EPÍLOGO

A fines de 1979, un colega escritor, tras leer las galeradas de La Conspiración de Acuario a bordo de un avión, me llamó para decirme: «Éste no es tu libro; es nuestro». Con esto se hacía eco de mi idea de la utopía conjunta. Muchas veces me había sentido como una araña que teje una tela a partir de una comunidad de ideas y gentes, y la cronista de una vasta emigración.


Quizá por esa razón, La Conspiración de Acuario se ha revelado más un fenómeno que un libro, una declaración que ha ayudado a catalizar el apoyo a los cambios que describía. A medida que la conspiración se cartografiaba y nombraba, a medida que la red se hacía visible, acumulaba fuerza. En ese sentido, yo no fui tanto una autora como una comadrona.
Incluso antes de la publicación, la reacción al manuscrito fue satisfactoria. Cuatro o cinco ejemplares de fotocopias regalados a unos amigos se convirtieron en veinte o treinta en manos de desconocidos. Unas semanas después de su publicación, los dirigentes del movimiento Solidaridad en Polonia había pedido diez ejemplares. El libro fue utilizado como texto en diversos cursos universitarios. Se publicó en el Reino Unido, Francia, Alemania, los Países Bajos, Suecia, Japón, Portugal y España. Se organizaron grupos de discusión en prisiones, iglesias, agencias gubernamentales e incluso en un pueblo sudafricano.


Más allá de la conspiración que yo había descrito, había una comunidad de líderes respetados que exploraban el horizonte en busca de nuevas ideas útiles. Esta comunidad era una equivalencia dinámica de la estructura de poder tradicional. Dirigí la palabra a grupos tan diversos como educadores sanitarios, físicos nucleares, consejeros escolares, esposas de granjeros canadienses, miembros del Congreso, directivos de proceso de datos, ejecutivos de hoteles, funcionarios de la administración pública, bibliotecarios especializados en obras de medicina, directores de institutos de enseñanza superior y grupos internacionales de jóvenes y líderes empresariales. Y no sólo les hablé, sino que aprendí de todos ellos.
 

Recibí millares de cartas cuyo motivo común era el alivio:

«Gracias a Dios, no estoy solo». Decían sentirse vigorizados por el conocimiento de que el cambio no sólo es posible, sino que se está produciendo. Una mujer me escribió: «Las voces ya no claman en el desierto».

Eran más los corazones que albergaban el sueño de un mundo mejor de lo que yo había imaginado en mis momentos de mayor exaltación. El impacto de la visión sigue sorprendiéndome.


Dos años después de la publicación del libro, la World Future Society hizo una amplia encuesta sobre la probabilidad de un «cambio cultural espectacular, como la Conspiración de Acuario, hacia el año 2000». En un 58 % los encuestados respondieron afirmativamente a la probabilidad de ese cambio.


Naturalmente, una serie de críticos veían con escepticismo esa posibilidad, y me consideraron demasiado optimista y desconocedora de la tremenda magnitud de los problemas. Algunos activistas sociales temieron que el tono esperanzado del libro diera la falsa seguridad de que esa transformación casi se había realizado; les preocupaba, comprensiblemente, que la gente redujera sus esfuerzos. Comprendí con qué facilidad las ideas del libro podían interpretarse como peligrosas o ingenuas. Desde luego, en ocasiones he tenido la sensación de que los escépticos y los detractores debían de estar en lo cierto, de que ni los individuos ni las sociedades pueden cambiar de veras.


A medida que el movimiento crecía, había también más maestros, adiestradores y organizadores de proyectos que parecían explotar los valores emergentes, haciendo promesas excesivas sobre lo que podían ofrecer y creando una dependencia en personas ávidas de cambio.


Por otro lado, tenía las experiencias y las noticias alentadoras recogidas durante mis viajes, seminarios y conferencias, así como las informaciones de Brain/Mind Bulletin (y Leading Edge, un boletín sobre los cambios sociales publicado entre 1980 y 1985). En este caleidoscopio de historia viva, algo auténtico parecía estar en marcha. Era como si por doquier hubiera pruebas del despertar de una humanidad más astuta e ingeniosa.


