traducción de Editorial-Streicher

12 Septiembre 2012
del Sitio Web Editorial-Streicher

Versión original en ingles




En www.greenmedinfo.com/blog se publicó hace seis días en inglés este artículo escrito por el fundador y director de dicho sitio el investigador y escritor de asuntos médicos Sayer Ji.

 

El cuestionamiento es doble: al lider tibetano y a la cuestionada vacunación en la India y en otras partes, por razones de contradicción con el budismo y por fricciones con la misma ciencia.
 

 

 

 

 


Cuestionando al Dalai Lama
-   ¿Quién Vacunaría al Buda?   -
por Sayer Ji
6 Septiembre 2012


 

 

 


En la fotografía de encima, tomada el 10 de Enero de 2010, usted observará al decimocuarto Dalai Lama, Tenzin Gyatso, administrando la vacuna oral bivalente contra la poliomielitis (bOPV) a un bebé en el complejo del Templo Mahabodhi en el Estado indio de Bihar, el sitio más sagrado del budismo - el mismo lugar donde se cree que Gautama Buda alcanzó la iluminación aproximadamente hace 2.500 años.

Durante este acontecimiento globalmente televisado y profundamente simbólico, el Dalai Lama vacunó no a uno sino a dos bebés, aparentemente como una expresión de compasión, así como para dar su apoyo visible al Día Nacional de la Inmunización en India, y para la más grande aún Iniciativa para la Erradicación Global de la Polio, de cuyas ambigüedades y fracasos hemos tratado en otra parte.

El 14º Dalai Lama, usted sabe, no es sólo el líder político exiliado del Tíbet sino que creen sus devotos que es la manifestación viviente y que respira del bodhisattva de la compasión, Avalokitesvara, y como un bodhisattva, una expresión de iluminación.

 

No es, por lo tanto, ninguna cosa pequeña para él administrar personalmente vacunas a niños, en el mismo sitio en que se cree que Buda hubo alcanzado la iluminación.
 

 



El Dalai Lama Abandonó Principios Éticos Budistas al Vacunar a Niños

El concepto de no hacer daño es fundamental en la enseñanza budista, como lo es también dentro de otras religiones indias (hinduísmo, jainismo), y es conocido como ahimsa, literalmente "la evitación de la violencia (himsa)".

 

Uno no justificaría, por ejemplo, la matanza de un animal a fin de salvar la propia vida de alguien, que es una de las razones por las cuales los budistas son vegetarianos.

Tampoco uno justificaría la muerte de un niño a fin de salvar a un millón de niños, como a menudo lo hacen los reguladores al evaluar la relación entre los costos y los beneficios de las vacunas (que en raras ocasiones reconocen que mutilan o matan) para la sociedad en su conjunto. Simplemente se trata de no hacer daño.

 

Este principio no está más abierto a la negociación para un budista que el reconocimiento de que Jesús es el Hijo de Dios está abierto a la negociación para un cristiano.

El Dalai Lama mismo una vez dijo:

"Si usted puede, ayude a otros; si usted no puede hacer esto, al menos no les cause daño".

El principio de no-violencia, o ahimsa, cuando se aplica a las exposiciones químicas medioambientales y a las intervenciones médicas, puede ser relacionado con el principio precautorio, que declara que si de una acción se sospecha que tiene un riesgo de causar daño al público o al medioambiente, la responsabilidad de demostrar que es segura recae sobre aquellos que llevan a cabo la acción.

Fue el principio precautorio, en efecto, el que condujo al Servicio de Salud Pública de Estados Unidos y a la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) a determinar que el timerosal (metilmercurio) debería ser retirado de las vacunas como "una medida puramente precautoria", a pesar de que ellos dijeron que había una carencia de pruebas convincentes acerca de su toxicidad.

 

Hacia 2001, el timerosal fue quitado de casi todas las vacunas infantiles rutinarias en EE.UU. (todavía puede ser encontrado en vacunas de multidosis contra la gripe y el tétano).

No sólo la mayor parte de la investigación existente sobre la seguridad de las vacunas ha sido financiada por los fabricantes mismos de vacunas (o hecha por científicos directamente financiados por ellos), sino que mucha de la comprobación de su seguridad ocurre sólo mucho después de que una vacuna ha sido introducida en el mercado y de que la población general ha sido expuesta ya a sus riesgos, es decir, la más exacta información de la seguridad de una vacuna (o su carencia) es establecida por medio de estudios de supervisión de post-marketing, y de las reacciones adversas reportadas por el público.

