extraído de la industria alimenticia.

 

En los años setenta, Nestlé y otras compañías del ramo se convirtieron en el blanco de las críticas lanzadas por las organizaciones de ayuda. A través de campañas publicitarias millonarias, inducían a las madres jóvenes a que alimentaran a sus bebés con productos artificiales.

 

Para ello utilizaron recursos perversos: tras señalar las aparentes desventajas de la leche materna, las empresas donaron leche en polvo a maternidades, mujeres embarazadas y madres.41

En general, las consecuencias fueron nefastas, sobre todo en los países en vías de desarrollo.

 

Las mujeres aceptaban agradecidas los regalos de sus benefactores occidentales y dejaban de darles el pecho a sus hijos. A pesar de que en los lugares sin acceso al agua potable la alimentación con leche en polvo es peligrosísima para los lactantes, las compañías insistieron en que la leche en polvo era más sana que la leche materna.

 

Cuando se acabaron los regalos generosos, muchas madres ya se habían quedado sin leche en los pechos, de modo que dependían por completo de la alimentación artificial. Sólo que ahora debían pagarla muy cara.42

 

 

40 - Bernhard Huber: "Jáger der verloneren Akzeptanz", Kontexte 3/2000
41 - Información más detallada en http://tvww.ibfan.org y también en http://babynahrving.org y en http: / /www.babymilkaction.org
42 - Ver también "Formula for Disaster", Wall Street Journal, 6.12.2000


En marzo de 1981, la Organización Mundial de la Salud promulgó un Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.

 

Este documento impuso restricciones a la publicidad de alimentos para bebés y prohibió terminantemente que se distribuyeran en forma gratuita o más barata. En 1982, Nestlé publicó directivas de marketing propias, basadas aparentemente en el código internacional de la OMS, pero consideradas absolutamente insuficientes por UNICEF y otras organizaciones.

 

Sólo tras la presión intensa y los boicots llevados a cabo en numerosos países con la consigna "Nestlé mata a los bebés", la empresa decidió suscribir en 1984 el código de la OMS.

 


Las empresas violan el código

Se suponía que con esa firma todo estaría en orden. Se suponía...

 

Porque las empresas siempre encuentran la forma de burlar las prohibiciones. La página web de la International Baby Food Action Network (IBFAN) registra numerosos casos en que se transgreden las restricciones publicitarias de la OMS.43

 

Además de Nestlé (lista de productos en la ficha correspondiente), también reciben críticas Hipp, Milupa, Danone, Abott, Humana, Heinz, Gerber (Novartis), Mead Johnson (Bristol­Myers Squibb), entre otros.

En diciembre de 1999, un ex colaborador de Nestlé en Pakistán acusó a la compañía de haber cometido graves violaciones al código de la OMS y de haber sobornado sistemáticamente a funcionarios del área de salud paquistaní, a pesar de que en ese país mueren miles de niños a consecuencia de la alimentación con leche en polvo.

"Para aumentar las ventas, sobornábamos a los pediatras y engatusábamos a las madres de los lactantes", le confió el arrepentido a la revista alemana Stern.44

Un informe televisivo sobre este escándalo había sido anunciado por la emisora alemana ZDF, pero fue retirado de un día para el otro tras una intervención de la compañía suiza.45

Según UNICEF, el 84 por ciento de los bebés en Paquistán se alimentaba por entonces con productos sustitutos de la leche materna. Un negocio muy lucrativo, teniendo en cuenta sus 130 millones de habitantes.

 

Nestlé informa tanto en Internet como en los envases de sus productos que la leche materna,

"es el mejor alimento para su bebé y el más sano", pero el problema es que de cada cuatro mujeres paquistaníes sólo una sabe leer y escribir.46

A raíz de sus constantes violaciones al código de la OMS, las empresas de alimentos para bebés no sólo están enfrentadas al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y a la IBFAN, sino también a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a la World Alliance for Breastfeeding Action (WABA) y a otros organismos.47
 



El sida como recurso de marketing

Las empresas han iniciado ahora una nueva arremetida para acercar de todos modos sus productos a la mujer: Nestlé y compañía sostienen que sólo la distribución gratuita de alimentación para lactantes puede impedir el contagio del virus VIH a través de la leche materna.

La propagación del virus ha tomado dimensiones de epidemia, sobre todo en África.

Según datos aportados por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, los países al sur del Sahara tienen, en promedio, un 9% de mujeres embarazadas infectadas con el VIH. A nivel mundial, ya han muerto de sida 3,8 millones de niños, y se calcula que 3,4 millones de ellos fueron contagiados por madres VIH positivas.

Si a esas madres se les suministrase alimento para bebés, muchos de esos niños podrían sobrevivir, afirman las empresas alimenticias. El prestigioso periódico económico Wall Street Journal incluso acusa a UNICEF de consentir "la muerte de millones de niños" al negarse a que las compañías distribuyan sus productos en forma gratuita.48

En principio, UNICEF no está en contra de que se entreguen productos sustitutos de la leche a las madres VIH positivas.49 Lo que ocurre es que, en realidad, la proporción de contagios a través de la leche materna es relativamente baja (alrededor del 15 por ciento)


43 - "Breaking the Rules, Stretching the Rules 2001" en http://www.ibfan.org/english/ codewatch/btrOl/index­en.htm

44 - "Todbringende Rezeptschlacht", Stern 50/1999
45 - "Angekündigt, aber nie gesendet. Warum das ZDF einen Beitrag über Nestlé kippte", Berliner Zeitung, 10.12.1999
46 - "Riskante Mischung", Facts 51/1999
47 - Lista de los qvie apoyan la campaña pro lactancia materna en http://www. waba.org.br/ilopage.htm
48 - "Formula for Disaster", Wall Street Journal, 6.12.2000
49 - Ver http://www.vinicef.org/programme/hiv/mtct/mtct int.htm


Desde que estalló la epidemia del sida hace unos veinte años, un total de entre 1,1 y 1,7 millones de niños contrajeron el virus por esta vía, calcula UNICEF.

 

La mayor parte de los contagios se producen ya en el seno materno, durante el embarazo. Además, el acceso al análisis de sida en África es un lujo que muy pocos pueden darse:

sólo el 5 por ciento de los infectados sabe que es VIH positivo.50

 


Un millón y medio de niños mueren a causa de la alimentación artificial

De todos modos, si la leche en polvo se suministra a la buena de Dios, sin que las madres se hayan hecho el análisis de sida, es probable que haya que lamentar muchas más víctimas fatales que las que pueden producirse con el amamantamiento, dado que la lactancia materna ofrece un riesgo de contagio relativamente bajo.

 

Según la OMS, más de un millón y medio de niños mueren cada año precisamente por no haber sido amamantados. La principal causa de mortalidad son las infecciones diarreicas y otras enfermedades similares.

 

Como el acceso al agua potable en las regiones subdesarrolladas constituye una excepción, la leche en polvo por lo general tiene que diluirse en aguas contaminadas con bacterias.

 

De ahí que la leche de biberón sea la principal causa de contagio y muerte.

"Un niño alimentado a mamadera tiene una probabilidad seis veces mayor de morir de diarrea que un niño amamantado naturalmente", dice Urban Jonsson, director regional de UNICEF para el Este y el Sur de África.

 

"Nestlé lo sabe y, sin embargo, sigue publicitando sus sustitutos de la leche materna."51

 

50 - Ver http://www.vinicef.org/newsline/OObreastfeeding.htm

51 - Entrevista con Klaus Werner, 12.12.2000

 

 

Por esa razón, UNICEF exige que la alimentación artificial se entregue bajo ciertos requisitos: únicamente a madres infectadas y sólo bajo estrictas condiciones de higiene.

 

Básicamente, lo que busca este organismo es que exista un mayor acceso al test de VIH y a los medicamentos para el sida.

Además, la directora de UNICEF, Carol Bellamy, se puso en contacto con las empresas alimenticias para poder ofrecer - en los casos probados de VIH positivo - leche en polvo como sustituto de la leche materna.

 

Pero las conversaciones fracasaron, según UNICEF por las constantes violaciones al código de la OMS y porque los fabricantes querían manipular nuevamente las donaciones con fines publicitarios, con lo cual se corría el riesgo de que también comenzaran a usar leche en polvo las madres sanas.

Porque si estos productos penetran en el inconsciente de las masas como panacea para evitar el sida infantil, las compañías podrán obtener pingües ganancias, incluso en los países más pobres.

 

La presencia internacional de Nestlé, junto con la de Coca Cola, ya es temible: quien haya estado en África habrá podido observar que en muchos países los negocios están abarrotados de productos importados Nestlé, cuya gran popularidad evidentemente está ligada a su imagen "moderna".

 

Mientras tanto, la población rural, que carece de oportunidades para promocionar sus productos, suele tener grandes dificultades a la hora de vender la propia cosecha.

 


Explotación en Europa

En Europa Occidental, la industria alimentaria globalizada también es responsable de graves violaciones a los derechos humanos y laborales.

 

La compañía alemana Aldi, la cadena comercial austríaca Billa (perteneciente al grupo Rewe), además de McDonald's, Unilever y otras empresas, están acusadas de ofrecer condiciones laborales precarias y salarios bajos y de avasallar los derechos gremiales.

 

En el año 2000, los sindicatos franceses organizaron un levantamiento contra la empresa Aldi, que hacía trabajar a sus empleados hasta 60 horas sin pagarles las horas extras.52

Walter Sauer, de la central sindical austríaca OGB, afirma que la compañía Billa, la cual tras la caída de la Cortina de Hierro estableció varias sucursales en Europa del Este, impide de modo muy sutil la organización gremial de sus empleados:

"Hace dos años, en Billa Hungría se echó a rodar el rumor de que todo el que iba a los sindicatos ocuparía el primer lugar en la lista de despidos y no sería contemplado para los aumentos salariales.

 

Como consecuencia de ese rumor, de un día para el otro casi todos los empleados se retiraron del sindicato", afirma el referente de ÓGB para el exterior. 53

Si bien el gerente general de la filial húngara de Billa (al igual que su casa central austríaca) negó haber ejercido ese tipo de presión, no cabe duda de que muchos trabajadores se sintieron fuertemente intimidados.

 


Ayudantes de cosecha extranjeros como máquinas de bajo costo

Los más afectados por el abuso y la explotación son los inmigrantes que llegan a Europa y los trabajadores golondrina.

 

Por ejemplo, los ayudantes de cosecha extranjeros que trabajan en Alemania, Austria y Suiza a cambio de salarios míseros. En Austria, esos hombres, degradados al rango de máquinas cosechadoras, ni siquiera tienen derecho a una jubilación o a un seguro social.

 

Cuando la temporada llega a su fin, corren el riesgo de ser deportados.

 


Pogrom contra los africanos del norte

Pero en el sur de España la situación es peor aún.

 

En febrero de 2000, una pequeña ciudad andaluza a orillas del Mediterráneo, en la provincia de Almería, se hizo tristemente célebre: durante varios días, numerosos habitantes de El Ejido salieron a la calle a perseguir ayudantes de cosecha marroquíes con bates de béisbol y destruyeron sus precarias viviendas junto con los pocos bienes que poseían los africanos.

El 5 de febrero, un marroquí con trastornos mentales había asesinado a una española de 26 años.

 

Ese hecho fue la mecha que encendió la locura colectiva. Una multitud azuzada por consignas racistas se movilizó en toda la región clamando por una venganza mortal. Los locales pertenecientes a marroquíes y a agrupaciones de derechos humanos fueron destruidos; las personas de tez oscura fueron amenazadas.

 

La policía permaneció inmóvil, observando los actos vandálicos sin intervenir.

 

Algunas pandillas de jóvenes marcharon con bates de béisbol y barras de hierro hacia el barrio de los inmigrantes, destruyendo negocios y mezquitas y atacando a todo africano que caía en sus garras.

 

Acompañada por gritos de júbilo de la muchedumbre, la turba racista incendió las barracas de los inmigrantes, hechas de madera, piedra y toldos, y persiguió hombres, mujeres y niños hasta los invernaderos, en los cuales miles de ellos habían buscado refugio. Entretanto, un comando de trescientos policías reprimía una manifestación pacífica de algunos cientos de marroquíes que convocaban con los brazos en alto a un cese de la violencia.

Sacudidas por los informes de la prensa internacional, las autoridades intervinieron con decisión, aunque para ello debieron pasar tres días. Más de sesenta personas resultaron heridas.

 

Que no haya habido muertos es, según opinan testigos oculares, algo rayano en el milagro.54


52 - "Eiserne Sparer — Wegen seiner Arbeitsbedingungen gerat Aldi in Frankreich vinter Beschuss", Die Zeit, 2.11.2000

53 - Entrevista con Klaus Werner, 18.10.2000


La provincia de Almería se especializa en el cultivo intensivo de frutas y hortalizas.

 

Los invernaderos ocupan aquí una superficie de 30.000 hectáreas. Miles de pequeñas empresas familiares emplean (generalmente en forma ilegal) a miles de extranjeros, en su mayoría marroquíes.

 

Las estimaciones oficiales hablan de entre 15.000 y 25.000 "ilegales", que, al no tener permiso de residencia ni contrato laboral, están absolutamente librados al arbitrio de sus empleadores.