¿Cuál era la realidad? De vez en cuando, los titulares de prensa que anunciaban desastres y retrocesos eran como una bofetada, pero luego me animaba la experiencia de primera mano y las noticias optimistas, y me volvía «esceptimista», una especie de híbrido entre escéptico y optimista. Finalmente, empecé a entender esta oscilación en forma de picos de sierra como una clave del problema. Y éste es uno de los puntos esenciales de este epílogo.


Se ha dicho que el cerebro humano aprende por medio de argumentos que recuerda los hechos si se han argumentado de manera que tengan significado. Pero los argumentos realmente importantes de nuestro tiempo nunca se incluirán en la información del telediario. No son acontecimientos, sino pautas de los acontecimientos. El reconocimiento de estas tendencias más profundas nos proporciona indicios de aquello que los argumentos de hoy significan para mañana.


Estos contextos más amplios ofrecen una esperanza, por vacilante que sea, de un renacimiento cultural. Dentro de unas décadas quizá miremos atrás y las consideremos como claros momentos cruciales en nuestro pensamiento y nuestros programas. Algunos se relacionan con los nuevos procesos internos, Otros con las evoluciones externas.


He aquí unos ejemplos de algunos de los «argumentos de ruptura» en los años 1980 y 1990:

Argumento n.0 1. Aprender que las malas noticias pueden ser buenas noticias.

Cuando un problema es lo bastante grave para llamar la atención del público, y no sólo de unos pocos reformadores, puede estar en camino de solución. Es muy probable que en ese punto reconozcamos la necesidad de una limpieza de la casa a fondo.


La voluntad popular sólo se activa cuando una amenaza parece grave y los líderes no ofrecen ninguna seguridad creíble. El antiguo dicho, «si funciona no lo arregles», es un indicio de la renuencia a experimentar e innovar. Por ejemplo, la malversación gubernamental ha sido una norma. Cuando se convierte en una fiebre devoradora, los ciudadanos se ven obligados a buscar remedios. (Al mismo tiempo, tales escándalos parecen provocar un examen de conciencia más profundo que antes, una sensación colectiva de responsabilidad más que de rectitud.)


La gente también empieza a aprender los costes de nuestra preocupación por la fachada. Las «malas noticias» que exponen problemas sociales más profundos pueden mostrarnos cómo han sido camuflados.
Otro ejemplo de buenas/malas noticias: parecemos estar en medio de una Gran Depresión, esta vez no económica sino psicosocial. La depresión, el «resfriado común de la salud mental», parece ir en aumento en la población infantil en edad preescolar, los adolescentes, el grupo de edad entre los dieciocho y los treinta y cuatro años, los que están entre los cuarenta y cinco y los cincuenta y cinco y los ancianos. Según un cálculo, cuatro de cada cinco pacientes de depresión no se someten a ningún tratamiento. ¿Qué significa esta aparente epidemia? ¿Y por qué se produce ahora?


De hecho, la oleada de depresión puede ser una señal de salud inminente. Como señaló una vez el difunto psiquiatra Karl Menninger, a menudo una oscuridad o turbulencia mental precede a la profunda reorganización que conduce a una norma superior, y la gente se siente «mejor que mejor».


La depresión puede ser una señal para examinar de nuevo las suposiciones y estrategias de cambio, una aminoración de la marcha para reorientarse. A fin de tratar eficazmente con los problemas, hemos de verlos de uña manera realista, y tenemos que definir nuestro objetivo. Como personas particulares y como miembros de una sociedad, una tarea especial de renovación se extiende ante nosotros. Los mejores antidepresivos son la expresión y la acción, la intervención en la lucha. Así, la depresión no es un fin, sino un comienzo significativo.
 


Argumento nº 2. La evolución de la revolución.

