CAPÍTULO 3 -
	La conspiración de los Rockefeller y la Comisión Triláteral
	
		
			
			Independientemente de su precio, la Revolución China ha tenido un éxito 
	evidente no sólo a la hora de crear una administración más eficaz y 
	entregada, sino también a la hora de fomentar una moral alta y un propósito 
	común [ ... ] el experimento social llevado a cabo en China bajo el mandato 
	del presidente Mao es uno de los éxitos más importantes de la historia de la 
	humanidad.
DAVID ROCKEFELLER
			
			(1973)
		
	
	
	Toronto, hogar de más de cinco millones de personas, es el mayor centro 
	financiero de Canadá y el cuarto mayor de América del Norte. Sólo Nueva 
	York, Chicago y Los Ángeles son más importantes a nivel financiero. 
	
	
	
	
	Es la 
	sede de la Bolsa de Toronto, la tercera de América del Norte en valor 
	negociado, la novena del mundo y la única de América del Norte con un 
	sistema de cotización y comercio completamente computarizado. Las leyes de 
	Toronto y Canadá se basan en la ley británica y en el sistema parlamentario 
	inglés. 
	
	 
	
	A menos de una hora en coche de Toronto se encuentra la mayor 
	concentración de industria y fabricantes automovilísticos de todo Canadá. 
	Toronto cuenta además con el único castillo de verdad de toda América del 
	Norte, una construcción magnificente erigida sobre una colina con vistas al 
	centro de la ciudad, conocido como el castillo Casa Loma.
	
	La Canadá Trust Tower, en el centro del distrito financiero de Toronto, una 
	versión reducida del famoso Wall Street de Nueva York, es uno de los 
	rascacielos más característicos de la ciudad, una Estructura de cincuenta y 
	tres pisos y doscientos sesenta y un metros
	de altura construida en 1990 por el famoso arquitecto español 
	
	Santiago 
	Calatrava.
	
	Treinta y cinco kilómetros al noroeste del centro de Toronto está el CIBC 
	Leadership Centre, en King City, la sede de la conferencia Bilderberg de 
	1996. El centro CIBC está, de hecho, fuera de King City, en King Township, 
	una región de grandes y exclusivos criaderos de caballos en la que se acoge 
	a los miembros de la familia real británica cuando visitan Canadá. 
	
	 
	
	Este 
	maravilloso centro, propiedad de uno de los mayores bancos canadienses -el Canadian Imperial Bank of Commerce - se ubica sobre cinco kilómetros de 
	senderos naturales que atraviesan bosques y colinas. No es sorprendente que 
	los bilderbergers se decidieran por este selecto lugar.
	
	Los medios y agencias de noticias de Toronto fueron puestos sobre aviso de 
	esta reunión por una serie de faxes, llamadas y memorándums que mandamos Jim 
	Tucker y yo mismo, especialmente después de que supiéramos por fuentes 
	internas a la reunión que la conferencia de 1996 iba a utilizarse como 
	escenario para tratar la inminente fractura de Canadá a través de una 
	Declaración Unilateral de Independencia en Quebec a principios de 1997. 
	
	 
	
	El 
	objetivo era 
	fraccionar Canadá para facilitar una Unión Continental con 
	Estados Unidos hacia el año 2000. Este objetivo hubo de posponerse hasta 
	2005 y luego hasta 2007. Como regla general, las reuniones Bilderberg jamás 
	se mencionan en la prensa, pues la prensa generalista es propiedad de los 
	bilderbergers. Este velo de secretismo fue rasgado el 30 de mayo de 1996, el 
	primer día de la conferencia, por un artículo en la primera plana de uno de 
	los periódicos de mayor circulación y prestigio de Canadá, el Toronto Star.
	
	Bajo el titular «Black acoge a líderes mundiales», John Deverell, un 
	periodista de la sección de negocios del periódico, subrayó que no sólo el 
	editor canadiense lord Conrad Black había ofrecido doscientos noventa y 
	cinco millones de dólares para hacerse con el control de la mayor cadena de 
	periódicos canadienses sino que, además,
	
		
		« ... ahora es el anfitrión de una 
	reunión de cuatro días fuertemente protegida por guardias a la que acuden 
	líderes mundiales y monarcas al norte de Toronto». 
	
	
	Deverell nombró a algunos 
	de los
	100 asistentes elegidos a dedo de todo el mundo, extraídos de la lista que 
	Tucker y yo le suministramos.
	
	Esta fue la primera vez en la historia de las conferencias Bilderberg en que 
	un periódico importante les dedicó su atención, habitualmente las reuniones Bilderberg ni siquiera se mencionan en los grandes medios. Los bilderbergers 
	no están acostumbrados a tener que dar explicaciones a nadie, especialmente 
	dado que algunos de sus miembros controlan importantes periódicos, cadenas 
	de periódicos y agencias de noticias. 
	
	 
	
	Pero la conferencia de 1996 no fue una 
	conferencia común ni Canadá es un país cualquiera. Cuando los principales 
	medios comenzaron a confirmar la información a través de sus fuentes 
	privadas y gubernamentales, les quedó inmediatamente claro que Canadá, uno 
	de los estados más ricos y bellos del mundo, iba a ser despiadadamente 
	troceado por los bilderbergers y el 
	Nuevo Orden Mundial. 
	
	 
	
	Los bilderbergers 
	deberían haber sabido que, cuando lo que está en juego es la propia 
	libertad, la mera posesión de los medios no puede impedir que los editores, 
	correctores, articulistas, asistentes y periodistas de investigación de la 
	televisión, radio y de la prensa escritas difundan la verdad entre el 
	público. Lo que los bilderbergers habían considerado meramente una fuga se 
	convirtió rápidamente en una inundación y luego en una avalancha que se 
	llevó a todo el mundo por delante. 
	
	 
	
	Sólo en la conferencia de 1999 en Sintra, 
	Portugal, relajaron los bilderbergers las extremas medidas de seguridad que 
	impusieron tras su mayor derrota: la conferencia de Toronto. 
	
	 
	
	A las 7:45 de 
	la mañana del 30 de mayo de 1996, el legendario locutor de 680-NEWS
	Dick 
	Smythe, el más seguido en el área metropolitana de Toronto, emitió el 
	siguiente informe, que fue transmitido a intervalos regulares como parte de 
	sus noticias: 
	
		
		«Bien, esto parece el guión de una película de conspiraciones, 
	en la que los importantes y poderosos del mundo se reúnen en secreto. Conrad 
	Black celebra su conferencia Bilderberg anual. Doy paso a Karen Parons, 
	reportera de 680 ... 
		
			
			"Alrededor de cien notables, entre ellos los reyes de 
	Holanda y España, Henry Kissinger, el secretario de Defensa de Estados 
	Unidos William Perry y nuestro primer Ministro se han reunido para la 
	conferencia. También han venido los presidentes de la Ford, la Xerox, el Bank of Commerce y Reuters.
			
Black dice que están prohibidos los periodistas para que los debates sean 
	íntimos y sinceros. Dice que "las discusiones pueden ser bastante 
	acaloradas." 
		
		
		Se exige a los participantes que presten voto de silencio. La 
	conferencia del año pasado se celebró en tres hoteles de lujo en las cumbres 
	de las montañas suizas. Este año se celebra en un balneario de lujo de 
	sesenta millones de dólares en King City.» 
	
	
	La prensa canadiense también 
	distribuyó un breve informe sobre el hasta entonces secreto encuentro, que 
	ha sido publicado hoy, entre otros periódicos, por el Toronto Sun, que 
	cuenta con más de trescientos cincuenta mil suscriptores. La libertad y su 
	pérdida ... a veces no pienso en ella durante los intervalos de nuestro 
	destino. 
	
	 
	
	¿Qué estoy haciendo persiguiendo a esa gente por todo el mundo? 
	¿Qué es lo que busco? Tiene que haber una forma más sencilla de ganarse la 
	vida ... pero se lo debo a mi padre.
	
	El 19 de abril de 1975 fue la última vez que vi a mi padre vivo, un 
	hombretón en bata y zapatillas. Desde la fotografía me miran mis ojos 
	desesperados, los ojos de un niño de nueve años, asustado, incapaz de 
	imaginar, de comprender, no lo suficientemente mayor para ponerme en el 
	lugar de este hombre barbudo, que sólo unas horas antes me abrazaba pero que 
	ahora se ha ido.
	
	Los médicos dictaminaron la muerte clínica de mi padre diecisiete días 
	después, el 6 de mayo de 1975. Fue un científico famoso, un hombre de gran 
	dignidad y honor que pasó su vida entera luchando por el derecho de los 
	hombres a decir 10 que piensan. Quizá eso no parezca algo extraordinario en 
	cualquier país en que la libertad de expresión forme parte fundamental del 
	entramado básico de la sociedad, pero no era así en la vieja dictadura de la 
	Unión Soviética. 
	
	 
	
	Mi padre sobrevivió diecisiete días de tortura brutal, 
	diecinueve horas de dolor diarias cada uno de esos días. Trescientas 
	veintitrés horas de sufrimiento inhumano provocadas por la Policía Secreta 
	soviética. Le aplastaron los testículos, le rompieron la mano derecha por 
	ocho sitios y sufrió una perforación en un pulmón como consecuencia de los 
	golpes que le daban los cinco bestias que le dieron una paliza. 
	
	 
	
	Me gustaría decides 
	que se mantuvo firme, que no se le oyó ni un suspiro, que se rió de sus 
	torturadores, que ...
	
	¿Puede que mi obsesión sea un eterno y fútil esfuerzo de cambiar la 
	dirección en que avanzo en el tiempo, de caminar hacia atrás al
	pasado atrincherado en lugar de hacia el cambiante futuro con la intención 
	de liberar a aquel hombre de aquel sufrimiento injusto? 
	
	 
	
	Pero por mucho que 
	lo intente, no conseguiré alcanzarle.
	
	El 1 de junio, «Big» Jim Tucker y yo, junto con un pequeño grupo de 
	activistas a tiempo parcial, celebramos lo que se estaba convirtiendo en un 
	éxito extraordinario. Todos los grandes periódicos del país querían 
	entrevistamos, las cadenas de televisión buscaban constantemente nuevas 
	noticias y las cadenas de radio nos se guían por toda la ciudad. 
	
