CAPÍTULO 11 - SUBPERSONALIDADES

Una subpersonalidad es cualquier aspecto de ti mismo que tiene una función, actitud o identidad específicas que operan de manera individual y reconocible. Por ejemplo, tienes un Niño Interior que siente y reacciona frente a la vida emocionalmente y necesita sentirse querido y seguro. Esta parte de ti existe ya seas un recién nacido, tengas 100 años o estés en edad intermedia.

 

Existen numerosos libros y modalidades de sanación que se centran exclusivamente o en gran parte en ayudarte a familiarizarte y crear subpersonalidades saludables. Algunos de los ejemplos contemporáneos de estas modalidades son: la Psicosíntesis, la Hipnoterapia Alquímica, la Potenciación de la Regresión (modalidad que yo he creado y que imparto), Diálogo de Voz y trabajo con el Niño Interior.

° Desde épocas remotas, la comunicación y el equilibrio de subpersonalidades ha tenido un papel vital en las diferentes culturas. Mucho antes de que Freud o Jung «crearan» el concepto de subpersonalidades, algunas tribus americanas y africanas, druidas, tradiciones espirituales de la Diosa y otras culturas, habían reconocido la necesidad de honrar la existencia de la diversidad en la individualidad.

 

Esto se ha llevado a cabo a través de rituales ceremoniales, épocas de concentración interior personal, sesiones de sanación y ruedas medicinales. La rueda medicinal es un área circular al aire libre delimitada por pequeñas piedras que contienen el círculo, o marcada con rocas más grandes en cuatro o más direcciones. De vez en cuando en el interior de la rueda medicinal se realizan ceremonias, reuniones y actividades espirituales personales.

 

A través de las épocas los humanos han diseñado máscaras, han creado trajes, se han pintado la cara, han mimetizado a otros seres y han interpretado ritos de transición para facilitar la incorporación y la salud de los diferentes aspectos de sí mismos.

Existen dos categorías de subpersonalidades. La primera categoría consiste en aspectos de ti mismo que se desarrollan en relación con las necesidades o la expresión de la personalidad individual. Por ejemplo, si tienes demasiada negación sexual, puedes tener un Mojigato Interior y una Puta Interior. Se han desarrollado debido al abandono y a los juicios que han sufrido partes de ti mismo que, aun siendo en sí mismas naturales y completas, se les ha negado su libertad de expresión. Otro ejemplo es la subpersonalidad que se podría llamar el Crítico Interior.

 

Este aspecto puede haber ido creciendo en ti si de niño se te riñó o se te menospreció en exceso. Una parte de tu personalidad adoptó el comportamiento de tus padres y profesores y tomaron el relevo. Este tipo de subpersonalidad disfuncional tiene que sanar, educarse y reasimilarse como parte de todo tu ser y de tu autoestima.

La segunda categoría está compuesta por aspectos de ti mismo que siempre formarán parte de ti. Esta es la categoría en la que se centra este capítulo. Las cuatro subpersonalidades de esta categoría son: el Criador Interior, el Niño Interior, el/la Guerrero/Guerrera interior y el Espíritu Interior. Su estado de salud es un reflejo de tu vida interior y exterior. Tu libertad para ser emocionalmente espontáneo y sincero, tu capacidad de comprometerte y de asumir responsabilidades, así como la conexión espiritual están entre las muchas cosas que crean salud o desequilibrio en estos aspectos de ti mismo.

Se han escrito libros enteros sobre las subpersonalidades, así que este manual no cubre bajo ningún concepto el tema en su totalidad. Es un amplísimo tema que puedes explorar mucho más exhaustivamente.

 

Sin embargo, es importante que entiendas la estructura básica del trabajo con subpersonalidades, ya que los ejercicios Ka, las sesiones de Cámara de Luz e incluso los procesos básicos del cuidado psíquico de uno mismo pueden y de hecho sacan a la superficie cuestiones que se resuelven más fácilmente a través de la comunicación y la sanación de tus subpersonalidades.
 


Asimilación y sanación de las subpersonalidades


El proceso de subpersonalidades utilizado en este libro tiene sus orígenes en una tradición particular india americana que según me han dicho data de hace veinticinco mil años por lo menos. Recurro a la «licencia poética» en esta presentación y en parte del material pero lo fundamental viene directamente de la tradición que se me enseñó.