La misma forma de los puntos críticos culturales puede estar apartándose un poco de la vieja y predecible secuencia, las bruscas oscilaciones del péndulo, para adquirir formas más reflexivas de renovación social.
De una manera característica, los revolucionarios han exigido soluciones rápidas y definitivas, respuestas prematuras que no incluían ideas procedentes de todas las facciones. Al no integrar lo mejor de los viejos valores en los nuevos, por ejemplo, a menudo las mismas revoluciones han sido decepcionantes, y sus beneficios se han invertido gradualmente. Nosotros, con un mayor conocimiento de la ideación de sistemas, quizá no hayamos de someternos a las oscilaciones del péndulo.

 

Enfrentados a los costes impresionantes de nuestras fisuras, nuestras «victorias» tan a menudo carentes de contenido, ya sea en los encuentros personales como en la negociación a alto nivel, estamos aprendiendo a respetar el arte y la ciencia de la meditación. Programas de adiestramiento, libros y artículos nos muestran cómo atacar los problemas y no a los adversarios. Los agentes del cambio empiezan a adaptar el sentir de los objetivos generales a la realidad del conjunto. Esto refleja una conciencia creciente en el pensamiento occidental del equilibrio descrito en el pensamiento oriental como yang (identificado con la acción, lo masculino) y yin (la matriz en la que se desarrollan los acontecimientos, lo receptivo y femenino).
 


Argumento n.0 3. Salvar la brecha de la confusión.

«La brecha de la confusión» es el término empleado por un asesor de dirección comercial para indicar el período de puesta en práctica del cambio. Durante este tiempo sentimos la tentación de abandonar lo nuevo y retroceder hacia el mal conocido. Estamos aprendiendo a reconocer el caos como una parte inevitable del cambio, a distinguir el período de transición de la meta.
 


Argumento n.0 4. El ascenso de la cultura del Pacífico.

Este nuevo centro económico está bordeado geográficamente por volcanes en activo, desde Japón y las Filipinas hasta la Falla de San Andrés al oeste de Estados Unidos. Desde el punto de vista económico incluye los países comerciales del Pacífico asiático, el oeste de Estados Unidos y Canadá, así como Australia y Nueva Zelanda.


Los visionarios de la cultura del Pacífico tienden a resaltar el futuro, la ecología, la alta tecnología, el desarrollo interno, la diversidad cultural, la coalición, la unión de disciplinas y las verdades espirituales paralelas.
La riqueza del nuevo centro, según estos pronosticadores, surge de la visión del mundo propia de ese centro, a la vez que influye en él. Sus valores afectarán cada vez más al resto del mundo. Es global en su sentido espacial y de largo alcance en el sentido temporal. El economista Richard Kjeldsen observó que las economías del Pacifico no son monolíticas, sino difusas y complejas. La nueva cultura parece ser un epítome de las incertidumbres de los tiempos. Los límites, tanto físicos como abstractos, cambian, se desdibujan, incluso se disuelven. Las biorregiones (áreas naturalmente independientes) se ven como unidades, al margen de las fronteras nacionales.


La cultura del Pacífico ha sido considerada como una forma de pensamiento, una visión social emergente, y puede presagiar algo sin precedentes, no un nuevo orden mundial, sino una civilización mundial.
 


Argumento n.0 5. El advenimiento de los diplomáticos ciudadanos.

Los nuevos «diplomáticos ciudadanos» ofrecen enfoques imaginativos de los problemas internacionales. Así como la interdependencia económica de las naciones del Pacífico otorga mayor importancia a los acuerdos efectuados al margen del gobierno, norteamericanos particulares han colaborado con los soviéticos para organizar giras, programas de intercambio cultural, conciertos, acontecimientos deportivos, tratos empresariales y reuniones profesionales. Han creado puentes espaciales y emisiones de televisión por circuito cerrado. Todavía con mayor frecuencia, se invita a norteamericanos influyentes a reuniones con funcionarios soviéticos de alto nivel, tanto en EE.UU. como en la Unión Soviética.


