traducción Trinity a Tierra

artículo original en The Guardian/The Observer

19 Abril 2010

del Sitio Web TrinityATierra

 

Amparados detrás de las complejidades del sistema financiero, los bancos y otras instituciones están siendo acusados de fraude y engaño, con Goldman Sachs justo el último de la cuenta.

La crisis financiera global, está ahora clara; fue ocasionada no sólo por la malísima gestión de los banqueros, sino también por la nueva complejidad financiera que ofrece una oportunidad única para el fraude sistémico y extendido. El anuncio del pasado viernes de que Goldman Sachs, el banco de inversión más famoso del mundo, va a afrontar cargos civiles por fraude por parte del regulador americano, no es sino la última de de una serie de investigaciones realizadas.

 

Se han producido arrestos y acusaciones contra instituciones financieras en todo el mundo.
 

 


El Mundo de las Altas Finanzas de siglo 21

...se ha convertido en el Mundo del Gran Fraude

Sin embargo, Gran Bretaña, el centro del sistema financiero mundial, no ha presentado aun acusación contra ningún banco. Todo lo que hemos visto han sido las alegaciones de un “insider” de alto nivel desvelando un asunto turbio que, vergonzosamente, está relacionado con un banco que consulta al gobierno.

 

Tenemos que vivir en la ficción de que nuestros bancos son más blancos que el blanco nuclear y que cualquier intento de investigarlos a ellos y a las instituciones financieras, nos llevaría en éxodo a las montañas suizas.

Los políticos, tanto Laboristas como Torys, son, al parecer, todos “Bambis” en medio de los lobos.

Simplemente consideremos el papel de Goldman Sachs. En Irlanda Sean FitzPatrick, el ex presidente del banco anglo-irlandés, un banco que cuida de los intereses de los servicios financieros de Correos (de Gran Bretaña), fue arrestado el pasado mes y cuestionado sobre fraude. En Islandia, la semana pasada, se elevó un dossier para investigación, por parte de los parlamentarios, sobre la banca islandesa, importante prestamista en Gran Bretaña.

También se encontró que el banco de inversión Lehman manipuló con conocimiento de causa sus balances haciéndolos parecer más sólidos por medio de cuentas originalmente auditadas por la firma británica Ernst and Young y que habían recibido luz verde por parte de la firma británica Linklaters.

En Suiza el UBS ha estado defendiéndose del Servicio Interior de Beneficios de USA (Autoridades Fiscales americanas) por haber llevado supuestamente 17.000 cuentas a paraísos fiscales para evadir impuestos. Puede Ud. estar seguro de que habrá más escándalos saliendo a la luz, excepto en la Santa y Pura Gran Bretaña.

Más allá de la complejidad del tema, los cargos de los que se acusa, tienen su raíz en el mismo fenómeno, el engaño. Alguien, en alguna parte fue engañado por bancos y banqueros, alguna veces los propios gobiernos por medio de la evasión fiscal; otras veces, los reguladores e inversores acerca de la solidez de cuentas, resultados y beneficios, y otras, como en el caso de la Comisión de Cambio y Securities (SEC) en el caso de Goldman, por medio de crear un esquema de enriquecimiento de un inversor favorecido a expensas de otro, incluyendo, via RBS, al contribuyente británico.

En medio de todo ello, hay una larga lista de así llamados “empresarios” e “innovadores” que recibieron créditos que nunca debieron haber recibido. Lloyd Blankflein, CEO de Goldman, remarcó de forma semi-irónica que “su banco estaba haciendo la función de Dios”. Debe de levantarse cada día lamentando amargamente las palabras que salieron de su boca.

El caso de Goldman es, en muchos sentidos, una de los más dolorosos. Los bancos islandeses, el banco anglo-irlandés y Lehman estuvieron todos involucrados en asuntos muy opacos y llevaron a cabo malas decisiones de préstamos. Sin embargo, Goldman fue aun más lejos, según la Comisión SEC, creando activamente una instrumento financiero que transfería riqueza a un cliente favorecido de otros menos favorecidos.

Si el caso llevado por la SEC llega a demostrarse, y está siendo rebatido agresivamente por Goldman, se acusará al vicepresidente de Goldman, Fabrice Tourre, de crear un instrumento financiero basura empaquetado como hipotecas subprime sin valor alguno a la instrucción del cliente de hedge fund Paulson, venderlo a los inversores a sabiendas de que carecía de valor alguno, y después permitir que Paulson se enriqueciera de ese instrumento financiero basura.

Goldman dice que los compradores estaban “entre los inversores de hipotecas más sofisticados”. Pero esto suena al vendedor de coches usados encasquetado un coche averiado de algún amiguete a un comprador que no tiene acceso a al libro técnico.

Por supuesto que los inversores que compraron la obligación de deuda colateralizada no eran completos inocentes. Pero la SEC asegura que Tourre les engañó, una alegación básica que Goldman niega.

La realidad es que Paulson estaba comprando frenéticamente swaps de crédito que más tarde subieron de precio, a medida que perdían valor, una operación que le supondría una ganancia de más de 1000 millones de dólares. Más aun, Paulson había identificado algunas de las hipotecas basura que él quería que Tourre pusiera en el mercado. Si el caso del SEC revela que la SEC tiene razón, esto fue un simple fraude, nada más, ni nada menos.