	 
	
	Nos 
	reuníamos en la Horseshoe Tavem de Queen Street.
	
	Antes, ese mismo día recibí una llamada de una de mis fuentes que me pidió 
	que nos viéramos urgentemente antes de las reuniones del día siguiente. 
	Quedamos en la Galería de Calatrava, junto a la Trust Tower, uno de los 
	lugares menos sospechosos de todo Toronto debido a su inmensidad y a las 
	ingentes cantidades de turistas que pasan por allí fotografiando y grabando 
	en vídeo la principal atracción arquitectónica de Toronto.
	
	Llegué allí cruzando el Mercado de Kensington, equivalente a lo que sería en 
	Madrid el Rastro. Al doblar la esquina vi a mi contacto hojeando los 
	periódicos en un quiosco con una bolsa de plástico en la mano izquierda y 
	una revista enrollada en la derecha. Tras un breve cruce de miradas y sin 
	que diéramos muestras de reconocer al otro, me moví silenciosamente hacia la 
	entrada de la torre, donde un amigo que trabajaba en el mercado inmobiliario 
	me había conseguido una sala en uno de los últimos pisos del edificio, con 
	unas vistas maravillosas a la ciudad. Me subí en un ascensor, mirando 
	nerviosamente tras de mí. 
	
	 
	
	Mi contacto me siguió cinco minutos después. 
	Habíamos conseguido mucho en los últimos días. Por una vez, le habíamos 
	ganado claramente la mano a los Bilderbergers. La cobertura mediática había 
	sido tremenda y Kissinger estaba muy enfadado, lo que era buena señal. Los 
	planes para la inminente disgregación de mi país de adopción fueron 
	temporalmente aplazados. 
	
	 
	
	¿Qué más se podría haber logrado en tan poco 
	tiempo? 
	
	 
	
	Aun así, yo sabía que se' trataba sólo de una victoria temporal. 
	Aquella gente volvería y habría aprendido la lección querían aplastar toda 
	resistencia, regir el mundo sin el consentimiento de éste, por la fuerza de 
	las armas o del pan.
	
	A doscientos cuarenta metros sobre el suelo la ciudad estaba quieta. Las 
	ventanas me aislaban de los sonidos de la urbe. En ese momento me sentí como 
	si mirara hacia adentro desde afuera. ¿Serviría para algo todo aquello? 
	¿Comprendería la gente que nos enfrentábamos a un peligro inminente?
	
	Un discreto golpe en la pesada puerta de madera interrumpió mis
	pensamientos.
	
		
		-Pase - dije, apenas levantando la voz.
	
	
	Mi fuente, que llevaba guantes de piel, cruzó lentamente el umbral que 
	separaba el desnudo pasillo de la decoración art deco de la suite. Se movió 
	instintivamente hacia la ventana, contemplando momentáneamente la 
	extraordinaria vista del área en que el centro de Toronto se encuentra con 
	el lago.
	
		
		-Esta vez les has parado - dijo la fuente, sopesando cada sílaba como si una 
	pequeña alteración en el registro pudiera haber cambiado el significado--. 
	La disgregación de Canadá sigue en marcha. Sólo es cuestión de tiempo.
		
-Quizá -dije-o Por ahora todo está bien y así seguirá hasta el próximo 
	encuentro. Quizá para entonces unos cuantos de ellos hayan muerto de viejos 
	o por accidentes o causas fortuitas.
-¿Fortuitas? ¿Fortuitas para quién? -contestó la fuente. De la revista que 
	mantenía férreamente agarrada sacó una serie de notas manuscritas, garabatos 
	que yo apenas habría sido capaz de descifrar solo.
-Creí que no se permitía tomar notas --dije, sonriéndole de oreja a
	oreja.
-Tomar notas no se recomienda, amigo -me corrigió.
	
	
	Eché un vistazo a la página. Podría descifrarlo. Conocía muy bien esa letra: 
	las «t» apenas trazadas y las «r» retorcidas, todo diligentemente escrito en 
	los confines de un papel pautado. Reflexioné un instante sobre lo que aquel 
	valiente arriesgaba al reunirse conmigo y entregarme esa valiosísima 
	información. ¿Por qué no había más personas como él en el mundo? 
	
	 
	
	Quizá las 
	haya, sólo que no sabemos de la lucha que mantienen calladamente a miles de
	kilómetros de nosotros. 
	
		
		-Debo irme -me dijo lentamente la fuente sin 
	levantar la mirada.
	
	
	Extendí mecánicamente mi mano abierta en dirección de la fuente. Justo 
	cuando iba a encajar su mano en la mía, me abalancé sobre él y le di un 
	abrazo de oso.
	
		
		-No le haré perder el tiempo dándole las gracias porque ningún 
	agradecimiento será suficiente para compensar lo que ha hecho por nosotros.
	
	
	La fuente levantó la mirada. 
	
		
		-Debo irme. 
		
		-Nos iremos igual que hemos entrado 
	--dije-, con un intervalo de cinco minutos. Yo me iré primero. 
		
		-No se 
	preocupe. He dejado mi coche en el parking subterráneo. Podemos bajar juntos 
	en el ascensor.
	
	
	La fuente se ajustó sus guantes de piel y apretó el botón del ascensor. La 
	luz azul brilló a través de su superficie transparente. Pude oír el sonido 
	sibilante del ascensor hidráulico acelerando desde las entrañas del edificio 
	a seis pisos por segundo.
	
		
		-¿Cuándo volveré a verle? Sonó la campanilla y las puertas se abrieron. Di 
	un paso adelante para entrar en el ascensor. 
		
		-¡Cuidado! -gritó la fuente, agarrándome con 
		fuerza del brazo y tirándome hacia atrás. 
	
	
	Miré mecánicamente hacia el ascensor. Frente a mí se abría el sobrecogedor 
	vacío del hueco del ascensor, doscientos metros de caída y muerte hubieran 
	sido mi destino si la fuente no me hubiera apartado del abismo. Me 
	estremecí. 
	
	 
	
	Un escalofrío subió por mi columna vertebral.
	
		
		-El suelo -murmuré - ¿dónde está el suelo?
		
		-Tenemos que salir de aquí ahora mismo! -dijo la fuente
		
		- Alguien ha 
	manipulado el sistema. ¡Le esperaban! Escuche. No tome el ascensor. No es 
	seguro. Baje por las escaleras y llame a la Policía. Cuando lleguen aquí, 
	aprovecharé el momento y bajaré en ascensor hasta el garaje. ¡Rápido! ¡Vaya 
	ahora mismo!
	
	
	Bajé los escalones de dos en dos agarrándome a la barandilla y aprovechando 
	la inercia para girar más rápidamente. Mi corazón latía alocadamente, como 
	consecuencia de haber estado al borde de la muerte y de tratar de descender 
	doscientos metros lo más rápido posible. 
	
	 
	
	En uno de los pisos bajos pude oír 
	la trabada voz de un guardia de seguridad inmigrante que subía las escaleras 
	hacia mí.
	
		
		- … er, … ter, … señor, ¿esta usted bien? ¿Qué ha sucedido? Me han llamado 
	en el intercomunicador del segundo piso ... alguien ha hecho que el ascensor 
	se detenga manualmente ... sólo se puede hacer en una emergencia ...
	
	
	Le agarré por el brazo ..
	
		
		-Por favor, llame a la Policía lo más rápido que pueda -le dije. 
	
	
	El hombre 
	sacó su walkie talkie y pude oír que alguien le contestaba. Seguí corriendo. 
	Cinco, cuatro, tres, dos, uno ... llegué al suelo. Abrí las pesadas puertas 
	de metal que conducían al vestíbulo principal del edificio. 
	 
	
	Afuera ya había 
	aparcados dos coches de policía y se comenzaban a reunir los primeros 
	curiosos al otro lado de las puertas giratorias.
	
		
		-¿Es usted el hombre que se ha quedado atascado en el ascensor? preguntó el 
	oficial de policía de Toronto apuntándome con el índice y el corazón.
		
-No exactamente -murmuré, sacudiendo la cabeza con incredulidad-o He estado 
	a punto de entrar en un ascensor al que le faltaba una parte, es decir, el 
	suelo.
	
	
	El policía dejó escapar una exclamación. Su compañero, bajo, de rasgos 
	marcados, bigote recortado y muñeca peluda se interesó:
	
		
		-Sabe, hijo, tiene mucha suerte de estar vivo. Sólo los ciegos sobreviven a 
	estas situaciones. Un ciego jamás entraría en un ascensor sin asegurarse 
	primero de que el suelo está allí. Nosotros, sin embargo, damos siempre por 
	supuesto que lo está. Por eso es un milagro que haya sobrevivido. Cuando la 
	mafia quiere cargarse a alguien, éste es uno de sus métodos favoritos.
	
	
	Era el 1 de junio de 1996. Estaba a punto de cumplir treinta años.
	
	Era demasiado joven para morir. Le di al agente, que me miraba incrédulo de 
	vez en cuando, todos los detalles. El guardia de seguridad me preguntó otra 
	vez si estaba bien. Varias personas en la acera recordaron haber visto a un 
	hombre fornido de unos cuarenta años salir del edificio cinco minutos antes 
	de que llegara la policía. Llegó una furgoneta de policía y" dos agentes en 
	motocicletas. El espectáculo había comenzado.
	
	Sin duda, el Club Bilderberg es el foro a la sombra del poder más importante 
	que existe, pero también la 
	
	Comisión Trilateral, una entidad poco entendida, 
	desempeña un papel fundamental en el esquema del Nuevo Orden Mundial y su 
	voluntad de conquista global, como voy a explicar en este capítulo.
	
	La Comisión Trilateral fue creada en 1973. Su fundador y principal impulsor 
	fue el financiero internacional 
	
	David Rockefeller, por largo tiempo 
	presidente del Chase Manhattan Bank, institución controlada por la familia 
	Rockefeller. El primer encuentro tuvo lugar en Tokio entre el 21 y el 23 de 
	octubre de 1973. Sesenta y cinco personas pertenecían al grupo 
	estadounidense. 
	