En otras palabras, el principio precautorio es ignorado en favor del "peso de la evidencia" generalmente aceptada, que pone la responsabilidad de demostrar que un procedimiento médico es inseguro sobre aquellos que están, o que ya han sido, expuestos a un daño potencial, y a menudo sin haber estado totalmente conscientes de los verdaderos riesgos de antemano, que es esencial para el principio médico y ético del consentimiento informado.

Además, las vacunas claramente violan el principio del ahimsa en al menos dos modos:

  1. Todas las vacunas requieren dañar la vida animal y/o humana (p.ej., el uso de tejido fetal para las vacunas diploides) a fin de desarrollarlas

     

  2. Todas las vacunas tienen serios, y a veces involuntariamente letales, efectos adversos en la salud - para una prueba inequívoca de esto, revise la sección de "efectos secundarios" en cualquier folleto que acompañe a las vacunas, en los cuales se requiere legalmente que el fabricante los describa.

La pregunta por lo tanto no es si las vacunas harán daño, sino más bien cuántos serán dañados y hasta qué punto. En el caso de la vacuna oral contra la poliomielitis, su conocido riesgo de parálisis inducida es considerado frente a sus ventajas teóricas.

 

Al contrario del principio precautorio, la norma es determinar,

"un nivel aceptable de daño (himsa)".

Si se espera que sólo un "pequeño porcentaje" de los niños que reciben la vacuna quede con parálisis o muera a consecuencia de la vacunación, entonces la vacuna es considerada justificable y será aprobada para el uso.

 

Esto, por supuesto, viola el principio ético budista ahimsa recién aludido.
 

 



El Dalai Lama Lanzó la Nueva Vacuna Bivalente

...contra la Polio en India, la cual Conlleva Riesgos mucho más Altos

Tristemente, el Dalai Lama no sólo vacunó personalmente a dos bebés indios el 10 de Enero de 2010, sino que también lanzó oficialmente la nueva vacuna oral bivalente contra la poliomielitis (bOPV).

 

Según un artículo de 2011 publicado en el American Journal of Epidemiology, fue encontrado en una población húngara que implicaba un riesgo más alto, superior en 4 veces, de parálisis que la vacuna oral monovalente 3 contra la polio, y un riesgo 70 veces mayor de parálisis que la vacuna oral monovalente 1 contra la polio, con las cuales fue comparada.
 

 

Aún más inquietante es el descubrimiento de que no menos de 47.500 casos de parálisis asociados a la vacuna de la polio pueden haber ocurrido en bebés y niños indios solamente en 2011, después del lanzamiento de la "nueva y mejorada" vacuna.

 

Añadiendo insulto al daño, la Iniciativa para la Erradicación Global de la Polio afirmó que la polio fue casi completamente erradicada ese año y que los casos de poliomielitis inducidos por la vacuna son sumamente raros, si no totalmente indignos de mención.

La vacuna oral contra la polio fue progresivamente eliminada del uso en los países desarrollados debido a su carencia de seguridad. De hecho, la vacuna oral contra la polio ha sido la causa Nº 1 de parálisis de poliomielitis en países desarrollados como EE.UU. desde 1973.

 

La vacuna está asociada con un fenómeno conocido como "reversión", donde la vacuna misma causa la parálisis de poliomielitis, también conocida como "parálisis de polio asociada a la vacuna" (VAPP).

 

Esto explica por qué una más costosa forma inactiva de la vacuna (IPV) está siendo usada ahora en los países que pueden permitírselo, y por qué la forma más peligrosa sigue siendo dada a las naciones más pobres que no pueden permitirse una vacuna no-infecciosa.

 

 


La Vacunación Viola

...Principios Médicos y Éticos Fundamentales Dentro del Budismo

Uno no tiene que señalar a la vacuna oral contra la polio, específicamente, para revelar los profundos problemas morales asociados con la vacunación.

 

De acuerdo a sus creencias religiosas, los budistas son vegetarianos, y no hay ni una sola vacuna que sea vegetariana. Todas las vacunas han sido creadas a partir de tejido cultivado humano, animal y/o productos de la sangre.

Además de esto, el desarrollo de la vacuna, históricamente, ha dependido de una enorme crueldad hacia los animales y de tejido fetal de abortos para producir el antígeno de la vacuna.

 

 

Nota: La vacuna oral bivalente contra la polio fabricada por GlaxoSmithKline lanzada por el Dalai Lama, en efecto, fue "cultivada en células diploides humanas MRC5", según el expediente de la OMS. La línea celular MRC5 fue derivada del tejido pulmonar de un feto masculino de 14 semanas por J. P. Jacobs en 1966.
 


Además, si la compasión hacia el enfermo y el pobre es el impulso que está detrás de las campañas de vacunación universal, ¿por qué no hay igual énfasis y apoyo económico para mejorar la sanidad, la higiene y la nutrición?

