por Felix Alemán (Felix Widerstand)
23 Mayo 2013

del Sitio Web AdversarioMetapolitico

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Moscú
Durante la llamada Guerra Fría, vivimos en un mundo bipolar. Al menos, esto es lo que la mayoría de la gente piensa.

 

Pero, ¿cómo de bipolar era realmente? Había dos superpotencias (EE.UU. y la Unión Soviética), con sus respectivas áreas de influencia geopolítica (Occidental y Oriental), tratando de controlar los recursos y la población mundiales, y que competían entre sí.

En realidad, este sistema bipolar era un experimento. El occidente ("americano") y el este ("soviético") no fueron (desde la muerte de Stalin) realmente enemigos, sino más bien dos sistemas usados como herramientas al servicio de unos mismos amos.

 

Los globalistas que controlaban ambos, estaban tratando de ver cuál de los dos sistemas funcionaba "mejor" (mejor para ellos, claro) con el fin de lograr su objetivo final, la completa dominación mundial tras la destrucción de un mundo multipolar natural y un orden pluricultural (de naciones soberanas), basado en comunidades orgánicas.

Sabiendo esto, no extraña ya ver cómo muchos de los máximos globalistas actuales (Wolfowitz, Podhoretz, etc) que actúan como belicistas del imperialismo de Washington, son ex comunistas de la rama trotskista.

Durante cuatro décadas, estos dos sistemas estuvieron funcionando. Ambos son internacionalistas (en el sentido cosmopolita del término).

 

El comunismo marxista incluso se llama a sí mismo internacionalista, y el capitalismo financiero, basado en el poder del dinero, es sin lugar a dudas internacional también, porque los capitalistas no tienen fronteras… y porque el dinero no tiene patria.

Los estados donde se implantó el pulpo liberal del capitalismo, dio (y da) a los ciudadanos la ilusión de "democracia" (poder del pueblo), la ilusión de que realmente están eligiendo a sus representantes. La mayoría de quienes viven en el "primer mundo" creen esto aún hoy en día, cuando todo se está volviendo más y más orwelliano, y nuestros llamados políticos democráticos están mostrando su verdadera naturaleza de títeres.

 

Sin embargo, en el sistema capitalista, donde debido a la usura de los banksters el dinero puede crecer de la nada, el poder no está en manos de la gente, sino en las manos de los que controlan el dinero… y el dinero no es democrático.

Por otra parte, en muchos países comunistas, un fenómeno muy interesante sucedió: el comunismo marxista ortodoxo, que era anti-tradicional y ateo, así como globalista e internacionalista (con la misma naturaleza materialista y cancerígena del capitalismo), comenzó a desarrollarse de manera diferente en cada país, fusionando el sistema económico socialista con el carácter de cada nación, de cada comunidad orgánica donde se hizo con el poder.

 

(Esto no ha ocurrido en los países capitalistas, que fueron y todavía están sometidos a un lavado de cerebro extremo y bajo el yugo de un enorme imperialismo cultural y social que viene de los EE.UU. con elementos subversivos, como Hollywood, medios de comunicación de masas, la destrucción de la propia lengua, de la propia identidad, etc.)

Esto sucedió de una forma muy natural: el comunismo se adaptó, fue absorbido en cada país, y no al revés, como estaba previsto originalmente por los globalistas, que querían poner en práctica a escala mundial un sistema dictatorial antinatural, frío y sin raíces.

La división dentro del comunismo ya comenzó con la lucha por el poder entre Stalin - que tenía una orientación más nacional - y Trotsky, quien predicó un comunismo mundialista sin fronteras con su "revolución permanente").

 

Así, por ejemplo, en Corea del Norte, el comunismo se fusionó con las antiguas tradiciones coreanas, con su rica cultura y su particular idiosincrasia, y el líder Kim Il Sung desarrolló la ideología Juche, una variedad típicamente coreana del socialismo. En Rumania, Nicolae Ceausescu fue un gran admirador de los héroes nacionales del glorioso pasado en la Edad Media.

Así, lo que originalmente era un sistema frío, sin alma, con la intención de destruir los valores tradicionales como "reaccionarios", una vez implantado en un país particular fue absorbido por la idiosincrasia nacional tomando sus tradiciones como una forma de resistencia.

