por Jennifer Delgado Suárez

29 Septiembre 2021
del Sitio Web RinconPsicologia

 

 

 

 

Hombre con pereza cognitiva.
 

 


Un bate y una pelota cuestan 1,10 euros en total.

Si el bate cuesta 1 euro más que la pelota, ¿cuánto cuesta la pelota?

Esta fue una de las preguntas que psicólogos del Centro Nacional de Investigación Científica en Francia hicieron a 248 estudiantes universitarios.

Sin pensarlo mucho, el 79% dijo que el bate costaba 1 euro y la pelota 10 céntimos.

La respuesta es errónea.

 

En realidad, la pelota cuesta 5 céntimos y el bate 1,05 euros...

No obstante, la mayoría de las personas se equivoca porque son víctimas de la pereza cognitiva.

 

 

 


¿Qué es la pereza cognitiva?

Pensar es difícil. Nuestro cerebro es una especie de máquina de reconocimiento de patrones.

 

Por eso nos encanta que las cosas encajen en los esquemas mentales que ya tenemos y, cuando no lo hacen, intentamos de todas maneras que se ajusten a nuestras formas de pensar preestablecidas.

Pocas veces nos tomamos el tiempo necesario o destinamos la energía mental suficiente a construir nuevos patrones que puedan explicar los hechos y fenómenos que no encajan en nuestra visión del mundo.

Lo más habitual es que obviemos la lógica y apliquemos una heurística "perezosa".

 

Las heurísticas,

son estrategias que utilizamos para acelerar el procesamiento de la información y encontrar una respuesta adecuada.

 

Son caminos mentales para llegar a soluciones o explicaciones rápidamente.

Obviamente, las heurísticas nos ahorran una cantidad de energía mental enorme.

 

Pero si confiamos demasiado en ellas, sin modificarlas, podemos caer en un estado de estancamiento mental, lo que conocemos como "pereza cognitiva".

 

Esa pereza cognitiva se agudiza aún más cuando nos enfrentamos a situaciones complejas que no tienen una respuesta obvia o sencilla.

 

 

 


La pereza cognitiva, tumba de la creatividad

¿Alguna vez has visto de cerca las ruedas de un tren?

Están embridadas.

 

Es decir, tienen un reborde para evitar que se salgan de los raíles...

Sin embargo, originalmente las ruedas de los trenes no tenían ese diseño, esa medida de seguridad se aplicaba a los raíles, según cuenta el experto en creatividad Michael Michalko.

 

Al inicio del ferrocarril, el problema se planteó en los siguientes términos:

¿Cómo se pueden hacer vías más seguras para los trenes...?

Como resultado, se fabricaron cientos de miles de millas de vías con un borde de acero innecesario, con el consecuente gasto que ello conllevaba.

 

El insight se produjo cuando los ingenieros replantearon el problema:

¿Cómo se pueden fabricar las ruedas para lograr que las vías del tren sean más seguras...?

Lo cierto es que, una vez que nos vemos las cosas desde una perspectiva, cerramos la puerta a otras posibilidades y nos centramos en desarrollar una línea de pensamiento única.

Exploramos en una sola dirección...

Por eso solo se nos ocurren ciertos tipos de ideas y otras ni siquiera pasan por nuestra mente.

 

Para encontrar otras opciones creativas necesitamos ampliar nuestra visión.

 

De hecho,

una de las formas que adquiere la pereza cognitiva consiste en aceptar nuestras impresiones sobre los problemas, conflictos o preocupaciones.

 

Una vez que establecemos un punto de partida, no buscamos otras maneras de comprender la realidad.

Sin embargo, al igual que ocurre con la primera impresión que nos formamos sobre una persona, la perspectiva inicial sobre los problemas y situaciones tiende a ser estrecha y superficial. 

 

No vemos más allá de lo que esperamos ver en base a nuestras experiencias y forma de pensar.

 

Eso significa que la pereza cognitiva hace que obviemos posibles soluciones y que cerremos la puerta a la creatividad.