 

El proceso está basado en enseñanzas sobre la rueda medicinal y las cuatro direcciones que independientemente de la ceremonia o el enfoque personal, siempre están dirigidas a restablecer el equilibrio y la armonía. Honrar y equilibrar las cuatro direcciones forma parte de la mayoría de las ruedas medicinales. Si conoces el simbolismo tradicional de cada dirección, comprenderás mejor su aplicación a las cuatro subpersonalidades principales.

 

Aunque existen variables en el simbolismo tradicional y la interpretación entre las diferentes tribus, el simbolismo que utilizo en mi trabajo es el siguiente:

1) El sur representa el planeta Tierra, el elemento tierra y el cuerpo físico. El Criador Interior se relaciona con esta dirección.

2) El oeste representa el elemento agua y el cuerpo emocional. Aquí se sitúa el Niño Interior.

3) El norte es la dirección del elemento aire y del cuerpo mental. El/La Guerrero/Guerrera interior se relaciona con el norte.

4) El este representa el elemento fuego, la luz y el cuerpo espiritual. Es la dirección del Espíritu Interior.

Si ya utilizas interpretaciones de las cuatro direcciones con fines espirituales, limítate a intercambiar la posición de los elementos y subpersonalidades en la forma apropiada. Por ejemplo, si has llamado tradicionalmente al sur la dirección del agua, entonces lee la sección del Niño Interior para interpretar el sur, ya que el Niño Interior está asociado con el elemento agua. El Criador Interior estaría situado en el oeste y no en el sur.

Cuando trabajes con las cuatro subpersonalidades o lugares en tu «escudo personal» como se le llama al sistema de subpersonalidades en algunas enseñanzas indias americanas, es importante saber que cada subpersonalidad tiene una función importante y positiva en tu vida a pesar de cualquier desequilibrio o disfunción expresada. Cada subpersonalidad debe recibir el trato que se le da a los seres sagrados.

 

El objetivo de encontrarte con las subpersonalidades de tu escudo personal es equilibrarlas a través de la conciencia, la comprensión, la comunicación y la acción.

Lo primero que surge al encontrarte con tus subpersonalidades y saber cómo les va y cuáles son sus necesidades y deseos es la conciencia. Después de conocer estos aspectos de tu escudo personal preguntarás a las subpersonalidades cómo se llaman. Con los ojos interiores verás una imagen de cada subpersonalidad, dirigiéndote a ellas como si hablaras con una persona física. Después escucharás. A fin de comprender cómo piensa y siente esa parte de ti y cuáles son sus necesidades formularás tus preguntas.

 

Las preguntas están enumeradas en las secciones individuales del proceso guiado para encontrarte con tus subpersonalidades. La subpersonalidad puede decirte de qué manera se siente insatisfecha y ahogada o alegre y satisfecha. Tu cometido es el de escuchar con comprensión y afecto a la parte de ti que comparte contigo sus sentimientos, esperanzas, sueños y pequeños deseos. Cuando hayas oído las respuestas a todas tus preguntas habrá terminado el primer encuentro. Te despedirás por el momento y quedaréis para encontraros en otra ocasión.

La decisión sobre la frecuencia de encuentro con tus subpersonalidades o el «equilibrio del escudo personal» es tuya. Los indios americanos que en concreto me enseñaron esta práctica, recomiendan realizar diariamente el equilibrio del escudo personal. Me he dado cuenta de que suelo hacerlo una vez a la semana a no ser que sienta una necesidad específica urgente. Mis otras prácticas espirituales llevan bastante tiempo y tienen prioridad en mi práctica diaria. Sin embargo, puede ser diferente en tu caso.

 

El proceso puede ser tan profundo y vital que se convierta en el momento de concentración más importante del día. Hubo un tiempo en que era una práctica diaria vital para mí. Cuando abandono la rueda medicinal después de la sesión de equilibrar mi escudo personal, les digo a los aspectos de las cuatro direcciones aproximadamente cuándo les volveré a ver. Este tipo de comunicación es importante para que el proceso sea real y significativo para ti y tus personalidades interiores.

El siguiente paso es la acción.

 

Si tu Criador interior te dice que ves demasiada televisión y que necesitas pasar más tiempo en la naturaleza o tomando largos baños, tienes que escuchar y seguir estas sugerencias lo mejor que puedas. Si por alguna razón no puedes obedecer, sé sincero con tu Criador Interior y dile por qué no puedes hacerle caso. Aquello que te pidan tus subpersonalidades sirve para devolverte el equilibrio contigo mismo y con tu vida. Es importante que tengas el propósito de actuar como sea posible según la respuesta; sin esta intención el proceso no sólo resulta inútil sino que te irás fiando menos de ti mismo. Al final del capítulo encontrarás las instrucciones para saber qué hacer cuando vuelvas a la rueda medicinal después del primer encuentro.