Existe un interesante paralelismo con el cristianismo. Muchos consideran el cristianismo una antigua especie de comunismo, y hay algo de verdad en eso. Cuando el cristianismo llegó al poder en Roma, durante los primeros siglos prohibieron todas las demás religiones (las paganas), en el Imperio e impusieron la suya a los demás con dogmatismo y violencia; eran universalistas, antiguos globalistas.

 

Pero después de algún tiempo, el cristianismo fue absorbido por las naciones, y se desarrolló de manera diferente en cada parte del mundo, incluyendo a veces un sincretismo con la vieja tradición. Esto se puede observar en la rama ortodoxa del cristianismo y sus iglesias nacionales: como el Patriarcado griego, el serbio, el ruso, y así sucesivamente.

 

En el caso de Rusia, el zar era el jefe del Estado y de la Iglesia, en el caso de la religión japonesa tradicional, el Shintoísmo, el Tenno - Emperador - era, al mismo tiempo líder nacional y religioso.

Idéntico fenómeno ocurrió con el Islam; hay un proverbio iraní que afirma que,

"el Islam no conquistó Persia, sino que Persia conquistó el Islam".

El zoroastrismo y el mazdeísmo tuvieron un papel importante en la conformación de la corriente chiíta persa. Y en la actual República Islámica de Irán, hay un Líder Supremo (el ayatolá Jamenei, quien es también líder religioso y nacional, al mismo tiempo).

 

También el Califa otomano en la historia reciente o el Emperador romano en el pasado remoto.

El hecho de que el comunismo (como el cristianismo en el pasado) estaba desarrollándose en cada lugar de acuerdo con las tradiciones locales era muy peligroso para los globalistas (trotskistas así como liberales). Por lo tanto, la tendencia de nacional-comunismo tenía que ser detenida.

Es por eso que se decidió suprimir el "lado oriental", para poner fin a la guerra fría y a la bipolaridad, y que se usó de ahora en adelante sólo el sistema liberal capitalista como el único aceptable.

 

La Unión Soviética y los países del Pacto de Varsovia eran un experimento, y no eran ya útiles, porque los "amos" detrás de las escenas se dieron cuenta de que era el sistema capitalista el que sirve mejor a sus objetivos.

Este fue el nacimiento del "nuevo orden mundial" proclamado por Bush padre, con la esperanza de que con el colapso de la Unión Soviética, Rusia y las otras naciones de Eurasia se verían privadas de su soberanía nacional y esclavizadas con el liberalismo. Durante los años 90, Gorbachov y Yeltsin toleraron y fomentaron el saqueo del estado ruso por parte de los oligarcas y las finanzas internacionales.

 

Sin embargo, con el comienzo del nuevo siglo, la soberanía nacional comenzó a ser restaurada por el presidente Putin; es por eso que está siendo difamado en occidente, con epítetos como "autoritario", "dictador", etc.

La libertad que ofrece el liberalismo puede ser explicado muy sucintamente de la siguiente manera: Se ofrece la posibilidad de elegir entre Coca-Cola y Pepsi, o entre McDonalds y Burger King. No es nada más que consumismo, materialismo puro, donde el lucro es todo lo que importa …

Todos los países que no querían ser gobernados por el llamado sistema democrático, o se resistían a colaborar con él, eran los pocos comunistas que quedaban como Cuba y Corea del Norte y los tercer-posicionistas, no alineados, como Yugoslavia, Irak , Libia o Siria. Los globalistas decidieron que esos países debían ser derribados, uno por uno.

 

Para empezar debían ser mediáticamente demonizados (el concepto de "eje del mal" se popularizó en este contexto), amenazados, y finalmente, como último paso, destruidos por las guerras en nombre de la libertad y la democracia.

En el caso particular de Siria, un hecho que no es tan bien conocido es que antes de que comenzara la crisis, el presidente Assad planeaba la Estrategia de los Cuatro Mares, que convertiría su país en un centro de comercio entre el Mar Negro, el Mar Mediterráneo, Golfo Pérsico / Mar Arábigo y el Mar Caspio.

 

Como país soberano con una moneda estable y un banco nacional que no pertenece a los Rothshilds, esto podría haber hecho de Siria un cruce geopolítico muy poderoso. Y en Libia, por cierto, Gaddafi trató de introducir el dinar de oro, lo cual habría sido un gran golpe contra la economía usurocrática internacional basada en el dólar.