 

Las autoridades lo saben, pero se quedan mirando sin hacer nada, porque sin los trabajadores extranjeros la abundante cosecha probablemente se echaría a perder. Y, al fin y al cabo, de esa cosecha depende el bienestar de toda la región.

Desde que Juan Enciso es el alcalde de El Ejido, las intimidaciones a los inmigrantes están a la orden del día.55

 

Ya en 1998, extremistas de derecha habían ejecutado cruelmente a un agricultor y quemado vivos a otros dos marroquíes. Estos ataques y otros similares jamás fueron esclarecidos. Muchos sospechan que detrás de todo esto hay mercenarios de los empresarios agrícolas, que buscan amedrentar a los trabajadores.

 

El alcalde Enciso proviene de una familia que administra la Agroejido, una de las principales compañías del sector.

 


Las empresas de Europa Central se quedan con las ganancias

El ochenta por ciento de las hortalizas que se exportan desde España proviene de la provincia de Almería.

 

En sus 32.000 invernaderos, la región produce anualmente alrededor de 2,8 millones de toneladas de frutas y verduras, que en su mayor parte se exportan a Alemania.

 

Pero en febrero de 2001, por ejemplo, la cadena de supermercados austríaca Billa (perteneciente a la compañía alemana Rewe) también promocionaba fresas, tomates y ajíes "frescos de España":

"Los aromáticos tomates de la provincia de Almería" están allí a sólo 1,45 euro.

Y dos "ajíes frescos y sabrosos", también de la zona de El Ejido, ya se consiguen por 0,73 euro.56

Por sembrar y cosechar estos productos, un trabajador marroquí recibe apenas 20 euros al día, mientras que un español gana por lo menos el doble.57 Para ello, tiene que deslomarse en su trabajo, soportando el abrasador calor andaluz bajo la cobertura plástica de los invernaderos, donde la temperatura suele superar los 50 grados.

 

Además, está expuesto a las emanaciones que se desprenden de los fertilizantes y los pesticidas, cuyo uso es imprescindible en la agricultura intensiva.

 

Un estudio especial realizado en 1996 investigó 506 casos graves de intoxicación con esos pesticidas, de los cuales un 5% derivó en la muerte de los pacientes.58
 



"Trabajamos y vivimos debajo del plástico"

La mayoría de los inmigrantes vegeta en casillas de emergencia, en casas o depósitos abandonados.

 

El 55 por ciento no tiene agua potable ni instalaciones sanitarias ni letrinas.59 "Trabajamos debajo del plástico y vivimos debajo del plástico", precisa uno de ellos.60

Estas condiciones han llevado a las tensiones sociales que, hasta ahora, alcanzaron su pico máximo en el pogrom de febrero de 2000.


54 - Foro Cívico Europeo: z. B. El Ejido ­ Anatomie eines Pogroms, Basilea 2000, pág. 35
55 - Ibidem, pág. 29
56 - Folleto de la compañía Billa, febrero de 2001
57 - z. B. El Ejido, pág. 49
58 - Ibidem, pág. 123
59 - Ibidem, pág. 62
60 - "Jagdszenen aus Südspanien", die tageszeitung, 10.2.2000


Pero siempre se puede rescatar algo: finalmente una empresa reaccionó ante un pedido firmado por 4.000 clientes.

 

La cadena de supermercados suiza Migros va a investigar más de cerca las condiciones de vida y de trabajo de los peones rurales africanos en Almería. De comprobarse las acusaciones, Migros encargará su mercadería a algún otro proveedor, anunció la gerencia comercial en enero de 2001.61

 

Pero un mero cambio de proveedor no ayudará a cambiar la situación. Sería más atinado que utilizaran el poder que tienen como compradores mayoristas para lograr mejores condiciones laborales para los peones rurales y controlar su cumplimiento. Lo que sucede es que esto redundaría en mejores sueldos y, en consecuencia, en precios más elevados para los alimentos importados.

Dado que, hasta el momento, ninguna compañía importante quiere dignarse a ello, Tobías Müller (integrante de una delegación enviada por el Foro Cívico Europeo para investigar los hechos acaecidos en El Ejido) llega a una conclusión clara:

"En realidad, no deberíamos comer más tomates ni fresas de España. Se producen en condiciones éticamente injustificables."62

 


Pero entonces, ¿qué se puede comer?

Desde este punto de vista, no podríamos comer nada más, pensarán algunos.

 

No es así. Porque en ningún otro rubro existen tantas alternativas como en el sector alimenticio. Sobre todo desde la crisis de la vaca loca, parece haber comenzado un cambio de mentalidad que ya se refleja en las góndolas de los supermercados en forma lenta pero ininterrumpida.

En este contexto, el mercado más importante del futuro es la agricultura orgánica. La resolución Nº 2092/9163 de la UE determina claramente qué es lo que debe contener un producto con la etiqueta "Bio".

 

Esto incluye disposiciones muy precisas sobre el cultivo orgánico de las materias primas, el trato digno a los animales y el procesamiento ecológico. La utilización de tecnología genética y de aditivos nocivos para la salud está prohibida.

Las tiendas naturistas no siempre están a la vuelta de la esquina y, además, suelen ser relativamente caras. Pero cada vez hay más supermercados que ofrecen productos orgánicos.64 Vale la pena averiguar.

El hecho de que un producto lleve el rótulo "Bio" no es sinónimo de que haya sido fabricado en forma socialmente aceptable. En los cultivos orgánicos alemanes, por ejemplo, es posible encontrar ayudantes de cosecha polacos que trabajan sin seguro social y por 3 euros la hora.65

 

Pero, en la mayoría de los casos, con sus estructuras más pequeñas y diseñadas a largo plazo, la agricultura ecológica al menos crea puestos de trabajo de mejor calidad que los de la producción industrial.

 

Además, numerosos establecimientos se han impuesto a sí mismos estándares sociales elevados, y los hacen controlar porque saben que sus clientes son sumamente exigentes en cuanto a las condiciones de producción.


61 - "Migros droht Südspanien", die tageszeitung, 29.1.2001
62 - z. B. El Ejido, pág. 100
63 - Reglamento (CEE) Nº 2092/91 del Consejo del 24 de junio de 1991 sobre la producción agrícola ecológica y su identificación en los productos agrarios y alimentarios, ver http://europa.eu.int/eur­lex/de/lif/dat/1991/de391R2092.html 
64 - Direcciones de centros de información y tiendas de productos orgánicos en Alemania, Austria y Suiza en http://www.ecologv.at/proiekt/detail/buchserviceteil.html
65 - "Sauber ausgebeutet", Die Zeit, 22.4.1999
 


Generalmente conviene privilegiar los productos de la región por sobre aquellos que tuvieron que ser transportados durante largos trayectos.

 

Desde el punto de vista europeo, por ejemplo, la fruta de Europa Central no sólo causa menos daños ambientales que la sudamericana (debido a que el transporte requiere trayectos más cortos); por lo general, tampoco fue recolectada por niños explotados en las plantaciones casi hasta la muerte.

 


Comercio Justo

Sin embargo, a causa de las condiciones climáticas, muchos productos alimenticios como el café, el té, el cacao y las frutas tropicales no pueden cultivarse en Europa.

 

Por eso existen organizaciones comerciales como TransFair y Max Havelaar66, que no sólo garantizan salarios y condiciones de trabajo decentes, sino también un cultivo y un procesamiento ecológicos.

 

Comprando sus productos, uno asegura la creación de estructuras sustentables y, con ello, la supervivencia de muchos pequeños agricultores.

Estos productos están identificados con logos especiales del Comercio Justo y no sólo se ofrecen en las denominadas "tiendas globales", sino también, cada vez más, en los supermercados.67

 

Como siempre, también aquí, la demanda, la averiguación y la presión de los consumidores obligan incluso a las grandes empresas a recurrir al Comercio Justo.


66 - Más información en http://www.transfair.org o bien en TransFair, Verein zur Fórderung des Fairen Handels mit der "Dritten Welt" e.V., Remigivisstr. 21, D­50937, Colonia (Alemania); en Austria: http://www.transfair.or.at, Wipplingerstrabe 32, A­1010 Viena, tel. +43/1/533 09 56
 

67 - En estas cadenas comerciales se ofrece por lo menos un producto con el sello de TransFair:

Allfrisch, Bolle, Budnikowsky, Citti, Comet, Coop­Markte, Deutscher Supermarkt, Die 2, Dixi, Edeka aktiv, Edeka Neukauf, Edeka/Super 2000, Edeka­Markte, Eurospar, Extra, Famila, Famka, Globus/Maxvis, Grosso, Gubi. Ha­we­ge­Center, Hertie/ Alsterhaus, Hill, Hit, HL, Horten, Jumbo, KaDeWe, Kafu, Kaiser's, Karstadt, Kaufhalle/iniMultistore, Kaufhof, Katifland, Kaufmarkt, Kaufpark, Kontra, Magnet, Markant, Marktfrisch, Marklkauf, Metro, Minimal, Otto Mess, Pro, real, Reichelt, Rewe­ Márkte, Safeway, filiales de Schátzlein, supermercados Sky, supermercados Spar, Spinnrad, die sanfte Drogerie, Stüssgen, Tengelmann, toom, Wal­Mart, Wandmaker, Wertheim, Wertkauf; la lista de Austria se encuentra en http://wvvw.transfair.or.at/produkte.htm

 

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PAN Y CIRCO
 

Muñecas Barbie, monstruos de Pokémon, autitos de colección,

Teletubbies, el ratón Mickey... Nuestros hijos están todo el día rodeados de juguetes. Algunos son fabricados por personas que, a su vez, también son niños.

 

Esto ocurre en los países de mano de obra barata, en Asia, entre sangre, sudor y lágrimas.
 

Erase una vez una niña pobre, llamada Xiao Shen, que vivía en la pequeña aldea rural de Zhongyuan, en el centro de China.

 

Su vida no era sencilla. Tenía que comer arroz todos los días, carne había sólo en algunas fiestas. Xiao Shen tenía que estar todos los días con el agua a la altura de las rodillas ayudándole a su padre en la cosecha del arroz.

 

Cada vez que cerraba los ojos, soñaba con una vida mejor, con salidas al cine en una ciudad desconocida, con ropa linda, hasta con un auto... y con el príncipe que algún día llegaría. Todas las noches ponía una vela en la ventana para que el príncipe pudiera encontrar el camino hacia ella.

 

Pero el príncipe nunca llegó. A Zhongyuan no llegó.

Por eso, un día, Xiao Shen decidió marcharse. Decenas de veces había oído historias acerca de un país mejor detrás de las montañas. Se puso de acuerdo con sus mejores amigas, que compartían su mismo destino y soñaban sus mismos sueños.

Antes del amanecer se marcharon sigilosamente de sus casas. Un camionero las llevó hasta la ciudad más próxima. Y así siguieron viajando y viajando, dejando atrás muchas ciudades, siempre en dirección al sur. Recorrieron dos mil kilómetros. Como el viaje era largo y el dinero muy poco, dependían de la buena voluntad de los automovilistas que accedieran a llevarlas.

 

Por las noches, Xiao Shen lloraba, se preocupaba por sus padres. En su habitación había dejado una nota en la que les decía a su padre y a su madre que no se preocuparan, que pronto se comunicaría con ellos y les enviaría dinero.

Por fin, Xiao Shen y sus amigas llegaron a destino: a la ciudad de Shenzhen, una zona de libre comercio en el sur de China, en la frontera con Hong Kong. Allí había trabajo, allí había dinero, y tal vez allí sus sueños se harían realidad.

 


Explotadas para fabricar juguetes Chicco

Esto sucedió a comienzos de 1993 y no fue ningún cuento de hadas.1

 

Xiao Shen conoció a dos empresarios llamados Huang Guoguang y Lao Zhaoquan, quienes buscaban empleadas para su Zhili Handicraft Factory. Allí se fabricaban juguetes que luego distribuía la empresa italiana Artsana S.p.A./Chicco.

Xiao Shen se convirtió en una de las 472 empleadas de la factoría. Tenía la impresión de que allí las cosas le iban incluso peor que en su casa, en la pequeña aldea, junto a los búfalos acuáticos.


1 - Los datos fundamentales de esta historia fueron extraídos de: http://www.essential.org/monitor/hyper/issues/I994/09/mmO994_10.html  http://www.hrichina.org/crf/english/00winter/00W14Zhili%20Fire.html. Sarah Cox: "The Secret Life of Toys", Tlie Georgia Stmight, nov. 5­12,1998, disponible en http://www.maqtiilasolidarity.org/campaigns/toy/scox.htm. El nombre de la niña fue cambiado, los demás nombres son reales.
 


Trabajaba en la fábrica Zhili sin descanso, de sol a sol, pero, al igual que las demás, recibía a cambio un salario que sólo le alcanzaba para sobrevivir. A veces eran unos 26 euros mensuales, otras veces eran 40.

Como los dos gerentes comerciales vivían acosados por el temor de que sus empleadas les robaran la mercadería, transformaron la fábrica en una suerte de cárcel. Pusieron rejas a todas las ventanas y clausuraron todas las salidas de emergencia.

 

Los inspectores estatales fueron sobornados para que hicieran la vista gorda.

 


Un incendio

Ahora Xiao Shen vivía día y noche tras las rejas, ya que, al igual que las demás empleadas, también dormía en la fábrica. Uno de los tres pisos servía como alojamiento, otro como depósito de mercaderías.