Tourre pudo ver venir lo que iba a ocurrir. En un correo en Enero de 2007 éste escribió:

“Más y más apalancamiento en el sistema. El sistema completo está a punto de colapsar en cualquier momento a partir de ahora…sólo un superviviente potencial, el fabuloso Fab(rice Tourre) en medio de todo este completo mundo de operaciones de apalancamiento que él creó sin entender nada sobre las implicaciones de estas monstruosidades”.

El fabuloso Fab, como su jefe, no debe de sentirse muy bien hoy.

Los dos casos no sólo tienen un montón en común, emplear la complejidad financiera para supuestamente engañar y después usar a los expertos así llamados “independientes” que validaran su engaño (abogados, contables, agencias de rating de crédito, agentes de selección de porfolio… etc.), sino que también muestra cómo el sistema financiero está interconectado.

En Islandia, el Citigroup y el Deutsche Bank cubrieron el margen de los prestatarios empresarios de Islandia, agravando aun más la crisis.

Lehman usó los mercados de Londres, escasamente regulados, y a dos expertos británicos “independientes” para validar sus “Repo 105” y mostrar que eran operaciones genuinas y no fruto de su propias operaciones internas. Las autoridades americanas llegaron a poseer un banco suizo por medio de ayudar y animar a nacionales americanos a evadir impuestos.

Los banqueros alegan que estos casos implican únicamente a uno o dos individuos corruptos y que la mayor parte del mundo bancario está por encima de esto y ha sido simplemente víctima de la exuberancia irracional, mal guiados por creencias de la economía del libre mercado y técnicas de gestión de riesgo erróneas.

 

Obviamente esto es cierto, pero, tristemente, hay mucho más que eso en esta crisis.

Andrew Haldane, el director ejecutivo del Banco de Inglaterra, subrayaba la reducción de riesgo del patrimonio de los bancos entre 1997 y 2007. En pocas palabras, los grandes bancos de Europa y USA explotaron el débil acuerdo sobre los requerimientos de capital de los bancos en el así llamado acuerdo de Basilea en 2004 para reclasificar el riesgo de sus créditos e instrumentos comerciales.

Los banqueros sólo redujeron su riesgo en un 5% o 10%. Lo más sorprendente es que aseguraban que sus nuevas técnicas de gestión de riesgo eran tan maravillosas que el riesgo sobre el patrimonio se dividió por dos, a pesar de que los precios de los bienes inmuebles y de acciones llegaron a máximos de todos los tiempos.

Brutalmente, los bancos jugaron con el sistema para engordar sus balances incluso más rápidamente y con menos capital inicial que nunca, en completo conocimiento de que todo descansaba sobre el argumento falaz de que prestaban con mucho menos riesgo ahora. Eso no era todo lo que hacían.

 

Como describe Michale Lews in “The Big Short”, la cobertura por riesgos crediticios ha sido creada deliberadamente como una clase de patrimonio por los grandes bancos para permitir que los 'hedge funds' especulen contra las obligaciones de deuda colateralizada.

Los bancos jugaban y los reguladores e inversores también. Y todos ellos sabían perfectamente bien lo que estaban haciendo. Los 13 Banqueros de Simon Johnsons muestra cómo los bancos más importantes de América desplegaron un poder de lobby político muy vasto y dinero para crear un ambiente regulador muy relajado en el cual todo esto pudiera tener lugar. En Gran Bretaña el dinero no cambió de manos.

 

Gordon Brown ofreció regulación de toque ligero completamente gratis, algo que creció con los tories que quisieron ir aun más lejos.

Este ha sido el contexto para que el Fabuloso Fab de Goldman creara los controvertidos CDO, Sean Fitzpatrick moviera las hipotecas entre bancos y Lebman creara su Repo 105 con toda la estructura y relaciones entre empresas revelada este fin de semana, con objeto de permitir mover la deuda por todo su imperio.

Londres y NY se habían convertido en el centro de un sistema financiero internacional en el cual el propósito de la banca era hacer dinero del dinero y donde la complejidad de las “innovaciones financieras” permitía el fraude y el engaño generalizado.

Ahora todo esto ha colapsado, y la cuenta tendrá que ser pagada por los contribuyentes de los países occidentales. Los bancos se resisten a la reforma y quieren seguir manteniendo las prácticas de negocio que han fallado estrepitosamente. Es obvio el por qué. Les hace muy ricos. Los políticos actúan cuidadosamente, proponiendo sólo que lo que dicen los banqueros es coherente con su definición de lo que la banca debería ser.

 

Los laboristas y los tories unos y otros unidos en oposición de cualquier regulación por parte de la UE sobre los ‘hedge funds’ , vendiendo la propaganda de que nada de estas operaciones tiene que ver con la crisis. Quizás las operaciones de Paulson en Goldman y el apetito de las hedge funds por especular en el mercado de la cobertura de los riesgos crediticios pueda desengañarles.

Es hora de replantear la cuestión. Los bancos y las instituciones financieras deberían hacer lo que la economía y la sociedad quieren que hagan, apoyar a la empresa, dirigir el crédito donde creen que se necesita y ser parte del sistema que genera inversión e innovación.

Andrew Haldan y el gobernador del Banco de Inglaterra tienen razón:

tenemos que romper con nuestros bancos, limitar su capacidad para especular y traerles de vuelta a la Tierra.

Gran Bretaña debería también lanzar una investigación oficial sobre por qué fallaron y llevar lo que descubran a las Oficina Nacional de Fraude.

 

Esto debería ser el asunto número uno de la campaña política.

 

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