Ejemplos de la diplomacia ciudadana pueden ser los Juegos de Buena Voluntad celebrados en 1986 y organizados por el profesional de radiodifusión Ted Turner y el gobierno soviético; el Proyecto de Promoción de la Salud, patrocinador de investigaciones y conferencias conjuntas, una colaboración del Instituto Soviético-americano de Esalen y funcionarios soviéticos, y la Entertainment Summit, la «cumbre del espectáculo», una serie de encuentros que han tenido lugar en 1987, en Los Angeles y Nueva York, de cineastas norteamericanos y soviéticos y a los que se ha dado mucha publicidad.
 


Argumento nº 6. Creciente cobertura en los medios de comunicación de noticias metafisico-espirituales.

Los cronistas, e incluso los publicitarios, han observado un creciente y, al parecer, insaciable apetito popular por el misterio y la trascendencia del yo.1 Solamente a principios de 1987, un crecimiento exponencial ha generado un nuevo impulso, una aceleración en la tasa de aceleración.


El 29 de septiembre de 1986, el New York Times, árbitro de la realidad nacional para muchos intelectuales, publicó un artículo en primera plana sobre el creciente número de simpatizantes con los puntos de vista espirituales. Una entrevista advertía de que tales personas pueden representar una nueva coalición, «la fuerza social más poderosa hoy en el país».


En los meses siguientes, otros artículos sobre la «Nueva Era», algunos positivos, aparecieron en publicaciones como Time, U. S. News and World Report, The Los Angeles Times y en televisión («20-20», «Sixty Minutes» y programas matinales). Pronto prácticamente todas las revistas populares, los principales periódicos y las cadenas de televisión ofrecían una cobertura continuada de esos temas. Desde entonces, las opiniones y los valores emergentes se han convertido en el tema de los dramas televisivos, incluso las comedias de situación.


Centrándose en lo extravagante o lo fascinante, los medios de comunicación con frecuencia han dejado de lado el significado más profundo de los valores del movimiento, como la responsabilidad personal, la ayuda que uno puede prestarse a sí mismo y la ayuda mutua. Aun así, es evidente que estos temas, en otro tiempo ausentes de los grandes medios de comunicación, han sido asimilados por éstos como una realidad merecedora de atención informativa.
 


Argumento n.0 7. Aceptar la responsabilidad de la realidad presente.

Las nuevas psicotecnologías muestran que la gente puede cambiar. Y la expresión popular ha recalcado el papel y el potencial del individuo en la consecución del cambio. Es como si avanzáramos desde una estrecha glorificación de las libertades individuales a una mayor exploración de lo que esas libertades pueden conseguir.


Ya sea en las convocatorias a la acción por parte de oradores públicos o escritores, en los temas de diversión, o silo oímos en conversaciones privadas, estamos admitiendo la necesidad de cambiar. A medida que la luz implacable de los medios de comunicación expone los errores en todos los ángulos de nuestra sociedad, nos encontramos ya sin chivos expiatorios, el vago «ellos» que en otro tiempo fue responsable de todo lo que funcionaba mal. El mundo exterior refleja nuestras guerras internas, la parálisis y el sentimiento de culpabilidad que nos aquejan. Hemos pecado sobre todo por omisión, no tanto por engañar o por ser rudos, sino por no actuar, por tolerar los errores. Y la calidad de vida que ha disminuido es la nuestra.


Cuando empezamos a vernos como posibles actores en el escenario del mundo, podemos superar la inercia y los intereses mezquinos, nuestro hábito de tener hábitos. A medida que somos más conscientes de nuestras acciones y reacciones, vemos cómo conformamos el entorno y cómo éste nos conforma a su vez. Una nueva luz empieza a brillar a través de las ranuras en la fortaleza de la personalidad («así es como soy») y el bastión de las creencias («esto es lo que pienso»). Podemos aprender a recrearnos como resultado de una nueva información.