Para volver a los tiempos de la bipolaridad:

Estos dos sistemas globalistas, utilizados por EE.UU. y sus aliados (el llamado "mundo libre"), por un lado, y por los soviéticos y los suyos por el otro, fueron, respectivamente, como sabemos, el capitalismo y el comunismo.

 

Ambas ideologías no son opuestas como muchos creen, sino "hermanas de sangre" que vienen del mismo origen, de la misma visión materialista del mundo, de la misma weltanschauung o cosmovisión, que es lineal y cree que el progreso en infinito, sin darse cuenta de que los recursos naturales del mundo no lo son.

Para decirlo con otras palabras: el capitalismo y el comunismo son dos caras de la misma moneda.

Volviendo al paralelismo espiritual, también es posible afirmar que el comunismo era la respuesta al capitalismo en el siglo XIX como el cristianismo fue la respuesta al judaísmo en el siglo I.

El judaísmo es una religión étnica. Los judíos se hacen llamar "el pueblo elegido", y este concepto evolucionó negativamente en algunas ramas del judaísmo, desarrollando un sentimiento de superioridad racista y el derecho divino de gobernar opresivamente a todos los que no pertenecían a su religión-etnia, a los goyim. Jesús vino a intentar redimir a los judíos de ese error, por lo tanto fue asesinado por los fariseos, igual que los profetas antes de él.

 

El sionismo es una versión contemporánea del fariseismo.

 

Después de eso, San Pablo trató de extender el mensaje del judaísmo (que hay un Dios absolutista, un creador separado de su creación, que recompensará a su criatura si se le obedece, y la castigará si no lo hace) a todos en el Imperio Romano, creando o inventando (con las enseñanzas de Cristo) un "judaísmo para los gentiles".

 

Karl Marx puede considerarse como el San Pablo del siglo XIX, que predicó la necesidad del bienestar económico para todos, no sólo para la "élite" de los capitalistas.

La diferencia entre las otras religiones étnicas (paganas) de la Antigüedad y el judaísmo, es que el judaísmo es la primera y única religión (de las que todavía existen en la actualidad) que se considera a sí misma como la verdad absoluta, y que todos los otros caminos espirituales están equivocados, que todos las demás vías de la Tradición carecen de sentido.

 

Se desarrolló desde el henoteísmo (creyendo que Yahvé era el dios más poderoso, pero también existían otros dioses de los otros pueblos) hasta un estricto monoteísmo y una sumisión celosa a Jehová como el único Dios.

 

Más tarde, esta particularidad fue "heredada" tanto por el Cristianismo como por el Islam, pero sólo hasta cierto punto. Porque al igual que el comunismo en la modernidad secular socio-económica, el Cristianismo y el Islam se adaptaron a los diferentes comunidades orgánicas donde se difundieron, a través de Europa, Oriente Medio, Asia, África y más tarde las Américas.

En el cristianismo, dos corrientes distintas se desarrollaron en la Edad Media europea: los güelfos y los gibelinos.

 

Los primeros apoyaron el Vaticano y el Papa incondicionalmente, siendo religiosamente muy dogmáticos e intolerantes, mientras que los gibelinos respaldaron el concepto de Imperio y apoyaron la multipolaridad, bajo el gobierno de un rey o emperador, como líder-símbolo religioso-nacional.

 

Hay un paralelismo con el comunismo aquí también, y podemos ver a Stalin como el gibelino y a Trotsky como el güelfo.

En cuanto a Imperio e imperialismo, son éstos dos conceptos diferentes y en realidad completamente opuestos. Mientras el Imperio integra, componiendo una unidad continental de naturaleza telurocrática que respeta cada cultura de los diferentes pueblos dentro de él, el imperialismo es una moderna parodia mercantil sin raíces, cuya única "patria" es el dinero, y no compone o integra, sino que por el contrario, impone y desintegra, dividiendo y conquistando por la fuerza o por el engaño, considerándose el único sistema posible, o la "verdad absoluta".

Hoy en día, después de la guerra fría, sólo hay un imperialismo, mundial y mercantilista, que también se conoce como globalización o sionismo internacional (fariseismo moderno).

Este imperialismo se vuelve cada día más poderoso y destructivo, porque las masas no se dan cuenta de cuál es el auténtico peligro y quiénes los verdaderos enemigos.