Y entonces, la tarde del 19 de noviembre de 1993, se produjo un incendio que se extendió rápidamente por todo el edificio. En todas partes había productos químicos altamente inflama­ bles. Xiao Shen y las demás intentaron huir. Pero ¿hacia dónde?

Todas las ventanas tenían rejas, todas las puertas estaban clausuradas.

Doscientas personas, en su mayoría mujeres jóvenes, algunas de no más de 16 años, fueron alcanzadas por el fuego y gritaron pidiendo auxilio. Xiao Shen consiguió forzar una ventana enrejada en el segundo piso. Tuvo que tomar una decisión: o moría quemada, o saltaba.

 

Decidió saltar y se quebró los dos tobillos. Algunas de sus amigas de la aldea de Zhongyuan no lograron escapar de las llamas. En total murieron 87 personas calcinadas, y otras 47 sufrieron heridas graves.

Xiao Shen pasó cuatro meses en el hospital hasta que sus pies estuvieron medianamente recuperados.

 


Condenas muy leves para los culpables

Una semana antes de que se produjera la catástrofe, el cuerpo de bomberos de la ciudad de Shenzhen le había hecho notar al dueño de la fábrica, el empresario de Hong Kong Lo Chiu­Chuen, que sus medidas de seguridad contra incendios eran insuficientes.

 

Después de la tragedia, tanto él como sus dos gerentes comerciales, Huang Guoguang y Lao Zhaoquan, fueron juzgados. El dueño de la factoría fue condenado a dos años de prisión y a pagar al gobierno chino una indemnización por el equivalente a unos 960.000 euros.2

Estos dos empresarios, que habían puesto tras las rejas a sus empleados, estuvieron en la cárcel tan sólo un par de meses. Ahora administran una fábrica nueva en la localidad de Dongguan, apenas cincuenta kilómetros al norte del lugar del siniestro.

Al parecer, siguen trabajando para la empresa italiana de juguetes Artsana S.p.A./Chicco.3

 

 

2 - Sout China Morning Post, 15.12.1999, el artículo está disponible en http:// members.hknet.com/~hkcic/hist­back.htm
3 - El 7 de junio de 2001, Hans Weiss envió un mail a la empresa preguntándole sobre este tema, pero no recibió respuesta alguna
 



Una lista

Como consecuencia del incendio en Zhili, en 1994 se unieron en Hong Kong numerosas agrupaciones sindicales y de derechos humanos para formar la Toy Coalition, y así luchar contra las terribles condiciones imperantes en las fábricas chinas.

 

Se lanzó una campaña internacional.

Pasaron tres años hasta que el gerente responsable de Artsana S.p.A./Chicco, Michele Catelli, finalmente se mostró dispuesto a pagar a los 130 damnificados (heridos graves y familiares de los fallecidos) un total de aproximadamente 155.000 euros, lo cual representaba 1.190 euros por persona.

La suma total se depositó en 1997 en una cuenta de Caritas Hong Kong para ser abonada en cuanto se presentara una lista oficial de todas las víctimas. La Toy Coalition logró reunir el nombre y la dirección de cincuenta damnificados.

 

Sin embargo, Artsana S.p.A./Chicco se negó a efectivizar el pago, aduciendo que las autoridades chinas debían presentar una lista completa y autorizada.

 

Pero eso era imposible, ya que éstas habían rechazado de plano cualquier colaboración en el asunto por temor a aparecer como co-responsables de la catástrofe y así "perder la cara", como se dice en China.

 


Sin comentarios

Desde entonces han transcurrido ocho años, y hasta el momento ninguna de las víctimas recibió un solo centavo de manos de la compañía italiana.

En octubre de 1999, los abogados de Artsana S.p.A./Chicco declararon que el dinero ya había sido distribuido hacía rato a tres talleres chinos para fabricar prótesis y construir tres escuelas. Pero esos proyectos sociales no tienen ninguna relación con la catástrofe.

 

Dado que esto constituye claramente una malversación de los fondos destinados a las víctimas, la Toy Coalition de Hong Kong inició una campaña internacional de boicot a los juguetes Chicco para recordarle a la empresa italiana su responsabilidad para con las víctimas.

Consultado por el periódico South China Morning Post de Hong Kong, Fabrizio Goldoni, gerente de las oficinas de Chicco en ese país, se negó rotundamente a hacer declaraciones sobre los fondos malversados.4

 


Kader Toy Factory en Bangkok

La tragedia ocurrida en la Zhili Toy Factory no es un hecho aislado.

 

Seis meses antes, en mayo de 1993, se había desencadenado un incendio en la fábrica Kader Toy Factory, en las cercanías de Bangkok. Allí se fabricaban juguetes de las empresas norteamericanas Mattel ("Barbie") y Hasbro ("Monopoly", "Pokémon", "Teletubbies")

 

A pesar de que anteriormente ya había habido dos incendios, en los cuales un obrero había muerto y muchos habían resultado gravemente heridos, las medidas de seguridad seguían siendo insuficientes.

El sistema de alarma para incendios estaba dañado, no había extinguidores automáticos ni salidas de emergencia. El edificio tenía cuatro pisos, todos repletos de materiales altamente inflamables. Unas 1.110 personas intentaron escapar de las llamas.

 

Pero, al igual que en la fábrica Zhili, estaban como atrapadas en una jaula: muchas de las ventanas tenían rejas, las puertas estaban trancadas.


4 - Linda Yang: "The tragic Chínese toy story", Soutli China Morning Post, 15.12.1999, el artículo está disponible en http://members.hknet.com/­hkcic/hist­back.htm
 

 


¿Cuántos y cuánto?


Tras el incendio se contabilizaron 188 muertos y 469 heridos.

Una investigación realizada posteriormente comprobó que en la fábrica incluso trabajaban niñas de 13 años. En ese entonces, el salario mínimo establecido por ley en Bangkok era del equivalente a 5,10 euros por día.

 

Pero ni siquiera eso se respetaba en la Kader Toy Factory: los dueños pagaban sólo 2,50 euros. A veces obligaban a los empleados a trabajar 19 horas seguidas.

 

Por cada hora extra, los trabajadores recibían un plus de 0,90 euro.
 



Economía global, moral regional

Los muertos y los inválidos de por vida, tantos los de la Kader Toy Factory como los de la Zhili Toy Factory, son víctimas de un proceso global.

 

Los dueños de las firmas mencionadas viven de los encargos de las compañías internacionales, cuyo interés es producir mercaderías de marca al menor costo posible. Esto aumenta sus ganancias, ajusta los salarios y disminuye las medidas de seguridad en las plantas de producción.

 

Los últimos orejones del tarro son las personas que fabrican todas esas mercaderías deslumbrantes que compramos en los negocios.

Las empresas invierten allí donde la producción es más barata. Esto puede observarse con gran claridad en la industria del juguete. En los últimos veinte años hubo un enorme flujo de inversiones desde un continente hacia otro. Hace 35 años, Estados Unidos era el mayor productor de juguetes.

 

Más tarde, en los años setenta, las compañías norteamericanas radicaron su producción en los denominados "tigres asiáticos": Hong Kong, Taiwan, Corea del Sur.

 


Un paraíso para las empresas

Cuando en esos países comenzaron a subir lentamente los salarios y se formaron los sindicatos, la caravana inversionista se trasladó hacia Tailandia, Indonesia, Malasia y Filipinas.

Y, sobre todo, hacia China. Porque, para las multinacionales, China es un paraíso. Hay un orden político estable, los sindicatos están prohibidos, las imposiciones gubernamentales son mínimas, las autoridades se dejan sobornar y el costo de vida es muy bajo. No es de extrañar que, en la actualidad, alrededor de un tercio de los juguetes se fabrique en China.

Desde hace algunos años, las empresas invierten también en Vietnam. Allí las condiciones reinantes son muy similares a las de China.

El mercado del juguete es gigantesco. Cuantos menos niños nacen en los países industrializados, más dinero se gasta en sus juguetes. En Alemania, por caso, el gasto anual en este rubro es de unos 178­204 euros per cápita.5

 

 

5 - Material de la Central Obrera Alemana DGB, número 53, "Toys", Dusseldorf 1998


 


Walt Disney

Dentro del negocio de los juguetes y los sueños infantiles, la Walt Disney Company es un pez bien gordo.

 

A mediados de 1998, la compañía terminó una película nueva, Mulan, que apuntaba al público chino. Este film de dibujos animados trata de una leyenda china muy famosa en la que una mujer de nombre Muían se disfraza de hombre, ingresa en el ejército y lucha hasta alcanzar una gran victoria para su país.6

La compañía Disney quería utilizar el film como un vehículo para captar el mercado cinematográfico chino.

Pero al principio no todo salió como estaba planeado.

 

Como la Walt Disney Company también había patrocinado la película Siete años en el Tíbet, y el gobierno chino la había des­ aprobado por considerarla una crítica a su política de ocupación en dicha región, la exhibición de Muían en China fue desautorizada.

Sin embargo, la Walt Disney Company no se dio por vencida y, por medio de negociaciones, consiguió que a partir de febrero de 1999 Muían llegara a los cines chinos.

 


El ratón Mickey en China

Con respecto a sus negocios en China, Walt Disney no sólo apunta a los consumidores, sino que además fabrica allí los muñequitos de sus famosos personajes:

el ratón Mickey, el pato Donald, Bambi, Cenicienta y todos los demás.

Pero en China, el ratón Mickey tiene una segunda cara:

"¡Cuidado con las fábricas de Disney en los patios traseros del sudeste asiático!",

...advierte la agrupación crítica de consumidores Hong Kong Christian Industrial Committee, y reparte carteles que muestran a Mickey con unos colmillos filosos, dispuestos a morder.

 

A principios del año 2001, esta agrupación publicó un informe donde se denunciaban irregularidades en doce fábricas chinas que proveían productos a la Walt Disney Company.7
 



El ratón Mickey es malo

¿Cuáles eran las imputaciones?: 8

que se obligó al personal a trabajar hasta dieciocho horas por día, los siete días de la semana, a menudo durante meses ininterrumpidos, en condiciones - al menos en parte - peligrosas.

La mayoría de las jóvenes, algunas de no más de dieciséis años, trabajaban por un salario de hambre de entre 38 y 63 euros mensuales.

 

Este monto se encuentra por debajo del salario mínimo dispuesto por ley, si se tiene en cuenta la cantidad de horas de trabajo. A modo de comparación: el director gerente de la Disney Company, Michael Eisner, gana 6,25 millones de euros. También mensuales.9

Gran parte de las horas extras no se pagó. Las compañías solían abonar los sueldos con un retraso de entre uno y dos meses.

Las operarias informaron sobre la mala calidad de la comida que les servían y sobre lo repletos que estaban los pabellones para dormir: tenían que compartir los cuartos hasta entre 24 personas. Además, las sometían a castigos humillantes.

 

A pesar de lo dispuesto por las leyes chinas, la mayoría de las operarias no recibía seguro social ni de salud por parte de sus empleadores.

Los controles de los inspectores oficiales eran anunciados de antemano a las compañías, de modo que éstas siempre tenían tiempo suficiente para poner todo en orden. Las operarias eran obligadas a firmar recibos de sueldo falsos. Además, tenían que practicar las respuestas "correctas" a eventuales preguntas que pudieran surgir.

 

Las menores de edad debían abandonar la fábrica mientras durase la inspección.


6 - http://www.cleanclothes.org/companies/disney00­02­29.htm
7 - http://www.cleanclothes.org/companies/disney01­01­10.htm
8 - "Beware of Mickey­Disneys Sweatshops in South China" (2/2001), disponible en http://menibers.hknet.com
9 - Según el ranking Top CEO's de la revista Forbes: Corporate America's Most Powerful People 2001



No es cuento

Un año antes, el Hong Kong Christian Industrial Committee había publicado un informe similar sobre irregularidades en cuatro fábricas chinas que también producían para Disney.10

¿Cómo reaccionó la compañía? Frenó inmediatamente sus pedidos a tres de las cuatro firmas, logrando de ese modo mantener limpia su imagen. Como ya no había trabajo, las operarias fueron despedidas.

Para impedir que la Walt Disney Company se limitara otra vez a un mero cambio de fabricante y dejara en la calle a las víctimas de las irregularidades, la organización mencionada ocultó el nombre de las empresas en su nuevo informe del año 2001.11

El informe exhorta a la empresa norteamericana a aplicar de una buena vez las reglas de comportamiento social (codes of conduct) que ella misma se impuso y a asegurar el cumplimiento de determinados estándares mínimos por parte de los fabricantes. Asimismo exige que Disney instruya a sus empleados acerca de sus derechos y que los incluya en el control de las condiciones laborales.

¿Cuál fue la reacción de la Disney Company ante estas acusaciones? Silencio, negación, ocultamiento. Una receta probada.

La conclusión amarga del Hong Kong Christian Industrial Committee:

"Disney no es un caso aislado, sino un ejemplo emblemático de lo que hoy en día está ocurriendo en todo el mundo."12

Y:

"Sin la participación de los obreros en el control, los codes of conduct publicados por las compañías terminan siendo solamente una propaganda."