Al mismo tiempo, nuestra pérdida de fe en las instituciones, los expertos y la tecnología pueden señalar una nueva madurez. Muchos reconocemos que nuestros esfuerzos son necesarios, y ese número va en constante aumento. El creciente escepticismo frente a la autoridad puede obligarnos, de hecho, a convertirnos en las personas informadas y reflexivas para quienes se diseñaron las democracias.
 


Argumento n0 8. El redescubrimiento del cuerpo-mente.

De todos los ejemplares de cambio comentados en La Conspiración de Acuario, el cambio de paradigma en el cuidado de la salud era el que estaba más encarrilado. Ese cambio continúa, apoyado por una investigación muy difundida y de la que hay una información considerable. Los estudios epidemiológicos han mostrado la conexión sorprendente entra la salud mental y el bienestar, entre las pautas emocionales y la susceptibilidad a la enfermedad. Los médicos siguen ofreciendo innovaciones que aprovechan mecanismos de autocuración y emplean técnicas de creación de imágenes y reducción del estrés. Estos profesionales reconocen la importancia del apoyo emocional y de tener unos objetivos.


Desde 1980 es posible que se hayan multiplicado por veinte las investigaciones de la relación entre la mente y el cuerpo. La neurociencia moderna y las disciplinas relacionadas con ella están iluminando la conexión en otro tiempo misteriosa de lo mental/ emocional y lo físico.


La psiconeuroinmunología, un campo nuevo y excitante, explora la interacción del cerebro emocional y el sistema inmunológico. La complejidad de este vínculo se ve con claridad en el síndrome de la personalidad múltiple, los efectos de la luz y el sonido, los sueños lúcidos, la química de las emociones y la memoria.
Se critica a la medicina desde dentro. Los médicos ponen en tela de juicio su profesión, sincera y hasta públicamente, urgiendo un retorno a las artes curativas, un mayor respeto por las propias observaciones del paciente y sensibilidad emocional.


La creciente evidencia de un dinámico cuerpo-mente justifica más las terapias orientadas a la mente y las terapias corporales que pueden afectar a la depresión y otros trastornos mentales. Las publicaciones médicas informan sobre los efectos sorprendentes de las técnicas alternativas y populares, que abarcan desde los remedios herbales a la acupuntura y el «trance curativo» (hipnosis). Dadas las pruebas objetivas de laboratorio de que algo está en marcha, los médicos americanos han accedido a cooperar con una investigación oficial china de gi gong, aparentes efectos de la energía a distancia. Un estudio bien controlado, del que informó la revista británica Lancet, descubrió que la homeopatía es eficaz. En un estudio brasileño, los pacientes ayudados por curanderos espiritistas, reaccionan mucho mejor que aquellos sometidos a un tratamiento convencional. En un experimento de doble vínculo elegantemente diseñado, un cardiólogo norteamericano informó que rezar por otros afectaba la recuperación de manera significativa.


El nuevo paradigma de la salud implica una mayor actividad por parte del facultativo y el paciente, supone un mayor alejamiento continuado de la medicina impersonal que tanta amargura ha causado. No implica un rechazo de los avances tecnológicos como los nuevos fármacos o las innovaciones quirúrgicas, sino que utiliza cualquier cosa que surta efecto.


El paradigma del cuerpo-mente también presenta una normativa superior: la del bienestar en vez de una ausencia de enfermedad. Y, en su visión de la salud, una visión con múltiples facetas, tiende a eliminar la competitividad profesional. Hay una mayor paridad entre los médicos y otros profesionales de la salud, incluidas las enfermeras, psicoterapeutas, practicantes, curanderos, acupuntores, herbolarios, homeópatas, fisioterapeutas, expertos en nutrición y asesores religiosos. Como sabemos más acerca del cerebro y el cuerpo, tenemos un sentido más complejo de cómo pueden actuar remedios que en otro tiempo se consideraban misteriosos.
 


Argumento n.0 9. El cultivo de la inteligencia.

El descubrimiento de que la inteligencia se puede mejorar es un avance comparable al descubrimiento de la agricultura. Podemos «cultivar» la inteligencia como nuestros antepasados prehistóricos empezaron a cultivar alimentos.