	
	
	
	De ellos, 35 tenían relaciones entre cruzadas con 
	el CFR.
	 
	
	
	
	Regreso al futuro
	Durante el primer año y medio, la comisión produjo seis informes llamados 
	«Informes del Triángulo». 
	
	 
	
	Estos informes se han convertido en el sello 
	característico de la CT y han servido como directrices del desarrollo de sus 
	planes y como antena para evaluar la opinión del público: dos de ellos en el 
	encuentro de Tokio de octubre de 1973, tres en el encuentro de Bruselas en 
	junio de 1974 y uno en el encuentro de Washington de diciembre de 1974. 
	
	 
	
	Gary Allen, en 
	
	El expediente Rockefeller, publicado en 1975, escribió lo 
	siguiente: 
	
		
		«Si los "documentos del triángulo" son indicación de algo, 
	podemos decir que existen cuatro ejes principales en el control de la 
	economía mundial: 
		
			- 
			
			El primero, en la dirección de crear un renovado sistema 
	monetario mundial - algo ya conseguido. El
			
			Club Bilderberg, 
			
			la TC y
			
			el CFR 
	han creado tres bloques económicos regionales: la CE, la Unión de las 
	Américas y la Unión Monetaria Asiática, que se está formalizando en la 
	actualidad. 
- 
			
			El segundo, en la dirección del saqueo de nuestros recursos 
	para una ulterior radicalización de las naciones desposeídas - también 
	conseguido. Rockefeller y compañía enviaron miles de millones en tecnología 
	estadounidense a la URSS y a China como requisito del futuro Gobierno 
	Mundial Único y su Monopolio 
- 
			
			El tercero, en la dirección de un comercio 
	escalonado con los comunistas - conseguido: distensión con los chinos y los 
	rusos 
- 
			
			El cuarto, en la dirección de explotar la crisis energética para 
	ejercer un mayor control internacional - conseguido: la crisis energética de 
			1973 y el subsiguiente temor a la escasez energética, los 
			movimientos de defensa del medio ambiente y la guerra de Irak»1 
	
	La Comisión Triláteral -exclusivamente dedicada a hacer realidad la visión 
	del orden mundial de David Rockefeller, a conseguir la uniformidad 
	ideológica del mundo y al compromiso con el internacionalismo liberal- está 
	compuesta por las tres regiones claves a nivel comercial y estratégico del 
	planeta: Norteamérica, Japón y Europa Occidental Normalmente tiene alrededor 
	de 325 miembros que trabajan durante un período de tres años. 
	
	 
	
	Holly Sklar 
	afirma en 
	 
	Trilateralism: The Trilateral Commission y 
	 Élite Planning for World 
	Management que, 
	
		
		«su propósito es dirigir la interdependencia global entre 
	esas tres grandes regiones de manera que los ricos salvaguarden los 
	intereses del capitalismo occidental en un mundo explosivo, probablemente 
	desalentando el proteccionismo, el nacionalismo y cualquier respuesta que 
	pudiese poner a la élite en contra de la élite. La presión económica será 
	desviada hacia abajo, en vez de lateralmente»? 
	
	
	Paul Volcker, miembro de la 
	CT y ex presidente de la Reserva Federal lo dijo más claramente si cabe: 
	
		
		«El 
	nivel [de vida] del americano medio tiene que disminuir.» 
	
	
	Volcker, por 
	cierto, procede del propio Chase Manhattan Bank de Rockefeller. 3
	
	Rockefeller introdujo por primera vez la idea de la Comisión Trilateral en 
	un encuentro del Club Bilderberg en Knok-ke, Bélgica, en la primavera de 
	1972, después de haber leído el libro 
	
	Between Two Ages, escrito por el 
	profesor 
	
	Zbigniew Brzezinski de la Universidad de Columbia. 
	
	 
	
	El libro 
	coincidía con la visión de Rockefeller de que, 
	
		
		«la gente, los gobiernos y las 
	economías de todas las naciones deben servir a las necesidades de los bancos 
	y las empresas multinacionales».
	
	
	Dos meses más tarde, en julio de 1972, David Rockefeller, miembro del Club y 
	presidente del CFR, prestó su famosa residencia de Pocantico Hills, en las 
	afueras de Nueva York, como cuartel general de los primeros encuentros 
	organizativos de la Comisión Trilateral. 
	
	 
	
	El propósito aparente de la CT 
	desde su inicio fue, 
	
		
		«crear y mantener la asociación entre las clases 
	dirigentes de Norteamérica, Europa Occidental y Japón», como se ve un 
	propósito de índole trilateral, porque según los hombres doctos que dirigían 
	la CT, «el público y los líderes de la mayor parte de los países continúan 
	viviendo en un universo mental que ya no existe, un mundo de
	naciones separadas, y tienen [ ... ] dificultades para pensar en [ ... ] 
	perspectivas globales ... ».
	
	
	La Comisión Trilateral está compuesta por presidentes, embajadores, 
	secretarios de Estado, inversores de Wall Street, banqueros internacionales, 
	ejecutivos de fundaciones, miembros de think tanks (generadores de ideas), 
	abogados de lobbies (grupos de intereses), líderes militares de la OTAN y 
	del Pentágono, ricos industriales, dirigentes de sindicatos, magnates de los 
	medios de comunicación, presidentes e importantes profesores de universidad, 
	senadores y congresistas, así como emprendedores adinerados. 
	
	 
	
	Algunos de 
	ellos en funciones, otros retirados. 
	
	 
	
	Holly Sklar añade que, 
	
		
		«la participación 
	de representantes de los trabajadores ayuda a controlar el aislamiento 
	popular y a reducir la distancia que separa a los miembros de la CT de las 
	masas de gente ordinaria».4 
	
	
	La diferencia entre el Club Bilderberg y la CT 
	es que el Club, mucho más antiguo, se limita a los miembros de la OTAN, es 
	decir, a Europa Occidental, Estados Unidos y Canadá. Ahora, con la 
	ampliación de la UE y la OTAN, los ex representantes del pacto de Varsovia 
	están siendo admitidos en el Club.
	
	Es interesante reseñar como anécdota que en 1998, en la cena del
	5 aniversario de la Comisión Trilateral, Henry Kissinger reveló cómo y 
	quién la había creado: 
	
		
		«En 1973, cuando era secretario de Estado, David 
	Rockefeller vino un día a mi oficina a decirme que había pensado que yo 
	necesitaba un poco de ayuda. Debo confesar que, en aquel momento, yo no lo 
	veía tan claro. Así, propuso crear un grupo de americanos, europeos y 
	japoneses que viesen el futuro con antelación. 
		
		 
		
		Y le pregunté,
		
			
			"¿Y quién te va 
	a dirigir ese asunto, David?" 
		
		
		Rockefeller respondió, 
		
			
			"Zbig Brzezinski". 
	
		
		
		Sabía lo que quería decir. Había dado con algo importante. Cuando reflexioné 
	sobre ello, vi que había una necesidad real.» 5
	
	
	Sin embargo, en sus memorias, Rockefeller no menciona los objetivos clave de 
	la formación de la Comisión Trilateral - aparte del obvio, que tampoco 
	Kissinger mencionó en su discurso: crear un nuevo cuerpo global que 
	incluyese al CFR, debilitado por la división de sus miembros a causa de la 
	guerra del Vietnam - tales como, 
	
		
		«tomar las riendas de la administración 
	Nixon, que se había aprovechado de las divisiones del establishment para 
	rechazar el
	programa internacionalista liberal, y finalmente, fomentar la unidad de los 
	poderes industrializados como una alternativa temporal a las Naciones 
	Unidas, crecientemente dominadas por los estados radicalizados del Tercer 
	Mundo, de manera que juntos pudiesen conseguir su objetivo de "una política 
	global y una estructura económica más integrada».6 
	
	
	Rockefeller estaba muy 
	disgustado con la Nueva Política Económica (NPE) que Nixon puso en marcha en 
	1971 y que iba encaminada a imponer la dirección gubernamental de los 
	elementos más básicos del mercado a través del control de los precios y de 
	los salarios y el incremento de los aranceles. 
	
	 
	
	La NPE congeló temporalmente, 
	durante un período de 90 días, los salarios y los precios para controlar la 
	inflación. La posición de Nixon se enfrentaba con la de Rockefeller, como 
	subraya éste en sus propias memorias y como bien apunta John B. Judis en su 
	revista, The Wilson Quarterly: 
	
		
		«El gobierno debe permitir que los mercados 
	tengan mucha más rienda suelta.»7 
	
	
	Según afirman los autores Daniel Yergin y 
	Joseph Stanislaw, en 
	
	The Commanding Heights, el establishment, representado 
	por la CT, el CFR y el Club Bilderberg, estaba indignado con que «los 
	funcionarios del gobierno se pusiesen ahora a establecer los precios y los 
	salarios». Mientras tanto, el intento de Rockefeller de meter en vereda a un 
	«errático» Nixon mediante un encuentro privado para discutir la «visión del 
	comercio y la economía internacional», fue rechazado por el jefe de Gabinete 
	de Nixon, H. R. Haldeman. 
	
	 
	
	Joan Hoff, en 
	
	Nixon Reconsidered, explica que 
	después de que finalmente consiguiese ese encuentro con el presidente, la 
	postura de Rockefeller fue rechazada por uno de los funcionarios del 
	gobierno por «no ser especialmente innovadora».9 
	
	 
	
	Esto debió ser la 
	humillación definitiva y la gota que colmó el vaso. Nixon y su heterogéneo 
	equipo ya estaban de patitas en la calle. La mayor parte de la NPE fue 
	finalmente abolida en abril de 1974, después de 17 meses de vida. Cuatro 
	meses más tarde Nixon dimitiría de su cargo.
	