No es un caso aislado

En la isla de Macao, que desde 1999 pertenece a China, y en la isla caribeña de Haití también salieron a la luz irregularidades cometidas en las fábricas que producen para Disney.13
 

 

10 - http://www.cleanclothes.org/companies/disney00­02­29.htm
11 - http://www.cleanclothes.org/companies/disney01­01­10.htm
12 - http://www.cleanclothes.org/companies/disney00­02­29.htm
13 - http://www.cleanclothes.org/urgent/99­6­20­disney.htm ­ http://www.cleanclothes.org/companies/disneyl5­7­98.html
 


En la Megatex Factory, en Puerto Príncipe, la capital de Haití, los obreros fueron amenazados por sus superiores en octubre de 1998: si seguían intentando organizarse en forma gremial, serían despedidos y sufrirían la violencia en carne propia.

 

En Haití, las alusiones al uso de violencia se consideran amenazas de muerte encubiertas. Al menos siete trabajadores fueron despedidos por sospechas de actividades gremiales.
 



La "Cajita Feliz" de McDonald's

El Hong Kong Christian Industrial Committee no sólo investigó las fábricas de la compañía Disney, sino también las de McDonald's. Esta cadena de comida rápida trabaja en estrecha colaboración con la empresa de dibujos animados.

 

Prueba de ello es que en sus restaurantes no sólo se venden hamburguesas, sino también las llamadas "Happy Meáis" (Cajitas Felices):

al pedir determinados menús, los niños reciben de regalo un muñequito de Disney.

A mediados de 2000, el Committee publicó un informe sobre prácticas irregulares en cinco fábricas del sur de China que pertenecían a la empresa Pleasure Tech Holdings de Hong Kong.

 

Una de esas fábricas lleva el nombre de City Toys.14

 

El informe habla de trabajo infantil y de documentos falsificados en los cuales los operarios figuran con una edad mayor que la real. Durante las inspecciones, a los niños los encierran para que todo quede en orden.

La paga que reciben las obreras por una jornada de ocho horas es de aproximadamente 1,50 euro. Generalmente tienen que trabajar quince horas al día, desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche. Cuando hay muchos pedidos, no pueden tomarse ni un solo día libre. Se trabaja sin descanso de lunes a domingo. No existe seguro social ni seguro de salud.

Los trabajadores pernoctan en la fábrica, en unos pabellones que tienen hasta dieciséis camas por habitación (y por las cuales se les cobra unos cuatro euros mensuales).

Todas estas prácticas contravienen las disposiciones legales en China.

 


Aladino y la lámpara maravillosa

Y a todo esto, ¿qué tiene para decir la empresa que realizó los encargos?

 

McDonald's rechazó todas las acusaciones. Que no vio ni oyó nada. Que no, que trabajo infantil no hay.15 De todos modos, el Committee pudo comprobar que en julio de 2000 unos 160 niños de doce y trece años de edad trabajaron por un breve lapso en la fábrica City Toys.

 

La versión oficial de la firma es que tenían por lo menos 15 años. Su trabajo consistía en vestir con trajes de colores a los muñequitos plásticos de Aladino. Los niños tenían una jornada laboral de doce horas.

A mediados de 2000, uno de los niños, nacido en 1988 y llamado Xiao Fung, se lamentaba ante el Hong Kong Christian Industrial Committee: "No me gusta este lugar. El trabajo es muy duro. Nos hacen trabajar hasta las nueve de la noche."

El periódico South China Morning Post informó que alrededor de 400 de los 2.000 empleados de la fábrica City Toys eran niños y que debían pasar la noche en unos catres sin colchón. El director de la fábrica declaró que no tenía conocimiento de que hubiese trabajo infantil pero que intentaría corroborarlo.16

Cuando el tema comenzó a cobrar interés más allá de la prensa local, McDonald's envió de inmediato un equipo de investigación a las fábricas.17 Tras controlarse los documentos de todos los presentes, se procedió a despedir a varios cientos de los entre dos mil y tres mil empleados.

La empresa publicó un comunicado de prensa en el que afirmaba que el trabajo infantil estaba estrictamente prohibido y que se realizaban asiduos controles.18

Pero finalmente McDonald's tuvo que admitir que había habido "problemas con los salarios, la duración de la jornada laboral y los registros". Todos los pedidos hechos a la fábrica City Toys fueron cancelados y transferidos a otras empresas.

De este modo, quienes tuvieron que pagar por los negociados de la compañía fueron nuevamente los trabajadores.
 


14 - http://www.geocities.com/meshame/rel.htm
15 - http://www.mcspotlight.org/campaigns/countries/chi/statemen.html
16 - Child Labour News Service, le de septiembre de 2000. Artículo extraído del South China Morning Post, disponible en http://www.globalmarch.org/clns/clns­01­09.html
17 - http://www.mcspotlight.org/campaigns/cotintries/chi/statemen.html
18 - http://www.globalmarch.org/clns/clns­01­09.html
 

 


Metano, benceno y Cajita Feliz

McDonald's también fabrica los muñequitos para su Cajita Feliz en Vietnam. KeyHinge Toys es una empresa con más de mil empleados. También aquí, la mayoría son mujeres jó­ venes.19

Dos agrupaciones sindicales, Asia Monitor Resource Center y Toy Coalition, denuncian una intoxicación masiva con acetona ocurrida el 21 de febrero de 1997.

 

Unas 220 operarías se enfermaron por culpa de las fuertes emanaciones de este solvente incoloro que, al inhalarse, puede provocar náuseas, mareos y pérdida del conocimiento. 25 operarías se desmayaron, tres fueron llevadas al hospital.

La fábrica se negó a pagar el costo del tratamiento médico, pese a que las trabajadoras ganaban escasos 6 centavos de euro por hora (con una jornada promedio de diez horas, los siete días de la semana) El sueldo de algunas de las muchachas no superaba los 4,32 euros por 70 horas semanales.20

El entonces vocero de McDonald's, Walt Riker, tomó las cosas con calma:

"Esas denuncias son absolutamente exageradas. No hubo ninguna intoxicación."21

Riker dijo que McDonald's había controlado la calidad del aire de la fábrica:

"No encontramos nada. Verificamos todo a fondo. Pusimos a la empresa bajo la lupa."

Riker negó rotundamente haber tenido conocimiento de otras denuncias similares, referidas a casos graves de intoxicación ocurridos en fábricas chinas que también producían muñequitos para la Cajita Feliz.

 

A todo esto, en enero de 1992 hubo incluso tres víctimas fatales a causa de intoxicaciones con benceno.22
 



Via libre a Die Cest

Comparadas con Vietnam o China, las condiciones laborales en Tailandia han mejorado bastante.

 

Basta con repasar el conflicto de Maisto, empresa que fabrica los autos de colección de las marcas Die Cast y Tonka. Dueña de la marca es la May Cheong Toy Products Factory Ltd. de Hong Kong, que tiene sucursales en todo el mundo y provee a cadenas de supermercados líderes de Norteamérica, como Wal­Mart, y a importantes empresas del sector, como Hasbro ("Pokémon", etc.).

En febrero de 2000, la dirección de la empresa anunció que cerraría una de sus fábricas tailandesas, la Maisto Manufactoring, y que los trabajadores serían reubicados en un nuevo establecimiento de la zona.23

Para ese entonces, la fábrica tenía más de 400 empleados, en su mayoría mujeres, que recibían un jornal de 3,60 euros, lo cual estaba por debajo del salario mínimo fijado por la ley. Además, en la empresa había un perverso sistema de multas, por ejemplo por usar "zapatos que no se ajustan al uniforme de trabajo".

Maisto les comunicó a los empleados que en la nueva planta ganarían menos dinero.

El 28 de marzo de 2000, 174 empleados fueron trasladados a la nueva fábrica.

 

Por cierto, ésta resultó ser un centro de producción a medio terminar, en el que todavía no había máquinas en funcionamiento, sino apenas unos baños desoladores.

 

19 - http://www.uri.edu/artsci/wms/hughes/catw/mhvglo.htm
20 - http://corpwatch.org/trac/córner/alert
21 - Sarah Cox: "The Secret Life of Toys", The Georgia Straight, nov. 5­12, 1998, disponible en http://www.maqtiilasolidarity.org/campaigns/toy/scox.htm
22 - Ibidem

23 - Thai Labour Campaign, http://www.thailabour.org/campaigns/mastertoy

 

Tampoco había salidas de emergencia ni indumentaria adecuada para protegerse de las agresivas sustancias químicas. Los empleados se negaron a trabajar en esas condiciones. ¿Cuál fue la reacción de Maisto? Despidió a todos los obreros sin pagarles los salarios pendientes.

Pero Tailandia no es China. En Tailandia, los sindicatos están permitidos. Se desarrolló una campaña internacional de solidaridad, y a los cuatro meses la dirección de la empresa cedió. Así se dio cumplimiento a todas las exigencias de los huelguistas.

 

Los trabajadores fueron reincorporados e indemnizados.

 


¿Happy end?

La mayor empresa de juguetes del mundo, Mattel ("Barbie"), de origen estadounidense, comenzó ya en 1995 con la elaboración de ciertos estándares mínimos y normas obligatorias para sus fabricantes.24

 

A partir de 1997, sus unidades de producción en todo el mundo tuvieron que atenerse a esas reglas. Mattel incluso llegó a encargar los controles a expertos independientes de prestigio internacional.

 

Estos expertos tienen acceso libre a todos los documentos de la empresa y pueden interrogar a todos los empleados. En 1998 se publicó un primer informe del grupo de control.

La agrupación sindical Asian Labour da su opinión al respecto:

"Según se pudo constatar, todas las plantas de fabricación se atienen en mayor o menor medida a las reglas. Por su­ puesto que hay cosas para mejorar.

 

Por ejemplo, las visitas de inspección a las fábricas no deberían anunciarse con antelación. Pero estos problemas no son tan significativos como para tener que convocar a los consumidores a boicotear los productos de Mattel."



¡Atención!

Luego del cierre de la redacción (fines de mayo de 2001), nos informaron que 120 víctimas y familiares de los muertos en el incendio de la fábrica Zhili recibirían en julio de ese año una donación de la firma italiana Chicco.

 

A cada uno de ellos le sería destinada una suma de 1.250 dólares estadounidenses. (Correo electrónico de la Hong Kong Christian Industrial Committee, enviado el 12 de junio de 2001 a Hans Weiss.)

Este ejemplo muestra la eficacia de las campañas internacionales.


24 - Monitoring Mattel in China, http://www.amrc.org.hk/alu/ALU37/013701.htm

 

 

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POR UN PUÑADO DE DÓLARES
 

La industria de la moda y de los artículos deportivos no está dispuesta a invertir un centavo para lograr condiciones laborales dignas en sus plantas proveedoras.

 

Para salvar su imagen, Nike & Co. establecieron normas de conducta. Pero a menudo esto no hace más que empeorar la situación.
 

Para realizar una costura, la joven tiene veintidós segundos y medio.

 

La máquina de coser traquetea sin descanso, hasta doce horas por día. Siempre el mismo movimiento, siempre pasando los mismos dos trozos de tela por debajo de la aguja. Junto a la máquina se amontonan las placas.

 

Ochenta remeras por hora es la cuota que se debe cumplir. El que no lo logra tiene que quedarse después de hora sin que le paguen. Si no, pierde todo su jornal.

Julia Esmeralda Pleites trabajaba en la fábrica Formosa, en El Salvador. Allí cosía remeras para Nike y Adidas. Por 5 euros diarios. La mitad de esa suma pagan las costureras por su vianda en el comedor: en el desayuno, porotos y café; de almuerzo, una porción de pollo con arroz.

 

A esto se suman los 35 euros que Julia Pleites debe abonar mes a mes por el departamento de 12 metros cuadrados que habita junto con su madre y su hijita de tres años.

 

El ómnibus ida y vuelta hasta su lugar de trabajo cuesta 0,77 euro. Como un día llegó tarde porque el dinero ya no le alcanzaba para el viaje en ómnibus, la joven de 22 años fue despedida. En el acto. Y sin recibir el resto de su salario.

"Debemos pedir dinero prestado para sobrevivir"1, cuenta la joven, que ya no sabe cómo hacer para pagar sus deudas.

Y ella que quería ahorrar algo para que su hija pudiese ir a la escuela...

El destino de Julia Esmeralda Pleites es igual al de millones de empleados, en su mayoría mujeres, que se desempeñan en la industria textil en todo el mundo. Alrededor del noventa por ciento de las prendas que recalan en los mostradores europeos se confeccionan en zonas de libre comercio 2 ubicadas en China, en el sudeste asiático, en Centroamérica y en Europa del Este.

 

Las grandes firmas europeas y norteamericanas de ropa deportiva no tienen ni un solo centro de producción propio, sino que compran toda su mercadería al mejor postor en el mercado del hard discount. Los precios bajan y bajan y bajan: las factorías de Tailandia compiten con las "maquilas" mexicanas (tal el nombre de los talleres de costura de América Central) por lograr el menor costo.

 

Suele suceder que en una misma máquina se cosan, uno detrás del otro, los distintos modelos de marcas que compiten entre sí.

Las grandes marcas limitan su accionar al diseño y a la publicidad. Y allí sí que no escatiman en gastos. El precio de un modelo nuevo de zapatillas Nike, Adidas o Reebok no baja de los 100 euros.

 

Pero de ese dinero los fabricantes reciben apenas el 12%, y encima tienen que restarle los costos de materiales y de producción.