En la tradición particular india americana que aprendí, te encuentras con cada parte de tu escudo personal mediante una «búsqueda de visión». Encuentras un lugar en la naturaleza al que te sientas atraído y realizas una ofrenda de tabaco, brasas, maíz o cualquier otro regalo. Será un sitio en el que sientas una conexión especial con el elemento que representa esa dirección: el sur, por ejemplo, representa el elemento tierra.

 

A continuación te sientas sobre la tierra y cantas canciones sagradas o entras en estado de meditación silenciosa, pidiendo la presencia del aspecto con el que quieras contactar. Entonces esperas a que este aspecto se presente. Puede que oigas una voz que te habla o una representación de la apariencia de tu subpersonalidad. Tendrás que definir la representación y establecerla antes de acabar este primer paso. Luego tiene lugar. el diálogo.

 

Cuando la comunicación termine puedes recoger un objeto y llevarlo a tu altar o rueda medicinal al aire libre como símbolo físico de la relación. Puede ser una roca, una hoja, un pedazo de corteza de árbol o cualquier otra cosa que te parezca bien. Escogerás un lugar de búsqueda distinto para cada una de las cuatro partes de tu escudo personal.

Si no deseas realizar el proceso al aire libre, también puedes hacerlo a través de la meditación. Después de entrar en un estado de relajación ofrecerás oraciones al Gran Espíritu, Dios/Diosa/Todo Lo Que Es o como llames al Uno Divino. Da las gracias y pide claridad y ayuda en tu búsqueda meditativa para encontrarte con las cuatro subpersonalidades.

 

En las siguientes secciones encontrarás instrucciones para encontrarte con tus cuatro subpersonalidades.
 


Cámara Lumínica de Armonización de Subpersonalidades


Es ideal realizar esta sesión de Cámara después del primer encuentro con cada aspecto individual de tu escudo personal y posteriormente cada vez que equilibres tu escudo. La Cámara de Armonización de Subpersonalidades se centra en redistribuir energías y abrir y agilizar la comunicación interior, así como en devolverte tu equilibrio. Siempre me siento con mayor afinidad conmigo misma, o más yo misma, después de una de estas sesiones de cámara.

También es ideal esta cámara después de cualquier actuación sobre las subpersonalidades, como la hipnosis.

Psicosíntesis, Diálogo de Voz o trabajo de sombra. También puedes realizar la sesión de Cámara de Armonización de Subpersonalidades después de actuar sobre tus subpersonalidades y voces internas.

Debes realizar la primera sesión con esta cámara si te acabas de encontrar con una de tus cuatro subpersonalidades. Utiliza los mismos pasos de apertura que para cualquier sesión de cámara; encontrarás los pasos al principio del capítulo 9. En el momento adecuado limítate a pedir que la Cámara Lumínica de Armonización de Subpersonalidades te rodee el cuerpo y el aura. Luego relájate y mantente abierto y receptivo de veinte minutos a una hora. Si andas escaso de tiempo, especifica que la sesión dure sólo veinte minutos.

 

Si no, deja el tiempo máximo y disfruta lo que dure la sesión.
 


El encuentro con el Criador Interior


La primera dirección con la que trabajar es el sur, lo que en esta práctica representa el elemento tierra. La tierra es el punto de origen de tu nacimiento físico, la conexión con tu madre física y la Diosa, el cuerpo físico, la conexión a la tierra, la seguridad y los cuidados. Del sur recibes alimentos, refugio, ropas y todas las cosas físicas. En las enseñanzas de la rueda medicinal, honras y le das gracias al sur, o a la tierra, por estos dones de sustento, incluyendo tu cuerpo, que sostiene tu espíritu aquí en el planeta Tierra.

La subpersonalidad que vive en la parte sur de la rueda medicinal es tu Criador Interior. Tu Criador Interior es la parte tuya que conoce y cuida de tus necesidades, al mismo tiempo que mantiene en equilibrio otras partes de tu personalidad. Si no estás en contacto con tu Criador Interior, tiendes a estar descompensado. Uno de los síntomas puede ser la necesidad excesiva de atención y cuidados porque tú mismo te privas de ellos. Quizás has centrado tu vida en el trabajo y nunca te tomas tiempo para jugar o tener un tiempo de intimidad contigo mismo o con tus seres queridos.

