por Redacción
10 Septiembre 2019
del Sitio Web BBCNewsMundo

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El continente de Gran Adria

chocó contra el sur de Europa

hace entre 100 y 120 millones de años.




Hay restos de este continente perdido en más de 30 países.

Pero solo ahora un grupo de geólogos logró reconstruir su historia...

Investigadores en Europa estudiaron durante una década rocas en una vasta región, desde España a Irán, en busca de pistas del antiguo continente.

Y lograron determinar, paso a paso, cual fue su destino.

La masa terrestre ya había sido detectada por ondas sísmicas en el pasado, pero el estudio de sus restos y la reconstrucción de su historia no tiene precedentes.

Los únicos restos visibles del continente son piedras calizas y otras rocas en cadenas montañosas europeas.

Pero la mayor parte del continente se encuentra sepultada bajo el sur de Europa.

"La mayoría de las cadenas de montañas que investigamos se originaron en un solo continente que se separó del norte de África hace más de 200 millones de años", señaló Douwe van Hinsbergen, investigador principal y geólogo de la Universidad de Utrecht en Holanda.

Una parte restante del continente se encuentra en una franja que va desde Turín, a través del mar Adriático, hasta el talón de la bota que forma Italia.

Esa zona es conocida por los geólogos como "Adria", por lo que Van Hinsbergen llamó al continente perdido Gran Adria.
 

 

 

 

Colisión con Europa

Gran Adria tiene una historia violenta y complicada, según Van Hinsbergen.

El continente se convirtió en una masa separada cuando se desprendió del supercontinente Gondwana, que comprendía lo que es actualmente,

América del Sur, África, Australia, Antártica, el subcontinente indio y la Península Arábiga.

 


Estas rocas de piedra caliza

en las montañas Taurus en Turquía

son restos visibles de Gran Adria.

Fuente de la imagen,

Gentileza Douwe van Hinsbergen
 


Luego de esa fractura, que tuvo lugar hace cerca de 240 millones de años, el continente de un tamaño similar a Groenlandia comenzó a desplazarse hacia el norte.

Hace unos 140 millones de años el continente estaba sumergido en gran parte bajo un mar tropical, donde los sedimentos acumulados se transformaron en roca.

Y hace entre 100 y 120 millones de años esta gran masa chocó con lo que es actualmente Europa y su corteza se hizo añicos.

Gran parte de Gran Adria acabó deslizándose debajo de Europa, pero algunas rocas del continente perdido, que fueron "raspadas" en la colisión, fueron esparcidas en la superficie terrestre.
 

 

Hace 258 millones de años,

el supercontinente llamado Pangea

no se había dividido aún entre

Laurasia, al norte, y Gondwana al sur.

Fuente de la imagen, Science Photo Library
 


Si bien la colisión tuvo lugar a velocidades no mayores de 3 o 4 centímetros por año, esa presión fue suficiente para destrozar la corteza de 100 Km. de profundidad y enviar el resto del continente a grandes profundidades en el manto terrestre.

Más de 200 millones de años después, la historia de Gran Adria ha sido reconstruida paso a paso por los geólogos de universidades de Utrecht y de Oslo, y del Instituto de Geofísica ETH, en Zúrich (Suiza).

Los científicos señalan que partes de Gran Adria se encuentran a unos 1.500 Km. de profundidad.

"La placa de la que este continente era parte tenía cerca de 100 Km. de grosor, y solo los primeros 5 Km. quedaron en la superficie", afirmó Van Hinsbergen a BBC Mundo.

"El resto descendió hacia el manto, donde puede ser detectado con ondas sísmicas, con una técnica que se llama tomografía sísmica".

"Nosotros documentamos esas reliquias del planeta en un documento que publicamos hace dos años llamado Atlas del Submundo, Atlas of the Underworld, como el bloque egeo que se encuentra bajo Grecia".

 

 


Corteza continental

Los investigadores tienen certeza de que las rocas estudiadas eran parte de un continente.

Hay dos tipos de corteza:

  • La oceánica que es más fina, pero densa, químicamente más simple y con una historia geológica más corta, porque generalmente se subduce en un período de 200 millones de años luego de su formación y típicamente se encuentra entre 4 y 6 Km. bajo el nivel del mar, explicó Van Hinsbergen a BBC Mundo.
     

  • La corteza continental, en cambio, es más gruesa pero menos densa, químicamente compleja y con una larga historia geológica, y típicamente yace sobre el nivel del mar o a profundidades más cercanas a la superficie.

     

"Estas rocas (del Mediterráneo) se interpretan como continentales.

 

No somos los primeros en reconocer que debió haber habido un continente, pero hemos mostrado su extensión y reconstruido este continente en mucho más detalle de lo que jamás se había realizado", señaló el científico a BBC Mundo.

Una de las mayores dificultades para estudiar el continente perdido es que las rocas están tan dispersas.

Y solo en la última década los científicos han contado con el software necesario para una reconstrucción geológica tan compleja, según explicó Van Hinsbergen.

"La región del Mediterráneo es simplemente un desorden desde el punto de vista geológico", afirmó el investigador.

"Todo está curvado, fracturado y apilado".