Por ejemplo, se enseña a los niños «habilidades de pensamiento crítico». Se adiestra a la gente para lograr estados de aprendizaje. Incluso la tercera edad puede ser una época de desarrollo más que de declive. La nueva investigación muestra que algunas personas mejoran al envejecer; este camino vital alternativo se asocia casi totalmente con una actitud mental positiva, sobre todo con el sentido de elección. Las personas pasivas y negativas declinan, mientras que las activas y con intereses medran.


Cada vez más las psicotecnologías descritas en este libro se utilizan en todo el mundo para reforzar el aprendizaje.


Un ejemplo del cultivo de la inteligencia es un movimiento venezolano inspirado por la moderna investigación del cerebro. En 1979, un nuevo ministro de Desarrollo de la Inteligencia Humana, inspirado en el libro El derecho a ser inteligente, de Luis Machado, inició un programa continuado a nivel nacional basado en esa obra. El programa ha suscitado una multitud de conferencias y la creación de una red global, y se está emulando en una docena de países.


En el programa venezolano, se alienta a los padres para que estimulen a sus bebés, se adiestra a los escolares para que adquieran habilidades de pensamiento e imaginación, y programas educativos ofrecidos por televisión en las horas de mayor audiencia ofrecen a los adultos oportunidades progresivas de aprender.
 

El gobierno japonés ha anunciado un ambicioso plan de reforma escolar, de modo que los niños aprendan a pensar por sí mismos, a comprender y crear tanto como a memorizar. Los esfuerzos norteamericanos de reforma en los años recientes han recalcado «más de lo mismo»... horarios más largos y aumento de los deberes, en vez de fomentar una mejor comprensión de cómo se produce la enseñanza y el aprendizaje. La investigación aún se aplica muy poco al diseño de los currículum y la metodología escolar. Entre tanto, otros países aumentan su ventaja sobre EE.UU. en realización de tests, una brecha que los dirigentes empresariales consideran como una de las principales causas del declive de la productividad norteamericana.

 

La cuestión candente es: ¿nos despertaremos a tiempo para invertir esa tendencia a la mediocridad tan debatida? Los responsables de emprender la acción adecuada pertenecen, de hecho, al mismo sistema que necesita una reestructuración radical.


Pero hoy, más que nunca, se echa más luz sobre el problema. Desde la publicación de La Conspiración de Acuario, la crisis educativa se ha convertido en un apremiante tema nacional. Se ha organizado una variedad de grandes redes de educadores y ciudadanos interesados. Estas redes son modelos de cooperación. Los maestros organizadores se han revelado más efectivos y heroicos de lo que incluso ellos creían posible.
 


Argumento n.0 10. Nuevo respeto para utilizar en su totalidad las facultades pensantes del cerebro.

Una nueva apreciación de la intuición y los procesos creativos, por ejemplo, se extiende incluso a las aulas universitarias y los laboratorios de investigación. El cerebro analítico reconoce y respeta los dones de su complemento, el cerebro del artificio y la novedad.


Se han celebrado importantes reuniones científicas para hablar de ese fenómeno que en inglés se denomina serendipity y consiste en las oportunidades presentadas por felices accidentes. Según ellos, estos azares afortunados son el manantial de los avances científicos.


En un informe, los jefes ejecutivos de empresas distinguidas por su rápido crecimiento, convinieron en que su mayor pesar era no prestar suficiente atención a sus intuiciones. «Visión», un sinónimo más inclusivo de intuición, se ha popularizado en el mundo empresarial, la política, las artes e incluso los anuncios comerciales.2 La gente presta más atención y respeto a sus corazonadas.


Una nueva casta de adiestradores y asesores profesionales está desentrañando las estrategias de las personas llenas de resolución e iniciativa y los innovadores de éxito, los métodos para acceder a estados superiores de aprendizaje y la capacidad para abandonar actitudes improductivas.
 


Argumento n.0 11. Una investigación de métodos para lograr estados mentales positivos.