	Comisión Trilateral, una organización particularmente sofisticada
	
		
		«¿Cómo se explica la sutil interdependencia que mantiene el Norte industrial 
	con el Tercer Mundo?», pregunta Holly Sldar.10 
	
	
	En
	1991, el economista Doug Henwood, colaborador de la importante publicación 
	estadounidense The Nation, dijo en el Left Business Observer, un boletín 
	informativo fundado por él en 1986: 
	
		
		«Cada miembro de la tríada ha reunido 
	bajo su seno a un puñado de países pobres que le proporciona mano de obra 
	barata, asentamientos y minas para explotar: Estados Unidos tiene a 
	Latinoamérica; la CE, a África y a Europa del sur y del este; y Japón, al 
	sudeste de Asia. En algunos pocos casos, dos miembros de tríadas diferentes 
	comparten un país: Taiwan y Singapur están divididos entre Japón y Estados 
	Unidos; Argentina, entre Estados Unidos y la Comunidad Europea; Malasia, 
	entre la Comunidad Europea y Japón; y la India, entre los tres ... »
	
	
	Will Banyon añade, en el periódico de investigación australiano 
	Nexus, que, 
	
		
		«la estrategia de Rockefeller también revela algo fundamental acerca de la 
	riqueza y el poder: no importa cuánto dinero se tenga; el poder real de una 
	gran fortuna no sale a la luz hasta que se emplea para secuestrar y 
	controlar a las organizaciones
	o a la gente que produce las políticas y las ideas que guían a los 
	gobiernos».11
	
	
	David Rockefeller, presidente del Chase Manhattan Bank, escribió el 20 de 
	agosto de 1980 una carta al editor del New York Times explicando que,
	
		
		«la 
	Comisión Trilateral es, en realidad, un grupo de ciudadanos responsables 
	interesados en generar una más amplia comprensión y colaboración entre 
	aliados internacionales».
	
	
	El lector tendrá otra impresión, sin embargo, si lee las palabras del 
	senador de los Estados Unidos, Barry Goldwater, sensiblemente menos 
	eufemísticas. 
	
	 
	
	En su libro, 
	
	With No Apologies, calificó a la Comisión 
	Trilateral de «la última conspiración internacional de David Rockefeller», y 
	añadió: 
	
		
		«Su objetivo es consolidar, a nivel multinacional, los intereses 
	comerciales y financieros de las grandes empresas a través del control de la 
	política del Gobierno de los Estados Unidos.»
	
	
	El senador Barry Goldwater añade: 
	
		
		«David Rockefeller y Zbigniew Brzezinski 
	encontraron en Jimmy Cárter a su candidato Ideal. Lo ayudaron en su 
	designación y en su presidencia.» 
	
	
	Efectivamente, la candidatura de Cárter 
	tenía sólo el 4 % de apoyo del Partido Demócrata y, de la noche a la mañana, 
	el de Georgia se convirtió en el candidato a la presidencia. 
	
		
		«Para 
	conseguido, movilizaron el dinero necesario tocando a la puerta de los 
	banqueros de Wall Street, consiguieron la influencia intelectual de la 
	comunidad académica (siempre dependiente de los fondos de las grandes 
	fundaciones libres de impuestos) y dieron órdenes a los medios de 
	comunicación miembros del CFR y la CT.»
	
	
	La crónica de los hechos fue concretamente la siguiente: en 1973, 
	Cárter fue 
	invitado a Tarrytown, en el estado de Nueva York, propiedad de David 
	Rockefeller. Zbigniew Brzezinski, haciendo el papel de cazatalentos de 
	Hollywood, ayudaba a Rockefeller a buscar perfiles con buena imagen pública 
	para la Comisión Trilateral. El encanto sureño de Cárter causó una impresión 
	muy positiva en los dos «caballeros». 
	
	 
	
	Tanto Brzezinski como Rockefeller,
	
		
		«estaban impresionados de que Cárter hubiese abierto oficinas comerciales 
	del estado de Georgia en Bruselas y Tokio. Esto parecía encajar 
	perfectamente en el concepto de la Trilateral».12 
	
	
	Jimmy Cárter se convirtió 
	así en miembro fundador de la Comisión Trilateral y, poco después, en el 
	siguiente presidente de los Estados Unidos.
	
	Como anécdota, cabe mencionar que los discursos de la campaña de Cárter para 
	las presidenciales de 1976 decían principalmente que, 
	
		
		«ha llegado el momento 
	de reemplazar la política de equilibrio de poder con la política del Orden 
	Mundial» y «buscar una sólida asociación entre EE. UD., Europa Occidental y 
	Japón».13 
	
	
	¿Suena familiar, verdad?
	
	El hecho de que Jimmy Cárter fuese elegido presidente a dedo ilustra 
	magníficamente el gran poder que posee el Club Bilderberg, la Comisión 
	Trilateral y el CFR, desconocidos para la mayor parte del mundo. Estos 
	grupos de poder, supersecretos y estrechamente vinculados, pueden colocar o 
	defenestrar a cualquier presidente o candidato a la presidencia. 
	
	 
	
	No 
	sorprende, pues, que cada uno de los presidentes y candidatos a la 
	presidencia «pertenezcan» a las sociedades secretas que los promocionan. 
	Ellos construyeron la figura de Jimmy Cárter (de la misma forma que hicieron 
	a Ford, Mitterrand, Felipe González, Clinton, Karzai, etcétera) y abortaron 
	las pretensiones de llegar a la presidencia del senador Barry Goldwater, un 
	confeso detractor de la globalización, de la misma forma que arremetieron 
	contra Margaret Thatcher. 
	
	 
	
	Tanto John Kerry como 
	George W. Bush pertenecen a 
	la misma combinación de asociaciones: el CFR y el Club Bilderberg. Realmente 
	no importa quién gane. El verdadero poder siempre sigue estando en manos de 
	los globalizadores, a los que les guía una sola misión llamada 
	Gobierno 
	Único Mundial.
	
	No debería sorprendemos, a la luz de toda la evidencia que hemos mostrado 
	hasta el momento en este libro, que desde su fundación esa triada 
	globalizadora llamada Comisión Trilateral haya estado trabajando para ver el 
	final de la soberanía de los Estados Unidos. La siguiente selección de citas 
	de Between Two Ages muestra la cercanía del pensamiento de Brzezinski a la 
	del fundador del CFR, el marxista Edward Mandell House.
	
	
	
	
	En la página 72, Brzezinski escribe: 
	
		
		«El marxismo es simultáneamente una 
	victoria del hombre activo sobre el hombre pasivo, de la razón sobre la 
	creencia.» 
	
	
	En la página 83 afirma: 
	
		
		«El marxismo, diseminado a nivel popular 
	en forma de comunismo, representa el mayor avance en la habilidad del hombre 
	para conceptualizar su relación con el mundo.» 
	
	
	Y en la página 123 
	encontramos: 
	
		
		«El marxismo proporciona la mejor comprensión de la realidad 
	contemporánea.»
	
	
	En la primera parte de su libro, The Insiders: 1979 The Carter Years, 
	John 
	McManus de The John Birch Society (una organización dedicada a restaurar y 
	preservar la libertad que propugna la constitución de los Estados Unidos) 
	escribe: 
	
		
		«En ningún lugar dice el seríor Brzezinski a sus lectores que el 
	marxismo "en forma de comunismo", el cual él elogia, ha sido responsable del 
	asesinato de aproximadamente 100 millones de seres humanos durante el siglo 
	XX, de la esclavitud de mil millones más y de la necesidad, privación y 
	desesperación de todos sus ciudadanos, a excepción de unos pocos criminales 
	que dirigieron las naciones comunistas.»14
	
	
	
	
	La completa convergencia entre los planes de la Comisión Trilateral y la 
	administración del presidente Cárter para poner fin a la soberanía de 
	Estados Unidos queda todavía más clara en el siguiente conjunto de citas 
	incriminatorio.
	
	En la página 260 del libro de Brzezinski, su autor propone: 
	
		
		«La dirección 
	deliberada del futuro de los Estados Unidos […] con el […] planificador como 
	legislador y manipulador social clave.» 
	
	
	Es decir, el monopolio y el control 
	de masas, las prácticas habituales de la familia Rockefeller. John D. 
	Rockefeller, el padre de David, odiaba la competencia. 
	
	 
	
	Enseñó que la única 
	competencia que valía la pena tener era aquella en la que tú controlas las 
	dos partes de la ecuación. De ahí el amor de John y David por el monopolio 
	globalizador como, por ejemplo, los planes de Rockefeller de que la CT 
	uniese a los bloques económicos de la Comunidad Europea, el norte y el sur 
	de. América y Asia bajo el paraguas de un gobierno mundial controlado por 
	Rockefeller y compañía.
	
	Finalmente, en la antepenúltima página del libro, Brzezinski nos dice lo que 
	significa todo. El objetivo de la Comisión Trilateral (los objetivos de 
	Rockefeller) son «conseguir el Gobierno Mundial».
	
	Así que, mientras muchos biógrafos, a través de cambios, alteraciones, 
	medias verdades y mentiras completas han hablado de la fabulosa riqueza de 
	la familia Rockefeller y de su prácticamente ilimitado poder económico y 
	político, que según la propaganda oficial se emplea en alimentar a los 
	hambrientos de los países del Tercer Mundo, en educar a los pobres a través 
	de una miríada de benevolentes fundaciones y sociedades, y en la 
	construcción de la infraestructura de las naciones subdesarrolladas y 
	devastadas a causa de las guerras, muy pocos autores han dado con el aspecto 
	más destacable de la familia: 
	
		
		su resuelta intención de destruir a los 
	Estados Unidos y, al tiempo, reconstruir el poder de los soviets (si le 
	parece increíble siga leyendo) como país independiente, como explica Eustace Mullins, en su sorprendente trabajo 
		
		Murder By Injection: The Medical 
	Conspiracy Against America, que sucede a través de su «plan de fomento del 
	monopolio, con el establecimiento de fundaciones para ganar poder sobre los 
	ciudadanos americanos»15 y finalmente la subyugación de todo el mundo al 
	poder de la dictadura mundial uniendo al mundo bajo el estandarte de un 
	Gobierno Mundial.
	
	
	De hecho, aunque los paralelismos entre los Rockefeller y los soviets hace 
	mucho que han sido suprimidos, el secreto más grande de todos, que la 
	financiación de la revolución bolchevique procedió de los supercapitales 
	estadounidenses, sigue enterrado porque la familia Rockefeller, a través de 
	sus organizaciones, la CRF, la CT y el Club Bilderberg, etcétera, poseen los 
	principales medios de
	comunicación y empresas editoriales de Estados Unidos. 
	
