Crédito a Misión Industrial de Puerto Rico
 

Receptor ROTHR (Foto NOAA)

El Radar Relocalizable Sobre el Horizonte (ROTHR, por sus siglas en inglés) es un proyecto que quiere imponer la Marina de los Estados Unidos de Norteamérica con el expresado propósito de combatir el narcotráfico. Este radar fue originalmente construido durante la guerra fría para detectar un posible ataque nuclear con misiles balísticos intercontinentales.

 

Consiste de tres subsistemas principales: transmisor, receptor y centro de control de operaciones.

 

El transmisor consiste de un arreglo de 35 antenas que emiten ondas de 10 metros de largo en frecuencias de 5 a 28 Mhz con una potencia de 200 kilovatios.

 

Este habría de ser instalado en Playa Grande de Vieques ocupando aproximadamente 50 cuerdas que actualmente están ocupadas por un bosque de caobas. El receptor consiste en 372 pares de antenas de aluminio de 19 pies de alto y 6 pulgadas de diámetro cada uno.

 

Los pares de postes de antenas estarían localizados a 23 pies el uno del otro y a 17 pies uno de otro hacia el frente y hacia atrás. La medida lineal de las dos filas de postes es de milla y media. Ocuparía 100 cuerdas de terreno más 850 cuerdas adicionales para evitar obstrucciones en la recepción. Este estaría localizado en el fértil Valle de Lajas inutilizando valioso terreno agrícola y el canal de riego que comunica agua desde Yauco hasta Cabo Rojo.

 

El centro de control de operaciones se encuentra en Chesapeake, Virginia en facilidades ya establecidas.
 

 

 

Funcionamiento del radar

 

Debido a la curvatura de la superficie del planeta los radares convencionales no pueden detectar objetos que se esconden tras el horizonte. Los ROTHR para poder hacer éste tipo de detección utilizan la ionosfera como espejo para reflejar impulsos electromagnéticos que de otra manera no pudieran llegar más allá del horizonte.

 

La ionosfera es la capa más alta de la atmósfera terrestre.

Esta consiste en una serie de capas de electrones que se encuentran a 50 millas de altura y nos protege de los varios tipos de radiaciones nocivas provenientes del espacio, incluyendo los diferentes rayos solares.

El aspecto relocalizable del sistema consiste en poder determinar cual será el espacio que va a observar. Las ondas parten del transmisor hacia la ionosfera. Rebota en ésta y en objetos que estén en el área de observación. Estas rebotarían en el objeto y llegarían al receptor. Objetos de tamaño mayor de 10 metros serán los percibidos por el sistema.

 

La recepción sería interpretada por el centro de control de operaciones.
 

 


Deficiencias del radar e inconsistencias de la Marina

 

El no muy mencionado transmisor ROTHR
(Foto NOAA)

El ROTHR fue diseñado para detectar misiles intercontinentales y aviones de gran tamaño. Generalmente las avionetas miden menos de 10 metros. Por lo tanto las avionetas no serían detectadas. Para poder detectar objetos menores de 10 metros necesitarían aumentar la frecuencia aumentando considerablemente el daño a la salud y el ambiente.


El radar necesita de la ionosfera para funcionar sobre el horizonte. La ionosfera es un sistema inestable que se afecta con la radiación solar. Pueden pasar días con condiciones desfavorables para la detección.

 

La cobertura del radar depende de la hora del día, de la época del año y de las manchas solares. Carece de la precisión que tienen los radares de microondas. La localización de un objeto puede variar de 5 a 20 millas y no provee identificación rápida.

 

Los sistemas de recepción ROTHR que existen en Virginia y Texas ocupan 4500 cuerdas. La Marina afirma que solo necesita 850 para un funcionamiento apropiado en Lajas.

Los radares de Virginia y Texas cubren el área de Puerto Rico y el Caribe. A pesar de esto no se ha visto una reducción en la entrada de droga a la Isla. En los medios de comunicación no se menciona nunca la contribución de estos radares a la incautación de droga. Son el patrullaje preventivo y otros radares los que más contribuyen a incautar droga.

A partir de estos y otros datos miles de puertorriqueños se oponen a la instalación de un instrumento ineficiente que le costaría al pueblo el sacrificio de ricas y muy limitadas tierras cultivables y de daños a la salud y al ambiente por exposición a radiación y campos electromagnéticos.