Es cada vez más evidente que un determinado estado mental facilita la creatividad, la salud y la capacidad para aprovechar las oportunidades en el momento adecuado. Este estado es similar al resplandor del éxito. Al aprender para lograrlo voluntariamente, podemos evitar la inquietud que con frecuencia nos impide tener la claridad mental necesaria para llevar a cabo tareas difíciles.


La sociedad moderna ha tendido a confundir pesimismo con realismo y optimismo con cristales de color rosa. En realidad, los términos optimista y optimismo derivan del latín optimus (mejor) relacionado con ops (poder). Pesimismo deriva de pessimus (peor), término que, a su vez, procede del griego pedon (suelo).


Un lugar elevado ofrece poder y una mejor perspectiva, en contraposición con lo que ofrece el suelo. Quizá el motivo por el que los optimistas trabajan con tanto ahínco es que ven el éxito en el horizonte.


De hecho, la fe basada en la experiencia es un instrumento, un tranquilo estado mental que permite una actuación óptima. El interés actual en unas actitudes más constructivas puede que no sea tanto una innovación como un correctivo, el giro interior/exterior que puede concedernos a la vez el regreso al hogar y una nueva aventura. Reconocer que el pensamiento en terreno elevado es más fructífero que el cinismo se está convirtiendo en sentido común, tanto como en buena ciencia.
 


Argumento n.0 12. Las artes y las diversiones como sensores de un amplio cambio cultural.

Con frecuencia las artes visuales y la música son heraldos de sentimientos y percepciones demasiado vagos para poder expresarlos, prioridades demasiado nuevas para defenderlas.


Una convergencia del arte y la conciencia es patente en la literatura, las películas y algunos audaces esfuerzos televisivos. Los principales grupos y solistas de rock atraen inmensas multitudes que escuchan sus vehementes mensajes sociales y espirituales, a menudo las piezas centrales de los conciertos. La grabación de Band Aid, el álbum USA for Africa y el concierto Live Aid demostraron la seriedad de los intérpretes y sus seguidores para contribuir de alguna manera.


Una exposición retrospectiva, ambiciosa y bien recibida en todo el país, The Spiritual in Art: Abstract Art 1980-1985, atrajo a grandes multitudes al Museo de Arte del condado de Los Angeles, antes de pasar a Chicago y La Haya. Incluso los críticos negativos eludieron sus observaciones, confesando su fascinación por el tema.
Para quienes tienen oídos para escuchar, una voz nueva empieza a oírse en el mercado de la cultura. No es la voz de un suplicante que ruega atención, ni tampoco es profética, sino más inmediata y práctica.

 

Procede de muchos ámbitos distintos, como si un núcleo humano más sabio, antiguo y nuevo hubiera empezado a transmitir una nueva gama de frecuencias. Proyectos que han tenido éxito ofrecen prototipos para el cambio evolutivo. (Véase «Orientaciones para proyectos de éxito», que ofrece consejos para llevar a cabo innovaciones con éxito.)



Argumento n.0 13. El redescubrimiento del mito y la metáfora como elementos que dan nueva forma a los objetivos sociales.

Los arquetipos, las metáforas y los mitos se han usado mucho para vender productos e ideologías. Los mitos de una nueva cultura pueden darnos una visión alternativa del desastre nuclear/ecológico o la mera supervivencia nerviosa. Nos rodean las metáforas de nuestra condición. Por ejemplo, contemplar las montañas, valles, cañones, picos y mesetas puede recordarnos el terreno de la vida.


Según una leyenda de la antigua corriente mística judía conocida como cábala, en cada generación nacen unos seres migrantes, almas procedentes de un orden superior3. Son los «niños de la cámara de los anhelos», también conocidos como tohu, el estado de caos, y están destinados a desencadenar la evolución. Estos espíritus rebeldes, inquietos y alienados, insatisfechos con «las relaciones y las verdades superficiales», ofenden las buenas maneras de la época.