	 
	
	El doctor Anthony Surton, en 
						
            			
						Wall Street And The Bolshevik 
						Revolution, explica: 
	
		
		«No se ha 
	escrito prácticamente nada acerca de la estrecha relación que tuvieron, en 
	el siglo pasado, los Rockefeller con sus supuestos archienemigos, los 
	comunistas. Ha existido una alianza continua, aunque escondida, entre los 
	capitalistas y los revolucionarios socialistas por su mutuo beneficio.»16
		
	
	
	Sutton lleva a cabo un trabajo muy destacable documentando la insidiosa 
	traición de la élite estadounidense de los archimillonarios, entre los que 
	se encontraban John D. Rockefeller y los banqueros de Wall Street, al 
	financiar la Revolución y al Gobierno más brutal de todos los tiempos. Si 
	alguna vez se ha preguntado por qué los más ricos desearon tener relaciones 
	con el comunismo, aquí está la respuesta que buscaban. 
	
	 
	
	Gary Allen, en El 
	expediente Rockefeller, se hace eco de los descubrimientos y sentimientos de Sutton, quien afirma: 
	
		
		«y lo más sorprendente es la cantidad de pruebas 
	públicas que ya existe al respecto.»
	
	
	¿Por qué multimillonarios como los Rockefeller financian y colaboran con 
	unos comunistas y marxistas que han jurado públicamente acabar con ellos?, 
	se pregunta el periodista de investigación Gary Allen en su ya citado libro. 
	Las ventajas de los comunistas son obvias. 
	
	 
	
	Pero, ¿qué beneficio sacaría 
	Occidente, el adalid del capitalismo y de la libertad, de todo eso?
	
	La palabra mágica es monopolio, 
	
		
		«un monopolio que lo abarca todo, no sólo el 
	control del gobierno, el sistema monetario y todas las propiedades, sino 
	también un monopolio que, como las empresas que emula, se autoperpetúa y es 
	eterno».17
	
	
	Gary Allen sigue hablando de la existencia «de evidentes influencias» detrás 
	de los comunistas cuando dice: 
	
		
		«Mientras que el objetivo de J. P. Morgan era 
	el monopolio y el control de la industria, a finales del siglo XIX, J. D. 
	Rockefeller, el alma mater de Wall Street, entendió que la mejor manera de 
	conseguir un monopolio inamovible era por la vía geopolítica; hacer que la 
	sociedad trabajase en favor de los monopolistas con la excusa del interés 
	público.»
	
	
	Frederick C. Howe explica en 
	
	Confessions of a Monopolist (1976)cómo funciona 
	la estrategia en la práctica: 
	
		
		«Éstas son las reglas de los grandes negocios: 
	consigue un monopolio y haz que la sociedad.
	trabaje para ti. En tanto creamos que los revolucionarios y los capitalistas 
	internacionales están a la greña, dejaremos de ver un punto crucial [ ... ] 
	la asociación entre el capitalismo monopolista internacional y el socialismo 
	revolucionario para su mutuo beneficio.»
	
	
	
	
	El plan Marburg
	El plan Marburg -el diabólico plan de la banca para controlar entre 
	bastidores el socialismo internacional-, desarrollado a principios del siglo 
	XX, fue financiado por Andrew Carnegie, de la Fundación Carnegie, hoy bajo 
	control del Club Bilderberg. 
	
	 
	
	Estos financieros internacionales, apolíticos y 
	amorales, según explica el doctor Anthony Sutton in Wall Street and the 
	Bolshevik Revolution, 
	
		
		«buscaban mercados que pudiesen explotar monopolísticamente sin miedo a la competertcia».18
		
	
	
	Sutton no deja piedra por 
	remover cuando afirma que en 1917 los banqueros pusieron su mirada sobre 
	Rusia, su «mercado cautivo de elección».
	
	El objetivo del plan, escribe Jennings C. Wise en 
	
	Woodrow Wilson: Disciple 
	of Revolution, era unificar a los, 
	
		
		«financieros y socialistas internacionales 
	en un movimiento que diese lugar a la fonl1ación de una liga [la Liga de las 
	Naciones, la precursora de la ONU] para reforzar la paz [ ... ] y controlar 
	las organizaciones gubernamentales [y así] hallar un remedio para. todas las 
	enfenl1edades políticas de la humanidad».19 
	
	
	Esto coincide con las palabras 
	de Zbigniew Brzezinski: 
	
		
		«La dirección deliberada del futuro de los Estados 
	Unidos [ ... ] con el [ ... ] planificador como legislador y manipulador 
	social clave.» 
	
	
	¿Cuántos millones murieron en el proceso? La palabra clave es 
	monopolio. 
	
	 
	
	Piense sencillamente en la antigua Unión Soviética, donde el 
	estado lo controlaba y supervisaba todo. Como planificadores sociales, los 
	soviéticos apenas tenían problemas laborales, ya que la legislación social 
	estaba controlada por el estado central. 
	
	 
	
	Eso es exactamente lo que 
	Rockefeller, y por extensión su perrito faldero Brzezinski, ansían.
	
	No hace falta decir que, para «garantizar la paz» se necesita el 
	prerrequisito de la guerra. (Ahora ya sabe por qué los globalizadores 
	necesitaban de la Revolución Rusa.) 
	
	 
	
	Como explica el doctor Sutton, 
	
		
		«Rusia 
	era entonces, y es ahora, el mercado sin explotar más grande del mundo. 
	Rusia, entonces y ahora, constituía la amenaza potencial más importante para 
	la primacía industrial y financiera estadounidense. Wall Street debe de 
	tener escalofríos cuando ve a Rusia como segundo gigante industrial mundial. 
	Pero, ¿por qué permitir que Rusia se convierta en un competidor y ponga en 
	peligro la supremacía estadounidense? 
		 
		
		A finales del siglo XIX, 
	Morgan/Rockefeller y Guggenheim ya habían demostrado su querencia por el 
	monopolismo. En Railroads and Regulation 1877/1916, Gabriel Kolko demostró 
	que eran los propietarios del ferrocarril, y no los granjeros, quienes 
	querían que el estado controlase el ferrocarril con la intención de 
	preservar su monopolio y acabar con la competencia. 
		 
		
		Así que la explicación 
	más simple con nuestros datos es que todo fue obra de un sindicato de 
	financieros de Wall Street, que decidieron ampliar sus ambiciones 
	monopolistas a escala global. El gigantesco mercado ruso tenía que 
	convertirse en un mercado cautivo y una colonia a explotar por unos pocos 
	financieros estadounidenses y las empresas bajo su control. 
		 
		
		Lo que no podían 
	conseguir la Comisión Interestatal del Comercio y la Comisión Federal del 
	Comercio en Estados Unidos, podía obtenerlo un gobierno socialista en el 
	extranjero, 'con el apoyo y los incentivos de Wall Street y Washington D.C».
	
	
	
	
	La Revolución Rusa
	Según un testimonio del Congreso de los Estados Unidos 20 de octubre de 1919, 
	el apoyo financiero de John D. Rockefeller (a Lenin y Trotsky) provocó la 
	(fracasada) Revolución Comunista de 1905. 
	
	 
	
	La biografía de Rockefeller omite 
	un detalle «insignificante», esto es, la afinliación hecha en público por 
	parte del banquero inversionista de la familia Rockefeller y presidente de 
	la empresa de inversiones de Nueva York, Kuhn, Loeb & Co, 
	
	el jesuita Jacob Schiff, también fundador de 
	la Reserva Federal, de que sin su influencia 
	financiera la revolución rusa nunca hubiese tenido éxito. 
	
	 
	
	Es decir, según 
	los documentos del Congreso del doctor Sutton, en la primavera de 1917, 
	Jacob Schiff empezó a financiar a Trotsky con el propósito de que prosperase 
	la Revolución Socialista en Rusia. 
	
	 
	
	¡La manera en que Sutton descubrió esos 
	increíbles documentos es realmente sorprendente! Esos preciosos documentos 
	se encontraron en un expediente más del Departamento de Estado de los 
	Estados Unidos (861.00/5339). El documento más importante data del 13 de 
	noviembre de 1918. 
	
	 
	
	Sin embargo, lo que es más increíble todavía es el hecho 
	de que en privado Schiff estaba en contra del apoyo al Régimen Bolchevique, 
	como se ha demostrado, y de nuevo, documentos reservados descubiertos por el 
	doctor Sutton (como el Documento nº 3) demuestran que Jacob Schiff, de Kuhn, 
	Loeb y Company, también había financiado secretamente a los japoneses en su 
	guerra contra Rusia.
	
	Otro hecho omitido es que el emisario personal de John D. Rockefeller, 
	George Kennan, pasó veinte años promocionando la actividad revolucionaria 
	contra el zar de Rusia según el libro 
	
	Rape of the Constitution - Death of 
	Freedom de Gyeorgos C. Hatonn. ¿Quién financió a Kelman y por qué? ¿A qué 
	coste? Aparte del deseo de crear un monopolio globalizador, ¿tenía John D. 
	Rockefeller alguna razón personal para desear la caída del zar y apoyar la 
	revolución? 
	
	 
	
	Después de todo, Rockefeller no era ningún adolescente 
	idealista.
	
	La respuesta sigue hoy tan de actualidad como hace cien años: ¡por el 
	petróleo! Antes de la Revolución Bolchevique, Rusia sucedió a Estados Unidos 
	como mayor productor de petróleo del mundo.21 En 1900, los campos de aceite 
	de Bakú en Rusia producían más petróleo crudo que todo Estados Unidos y en 
	1902 más de la mitad de las extracciones mundiales eran rusas.
	
	El caos y la destrucción de la revolución destruyeron la industria 
	petrolífera rusa. En su libro, Wall Street and the Bolshevik Revolution, el 
	doctor Sutton escribe: 
	
		
		«Hacia 1922 la mitad de los pozos estaban parados»22 
	y la otra mitad apenas funcionaba debido a la falta de tecnología para 
	hacerlos productivos.
	
	
	La otra razón, que tampoco se menciona en la biografía de Rockefeller, es la 
	competencia. 
	