 

Plutocracia y usura (el capitalismo) son las herramientas de este sistema, que para ser más eficaz idiotiza a las masas (con los medios de comunicación, televisión, las películas de Hollywood, etc.), y las divide (por ejemplo sunitas contra chiítas en el mundo musulmán, o cristianos vs. musulmanes en los Balcanes; y también hombres contra mujeres en nuestras sociedades occidentales ya seculares, o hijos contra padres).

En geopolítica, hay dos corrientes en lucha permanente entre sí: atlantismo o talasocracia (representada por el Reino Unido y Francia en el pasado colonial, y hoy en día principalmente por EE.UU.), y continentalismo o telurocracia, que es el concepto de Eurasia, y solía ser representado por los imperios centrales en el pasado, y hoy en día su mayor parte por el nuevo resurgir de Rusia.

El atlantismo es un sistema geopolítico globalista, que a través del comercio - liberalismo - aspira imponer su sistema a todo el mundo - ya que, como hemos dicho antes, se cree que es la única verdad, el único sistema válido.

 

El continentalismo, por el contrario, cree en una visión del mundo multipolar, no en una globalista unipolar, sino en un sistema multipolar con diferentes bloques de poder, cada uno con su propia área de influencia.

Uno de estos bloques de poder sería Eurasia, desde las Islas Canarias a Vladivostok. Otros, por ejemplo, el mundo árabe (Nasser y la ideología del Baath en Irak y Siria), otro una América Latina unida (Perón y Chávez siguieron ésta idea).

 

Y también Norteamérica, porque los EE.UU. son una potencia bi-oceánica y continental, que cuenta con riqueza natural suficiente por sí misma y no necesita saquear los recursos (petróleo, gas…) de los países soberanos extranjeros a miles de kilómetros bajo el falso pretexto de la "democracia" y de imponer su visión socio-económica del mundo (la globalista), que es considerada por sus políticos-títeres no sólo el más deseable, o la más aceptable, sino la única posible, la "verdad absoluta ".

Éste es el dogmatismo laicista del Kali Yuga.

Continentalismo es sinónimo de autarquía, de soberanía total. De autosuficiencia, verdadera independencia. Para preservar la unión tradicional con la naturaleza, la espiritualidad, la familia, la nación.

 

El atlantismo, por el contrario, necesita de importación y exportación con el fin de sobrevivir.

 

Por lo tanto, representa el mercantilismo, y está apegado al materialismo, al mammonismo. Este es el peligroso caldo de cultivo para la práctica de la especulación financiera, y para la práctica demoníaca de la creación de dinero de la nada, lo que esclaviza a todos los pueblos con usura.

El continentalismo desea relaciones de amistad entre todos los pueblos y naciones. La integración territorial y política debe ser hecha por aprobación mutua y los intercambios culturales son bienvenidos y apreciados, siempre y cuando no se interfiera en los asuntos internos.

 

El atlantismo, por su parte, que es controlado por una parasitaria "élite" de bankster-delincuentes, tiene que invadir y saquear las naciones extranjeras con el fin de sobrevivir, lo que cuadra absolutamente con su naturaleza parasitaria.

Es importante señalar, como dijo Parvulesco, que no hay que integrar a Rusia en la "UE", sino integrar a la "UE" en Rusia (que a pesar de la debacle de los años 90, sigue manteniendo su idiosincrasia tradicional casi intacta, lo que no puede decirse de "occidente").

Las ideas imperiales del geopolítico alemán Karl Haushofer, trabajando para un eje euroasiático Berlín-Moscú-Tokio, se deben estudiar, difundir y desarrollar con el fin de contrarrestar las tesis imperialistas de la esfera angloamericana-sionista (atlantismo).

 

Esta, siempre ha tratado de sabotear los caminos comerciales terrestres tradicionales de Eurasia y de dividir los pueblos euroasiáticos aún más, poniendo a unos contra otros sobre una base confesional o usando el llamado "terrorismo islámico" (que en realidad es terrorismo wahabí saudita creado por la CIA) como un caballo de Troya mediante el uso de "Al-Qaeda", herramienta útil contra la soberanía y la independencia nacional, como hemos visto en Yugoslavia, Chechenia, Libia o Siria.

Para concluir:

multipolarismo y globalismo son los únicos dos sistemas reales antagónicos que luchan uno contra el otro, y no el capitalismo y el comunismo, que se inventaron como una distracción y un engaño.