1 - "Testimony of Julia Esmeralda Pleites", puede leerse en http://www.alcnet.org/nike/julia.htm
2 - Las zonas de libre comercio son regiones industriales delimitadas en las que sólo se produce para exportar y en las que se establece un régimen especial con ventajas impositivas y económicas para las empresas. En el mundo hay entre 500 y 7.000 zonas de este tipo, sobre todo en los países en desarrollo y emergentes. Países como Hong Kong, Singapur y la Isla Mauricio constituyen zonas de libre comercio prácticamente en toda su extensión
 


Dentro de esos costos, los salarios representan una porción insignificante:

de acuerdo con cálculos realizados por la campaña Clean Clothes (Ropa Limpia, movimiento internacional por condiciones laborales dignas), una costurera recibe en promedio apenas el 0,4% sobre el valor de venta de las zapatillas. Considerando 100 euros, esto equivaldría a 40 centavos.

La tailandesa Suthasini Kaewlekai trabajó durante once años para la firma Par Garment, cuya cartera de clientes estaba compuesta por marcas tan conocidas como Nike, Adidas, Puma, Asics, Fila, Gap y Timberland.

 

Esta pequeña y delicada mujer cuenta en thai (su lengua materna) que, al igual que la mayoría de las costureras, ella sólo recibía un salario mínimo de 162 baht al día, es decir, 4,80 euros.3

"Para vivir, eso no alcanza. Y tampoco tenemos seguro social. A todo esto, la gerencia nos había asegurado 300 baht (8,90 euros) diarios y once días de vacaciones al año. Pero durante meses no nos pagaron ni siquiera el salario normal."

Por esa razón, algunas trabajadoras acudieron a la Justicia; entre ellas, Suthasini Kaewlekai.

 


Partirles el cráneo y llevarlas a la tumba

Los jueces del tribunal laboral de Thanya Buri sugirieron a las costureras que se dieran por satisfechas con el cuarenta por ciento del salario acordado, alegando que la empresa estaba atravesando una crisis financiera, recuerda la mujer.

 

Como las delegadas del personal no quisieron aceptar esta propuesta, uno de los jueces dijo:

"Ustedes son unas testarudas. Si yo fuera su empleador, no sólo las despediría, sino que además me buscaría a alguien que les partiera el cráneo."

Luego, los jueces volvieron a preguntarles qué querían hacer.

 

Pero como ellas insistieron en su derecho a recibir el salario pactado, los jueces cerraron la causa con las siguientes palabras:

"Pronto irán a parar a la tumba."

En mayo de 1999, Suthasini Kaewlekai y sus compañeras de lucha fueron despedidas.

Las entidades de derechos humanos coinciden en que los derechos de los empleados están siendo más pisoteados que nunca, sobre todo desde la crisis económica que afectó a los "tigres" del sudeste asiático.

 

Los empresarios aprovechan la inestabilidad política y económica para negociar rebajas en los impuestos y ajustes en el ámbito social. Para ello cuentan con el apoyo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, que operan en los países altamente endeudados del Tercer Mundo defendiendo ante todo los intereses de los acreedores occidentales.

 

La enorme presión que ejerce la deuda obliga a muchos países de Asia, África y Latinoamérica, pero también a buena parte del ex bloque comunista, a mantener el salario mínimo debajo de la línea de pobreza, ya que, de otro modo, el Estado ni siquiera estaría en condiciones de pagarles a sus propios empleados.

 

 Quienes sacan partido de esta situación son las multinacionales, que se escudan cínicamente en el salario mínimo estipulado por el Estado.
 



36 centavos más para un salario digno

"En sí, sería muy razonable crear puestos de trabajo en los países pobres, radicando la producción fuera de los países ricos", opina Christian Mücke, de la campaña Clean Clothes.4

 

3 - Entrevista con Klaus Werner, 30.5.2000
4 - Entrevista con Klaus Werner, 10.10.2000

 

 

Pero para poder hablar de inversiones en esos países también habría que pagar salarios que aseguren un nivel de vida adecuado y que además permitan generar reservas.

 

Y Mücke sabe que,

"obviamente, un salario digno en Bangladesh no es lo mismo que un salario digno en Alemania.

 

Además, sería contraproducente exigir eso. Sólo se crearían tensiones sociales. Hay que posibilitar una vida decente dentro de las condiciones locales."

Aunque Mücke cree que aún se está muy lejos de eso.

Por ejemplo, si los 150.000 obreros textiles de Indonesia ganaran apenas 11 euros más por mes, no sólo podrían vivir dignamente sino que también podrían enviar a sus hijos a la escuela. Y el precio de las zapatillas se incrementaría nada más que en 0,36 euros.5

 

Pero en las condiciones actuales, los niños se ven obligados a trabajar porque el ingreso familiar no alcanza.

 

 

5 - "Fiinf Schilling sichern die Ausbildung", Der Standard, 18.5.2000

 


Dumping en el mercado local

En la práctica, con sus políticas de precios, las empresas disminuyen aún más los estándares en los países afectados.

"Obviamente las empresas producen allí donde es más barato. Para ellas, un pequeño aumento en los salarios no tendría ninguna incidencia", dice Mücke, "pero eso sencillamente iría en contra de su filosofía de mercado.

 

Si una plaza se torna siquiera una pizca más cara a causa de las mejoras sociales, inmediatamente se trasladan a otra. Por lo tanto, si un país eleva los estándares sociales, corre el riesgo de que los inversores se vayan a algún país vecino. Lo único que necesita la industria textil es alquilar cualquier taller e instalar las máquinas de coser.

 

Y antes de que uno pueda darse cuenta, ya volvieron a desmontarlas."

A su paso suelen dejar decenas de miles de desocupados.

 


Condiciones laborales infrahumanas

La tremenda presión competitiva impuesta por las empresas repercute no solamente en los salarios, sino también en las condiciones laborales.

"En la fábrica hace muchísimo calor", dice Julia Esmeralda Pleites, refiriéndose a la situación en la planta Formosa, proveedora de Adidas y Nike.

 

"La fábrica tiene muy mala ventilación. Una transpira y el cuerpo se reseca. El polvo te tapa la nariz. Para ir al baño o a tomar agua hay que pedir permiso. El personal de seguridad te controla el pase, ya que no se puede ir más de una o dos veces al día. Los sanitarios están sucios, no hay papel higiénico. Tampoco hay agua potable.

 

Cuando nos íbamos de la fábrica, teníamos que soportar unos controles humillantes. El personal de seguridad femenino que nos revisaba a las mujeres nos manoseaba por todos lados."

Julia Pleites dice que cuando contratan a una mujer tras el período de prueba, le hacen pagar un test de embarazo.

"Si está embarazada, vuela enseguida. También nos pagamos el seguro social, pero para ir a la clínica no te dan el día."

Según Pleites, en la fábrica Formosa los sindicatos están prohibidos.

"Si se enteraran de que alguien pertenece a un sindicato, lo echarían inmediatamente. Todos tienen miedo."

 


Acoso sexual

Según la Campaña Ropa Limpia, alrededor de la mitad de las operarías que trabajan en la fábrica Kormosa son menores de dieciocho años. Tal es el caso de María, una joven de quince años que desde 1997 se pasa doce horas por día detrás de la máquina de coser.

 

María dice haber sido acosada una vez por un capataz:

"Me agarró del brazo y me dijo que yo le gustaba mucho y que si no tenía ganas de encontrarme con él. Yo me negué y le dije que me dejara en paz, a lo que él me respondió que yo no tenía noción del error que estaba cometiendo."6

Por supuesto que en el Primer Mundo este tipo de cosas también ocurren; pero en los talleres de costura de la industria textil, el abuso sistemático de mujeres (y a veces incluso de niños) no parece ser la excepción, sino la regla.

La costurera Marlene Vega le contó al semanario alemán Stern7 la siguiente historia:

"Dos hombres me agarraron y me arrastraron hacia el auto de Mr. Sharp", el hijo del director de la fábrica. "Jimmy te quiere a ti. No es un pedido, es una orden", dijeron los hombres.

La muchacha consiguió zafarse.

 

A la mañana siguiente fue despedida. Adidas prometió investigar estas acusaciones y mejorar las condiciones de trabajo en la fábrica Formosa. Pero a los imputados no se les pudo probar nada.

 

Las víctimas aseguran que ni siquiera fueron interrogadas.

 


Ropa oscura para que no se vean las manchas de sangre

Las obreras textiles no sólo están expuestas al acoso sexual directo.

 

En Indonesia, por ejemplo, la ley autoriza a las mujeres a tomarse dos días sin goce de sueldo durante la menstruación, ya que el acceso a los baños de la fábrica es limitado y la mayoría de las indonesias no pueden pagarse toallas femeninas ni analgésicos.

 

Sin embargo, son muy pocas las mujeres que hacen uso de ese derecho, dado que en tal caso deberían atenerse a las sanciones.

"Durante su período, decenas de miles de mujeres visten ropa interior oscura y blusas largas para que no se noten las manchas de sangre", señala un equipo de investigación en su informe sobre las plantas proveedoras de Gap, Tommy Hilfiger, Polo, Nike, Adidas, Fila y Reebok.

Una operaría dice que le pidieron que se sacara la ropa interior para demostrar que estaba menstruando. Como se negó a hacerlo, fue tildada de embustera.8

 

La revista Stern también se ocupa del destino de Rong Wu, una mujer china que fue secuestrada por traficantes de esclavos y llevada hasta Saipan, una isla del Pacífico, donde debía coser camisas para Tommy Hilfiger, Polo/Ralph Lauren, Gap y Donna Karan.

 

El informe habla de golpizas y de jornadas de trabajo de 14 horas por un salario mensual de 200 dólares estadounidenses, de los cuales la mitad se va en el alquiler de una pieza de apenas veinte metros cuadrados compartida por doce mujeres.

 

Pasado algún tiempo, Rong Wu se ve obligada a trabajar como prostituta para saldar sus deudas.

Las prendas que se producen anualmente en Saipan, valuadas en mil millones de dólares, son "Made in USA". Y es que desde la Segunda Guerra Mundial la isla está patrocinada por los Estados Unidos. Además de que así se eliminan los aranceles a la importación, esto da una buena imagen frente a los consumidores.

 

Pero también les trajo problemas a las empresas: en un lugar donde se producen artículos "Made in USA" también deberían regir las leyes de ese país, argumenta el abogado norteamericano Albert Meyerhoff, quien en 1999 culpó (entre otras) a la empresa de indumentaria Tommy Hilfiger señalando que,

"con la ayuda de los fabricantes locales (...) ha implantado - ya sea en forma consciente, por negligencia o indolencia - un sistema de esclavitud".

Actuando en nombre de miles de trabajadoras, Meyerhoff reclamó los salarios retenidos. La demanda colectiva hacía referencia a tests hormonales y abortos forzados.

 

En vista de la presión de la opinión pública, algunas de las empresas se declararon dispuestas a pagar indemnizaciones y a dejar de trabajar (en Saipan) con aquellos fabricantes que no respeten las exigencias mínimas del derecho laboral.


6 - "1:0 für saubere Kleidung", Aktuell, Campaña Ropa Limpia, Dusseldorf 2000
7 - "Die Sklaven der Mode", Stern 43/1999
8 - "Labotir Rights in Indonesia: What is Menstruation Leave?", Campaña Ropa Limpia, Boletín 13, noviembre de 2000
 

 



Todo es cuestión de imagen

En junio de 1996, la revista norteamericana Life publicó fotos de niños paquistaníes cosiendo pelotas de fútbol con el logo de Nike: la "pipa".

 

A partir de ese momento o incluso desde antes - al rubro textil le ha llegado el agua al cuello. Decenas de miles de niños fabricaban pelotas para Nike, Adidas, Reebok y otras marcas muy conocidas.

 

Muchos de ellos habían sido vendidos a sus empleadores como esclavos y marcados con un hierro candente como si fuesen ganado.9 Informes sobre trabajo infantil, explotación, trabajos forzados, violencia y ataques sexuales a jóvenes operarías amenazan desde entonces la ima­ gen de aquellas empresas que gustan de presentarse, sobre todo ante el público joven, como modernas y abiertas al mundo.

 

Esa imagen se ve cada vez más empañada, especialmente desde que se publicaron notas sobre las condiciones de producción existentes en los sweatshops, es decir, los "sudaderos" utilizados por las empresas para fabricar sus artículos de marca.

 

En estas factorías, ubicadas en los patios traseros del mundo, trabajan ma­ yormente mujeres, que se desloman haciendo incontables horas extras detrás de las máquinas de coser a cambio de salarios miserables.

"Allí trabajan chicas de 15 años, que al cabo de un par de temporadas terminan destruidas", asegura el austríaco Christian Mücke, quien visitó en persona algunos sweatshops centroamericanos.

Para pulir su imagen, la mayoría de las grandes empresas establecieron normas de conducta (cades of canduct) similares a las que exigen las campañas anü­sweatshops y los sindicatos (véase la Carta Social al final del capítulo)

 

Sin embargo, parece bastante improbable que esas normas sean puestas efectivamente en práctica.