Al final de los tiempos, cuando se procede a rehacer el mundo, un número todavía mayor de esos espíritus caóticos llega para agitar el status quo en sus raíces. Pero la cábala dice que no debemos temer esos tiempos, pues lo único que hacen los espíritus es liberar la energía de las formas moribundas. Emergerá una nueva casta, «los maestros de la construcción», los cuales centrarán el fuego de la revolución en mejoras prácticas.
 


Argumento n.0 14. La riqueza de soluciones a nuestros problemas.

Contrariamente a la creencia general, existen respuestas para casi todos nuestros problemas más acuciantes. El ardid estriba en iniciarlas y apreciar múltiples opciones. Nuestra respuesta no tiene que competir. Como observó el director de una fundación internacional, «cada uno de nosotros ha actuado como sí su respuesta fuese un gladiador que ha de salir a la arena y ser el único ganador».


Se están inventando nuevos procesos de resolución de problemas, métodos para orquestar las soluciones en conflicto. Con frecuencia ni siquiera hemos identificado el problema. Esto ha conducido a un interés por lo que alguien ha llamado «las cuestiones yugulares». A través del arte y la ciencia de la meditación, la gente también aprende a ser más sincera y a descubrir que podemos ayudarnos mutuamente con más facilidad si nuestros programas están sobre la mesa. Progresos como la tecnología de los superconductores, en rápida evolución, insinúan nuevas y poderosas posibilidades. Quizá esta vez recordemos los errores pasados y actuemos de una manera más prudente.


Es cierto que estos años precipitados han visto la erosión de las tradiciones y una escalada del caos y la rebelión. No obstante, aquí y allá, como había prometido, podemos ver una fuerza ascendente de organizadores creativos, algunos de ellos incluso procedentes de las filas de los ex rebeldes. Empezamos a comprender, o a recordar, que nuestro destino es común. Y ésa puede ser la noticia más importante de todas.
No es preciso que conozcamos el resultado de estos argumentos para tomar parte en ellos. Como siempre existen fuerzas activas y fuerzas que las contrarrestan, cada día elegimos la onda que queremos apoyar.

 

¿Contribuiremos al problema o a la solución? ¿Veremos posibilidades o imposibilidades? Desde la perspectiva de los críticos, nos centraremos en lo que no se puede hacer. Desde la perspectiva de los creadores, sabremos lo que debe hacerse.


El tiempo de los espectadores está llegando rápidamente a su fin. Elijamos, más tarde o más temprano, ser los amos de la construcción.

 

1. Lo llamado transpersonal puede que se reconozca pronto como normal, a juzgar por recientes investigaciones. Y los valores espirituales asociados con la llamada Nueva Era pueden estar en alza en la vida política norteamericana.
El National Opinion Research Center de la Universidad de Chicago ha observado un notable incremento en las experiencias espirituales y psíquicas. El Centro, que ha encuestado a los norteamericanos sobre su vida espiritual desde 1973, informa que 67 de cada 100 norteamericanos adultos dice haber experimentado percepción extrasensorial, por ejemplo. (Ese porcentaje era del 58 % en 1973.) Varias encuestas Gallup realizadas en los años ochenta pusieron de manifiesto un incremento de las experiencias místicas. Cuarenta y tres de los encuestados afirmaron haber tenido una experiencia espiritual fuera de lo común.


Un artículo titulado «Una nueva era para los libros metafísicos», publicado en American Bookseller en febrero de 1987, concluía diciendo que «por fin el movimiento del potencial humano está llegando a su mayoría de edad». A principios de 1987, el boletín de la cadena B. Dalton informaba que el continuo crecimiento en el mercado de los temas espirituales y esotéricos estaba alcanzando proporciones de auténtico boom.

2. El «factor visionario», la constelación de rasgos de quienes están más capacitados para convertir los sueños en acción, es el tema de un próximo libro que he escrito en colaboración con mi marido y colega, Ray Gottlieb.

3. Extraído del libro Nine-and-a-half-Mystics, de Herbert Weiner (Collier).


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