Cuando estás descompensado y entras en contacto con tu Criador Interior, éste sabe lo que necesitas para recuperar el equilibrio. Ya sean tus necesidades de naturaleza emocional o espiritual, el Criador Interior está al tanto de tu equilibrio y bienestar general. Si tus necesidades se refieren a ti mismo, puede que necesites más masajes, o un tiempo de soledad y silencio no planificado.

 

Quizá la dieta que sigues no alimenta tu cuerpo ni te da lo que necesitas. Quizá precises un buen baño, hacer yoga, o cantar o tocar música. No importa lo que necesites, tu Criador Interior sabe lo que es. Si la subpersonalidad funciona muy mal y está muy dañada, la comunicación puede ser confusa al principio. Puede ser que se sienta herido y frustrado y no quiera hablar contigo. Es un reflejo simbólico de traición y enfado con uno mismo por no prestar atención a las propias necesidades.

 

Si puedes asumir la responsabilidad de haber creado el problema sin sentimiento de culpa, la subpersonalidad normalmente atenderá a razones y te dirá lo que necesita y por qué se siente descompensada. Recuerda, tu cometido es escuchar comprendiendo sinceramente sin juzgar, para luego decidir con la subpersonalidad qué tipo de acciones hay que llevar a cabo en la vida para corregir problemas.

Ya estés meditando bajo techo o «buscando una visión» al aire libre para conocer a tu Criador Interior y a las demás subpersonalidades, escribe las preguntas en un papel. Deja espacio entre las preguntas para escribir las respuestas que te den para poder consultarlas luego.

A continuación se describen los pasos para encontrarte con tu Criador Interior:

  1. Después de haber encontrado un lugar en la naturaleza donde te sientas conectado al elemento tierra o estés cómodamente sentado bajo techo para empezar tu búsqueda, céntrate y entra en un estado de meditación.

  2. Envía a tu manera oraciones de gratitud al planeta Tierra, al elemento tierra y a la dirección sur. Ahora es también el momento de rezar o hacer las invocaciones.

  3. Pide la presencia del Criador Interior para que le s y puedas comunicarte con él o ella.

  4. Cuando venga una imagen o una voz, mira en el papel y haz las siguientes preguntas, anotando las respuestas que recibas.

    1. ¿Cómo te llamas?

    2. ¿Cómo estas?

    3. ¿Qué necesitas?

    4. ¿Qué quieres?

    5. ¿Hay algo más que me quieras decir en este momento?

  5. Concluye la búsqueda de la manera que. te parezca más apropiada. Di a tu Criador Interior cuándo piensas volver.

  6. opcional: Ahora puedes elegir invocar a los Emisarios Pleyadianos de Luz, tu Yo Superior y al Maestro ascendido Jesucristo y pedirles que te introduzcan en la Cámara Lumínica de Armonización de Subpersonalidades.


El encuentro con el Niño Interior


El Niño Interior vive en el oeste de la rueda medicinal. El oeste es en mis enseñanzas el hogar del agua y las emociones. Los sueños, los sentimientos, el lado sombrío de tu personalidad, tu subconsciente y el viaje interno son funciones del oeste.

En tu escudo personal, el niño interior guarda las cualidades de espontaneidad y sinceridad en las emociones, la curiosidad y la libertad para ser lúdico y feliz. Se acerca al mundo con reverencia y asombro. Tu Niño Interior no tiene ideas preconcebidas en cuanto a nada ni a nadie y le gusta explorar y aprender de la vida y de otras personas experimentando.

 

Le encanta examinar los detalles de la más pequeña flor silvestre, o admirar la monumental estatura de los árboles, sobrecogido por la perfección y la complejidad de la naturaleza. Puede pasar toda una tarde deleitándose con la visión de un abejorro o una colonia de hormigas. Tu Niño Interior se dedica plenamente a lo que está haciendo en cada momento, a no ser que se sienta aburrido y ahogado por falta de libertad.

 

Esta subpersonalidad muestra entusiasmo y expresa placer con facilidad y valora sus sueños y sus fantasías.

Cuando tu Niño Interior está descompensado, puedes sentirte inquieto, agitado, frustrado, aburrido o apático. Todo ello son signos de que tu Niño Interior necesita más libertad de expresión.

  • ¿Te has vuelto demasiado sofisticado para compartir tus sueños, para sentir reverencia y asombro ante la actividad de una ardilla o un insecto de vivos colores?