"De todas las empresas occidentales acusadas de abusos, sólo un diez por ciento - siendo generosos - hizo algo razonable para mejorar las condiciones laborales", critica el profesor de Economía norteamericano Prakash Sethi en un artículo publicado por el semanario Business Week.10

 

"Sin un monitoreo realizado por organizaciones independientes y sindicatos, las supuestas mejoras son casi imposibles de constatar", se queja Christian Mücke, de la campaña Clean Clothes.

 

"Pero las empresas siguen negándose, como siempre."

O apelan a métodos de control que más que para destapar irregularidades sirven para cuidar su propia imagen.

 

Tal es el caso de una serie de informes confeccionados por gente de la misma compañía o por instituciones pagas, que, obviamente, investigan como le conviene a quien realizó el encargo. O bien los resultados permanecen bajo llave, como aquel informe evaluativo de la consultora Ernst & Young, que reveló en 1997 las condiciones desastrosas de un proveedor de Nike en Vietnam.

 

Mala suerte para Nike: el documento llegó a manos del New York Times y causó un gran revuelo en la opinión pública.11

Además, Mücke denuncia que en casi todas las normas de conducta autoimpuestas faltan dos criterios fundamentales:

"En primer lugar, el derecho a un salario digno. Y en segundo, el derecho a formar consejos de fábrica libres y sindicatos independientes."


9 - "Six Cents an Hour", Life 6/1996
10 - "A World of Sweatshops", Business Week 45/2000
11 - "Nike Shoe Plant in Vietnam Is Called Unsafe for Workers", New York Times, 8.11.1997

 

 

Un derecho básico - el de autoorganizarse

Mücke cree que este derecho es en realidad el eje de la cuestión, que únicamente la autoorganización in situ de los trabajadores ofrece una protección duradera y efectiva contra los maltratos.

"El tema sindical es tan candente que rara vez lo que se dice termina traduciéndose en los códigos."

No hay duda: si los empleados pudiesen negociar sus sueldos en convenios colectivos y recurrir eventualmente a una huelga, a las empresas les sería imposible disponer a gusto y piacere de la enorme masa de asalariados.

 

Pero las grandes marcas actúan con demasiada permisividad: incluso en aquellos países donde los sindicatos y los consejos de fábrica están dispuestos por la ley, consienten las amenazas a los trabajadores, de tal modo que éstos se ven impedidos de defender libremente sus intereses.

 

O directamente establecen su producción en países como China, donde los sindicatos libres están prohibidos.

La coordinadora tailandesa de derechos humanos, Junya Yimprasert, coincide en que si no se garantiza el derecho a la libre reunión y organización, las demás concesiones tienen muy poco valor, ya que nadie puede controlar su cumplimiento.

"Los empresarios se sirven incluso de las mafias locales para actuar contra los sindicatos", afirma esta licenciada en Ciencias Sociales.12

 

12 - Entrevista con Klaus Werner, 30.5.2000

 

 

Yimprasert dirigió una investigación de dos años en plantas tailandesas que proveen artículos internacionales de marca.

 

Incluso fue invitada por Reebok a monitorear todos sus centros de producción entre enero y mayo de 1999, pero en todo ese tiempo no se le permitió hablar a solas con los obreros ni siquiera una vez.

 

La investigadora puso especial atención en los efectos de los códigos de conducta, que las multinacionales gustan tanto de mencionar cada vez que vuelven a convertirse en el blanco de las críticas.

"En Tailandia, esos cades of conduct existen desde 1992. Contienen, entre otras cosas, lineamientos relacionados con la edad mínima, los derechos laborales y los estándares de seguridad y ambientales."

Pero parece que, por lo general, los empleados no tienen ni idea de la existencia de tales códigos.

"A menudo ni siquiera se traducen a la lengua del lugar, o bien están colgados solamente en las salas de recepción de visitas, adonde los obreros no tienen acceso."

La activista percibe ciertas mejoras, por ejemplo, en lo referente a la limpieza y la seguridad de los lugares de trabajo. Pero dice que el trabajo a destajo a cambio de un salario mínimo y con horas extras no remuneradas sigue siendo moneda corriente.
 



Los códigos de conducta sólo empeoran las cosas

"En general, tengo la impresión de que los códigos de conducta sólo sirven para tranquilizar la conciencia de los consumidores europeos y estadounidenses", concluye, lapidaria, la socióloga.

Y agrega:

"En lo que respecta a los propios trabajadores, los códigos sólo han empeorado las cosas."

¿Cómo es eso?

"Porque las grandes marcas no se hacen cargo de los gastos que demanda, por ejemplo, la instalación adicional de matafuegos o de sanitarios."

La investigación consigna que, en una firma, Nike desembolsó sumas exorbitantes para construir una cascada artificial.

 

En cambio,

"la mayoría de las mejoras que se exigen en los códigos tienen que costearlas las empresas proveedoras. Ahora resulta que los empresarios quieren que los obreros trabajen todavía más duro para recuperar esos gastos.


Las multinacionales saben que los códigos incrementan el costo, pero no quieren pagarlo.

 

Y si una planta eleva sus costos de producción a causa de los códigos, ellos simplemente se trasladan a otro lado, inclinándose por los lugares más baratos: de Tailandia a China, de China a Vietnam y así sucesivamente."

Junya Yimprasert lo dice con todas las letras:

"En lugar de intervenir y regular la relación de los fabricantes con los trabajadores, las grandes empresas cierran los ojos. Las normas de conducta sólo sirven a efectos de su propia propaganda. Los obreros están peor que antes. Las compañías que exigen determinados estándares, pero que no ponen el dinero para costearlos, están metiendo la mano en el bolsillo de los trabajadores."

 


Carta Social para el comercio con indumentaria

La Carta Social para el comercio con indumentaria es la declaración de compromiso que la Campaña Ropa Limpia presentó a todas las grandes empresas textiles.

 

Su contenido se ajusta a los estándares mínimos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Sin embargo, hasta hoy, estos requerimientos básicos sólo fueron suscriptos por tres empresas: Migros, Switcher y Veillon.

 

Estas firmas suizas también participan de un proyecto piloto tendiente a lograr un control independiente de las relaciones laborales en sus plantas proveedoras.

Las empresas se comprometen a cumplir con los siguientes requisitos en lo referente a su propia producción, a sus subcontía listas y a sus plantas proveedoras.

 

Asimismo, se comprometen a permitir controles independientes en dichos ámbitos:

 

Libertad de organización
Los trabajadores tienen derecho a organizarse libremente. Pueden afiliarse a sindicatos independientes y a otras entidades sectoriales de su preferencia sin tener que pedir autorización previa para hacerlo. También tienen derecho a ser representados en las paritarias por las organizaciones que ellos elijan. Durante la realización de las paritarias, los empleados no se verán sujetos a ninguna traba improcedente.


Salarios adecuados
El salario de los empleados debe alcanzar para cubrir al menos sus necesidades básicas (alimento, vestimenta, vivienda) y las de los familiares a su cargo. El salario equivaldrá al menos al salario mínimo fijado por la ley del respectivo país.


Jornada laboral
La cantidad de horas trabajadas por semana y la reglamentación vigente en lo que respecta al pago de horas extras se corresponderán con las normas fijadas por la OIT: 8 horas por día o bien 48 horas por semana.


Seguridad
Las condiciones laborales para las áreas de seguridad y salud responderán a las normas fijadas por la OIT.


Edad mínima
Los empleadores deberán respetar la edad mínima de 15 años fijada por la OIT para la mano de obra.
 


Protección frente a la discriminación
En lo que respecta al desempeño y a la retribución salarial de los trabajadores, los empleadores deberán fomentar la igualdad en el trato. Esto significa que los empleadores no podrán consentir ninguna clase de discriminación motivada por la raza, el color de piel, el sexo, las convicciones políticas o religiosas, el origen social o el país de procedencia.


Eliminación del trabajo forzado
No se recurrirá al trabajo forzado.


Relaciones laborales estables
Las disposiciones de derecho social y laboral tendientes a lograr relaciones de ocupación estables no deberán eludirse por medio de contratos de trabajo u otros subterfugios.

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EXPORTACIÓN DE PROBLEMAS
 

Los bancos y las empresas europeas invierten miles de millones de dólares en grandes proyectos en África, Asia y Latinoamérica, a menudo en detrimento de la gente y de su sustento vital.

 

Continentes enteros van hundiéndose en un pantano de deudas, mientras las multinacionales tienen cada vez más ganancias.
 

Hermut Kormann es el vivo retrato de un gran industrial. Traje cruzado, anillo de sello, cigarros. Cuando alguien le habla, gira el hombro, como si fuese un atrevimiento mirarlo de frente a la cara.

 

Y después dice frases como:

"Somos responsables frente a nuestros inversores."

¿Y frente a la sociedad?

"Lo que la sociedad quiere de nosotros es que construyamos centrales de energía."

¿Y si las centrales que construyen provocan víctimas?

"Eso no nos compete."1

Kormann es miembro del Consejo de Administración de Voith, una subsidiaria de Siemens.

 

Esta empresa alemana produce turbinas y otros elementos para grandes proyectos, tales como la represa de Tres Gargantas en China o el proyecto Maheshwar en la India. Allí construirán una central hidroeléctrica con una potencia de 400 megavatios.

 

Pero en el futuro embalse también quedarán sumergidos 162 pueblos. Según la empresa abastecedora, 20.000 habitantes deberán ser expulsados de la próspera región a orillas del río Narmada, con lo cual perderán su sustento vital sin ser indemnizados como corresponde.

El proyecto Maheshwar es parte de un proyecto más amplio que prevé la construcción de 30 centrales hidroeléctricas grandes, 135 medianas y alrededor de 3.000 más pequeñas.

 

Un dique de 36 metros de altura y un kilómetro de longitud represará la reserva de agua a lo largo de unos 40 kilómetros. En 1993, el gobierno indio otorgó la concesión del proyecto a la compañía privada S. Kumar.

 

A Siemens se le encargó el envío de turbinas y generadores para la central hidroeléctrica a cambio de una participación del 17 por ciento en la sociedad propietaria.

 


50.000 personas pierden su sustento vital

Hermann Warth, de la Comunidad de Expertos en Políticas de Desarrollo, fue contratado por el gobierno alemán en el año 2000 para investigar el proyecto.

 

Según cálculos de Warth, el número de personas que serían desplazadas por la fuerza y que, de ese modo, perderían la base de su sustento, asciende por lo menos a 35.000. Pero, al mismo tiempo, esta próspera región otorga empleo a unas 15.000 personas más.

 

El río es la fuente de trabajo e ingresos para miles de agricultores, pescadores, lancheros y removedores de arena.

"Toda esa gente venera al Narmada como madre y sustentadora", cuenta Warth.2


1 - Entrevista con Klaus Werner, 16.1.2001
2 - Entrevista con Klaus Werner, 16.1.2001
 


Esas estructuras sociales maduras no se destruyen sólo con las migraciones.

 

A falta de tierras sustituías, se intenta indemnizar con dinero a los propietarios (y, dentro de este grupo, sólo a los hombres) Warth afirma que hasta el momento no hay una sola familia que haya recibido nuevas tierras como indemnización y que, con el dinero que les dan, es imposible comprar tierras de la misma calidad en el mercado libre.

 

Señala además que la compra de nuevas tierras se dificulta debido a que las empresas involucradas hicieron intervenir a abogados y martilieros que cobran comisiones de hasta un 30% por conseguir los correspondientes terrenos compensatorios.

Por todas esas razones, la población del valle del Narmada se opuso al proyecto y ejerció una resistencia basada en la no violencia. Con todo, la policía reaccionó de manera brutal frente a las ocupaciones pacíficas de las obras en construcción y las manifestaciones.

 

Un anciano fue perseguido y asesinado por la policía montada. Miles de personas fueron detenidas temporalmente, entre ellas 150 intendentes y concejales.

 

Muchos de los detenidos, incluso mujeres y niños, fueron maltratados. En 1998, la National Commission for Women del gobierno indio ratificó que existieron violaciones a los derechos humanos rela­ cionadas con el proyecto de la central hidroeléctrica.

Al menos siete potenciales inversores se retiraron del proyecto debido a su escasa compatibilidad social, cuenta Warth. Voith Siemens aún sigue estando en él.

 

Hermut Kormann, miembro del Consejo de Administración, no ve dónde está el problema.

 

Niega impasible cualquier responsabilidad empresarial:

"La sociedad ha elegido empresas para motorizar la economía y gobiernos para organizaría."

 


Resistencia a lo Gandhi

Evidentemente, el gobierno indio lo hace muy bien. Allí, Voith Siemens también está involucrada en el proyecto de la represa de Tehri.

 

Con una altura planeada de más de 260 metros (la tercera de Asia en magnitud), esta central servirá para represar uno de los afluentes del Ganges. Esto provocaría inundaciones que afectarían a 107 aldeas ubicadas en la parte india del Himalaya y también a la ciudad más próxima a la represa, Tehri, que posee numerosos templos históricos y jardines palaciegos del siglo XVIII.

 

Para llevar a cabo el proyecto, sería necesario desplazar a unas 100.000 personas.

En abril de 2001, miles de lugareños ocuparon la obra en construcción para reclamar contra su desalojo. La protesta fue brutalmente reprimida por la policía. Más de cincuenta manifestantes quedaron detenidos, entre ellos el líder del movimiento de protesta, Sunderlal Bahuguna, un hombre muy respetado en toda la India. Bahuguna, de 75 años, es un ex discípulo y compañero de lucha de Gandhi.