 

Miles de millones de dólares han sido gastados para proporcionar miles de millones de dosis de la vacuna oral a bebés y niños indios, ni un centavo de los cuales ha ido hacia el mejoramiento de su inmunidad desde el principio, como debería ser.
 

imagen tibetana de Bhaisajyaguru,

el  Buda de la Medicina

 

Podemos suponer que el Dalai Lama no está familiarizado con estos hechos y simplemente está confiando en las declaraciones de la posición oficial acerca de la seguridad y efectividad de la vacuna publicadas por organizaciones como la Iniciativa para la Erradicación Global de la Polio, a la cual él ha permitido - accidental o intencionalmente - que se haga de él un emblema oficial.

Pero si es así, el mismo Buda aconsejó contra la fe pura depositada en el conocimiento que los demás tienen:

"No crea nada por el simple hecho de que usted lo haya oído. No crea en nada por el simple hecho de que sea hablado y rumoreado por muchos... No crea en nada que simplemente se base en la autoridad de sus profesores y sus mayores...

 

Pero después de la observación y el análisis, cuando usted encuentre que algo está de acuerdo con la razón y es conducente al bien y al beneficio de uno y de todos, entonces acéptelo y viva de acuerdo a ello".

Lo que es tan difícil de comprender es cómo un líder político y espiritual con el equivalente de un doctorado en Filosofía en estudios budistas (él obtuvo el grado académico de Geshe), podría dejar de entender y/o cumplir con principios budistas médicos y éticos fundamentales, especialmente cuando se trata de la salud y el bienestar de los más vulnerables: los pobres y los a menudo enfermos niños.

Las escrituras budistas realmente refuerzan la perspectiva de que usted simplemente no puede vacunar a la gente por el hecho de que sean pobres, de que sufran exposiciones químicas medioambientales o porque tengan una nutrición deficiente.

 

Por ejemplo, según la Sutra del Buda de la Medicina, dos de los doce votos fundamentales del Buda de la Medicina, conocidos como Sangay Menla (el Supremo Sanador) en la tradición tibetana, son el Nº 3:

"Proveer a los seres sensibles para que satisfagan cualquier necesidad material que ellos requieran", y Nº 11: "Aliviar a aquellos que sufren de una terrible hambre y sed".

En otras palabras, la gente hambrienta necesita comida y la gente sin hogar necesita refugio, a fin de ser sana. Para el Dalai Lama, la "Ciencia" puede ser más importante que las enseñanzas budistas.

 

En su libro "El Universo en un Átomo Solo: La Convergencia de la Ciencia y la Espiritualidad", el Dalai Lama escribió:

"Si el análisis científico fuera concluyentemente a demostrar que ciertas afirmaciones en el budismo resultan ser falsas, entonces nosotros debemos aceptar las conclusiones de la ciencia y abandonar aquellas afirmaciones".

Su declaración me recuerda a otra, hecha por el doctor Isaac Golden:

"Para alguien cuyo dios es la ciencia, la vacunación tiene sentido, pero para alguien cuyo dios es Dios, esto horroriza".

El Dalai Lama, por supuesto, ha creado la controversia por su debilidad por la carne de ternera, y por su creencia de que el aborto puede ser apropiado si el bebé aún no nacido es averiguado que está determinado a ser "retardado".

 

De este modo, considerando sus creencias característicamente no-budistas, su apoyo a la vacunación no es completamente una sorpresa. Es, sin embargo, a pesar de todo inquietante.

El problema, por supuesto, con el argumento de que la Ciencia supera a la moralidad budista (o a cualquier tradición moral no-violenta), es que la "vacunología" es más una pseudo-ciencia que una ciencia.

 

Hay, por ejemplo, una carencia espantosa de evidencia científica que apoye la seguridad y la eficacia de las vacunas contra la gripe - y esto, según muchos meta-análisis de Cochrane Collaboration sobre esa materia.

 

Y a pesar de todo, la OMS, el CDC (Centers for Disease Control and Prevention) y otras innumerables agencias de salud gubernamentales alrededor del mundo, vociferan una corriente interminable de propaganda pseudo-científica en contrario. Incluso principios básicos, como la teoría basada en los anticuerpos de la inmunidad inducida por la vacuna han sido puestos en entredicho, si es que no totalmente refutados.

 

Junto con eso, hay un cuerpo creciente de investigación que indica que las vacunas rutinarias bien pueden causar más de 200 efectos adversos diferentes, incluyendo la muerte.

 

Ésta es la ciencia, usted sabe, hablando; no la opinión o la mera creencia.

"Su cuerpo es precioso. Es nuestro vehículo para el despertar. Trátelo con cuidado".

(Buda)