  • ¿Escondes tus verdaderos sentimientos porque crees que sería zafio o inmaduro expresarlo?

  • ¿Miras a tu pareja y a tus amigos íntimos con la curiosidad y la emoción de querer saber más sobre los seres extremadamente conscientes que se encuentran ante ti?

  • ¿Están vivas tus relaciones, son cariñosas y siempre cambiantes, o son aburridas y predecibles?

  • ¿Te permites llorar y reír en voz alta en momentos especiales de tu vida o viendo una buena película?

  • ¿O acaso bebes, fumas, comes dulces, ves películas o te excedes de alguna manera cuando sientes que afloran emociones incómodas?

Casi todas las adicciones se deben a un Niño Interior reprimido y controlado.

Cuando entres en la «búsqueda de visión» para conocer a tu Niño Interior, es importante que estés dispuesto a expresar y verbalizar todas tus emociones. Si tu Niño Interior está triste y sin vi da o receloso y

malhumorado, puedes tardar un poco en ganarte su confianza. Sé muy sincero con esa parte de ti mismo porque hasta el mínimo engaño se interpretará como una razón para la desconfianza, el dolor y la traición. Tu Niño Interior necesita que respaldes su libertad, su alegría y el enorme despliegue de estados emocionales. La recompensa por darte a ti mismo este apoyo necesario es una vida más feliz, más equilibrada y con más respeto y amor hacia ti mismo.

Sigue las instrucciones de la sección sobre el Criador Interior para comenzar la «búsqueda de la visión» para así encontrarte y comunicarte con tu Niño Interior.
 


El encuentro con el Guerrero/Guerrera Interior


El norte es la dirección en la que vive tu Guerrero/Guerrera Interior. En esta práctica, el norte es la dirección del aire y de la mente, o cuerpo mental. Es el hogar del aprendizaje, la enseñanza, la claridad, la responsabilidad, la capacidad de organización, el propósito en el mundo y los logros sucesivos.

Tu Guerrero/Guerrera Interior es responsable de cuidar los aspectos prácticos y secuenciales de tu vida. Esta subpersonalidad es la que paga las facturas, mantiene la casa limpia, cocina, compra, salda los cheques, va a clase, tiene una profesión, realiza las funciones generales en las áreas laborales y mentales. Sirve de protector y guardián. Tu Guerrero/Guerrera Interior da la cara por ti cuando lo necesitas, se ocupa de los enfrentamientos con los demás y mantiene a tu Niño Interior sano y salvo.

Cuando tu Guerrero/Guerrera Interior está descompensado, eres, o bien adicto al trabajo, cabezota y autoritario, o bien confuso, inútil, pusilánime y vago o dado a perder el tiempo. Tal vez pasas tanto tiempo dedicado al trabajo y a la supervivencia física que desatiendes tu vida espiritual o tus necesidades emocionales. Puedes estar tan preocupado por carecer de la energía necesaria y pones tanto empeño en las cosas que al final haces muy poco.

 

Tu mente puede estar en tal estado de confusión que quizá necesites meditar más, o unas vacaciones para ayudarte a atender una cosa cada vez. Tu vida puede llenarse de problemas, como números rojos, una casa sucia y desordenada, o un letargo producido por desequilibrios emocionales que afectan a tu equilibrio mental.

 

Quizá te dediques a controlar a todos a tu alrededor en un intento de sobreprotección de tu Niño Interior vulnerable, que necesita sanar. Sea cual sea el caso, tu Guerrero/Guerrera Interior te puede ayudar a comprenderlo cuando establezcas contacto y comunicación.

El procedimiento para entrar en contacto con tu Guerrero/Guerrera Interior es idéntico al expuesto en la sección precedente sobre el contacto con el Criador Interior (ver páginas 244-244).

 

Sigue los mismos pasos para organizar la búsqueda al norte de tu escudo personal.
 


El encuentro con el Espíritu Interior


El este, que es el hogar de tu Espíritu Interior, es también la dirección que representa el fuego y la luz. En el este - la dirección del amanecer-, están la esperanza, las aspiraciones, la inspiración, la creatividad, las creencias y prácticas espirituales, tu espíritu mismo, la iluminación, la ascensión y la conexión con el Gran Espíritu, Dios/Diosa/Todo Lo Que Es, o el Uno Divino.