 

Ya en 1996 había obligado al gobierno a detener las obras en la represa de Tehri y a reevaluar el proyecto tras una huelga de hambre de 74 días. El 24 de abril de 2001, en la cárcel de Nueva Tehri, el anciano volvió a iniciar una huelga de hambre por tiempo indeterminado junto con otros presos.

 

Para impedir que se realizaran más protestas, el gobierno indio dispuso que cualquier reunión de más de cuatro personas sería disuelta por medio de la fuerza policial.

 


La represa más grande del mundo

En China, Siemens dirige un consorcio empresarial cuyo objetivo es suministrar turbinas (por un valor de alrededor de 348 millones de euros) para la represa de Tres Gargantas.

 

Este proyecto, el más grande de su tipo hasta el momento, incluye la construcción de un embalse de alrededor de 650 kilómetros a lo largo del río Yangtsé y prevé generar una potencia de 18.000 megavatios.

 

El costo total asciende a unos 46.700 millones de euros. Otras estimaciones hablan incluso de 81.500 millones. El proyecto ha recibido duras críticas internacionales, ya que entre 1,3 y 1,9 millones de personas tendrían que ser desplazadas forzosamente de la zona.

 

La compañía de tecnología suiza ABB, que también forma parte del proyecto, confirmó lo de los traslados forzosos, pero argumentó que,

"el gobierno chino no considera los traslados como un problema, sino como una posibilidad que se le brinda a la gente pobre de mejorar sus condiciones de vida".3

En cambio, los agricultores afectados se quejan de que los fondos previstos para el pago de indemnizaciones fueron malversados por funcionarios gubernamentales.

 

Ante una agrupación noruega de derechos humanos, Goa Di y Guo Yufang, dos exiliados chinos, criticaron duramente la intervención de las compañías occidentales:

"La relación entre el gobierno chino y la mafia de la central hidroeléctrica puede definirse como la relación entre un tirano y su asistente."4

 


Riesgo asegurado

Para proyectos de la magnitud de Tres Gargantas se necesita un amplio acceso a los créditos.

 

Pero a la hora de exportar hacia países política o económicamente inestables, estos créditos representan un riesgo muy grande. Crisis monetarias, guerras, golpes de Estado, expropiaciones, catástrofes ambientales: todo esto puede transformar un proyecto lucrativo en un verdadero fiasco.

 

Sin embargo, para impulsar las exportaciones y garantizar puestos de trabajo en el país, muchos gobiernos otorgan seguros estatales a los créditos, asumiendo de ese modo buena parte del riesgo. En buen romance: si un proyecto en el exterior fracasa y fue aprobado por el seguro estatal de créditos, el contribuyente cargará con la mayor parte de las pérdidas empresariales.

Quien se hace cargo de este negocio en Alemania es la compañía de seguros de crédito Hermes AG; en Austria lo hace el Kontrollbank; en Suiza, la ERG (Garantía de Riesgos de Exportación).

En noviembre de 1999 el gobierno de la República Federal de Alemania aprobó el otorgamiento de una garantía Hermes por 50 millones de euros al holding Siemens.

 

Así respaldó el suministro de quince transformadores a China, a pesar de las protestas masivas realizadas por organismos ambientales y de derechos humanos. A esto hay que agregar los 248 millones de euros otorgados como garantía provisoria a través de un holding bancario integrado por el Dresdner Bank, el Deutsche Bank y otros.

 

Poco tiempo atrás, el Parlamento alemán había sancionado una resolución que condenaba al gobierno chino por su invasión al Tíbet.

"Es evidente que con la garantía Hermes lo que se buscaba era reanudar las relaciones con China", opina un experto.5

"En definitiva, la participación de Siemens en este proyecto demencial fue financiada por el Commerzbank, el Dresdner Bank, el Instituto de Crédito para la Reconstrucción y el Deutsche Genossenschaftsbank", afirma Heffa Schücking, de Urgewald, una organización que aboga por los derechos humanos y el medio ambiente.

No se sabe a ciencia cierta a cuánto ascendería el monto.6

 

Michael Kruse, responsable del sector de créditos a las exportaciones en el Ministerio de Economía alemán, sólo señala que la participación de su país es tan pequeña que,

"prácticamente no tenemos ningún tipo de influencia sobre el proyecto total".7


3 - Cita extraída de "Dams incorporated ­ The Record of Twelve European Dam Building Companies", Swedish Society of Nature Conservation, febrero de 2000
4 - Ibidem
5 - Ibidem
6 - Entrevista con Klaus Werner, 27.4.2001
7 - Entrevista de Klaus Werner con el Departamento de Prensa del Ministerio Federal de Economía y Tecnología, 27.4.2001

 


Finalmente, una vocera de la aseguradora Hermes dice que el monto por el cual los contribuyentes alemanes responden por los envíos a China es de "casi 205 millones de euros".8

A comienzos de 2001 el sistema estatal Hermes tenía que ser reformado. Durante una conferencia de la Comisión Mundial de Represas9 realizada en Berlín, un representante del gobierno exigió que los créditos a las exportaciones también fueran analizados en función de su utilidad para las políticas de desarrollo.

 

Pero el sector defiende sus intereses con uñas y dientes frente a la supuesta ola de mandatos ecológicos y de derechos humanos.

"¡Nos quedaríamos sin nada!", dijo Kormann, el representante de Siemens, que evidentemente veía que la corriente arrasaría con sus ganancias.

 

"Sería una violación al sistema; después de todo, somos nosotros los que pagamos."

Dos meses después, lo único que quedó en la nada fueron los objetivos del gobierno.

 

En el futuro, las únicas que se quedarán sin garantías estatales serán las centrales atómicas. Para el resto de los casos, los criterios éticos no entrarán en consideración.10

 


Exportación de megaproyectos

La industria paga los créditos cubiertos por la aseguradora Hermes sólo cuando todo sale bien.

 

Cuando las inversiones fracasan, el que paga es el contribuyente. Pero sin lugar a dudas, los que se llevan la peor parte son los habitantes de aquellos países elegidos por la megaindustria occidental para concretar proyectos que en casa no están permitidos: construir represas gigantescas y centrales atómicas y buscar riquezas en el subsuelo sin que molesten obligaciones ecológicas ni charlatanes humanitarios.

Entre 40 y 80 millones de personas perdieron sus tierras debido a la construcción de grandes represas. Mientras que en Europa Central existen normas muy estrictas en lo que atañe a la magnitud y la tolerancia ambiental de los proyectos hidroeléctricos, en África, Asia y Latinoamérica se construye sin ton ni son, con estándares claramente inferiores a los europeos.

En lo que respecta al aprovechamiento de la energía atómica, la industria alemana ya había posado su mirada lujuriosa en los países del Este antes de que se tomara la decisión de abandonar la carrera nuclear.

 

En esos países, Siemens participa junto con otras compañías en proyectos de reactores que hoy en día ya no podrían construirse en Europa Occidental debido a sus bajos estándares de seguridad.

En Eslovaquia, Siemens colaboró desde 1996 hasta 1998 en la construcción del reactor nuclear Mochovce. Ese tipo de reactores, de diseño soviético, es considerado como uno de los más peligrosos de toda Europa. Hermes otorgó una garantía de 75 millones de euros para cubrir el riesgo de exportación.

 

Siemens opera también en Argentina, Brasil, China, Hungría, la República Checa y otros países, donde participa en la construcción o el equipamiento de reactores chatarra (ver ficha correspondiente).


8- Entrevista con Klaus Werner, 27.4.2001
9 - La Comisión Mundial de Represas es una iniciativa del Banco Mundial y de los representantes de distintos grupos de interés (desde ecologistas hasta industriales) cuyo objetivo es sentar criterios sociales y económicos para la utilización de la energía hidráulica
10 - "Hermesreform wird zum Flop", die tageszeitung, 20.3.2001; "Hermes­Reform erneut diskutiert", Ibidem, 7.4.2001
 


Los grandes bancos occidentales también están involucrados en controvertidos negocios en los países más pobres.

 

En Indonesia, la Sociedad Nacional de Minería está haciendo excavaciones desde 1994 al sudoeste de Yakarta, la capital, para encontrar oro y plata. En 1997, el Hypo Vereinsbank de Alemania financió el proyecto mediante un crédito de alrededor de 15 millones de euros.

 

En 1998, un trabajador de una mina de oro fue asesinado por las fuerzas de seguridad de dicha sociedad indonesia.

 

Además, se realizaron voladuras sin las medidas de seguridad necesarias, como consecuencia de las cuales, sólo en 1998, perdieron la vida por lo menos veinte mineros. En julio de 2000, cientos de trabajadores de las minas de oro realizaron una protesta contra el trato violento que reciben de las fuerzas de seguridad.

 

Algunos de ellos denunciaron haber sido golpeados y maltratados.11

Desde comienzos de los años noventa, más de setenta países en vías de desarrollo reformaron su marco legal para atraer inversiones hacia el área de la minería. Se redujo la carga impositiva sobre el sector, se otorgaron grandes subvenciones. Los costos ambientales y sociales suelen ser muy altos: la explotación de combustibles y metales trae aparejado un enorme consumo de energía y de agua; además, suele generar desechos tóxicos que se deponen sin tomar suficientes medidas de seguridad.

Las 2.400 toneladas de oro que se produjeron en 1997 en todo el mundo dejaron un saldo de 725 millones de toneladas de escombros entremezclados con ácidos tóxicos y solventes como el cianuro. Estas sustancias tóxicas contaminan los ríos y los mares, privando a la población de su sustento vital.

En 1996, una filial del Dresdner Bank concedió a la compañía minera australiana Aurora Gold un crédito de alrededor de 35 millones de euros para explotar minas de oro en Indonesia.

 

La empresa expulsó, en algunos casos haciendo uso de la fuerza, a unos 20.000 miembros de las etnias dayak siang, murung y bekumpai, las cuales buscan oro allí desde hace mucho tiempo. Además, la firma sería responsable de que los ríos de la zona estén contaminados con aguas residuales provenientes de las minas. En el año 2000, los lugareños ocuparon potenciales sitios de excavación de la Aurora Gold.

 

A raíz de ello, fueron expulsados violentamente por cuerpos de élite de la policía indonesia.12

 


Exportación de deudas

El hecho de que el Estado atenúe el riesgo de las inversiones a través de sus garantías alienta a las grandes industrias a instrumentar proyectos que perjudican las políticas de desarrollo.

 

Muchos de los créditos otorgados tan alegremente sumen a los países más pobres en deudas millonarias. Un ejemplo de esto son las centrales nucleares Angra 2 y 3, que están ubicadas justo en una zona sísmica de la costa brasileña.

Los dos reactores comenzaron a construirse hace ya más de veinte años.

 

El proveedor de las instalaciones: KWU, subsidiaria de Siemens. Pero Angra 2 sólo empezó a suministrar energía a partir de julio de 2000. Se calcula que esta puesta en marcha tardía le costó al país unos 5.100 millones de euros. Y aún no se sabe a ciencia cierta si Angra 3 podrá ponerse algún día en funcionamiento.

 

Allí también se invirtieron miles de millones inútilmente. La construcción sufrió una demora por motivos políticos, ya que a comienzos de los años ochenta, los reactores también contemplaban la posibilidad de producir armas nucleares para la dictadura militar brasileña de aquel entonces.

 

Sin embargo, los gobiernos civiles que vinieron más tarde ya no mostraron ningún interés en ellos.


11 - Karin Astrid Siegmann: Deutsche Grojlbanken entwicklungspolitisch in der Kreide?, Südwind e.V., Siegburg 2000, pág. 110
12 - Ibidem, pág. 97
 

"Los alemanes nos vendieron una tecnología que ellos ya no usan, y nosotros les pagamos con dinero que no tenemos", se quejaba el ex ministro de Economía brasileño Delfim Netto.13

Y es que Brasil está muy endeudado.

 

En 1998, su deuda ascendía a casi 250.000 millones de euros. El 31 de diciembre de 1999, bancos alemanes otorgaron créditos a Brasil por un monto de 10.600 millones de euros. Angra también fue financiada a través de créditos otorgados por bancos alemanes que a su vez estaban cubiertos por Hermes.

El Dresdner Bank, por caso, planeó durante mucho tiempo financiar la finalización de Angra 3, a pesar de que hacía rato se sabía que la central nuclear no era rentable. Hasta la Comisión Nacional Brasileña de Energía Atómica admitió que la energía proveniente de la central nuclear costaba casi el doble que la generada por gas natural.14

 

Sin embargo, después de que el gobierno alemán anunciara en el año 2000 que finalmente había resuelto revocar su decisión de otorgar una garantía Hermes por la finalización de Angra 3, parece que al Dresdner Bank se le calmó bastante la sed de aventuras financieras.

La que sí pudo recuperar su dinero gracias a la garantía Hermes fue Siemens.15 La compañía cobró un total de 2.900 millones de euros por Angra 2, y por el reactor número 3 ya había recibido 1.400 millones.16

Siemens y los bancos alemanes, que cobraron intereses millonarios por sus créditos, se convirtieron así en los únicos ganadores dentro de este desastre. Entre los perdedores figuran, por un lado, los contribuyentes alemanes: cuando los países importadores no pueden pagar más a sus proveedores alemanes, es la República Federal de Alemania quien se hace cargo de las pérdidas de las empresas, todo gracias a Hermes.