	 
	
	Como afirma Gary Allen, 
	
		
		«la revolución eliminó durante varios 
	años la competencia rusa de Standard Oil en los que la empresa americana 
	pudo mover ficha y hacerse con parte del negocio del petróleo ruso».
	
	
	
	
	Moviendo las piezas del tablero
	Cuando la revolución de 1905 fracasó, los banqueros reaccionaron. En su 
	libro, Rape of the Constitution; Death of Freedom, Gyeorgos C. Hatonn 
	explica cómo,
	
		
		«Lenin fue "almacenado" en Suiza hasta 1907 [fuera de peligro]. Trotsky fue llevado a Estados Unidos, donde vivió sin pagar alquiler en una 
	propiedad de la Standard Oil en Bayonne, Nueva Jersey»24 
		
	
	
	Como anécdota, el 
	doctor Anthony Sutton explica en Wall Street and the Bolshevik Revolution 
	que León Trotsky visitó España después de ser expulsado de Francia, en 
	septiembre de 1916, por escribir artículos «incendiarios» en un periódico 
	parisino escrito en ruso. 
	
	 
	
	Fue, según Sutton, 
	
		
		«escoltado educadamente hasta 
	la frontera española». 
	
	
	Algunos días después, la policía de Madrid lo detuvo 
	para internarlo en una «celda de primera clase» a un precio de una peseta y 
	media al día. Después, Trotsky fue trasladado a Cádiz y después a Barcelona, 
	donde finalmente subió a bordo del Montserrat, un vapor de la Compañía 
	Trasatlántica Española. Trotsky y su familia cruzaron el Atlántico y 
	desembarcaron en Nueva York el 13 de enero de 1917.
	
	Cuando el zar abdicó en 1916, Trotsky - con diez mil dólares de Rockefeller 
	para gastos de viaje - fue conducido al Kristianiafiord (dejó Nueva York el 
	26 de marzo de 1917) con trescientos revolucionarios comunistas de Nueva 
	York. ¿De dónde sacó Trotsky su pasaporte? ¿Quién se lo pagó? ¿Quién le 
	arregló el trámite y por qué? 
	
	 
	
	Fue el mismo Rockefeller quien consiguió un 
	pasaporte especial para Trotsky a través de Woodrow Wilson, el presidente de 
	los Estados Unidos, y envió a Lincoln Steffens, un comunista estadounidense 
	al servicio de Rockefeller, 
	
		
		«con él para asegurarse de que volvía sano y 
	salvo a Rusia».25
	
	
	Según archivos desclasificados del Gobierno canadiense, el 13 de abril de 
	1917, cuando el barco se detuvo en Halifax, funcionarios del Servicio 
	Secreto canadiense y personal de la marina británica se llevaron 
	inmediatamente a Trotsky (bajo instrucciones oficiales recibidas por 
	cablegrama de Londres el 29 de marzo de 1917) para confinarlo en Amherst, 
	Nueva Escocia, como prisionero de guerra alemán. 
	
	 
	
	El cablegrama advertía de 
	la presencia de Trotsky en, 
	
		
		«Kristianiafjord [diciendo que debería ser] 
	retenido a la espera de más instrucciones, [ya que] esos 'socialistas' rusos 
	viajan con el propósito de empezar una revolución en contra del actual 
	gobierno ruso, en razón de lo cual, Trotsky lleva consigo 10.000 dólares 
	donados por los socialistas».
	
	
	Pero ¿por qué fue detenido? 
	
		
		«Porque el servicio secreto había sido informado 
	de que Trotsky iba a sacar a Rusia de la guerra, liberando así a los 
	ejércitos alemanes para atacar a las tropas ( ... ) del frente occidental», 
	matiza Eustace Mullins.26
	
	
	Lo que sucedió después, se asemeja al clima político actual en el 
	erróneamente llamado «Canadá Libre». Como en el Canadá de hoy la influencia 
	de los Rockefeller está tras los movimientos separatistas de Quebec los 
	políticos de entonces estaban bajo la influencia de la familia Rockefeller.
	
	Gyeorgos C. Hatonn en el ya citado libro Rape of the Constitution; Death of 
	Freedom explica: 
	
		
		«El primer ministro Lloyd George envió órdenes urgentes por 
	cable desde Londres al Servicio Secreto canadiense para que liberasen 
	inmediatamente a Trotsky, pero aquél hizo caso omiso. Trotsky fue finalmente 
	liberado gracias a la intervención de uno de los títeres más fieles a 
	Rockefeller, el ministro canadiense Mackenzie King, un antiguo "especialista 
	en laborismo" de los Rockefeller. 
		 
		
		King obtuvo personalmente la liberación de 
	Trotsky y lo destacó como emisario de los Rockefeller con la misión de ganar 
	la Revolución Bolchevique. Por lo tanto, el doctor Annand Hammer, que 
	proclamaba en voz alta su influencia en Rusia como amigo de Lenin, jugó un 
	papel insignificante en comparación con el respaldo que le dio Rockefeller 
	al comunismo mundial.»
	
	
	¿Por qué apoyó el implacable John D. Rockefeller a Trotsky? 
	
	 
	
	Porque Trotsky, 
	el revolucionario bolchevique, como John D. y el resto de su familia abogaba 
	por la «revolución y la dictadura mundial, por su uniformidad ideológica y 
	su compromiso con el internacionalismo liberal. Los bolcheviques y los 
	banqueros, entonces, tienen algo en común: el internacionalismo, explica 
	una y otra vez Anthony Sutton. 
	
	
	
	
	Tanto Alien como el doctor Sutton llegan a la 
	misma conclusión: la revolución y las finanzas internacionales tienen los 
	mismos objetivos comunes: la erradicación de los poderes descentralizados, 
	mucho más difíciles de controlar, y el establecimiento de un Gobierno 
	Mundial Único, un monopolio del poder que se perpetúe en el tiempo.
	
	Gracias al heroico trabajo de las otras impresionantes obras del doctor 
	Sutton, las pruebas de la implicación de los Rockefeller en la,
	
		
		«organización, patrocinio y apoyo a la revolución bolchevique son tan 
	innumerables y avasalladoras que simplemente no admiten discusión».27
	
	
	Quizá, podría resumir el grado de crueldad con un ejemplo: 
	
		
		«Para 
		
		los 
	Rockefeller el socialismo no es un sistema para redistribuir la riqueza (y 
	mucho menos para redistribuir su propia riqueza), sino un sistema para 
	controlar a la gente y a la competencia. El socialismo, pone todo el poder 
	en manos del gobierno. Y como los Rockefelled controlan los gobiernos, eso 
	significa que ellos tienen el control. ¡de hecho de que usted no lo sepa, no 
	significa que ellos no lo sepan!» 28 
	
	
	Como curiosidad, Trotsky se casaría 
	después con la hija de uno de los banqueros más ricos, Livotovsky, quien 
	también respaldó la Revolución Bolchevique.
	 
	
	
	
	Tecnología estadounidense en manos de los comunistas
	En 1926, la Standard Oil de Nueva York, de Rockefeller, y su subsidiaria, la 
	Vacuum Oil Company, a través del Chase National Bank,29 
	
		
		«cerró un acuerdo 
	para vender petróleo soviético en los países europeos».30 
		
	
	
	En ese momento se 
	informó de que John D. Rockefeller había hecho un préstamo a los 
	bolcheviques de 75 millones de dólares, «parte del precio del acuerdo». Como 
	resultado del trato, dice Alien, 
	
		
		«en 1927, el socio secreto de Rusia, la 
	Standard Oil de Nueva York, construyó una refinería de petróleo en Rusia».
		
	
	
	Por lo tanto, John D. Rockefeller, concluye el autor, el adalid del 
	capitalismo, ayudó «a la recuperación de la economía bolchevique». El 
	Gobierno de los Estados Unidos no reconoció oficialmente al Estado soviético 
	hasta 1933. 
	
	 
	
	¿Cómo es posible que ciudadanos privados, por muy ricos e 
	influyentes que sean, hayan colaborado con el régimen soviético asesino 
	cuando ello iba explícitamente en contra de la ley, según el Congreso de los 
	Estados Unidos? 
	
	 
	
	Además, no sólo fueron ciudadanos privados los que 
	colaboraron en la creación del monopolio soviético, sino que el mismo 
	presidente Wilson aprobó tal colaboración. 
	
	 
	
	El doctor Sutton añade en su 
	libro, 
	
		
		«ésta fue, la primera inversión de los Estados Unidos en Rusia desde 
	la revolución».
	
	
	Esto es lo que el congresista de los Estados Unidos 
	Louis McFadden, 
	presidente del Comité Bancario de la Cámara de Representantes, que se opuso 
	valientemente a los manipuladores del sistema de la Reserva Federal en la 
	década de 1920 y 1930, tenía que decir en un discurso a los congresistas el 
	10 de junio de 1932: 
	
		
		«Abran los libros de Amtorg, la organización comercial 
	del Gobierno soviético en Nueva York, los de Gostorg, la oficina general de 
	la Organización del Comercio Soviético, y los del Banco Estatal de la URSS, 
	y se sorprenderán de cuánto dinero americano ha salido del Tesoro de los 
	Estados Unidos en beneficio de Rusia. Averigüen qué transacciones se han 
	llevado a cabo entre el Banco Estatal de la URSS y el Chase Bank de Nueva 
	York.» 
	
	
	Como nota aparte cabe señalar que la persistente oposición de McFadden a 
	la Reserva Federal, una entidad ilegal que controla el Tesoro de 
	los Estados Unidos, le costó tres atentados. 
	
	 
	
	Finalmente, murió en 
	condiciones todavía no aclaradas.
	
		
			- 
			
			¿Cómo se sentiría si le dijesen que los Estados Unidos financiaron y 
	ayudaron a construir el imponente poder de los soviets, el mismo estado 
	comunista que asesinó a unos setenta millones de sus ciudadanos?  
- 
			
			¿Y que el 
	poder en la sombra responsable de ello era también la primera familia 
	banquera de los Estados Unidos que representa los ideales de la sociedad 
	capitalista?  
- 
			
			¿Que los Estados Unidos transfirieron secretamente a Rusia la 
	tecnología más sofisticada y cara del momento para así crear un enemigo 
	visible para justificar los nuevos métodos de coerción y terror y ahora lo 
	hacen con China, a expensas de sus propios compatriotas? 
	