Las funciones del Espíritu Interior incluyen cosas obvias como la meditación, la oración y tu vida espiritual. Bien consistan tus actividades espirituales en una tranquila meditación, en leer libros espirituales, conectarse con el maestro espiritual o Maestro Ascendido, rezar, pasar tiempo en la naturaleza o asistir a rituales y ceremonias, tu Espíritu Interior es el que realiza estas cosas. Otras áreas menos obvias de esta subpersonalidad son la sexualidad, la creatividad, la magia, la danza, la música y la conexión contigo mismo, con otros y con la divinidad.

Cuando el Espíritu Interior está descompensado estás probablemente prestando demasiada atención a otros aspectos de la vida y muy poca al espíritu, o viceversa. En cualquier caso, el desequilibrio aparecerá en el este de tu escudo personal. Quizá lo experimentes como desesperanza, derrotismo y futilidad. La falta de fe y conexión espirituales te roban la inspiración, ocupándote de tus obligaciones en la vida pero sin sentir la magia.

 

O puede que medites demasiado y que nunca estés en contacto con tus emociones o tu naturaleza sexual. Ser un ermitaño espiritual puede ser una excusa para sentirse inadecuado o incómodo en sociedad.

  • ¿Miras la vida con tanto estoicismo que no bailas, aprecias y creas arte o música, o haces el amor bajo la luna llena?

  • ¿Cuándo fue la última vez que estuviste en plena naturaleza y te sentiste conectado a Dios/Diosa o el Uno en todas las cosas?

  • ¿Practicas lo que predicas y vives tu vida con integridad y verdad?

  • ¿Celebras los logros de los demás o sientes envidia y los ves como una amenaza?

  • ¿Para ti hacer el amor es sólo una liberación puntual y sensaciones lujuriosas, o te importa realmente la otra persona y das al mismo tiempo que recibes?

  • ¿Mueves la energía sexual a través de los chakras y usas el sexo para abrirte más intensa y vulnerablemente a ti mismo, a tu pareja y a Dios/Diosa/Todo Lo Que Es?

  • ¿Permites a otros intimar contigo?

  • ¿Estás entusiasmado e inspirado por las lecciones de la vida y las oportunidades de crecimiento o intentas mantener lo establecido, o crees que has evolucionado tanto que no te queda nada que aprender?

Todas ellas son preguntas a tu Espíritu Interior y en sus respuestas se dejan ver su estado de salud, su equilibrio o disfunción.

Con estos asuntos y cualquier otro que te venga a la mente, prepárate para el encuentro con tu Espíritu Interior, mantente abierto y receptivo y trata de tener el menor número posible de ideas e ideales preconcebidos. Cuando estés listo, emprende la búsqueda de tu Espíritu Interior utilizando los mismos pasos que los dados para encontrarte con tu Criador Interior.
 


Equilibrio del escudo personal


Ahora que has conocido a cada una de tus subpersonalidades, estás preparado para equilibrar tu escudo personal. Para ello, entra en estado de meditación, imagínate entrando en el círculo de la rueda medicinal hecho de piedras en el que viven tus cuatro subpersonalidades y muévete alrededor del círculo, encontrándote y comunicándote con cada una de ellas.

 

Realiza las siguientes preguntas a cada una de tus subpersonalidades en las cuatro direcciones:

1 ¿Qué tal estás?

2 ¿Qué tal te van los cambios que he introducido desde nuestro último encuentro?

3 ¿Qué necesitas?

4 ¿Qué quieres?

En la tradición que yo aprendí, entras por el este e, inmediatamente, sigues en la dirección de las agujas del reloj o del sol, primero hacia el sur. Después de conectar con tu Criador Interior en el sur, sigue en dirección de las agujas del reloj hacia el oeste, donde puedes dialogar con el Niño Interior. De ahí sigue el movimiento en dirección de las agujas del reloj hacia el norte donde te espera el Guerrero/Guerrera Interior.

 

Por último, sigues en la dirección de las agujas del reloj hacia el este y terminas encontrándote con el Espíritu Interior. Cuando termines, imagina que sales caminando del círculo. Ya has equilibrado tu escudo personal.

Si lo deseas puedes continuar este proceso con la Cámara Lumínica de Armonización de Subpersonalidades. Puede limar las asperezas y dar el toque final cuando sea necesario.

La mayoría de las veces, cuando salgo del círculo, ya me siento muy equilibrado, en paz y con calor interior sólo por haberme comunicado y haber estado con las cuatro partes sagradas de mí misma.

 

Si te sientes así, no necesitas realizar la sesión de cámara.

 

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