 

Pero el que lleva la peor parte es Brasil, que ha vuelto a transformarse en deudor de Alemania.

Éste es sólo un ejemplo entre muchos. En este caso, las empresas alemanas aprovecharon para sus propios fines la política nuclear de la dictadura brasileña. En definitiva, esa clase de inversiones contribuyó a que numerosos países fuertemente endeudados tuvieran que recortar de manera drástica el presupuesto en las áreas de educación y salud.

En julio de 2001, el periodista argentino Alejandro Olmos le ganó al Estado un juicio espectacular, que había iniciado hacía más de 17 años y cuyo final no llegó a vivir. Olmos probó que buena parte de la deuda externa de su país se había originado violando la Constitución Nacional.

 

Por esa razón, la deuda no debería pagarse. Los militares que gobernaron al país desde 1976 hasta 1983 se enriquecieron gracias a los créditos del extranjero.

 

Y ahora la deuda recae sobre las espaldas del pueblo argentino.17
 



El endeudamiento conduce a la miseria

La transferencia de capital de los países industrializados a los países "en vías de desarrollo" ascendió en la última década a casi un billón y medio de euros.

 

Un número de trece cifras. Las inversiones extranjeras directas, mayormente financiadas por holdings de bancos internacionales, representaban más de un tercio de esa inyección de capital; otro cuarto provenía de diferentes créditos bancarios.

Para que no haya malentendidos: lo que todos esos países necesitan son inversiones. Las más urgentes serían para las áreas de educación y salud y para crear estructuras económicas sustentables.

 

Esto no significa que los inversores no puedan obtener ganancias.


13 - "Atomkraft aus der Mottenkiste", Die Zeit 6/2000
14 - Siegmann, Grojibanken, pág. 95
15 - "Hermes atif Abwegen", Die Zeit 50/1999
16 - "Atomkraft trotz Erdbebengefahr", die tageszeitung, 18,7.2000
17 - Siegmann, Grojibanken, pág. 134


Al contrario. Sin embargo, muchas de las inversiones extranjeras se hacen a tan corto plazo que los únicos beneficiarios son los bancos y las multinacionales, que suelen dejar tras de sí montañas de deudas en los países receptores de las inversiones.

 


Exportación del déficit bursátil

Sobre todo en el caso de los grandes bancos y sus inversoras, existe una tendencia cada vez más marcada a buscar ganancias rápidas con inversiones a corto plazo en los llamados emerging markets, los mercados emergentes de Latinoamérica y Asia.

 

En 1990, ese tipo de inversiones que los países industrializados realizan en los países en desarrollo (por ejemplo, a través de acciones y préstamos) sobrepasaron el volumen de las inversiones directas (por ejemplo, la creación de empresas).

En la última década, ese flujo fugaz de capitales condujo a varias crisis monetarias: en 1994, al llamado efecto "tequila" de México; en 1997, al derrumbe económico total de los tigres asiáticos; en 1998, a las crisis económicas en Rusia y en Brasil. En los países afectados, quedó como saldo una sociedad devastada.

 

La crisis asiática provocó un drástico aumento del índice de desocupación. La inflación galopante deterioró el poder adquisitivo. Mucha gente ya no puede comprar ni siquiera los alimentos de la canasta básica.

 

A causa de la crisis de 1997, el número de habitantes que viven en la pobreza en los países del sudeste asiático, denominados "países de la esperanza" en la década del ochenta, trepó a los 90 millones de personas.18

Cuando se trata de operaciones financieras a corto plazo, los actores más importantes son los bancos. En Londres, el principal centro mundial de operaciones con moneda extranjera, el 83 por ciento de las compras y ventas recae sobre los bancos.

 

Por un lado, ellos administran los fondos correspondientes al patrimonio de sus clientes; por el otro, hacen sus propios negocios especulando con títulos.19
 



Especular con la pobreza

Entre esos negocios hay, por ejemplo, transacciones realizadas con moneda extranjera, que no sólo sirven para financiar y asegurar operaciones internacionales, sino que también persiguen fines especulativos.

 

En esas operaciones se compra una determinada cantidad de una moneda a un precio bajo para volver a venderla luego a un precio mayor.

Dentro de ese tipo de especulación entran las operaciones a plazo, en las que el especulador apuesta (como en el casino) a que el valor de determinada moneda "débil", por ejemplo el real, se modifique al cabo de un plazo determinado en relación con una moneda "fuerte", como puede ser el dólar. Si el saldo es positivo, la diferencia queda como ganancia.

 

En 1999, una comisión parlamentaria del Senado brasileño investigó ese tipo de operaciones a plazo y acusó al Deutsche Bank y a otros grandes bancos de haber logrado ganancias especulativas durante la crisis monetaria de Brasil valiéndose de información confidencial obtenida ilegalmente.20

En Brasil, la mayoría de las operaciones especulativas se desarrollan en la Bolsa de Valores y Comercio.

 

En 1999, 24 bancos se alzaron con alrededor de 5.000 millones de euros en un lapso de apenas tres semanas.
 


18 - Ibidem, pág. 15
19 - Ibidem

20 - Ibidem, pág. 84
 


La mayor parte de esas ganancias se las llevó el Citibank, de Estados Unidos: 800 millones de euros. El Deutsche Bank, con 200 millones, figuró entre los diez primeros.

 

Al mismo tiempo, las especulaciones le costaron al Tesoro brasileño unos 3.500 millones de euros.21
 



La deuda de los bancos alemanes

Los principales países deudores del denominado Tercer Mundo destinan gran parte de su presupuesto a pagar intereses y a devolver capital a los países industrializados.

 

Con un total de 115 mil millones de euros, los bancos alemanes son los principales acreedores privados de los países en desarrollo.22 De hecho, los bancos han contribuido en gran medida al surgimiento de esas deudas.

 

El instituto alemán Südwind investiga desde hace años las condiciones del comercio internacional, y en el libro Grandes bancos alemanes: ¿en deuda con las políticas de desarrollo? (Deutsche Grojbanken entwicklungspolitisch in der Kreide?), 23 plantea que las causas de la crisis de endeudamiento actual deben buscarse sobre todo en los comienzos de los años setenta.

Luego de la primera crisis del petróleo, en los años 1973 y 1974, el mercado financiero se encontró con un enorme excedente de capital que provenía de los países productores de petróleo y buscaba posibilidades de inversión.

 

Los bancos, sobre todo los norteamericanos, comenzaron a otorgar créditos a clientes de países en desarrollo a tontas y a locas, sin evaluar previamente su solvencia. En muchos casos, los beneficiarios de los créditos fueron gobernantes corruptos que destinaron el dinero a bienes suntuarios, proyectos de corte populista y a la compra de armas.

 

Como en ese entonces los intereses eran muy bajos, se acumularon grandes cantidades de "capital negativo".

Pero a comienzos de la década del ochenta las condiciones macroeconómicas cambiaron. La carrera armamentista norteamericana y la política de estabilización de los países industrializados provocaron un aumento en los intereses. Cuando México, el gran deudor latinoamericano, declaró la cesación de pagos en 1982, la sangre ya había llegado al río.

 

Muy pronto hubo decenas de países tan endeudados que la devolución del crédito se tornó imposible. Así fue como surgieron los "programas de refinanciación de la deuda", primero en 1989 y después en 1996.

 

Estos programas, diseñados sobre todo para los países de África y también para algunos de Latinoamérica y Asia, consistieron básicamente en el otorgamiento de nuevos créditos para que esos países pudiesen afrontar los vencimientos de las deudas contraídas. Pero los nuevos créditos vinieron acompañados de una serie de condiciones impuestas por el Banco Mundial y el FMI: los países que los recibían debían suscribir "programas de reestructuración", en los que se comprometían a realizar un ajuste fiscal y a bajar el gasto público.

 

En la práctica, esto significó el fin de la financiación para numerosas escuelas, instituciones sanitarias y programas públicos de infraestructura. Además, en muchos países se redujo el salario mínimo para poder pagarles a los empleados del Estado.

 

Éste es uno de los motivos por los cuales a las multinacionales les resulta tan sencillo fabricar sus productos en países en desarrollo, donde los gastos de personal están muy por debajo del mínimo vital (véase también en los capítulos "Indumentaria" y "Alimentos").

 

21 - Ibidem, pág. 85
22 - Ibidem, pág. 19

23 - Siegburg 2000, puede encargarse en http://www.suedwindinstitut.de
 


Los grandes bancos occidentales, en cambio, no tienen mayores inconvenientes con la refinanciación. Siguen lucrando con los intereses, mientras que buena parte de sus créditos están garantizados por seguros estatales como el Hermes.

 


El desastre natural del endeudamiento externo

El ejemplo de Mozambique ilustra lo disparatadas que pueden llegar a ser las situaciones a las que lleva el endeudamiento en los países afectados.

 

En febrero de 2000, el sur de ese país africano quedó destruido y anegado tras ser arrasado por tornados y lluvias intensas. Los primeros días del tifón ya habían arrojado un saldo de entre setecientos y ochocientos muertos.

 

Y más de cuatro millones y medio de personas terminaron perdiendo todo lo que tenían.24

Ya antes de que se produjera esta catástrofe, Mozambique estaba entre los países más pobres del mundo. El setenta por ciento de su población vive por debajo de la línea de pobreza, la expectativa de vida promedio es de 43 años. Uno de cada siete niños muere antes de cumplir los cinco años. Así es la cosa en África, son sólo estadísticas que ya no conmueven a nadie.

 

Pero, al mismo tiempo, hay índices de desarrollo que son sensacionales, incluso si se los compara internacionalmente. El producto nacional bruto registró durante los últimos años tasas de crecimiento de más del diez por ciento anual. Desde la independencia en 1975, la tasa de analfabetismo logró reducirse de más del 98 por ciento a menos del 60 por ciento.

Se calcula que las pérdidas económicas ocasionadas por la catástrofe ascienden en total a más de 600 millones de euros.

 

Desde febrero hasta agosto de 2000, 49 países y 30 organizaciones de ayuda realizaron diversas donaciones por un valor de alrededor de 77 millones de euros. Además, la comunidad internacional aprobó un crédito de casi 170 millones de euros para la reconstrucción del país.

Por otra parte, hay una cifra que pende como una espada de Damocles sobre los mozambiqueños más allá de cualquier catástrofe natural: el país paga año tras año más de 67 millones de euros para hacer frente a los servicios de una deuda externa del orden de los 5.200 millones.

"Es absurdo esperar que el gobierno pague una deuda que sobrepasa ampliamente el monto de la ayuda", opina Kate Horn, quien dirige la organización internacional Oxfam en Mozambique.25

 


Se exige un derecho de quiebra internacional

En el año 2000, el "año de la condonación", numerosos organismos internacionales exigieron que se reduzca la deuda de los países más pobres del mundo.

 

Propusieron proceder como en el derecho de insolvencia: primero, una asociación internacional determina cuál es el monto necesario para cubrir las necesidades básicas de la población de un país, es decir, salud, educación e infraestructura.

 

Una vez que ese monto está resguardado, se calcula cuánto está en condiciones de pagar el país a la comunidad de acreedores.

"¿Ayuda el perdón de la deuda a los pobres del mundo?", tal el título cuasireligioso de un documento en el que el Hypo Vereinsbank fijó su posición respecto de este tema.

Lástima que el Münchner Bank le quedó debiendo la respuesta a ese interrogante.

 

En cambio, lo que sí se determinó fue que cualquier participación en una condonación de la deuda a los países más pobres equivaldría a una grave discriminación hacia los bancos que, a pesar del alto riesgo que eso implicaba, habían financiado las inversiones.


24 - Klaus Werner: "Der Blick in den Abgrund", Der Standard, 7.10.2000
25 - Ibidem
 


Los créditos a largo plazo otorgados por el Hypo Vereinsbank a países como Brasil o Indonesia están cubiertos en un 100% por los seguros de crédito a la exportación.26

 


Tobin or not to be

Para "desacelerar" el mercado internacional de capitales y lograr que las inversiones en el exterior sean más duraderas, numerosos organismos exigen que, junto con una política que apunte a la reducción de la deuda, se implemente la llamada tasa Tobin.

 

Este impuesto, bautizado así en honor al premio Nobel James Tobin, consiste en gravar las transacciones de divisas con apenas el 0,05 por ciento.

 

Con su aporte sería posible disminuir el volumen de las transacciones cortoplacistas en moneda extranjera, sobre cuya base se asienta la mayor parte de las operaciones bursátiles que se realizan a diario en el mundo.

Esta exigencia se dirige en primera instancia a los organismos parlamentarios nacionales e internacionales. El rédito proveniente de la tasa Tobin superaría en todo el mundo, según los cálculos, los 100 mil millones de euros anuales. Con ese dinero se podría, por ejemplo, combatir la pobreza y el desempleo, o financiar a las entidades sanitarias y educativas.27

Porque, ¿quién dijo que la globalización no puede estar también al 'servicio del hombre'?

 

 

26 - Siegmann, Crojibanken, pág. 112
27 - Más información sobre la tasa Tobin en la Red para el Control Democrático de los Mercados FinancierosATTAC, http://www.attacnetzwerk.de

 

 

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