	Tristemente, todo eso forma parte del gran diseño del 
	Nuevo Orden Mundial. 
	
	
	 
	
	Para conseguir el Gobierno Mundial Único, controlado por los globalizadores, 
	deben unirse diferentes naciones. Para que el público general acepte 
	inicialmente los «beneficios» del Gobierno Mundial Único/CE, debe venderse la 
	idea de que tal unión tiene ventajas y beneficios, como que el bloque de 
	comercio libre no supondrá una pérdida de soberanía. 
	
	 
	
	El problema es que ya 
	hoy hemos perdido nuestra soberanía. La CE ha invadido todos los aspectos de 
	nuestra vida, atándonos a unos tratados desconocidos, unas leyes y unas 
	regulaciones oscuras, muy difíciles de comprender. El Tratado de Maastricht 
	es muy complejo y para entenderlo mínimamente debe leerse en conjunción con 
	el Tratado de Amsterdam, el Tratado de Roma y la Ley Única Europea. 
	
	 
	
	¿Es que 
	los miembros de las Cortes han tenido el tiempo y los conocimientos 
	necesarios para estudiarlos? ¿Cuántos saben realmente qué implican? 
	
	 
	
	Como 
	ilustración sólo diré que en el debate parlamentario que hubo en Inglaterra 
	acerca de los tratados mencionados (un paso que suponía nada menos que 
	sustraer las libertades a los ciudadanos para transferirlas al organismo 
	europeo), se les dio a los miembros del Parlamento británico un resumen de 
	dos páginas de dichos tratados y se supone que debían tomar una decisión en 
	base a ese único material.
	
	¿Cómo se crea esa cacareada igualdad entre naciones y simultáneamente se 
	convierte a los Estados Unidos en una provincia más del Nuevo Orden Mundial? 
	
	
	 
	
	En primer lugar, usando el dinero de los contribuyentes, el saber 
	tecnológico y, tal como explica Gary Allen, 
	
		
		«el equipamiento del que sólo 
	uno dispone, para alimentar a la competencia, y al mismo tiempo usar todas 
	las taimadas estrategias imaginables para debilitar y empobrecer a tu 
	país»31 y al tiempo que se fortalece al enemigo, se asusta a la población 
	diciéndole que la cooperación es necesaria porque sin acuerdos bilaterales 
	el enemigo nos atacará.
	
	
	Ahora ya sabe por qué, desde la Revolución Rusa - que no fue un 
	levantamiento espontáneo 32 - los defensores del Orden Mundial han defendido y 
	llevado a cabo políticas dirigidas a incrementar el poder de la Unión 
	Soviética. 
	
	 
	
	En esencia, la Comisión Trilateral de Rockefeller fue fundada 
	para acelerar la consecución del objetivo globalizador.
	
	
	El profesor Anthony Sutton, el mayor experto en el estudio de la 
	contribución de la tecnología occidental a la creación del Estado Soviético, 
	ofrece una evidencia irrefutable 33 de que la capacidad industrial y militar 
	soviética plasmada en, 
	
		
		«camiones, aviones, petróleo, hierro, petroquímicas, 
	aluminio, ordenadores y demás, fue construida a expensas de los 
	contribuyentes americanos para beneficio de la Unión Soviética, el mismo 
	país que había jurado destruir a los Estados Unidos. Todo con el propósito 
	de fabricar un enemigo y crear la paridad que permitiría, eventualmente, la 
	convergencia en un Superestado, conocido como Gobierno Mundial Único». Como 
	dice Gary Allen, «nadie ha intentado siquiera refutar las fuertes palabras 
	de ese estudioso llamado Sutton».34
	
	
	En 
						
            			
						Wall Street And The Bolshevik 
						Revolution, Sutton, afirma: 
	
		
		«La tecnología 
	soviética no existía en realidad. El 90-95 % procedía directa o 
	indirectamente de los Estados Unidos y sus aliados.» 
	
	
	¿Cuántos miles de 
	millones se gasta los Estados Unidos para defenderse contra un enemigo 
	fantasma, creado, alimentado y mantenido por ellos mismos? ¿Los costes 
	justifican los medios? ¡Por supuesto que sí! 
	
	 
	
	Recuerde, la Gran Fusión será 
	controlada por el mismo Grupo Bilderberg-CFR-CT que está orquestando entre 
	bastidores los bloques regionales y las uniones monetarias «temporales» .
	
		
		«Aunque parezca extraño - reflexiona Surton - parece que los Estados Unidos 
		quieren que el enemigo siga siendo el enemigo.» 
	
	
	Sin un enemigo visible y 
	justificable, ninguna población, a pesar de la manipulación, cederá 
	voluntariamente sus derechos y libertades individuales. Sutton ofrece miles 
	de pruebas documentales de sus hallazgos. Por ejemplo, la Marina Mercante 
	Soviética, en el momento de escribir su libro, era la más grande del mundo, 
	con unos 6.000 barcos. 
	
	 
	
	Anthony Sutton declaró en 1972 ante un subcomité del 
	Partido Republicano para decir: 
	
		
		«Unos dos tercios fueron enteramente 
	construidos fuera de la Unión Soviética y cuatro de cada cinco motores de 
	esos barcos fueron construidos también fuera del país.»
	
	
	Y continúa Sutton, 
	
		
		«todos los automóviles, camiones, [armas, tanques, 
	aviones] y tecnología soviética procede de Occidente. La organización Gorki, 
	construida por las empresas Ford y Austin, produjo la mayor parte de los 
	camiones utilizados para llevar el armamento suministrado por los soviéticos 
	a Ho Chi Minh. 
		
		 
		
		Las empresas de automóviles también pueden utilizarse para 
	construir tanques. La misma organización Gorki, bajo el disfraz de un 
	"comercio pacífico", produjo en 1964 el primer sistema antitanque guiado. 
	Los soviéticos tienen la planta de hierro y acero más grande del mundo. Fue 
	construida por la Corporación McKee. Es una copia de una fábrica de acero de 
	Indiana, en Estados Unidos».36
	
	
	Sutton sostiene que el gobierno de los Estados Unidos es responsable directo 
	del asesinato de 100.000 soldados estadounidenses muertos por medio de 
	tecnología americana, como afirma de manera tajante: 
	
		
		«La única respuesta de 
	Washington y la
	Administración [de Estados Unidos] es esforzarse por esconder el escándalo.» 
		37
	
	
	Nada de lo que digo tiene sentido si creemos las mentiras propagadas por el 
	poder acerca de los «malvados» comunistas. A no ser, por supuesto, que el 
	comunismo sea un señuelo necesario, la herramienta de una conspiración mucho 
	más grande para dejar el mundo en manos de multimillonarios ávidos de poder, 
	entonces todo aparece como perfectamente lógico.38
	
	Rockefeller, sin embargo, no es en absoluto un poder independiente. Como 
	explica Eustace Mullins en 
	
	Murder by Injection: The Medical Conspiracy 
	against America, 
	
		
		«los Rockefeller operan bajo esferas de influencia 
	claramente definidas. Las organizaciones "caritativas", las empresas y los 
	grupos de influencia política, trabajan siempre conjuntamente. 
		 
		
		Ningún 
	departamento del Grupo toma iniciativas por sí mismo o formula una política 
	independiente. No hay justificación para eso, porque todo funciona bajo el 
	control de la estructura financiera mundial, lo que significa que, cualquier 
	día, toda la abundancia de una persona u organización puede verse reducida a 
	cero mediante una hábil manipulación financiera. 
		 
		
		Éste es el control final que 
	asegura que nadie pueda salirse de la organización. No sólo se le retirarían 
	todos sus recursos, sino que entraría inmediatamente en la lista de un 
	asesino a sueldo».39
	
	
	El congresista Larry McDonald, en su prólogo al libro 
	El expediente Rockefeller, escribió: 
	
		
		«Ésta es una exposición concisa y escalofriante, de 
	la que ha sido seguramente la historia más importante de nuestro tiempo: la 
	idea de los Rockefeller y sus aliados de crear un Gobierno Único Mundial que 
	combine el supercapitalismo y el comunismo bajo un mismo techo, todo bajo su 
	control [ . .,] los Rockefeller y sus aliados llevan al menos cincuenta años 
	siguiendo un cuidadoso plan para controlar Estados Unidos y el resto del 
	mundo haciéndose con el poder político a través de su poder económico.» 
		
	
	
	El 
	31 de agosto de 1983, McDonald murió en un «accidente» a bordo de un avión 
	comercial de Korean Airlines 007 en espacio aéreo soviético.
 
	
	
Los miembros de la Comisión Trilateral de 2004
	Cuando se fundó 
	
	la Comisión Trilateral, la idea era que hubiese el mismo 
	número de miembros en cada una de las tres regiones. Pero pronto ese número 
	empezó a crecer y, hacia 1980, se impusieron unos límites. Estos límites han 
	variado desde entonces a medida que han ido entrando nuevos países en cada 
	uno de los grupos. 
	
	 
	
	El grupo europeo tiene ahora un límite de 150 miembros. 
	El límite del grupo estadounidense es de 110 e incluye a 15 miembros 
	canadienses, 10 miembros mexicanos y 85 miembros estadounidenses. En el año 
	2000, el grupo japonés de 85 miembros se amplió para formar el Grupo 
	Asiático del Pacífico, con 117 miembros: 75 de ellos de Japón, 11 de Corea, 
	7 de Australia y Nueva Zelanda y 15 de los cinco países de la Asociación de 
	Países del Sudeste Asiático. El nuevo Grupo Asiático del Pacífico también 
	incluye a algunos participantes de China, Hong Kong y Taiwan.
En la Comisión Trilateral de 2004 hay nada menos que ocho expresidentes y 
	dos ex directores de la CIA. 
	
	 
	
	Todos forman parte de las altas esferas de la 
	élite política, económica y mediática (véase el Apéndice A para una lista 
	completa de los miembros de la Comisión Trilateral).
	
		
			- 
			
			Directores ejecutivos: 135 
- 
			
			Miembros del Congreso Americano y parlamentos europeos: 35 
- 
			
			Miembros de la Comisión Europea: 11 
- 
			
			Embajadores: 17 
- 
			
			Vicepresidentes: 7 
- 
			
			Presidentes de empresas: 14 
- 
			
			Ex presidentes europeos, estadounidenses 
			y canadienses: 8 
- 
			
			Ministros y secretarios de administraciones europeas y 
			estadounidenses: 51 
- 
			
			Ex directores de la CIA (Agencia Central 
			de Inteligencia): 2 
- 
			
			Editores de revistas y periódicos líderes: 11 
	
	Como nota final, 200 miembros de la Comisión Trilateral tuvieron un 
	encuentro de varios días de duración a finales de marzo de 1993 en 
	Washington, en el que discutieron y acordaron la creación de un Nuevo 
	Ejército Mundial y la soberanía de las Naciones Unidas en las decisiones y 
	políticas de inmigración de los Estados individuales. 
	 
	
	Durante la noche del 
	28 de marzo, sus
	representantes cenaron con funcionarios clave del Gobierno Estadounidense y 
	presentaron sus «recomendaciones». Al día siguiente, hicieron lo mismo en un 
	desayuno con Bill Clinton, según una información publicada por la excelente 
	página de Toronto, New World Order Intelligence Update.40
	
	 
	
	Este encuentro 
	clave allanó el camino a la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas que 
	tuvo lugar en septiembre del año 2000 y que (sorprendentemente) apenas si 
	recibió la atención de los medios de comunicación.
Una de las propuestas más siniestras que se han hecho jamás es la de 
	establecer un ejército permanente de la ONU, instalaciones para sus tropas y 
	la creación de una Unidad de Inteligencia completamente operativa. 
	
	 
	
	A pesar 
	de que los medios de comunicación de masas no se hicieron eco de ello, según 
	el artículo de Richard Greaves, «Who really runs the world?», la propuesta 
	demandaba suficiente capacidad militar,
	
		
		«para derribar cualquier Gobierno 
	nacional que no tratase a su pueblo en conformidad con los criterios de la 
	ONU sobre Derechos Humanos y Justicia Social».
	
	
	«Derechos Humanos» y «Justicia Social» son las palabras en clave que los 
	globalizadores usan para referirse al recorte de libertades individuales y 
	al mayor control que deberían ejercer las Naciones Unidas. 
	 
	
	Ninguna nación 
	será capaz de trabajar por cuenta propia ni ser independiente porque la 
	independencia será vendida a las masas como la incapacidad de un gobierno,
	
		
		«para tratar a su pueblo en conformidad con los criterios de la ONU». 
		
	
	
	Esta 
	lógica no es ningún oximoron. 
	 
	
	Cuando una nación se resista a la agresión de 
	la ONU y su pretensión de robar la libertad y la independencia en nombre del 
	Gobierno Global, la ONU le impondrá unas sanciones atroces para vencer la 
	resistencia. Las sanciones tomarán la forma de retirada de créditos, 
	suministros, estatus de comercio preferenciales y demás. 
	 
	
	Como resultado 
	directo de los castigos impuestos por la ONU, las dificultades sufridas por 
	los ciudadanos aumentarán, como en el caso de Kosovo en 1999. Entonces, el 
	poder global arremeterá sin piedad contra aquellos que no quieran pasar por 
	el aro, como ya les ha pasado a Irak, Afganistán; Yugoslavia y otros. 
	
	 
	
	La ONU 
	intervendrá en nombre de una «misión humanitaria», a través de la OTAN o la 
	fuerza de reacción europea, en un esfuerzo por eliminar todo vestigio de 
	resistencia. 
	 
	
	Este plan, elaborado por el Club, fue puesto en práctica en 
	1999 cuando la OTAN declaró que tenía el derecho de intervenir sobre Kosovo 
	porque la comunidad internacional «había hallado» que el Estado yugos lavo 
	no respetaba los Derechos Humanos. Los miembros del Club Bilderberg llevan 
	mucho tiempo pidiendo que la ONU desempeñe un mayor papel militar, con la 
	esperanza de convertirlo en una Policía Global, según nos explica Martin 
	Mann 
	en un artículo de la revista Spotlight (ver inserto abajo). 41
	
	 
	
		
			| 
			
 UN Millennium Summit Promotes Global Army
 
			
			By Martin Mann 
			The SPOTLIGHT 
			 
			
			September 18, 2000 
			from
			
			DenverPatriotCommunity Website 
				
				Topping the agenda at the UN's Millennium Summit were plans on how 
			to better execute the internationalist group's new buzz word, 
			"global governance," one of which included the formation of a new 
			mercenary army funded by U.S. taxpayers. 
			The UN will soon have its own standing army, constabulary and 
			intelligence service licensed to kill if British Prime Minister Tony 
			Blair and German Chancellor Gerhard Schroeder -- notorious on-world 
			elitist with links to the Bilderberg Group -- manage to put across a 
			plan they have prepared for this month's Millennium Summit in New 
			York City.
 The two European leaders, both former militants of international 
			socialism but converted in middle age into advocates of all-out 
			"free trade," reportedly have the promise of White House support for 
			their scheme to raise a global gendarmerie.
 
 In fact, the makings of such a go-any-where intervention force are 
			already available to the world forum, sources told The SPOTLIGHT.
 
				
				"Theoretically, the UN can field 147,000 soldiers in an emergency," 
			said William H. Luers, chairman of the United Nations Association of 
			the United States. "That is the number 87 member nations have 
			pledged to place on standby in case the international bureaucracy 
			called for backup." 
			In reality, the only prompt responses to such calls for 
			"multilateral" mobilization come, in most cases, from threadbare 
			tropical nations that expect to be paid for any "peacekeeping" 
			performed by their poorly armed, rag-tag battalions.
 At present, 30,393 troops of largely Third World provenance, known 
			as the "blue helmets," are on active duty under UN command in 
			addition to 7,032 police officers and 2,946 civilian "peacekeepers." 
			They hold the fort in 14 widely scattered trouble spots, from 12,606 
			troops in Sierra Leone to 30 "observers" and policemen in Croatia.
 
 To keep this far-flung operation going, chief UN peacekeeper Bernard 
			Myet depends on an annual budget of some $2.6 billion, with between 
			22 and 25 percent coming from the United States - while Senate 
			foreign Affairs Chairman Jesse Helms (R-N.C.) looks the other way.
 
				
				"None of this is good enough. The world needs more rapid and robust 
			peacekeeping operations," Blair announced in New York on Sept. 6 as 
			he delivered the five-minute address allotted to each head of state 
			or government attending the Millennium Summit.
 "The time has come to replace the present system with an entirely 
			new contract between the UN and its member states," he added.
 
			The British prime minister gave no details of the "new contract" he 
			proposed. 
			
			  
			
			But from concerned staggers of the liaison unit of the 
			U.S. Mission here, The SPOTLIGHT has obtained access to a lengthy 
			summary of the reform measures British Foreign Secretary Robin Cook 
			will submit to the UN Security Council in a formal report next month. 
				
				
				The UN will be authorized to establish its own military staff 
			college and troop training command in the United Kingdom. The 
			British and German Governments will provide the land, facilities and 
			startup staff needed. These institutions will train the cadres of a 
			future permanent UN standing army.
				
				Under this plan the Un will also acquire its own "intelligence 
			capability" and general military inspectorate in order to enforce "a 
			base line of military competence which all (troop) contributing 
			countries should measure up to."
				
				the permanent UN army will crack down with full military might 
			whenever and wherever a national government fails to treat its 
			people in conformity with UN criteria for "human rights" and "social 
			justice," Cook's report forecast. The expanded mission of this 
			international force will no longer be "peacekeeping" but "humanitarian 
			intervention" as well as "peace enforcement" under "robust rules of 
			engagement so that UN contingents are not forced to lose the 
			initiative to hostile elements, as they have in the past.
				
				Enforcement of a "full economic, social ad political program to 
			secure peace and stability must accompany military intervention. For 
			entrenching the peace, (UN) policemen and judges, economic planners 
			and administrators are becoming as important as soldiers," the Cook 
			report concluded. 
				
				"If there has ever been any doubt that global elites have a 
			well-defined plan of action to impose the iron rule of mongrel 
			internationalism on the world's sovereign nation states, this 
			so-called Cook reform plan should answer all doubters," said retired 
			U.S. Marine Lt. Col. Matthew O'Connor, who publishes his own 
			quarterly newsletter in upstate New York. 
			 | 
	
	
	
Los miembros del Club Bilderberg planean usar, como paso intermedio, la ONU 
	como Policía Global con el propósito de erosionar aún más la independencia y 
	soberanía nacional en Europa. En el portal de Internet 
	
	www.european-defence.co.uk, se explican las líneas generales del proyecto. 
	
	 
	
	Esta propaganda promocional dice que es de fundamental importancia para los 
	globalizadores que Austria, Suiza, Finlandia e Irlanda accedan a participar 
	en la fuerza de la Unión Europea porque ello les permitirá adquirir un 
	estatus mayor al de observador de la VE o miembros de la Sociedad para la 
	Paz de la OTAN, sin comprometerse completamente con la defensa colectiva y 
	poner en peligro su estatus neutral.
En segundo lugar, su participación crea un marco que más tarde será 
	utilizado para aprobar sus enmarañados acuerdos con el deliberado propósito 
	de evitar el debate público. 
	
	
	
	
	Se trata, una vez más, de otro paso hacia el 
	Gobierno Mundial Único. Austria ha destinado unos 2.000 soldados para 
	«Misiones de Paz» de la ONU, Finlandia, 2.000, Suecia, 1.500 e Irlanda, a 
	1.000.42
Creo que es apropiado acabar este capítulo dedicado a describir la Comisión 
	Trilateral y su abrazo mortal sobre el mundo y la visión siniestra de 
	
	la 
	globalización de David Rockefeller con la siguiente cita del clérigo del 
	siglo XIX, Edwin H. Chapin: 
	
		
		«Ningún ejército y ninguna nación han hecho 
	avanzar a la raza; pero aquí y allá, en el transcurso del tiempo, siempre ha 
	habido un individuo que se levanta y proyecta su sombra sobre el mundo.»
	
	
	
	Volver al Índice