 

 

 

 

Quienes no piensan son más fáciles de engañar

 

La pereza cognitiva no solo juega en contra de la creatividad, también puede convertirnos en personas más sugestionables y manipulables.

 

La tendencia a seguir los patrones mentales existentes nos lleva a dar por buenas ciertas creencias o informaciones sin cuestionarlas.

 

En 2019, un grupo de investigadores de la Universidad de Yale pidió a 3.446 personas que calificaran la precisión de una serie de titulares de noticias publicadas a través de Facebook

 

Los resultados fueron sorprendentes...

 

Descubrieron que en realidad no tenemos muchas más probabilidades de creer en una noticia falsa cuando se alinea con nuestra visión del mundo, sino que se trata más bien de pereza cognitiva.

 

El autoengaño o el razonamiento motivado son tan solo una parte de la explicación al fenómeno de las noticias falsas, la otra es que nos comportamos como avaros cognitivos.

 

Estos investigadores comprobaron que las personas que tienen un pensamiento más analítico tienen una capacidad más aguzada para deslindar la verdad de la mentira, incluso si el contenido de las noticias falsas se ajusta a sus concepciones y percepción del mundo.

 

Eso significa que,

en vez de evaluar críticamente la información que consumimos, recurrimos a otras heurísticas, como la credibilidad de la fuente, el estatus del autor o la familiaridad con cierta información,

...lo cual nos impide determinar su grado de precisión y nos convierte en personas más propensas a creer en falsedades o estereotipos.

 

 

 

 

El pensamiento reversible como antídoto a la pereza cognitiva

 

Todos tenemos una capacidad limitada para procesar información, por lo que tomamos atajos mentales cada vez que podemos.

 

No hay que avergonzarse por ello.

Los estereotipos son un ejemplo de esos atajos mentales.

 

Se trata de una simplificación de situaciones complejas que nos ayuda a afrontarlas con un modelo sencillo en el que encajamos la riqueza de las personas y el mundo.

La buena noticia es que ser conscientes de que todos sufrimos pereza cognitiva nos ayuda a combatirla.

 

Para ello, debemos partir del hecho de que no todo siempre encaja en nuestros patrones mentales. De hecho, es bueno que las cosas no encajen porque esa discrepancia es lo que nos permite abrir la mente y expandir nuestra cosmovisión.

 

Cuando nos encontramos ante un hecho, fenómeno o idea que se desvía de nuestra forma de pensar tenemos dos opciones:

  • intentar encajarlo a como dé lugar o aceptar que nuestros patrones mentales no son suficientes para explicar lo que está ocurriendo

  • o buscar una solución...

El pensamiento reversible, entendido como la capacidad para razonar sobre las cosas en diferentes direcciones, es el mejor antídoto contra la pereza cognitiva.

 

Para aplicarlo necesitamos desarrollar la capacidad de ver las cosas desde nuestra perspectiva habitual, pero también desde la perspectiva opuesta. 

Así logramos abarcar los opuestos y las opciones intermedias...

 

En práctica, necesitamos contemplar una posibilidad, pero también su contrario.

Es importante recordar que para caer en la pereza cognitiva todo lo que necesitamos es una pequeña señal que nos indique que tenemos razón o que reafirme nuestro pensamiento.

 

Es más fácil,

creer que pensar...

Sin embargo, el pensamiento reversible nos anima a prestar atención en la dirección opuesta y tomar nota de esas pistas que nos indican que podríamos equivocarnos, señales que nos indican que podrían existir fisuras en nuestras heurísticas y patrones mentales.

 

Entonces necesitamos dejar de lado los juicios, reinterpretar los hechos, aceptarlos y hacer los cambios que sean necesarios para ampliar nuestras concepciones y formas de pensar.

 

Eso nos ayudará a desarrollar una perspectiva más rica del mundo y mantener la mente abierta...

 

 

 

 

Fuentes

 

 

 

 

 

 


Pereza Cognitiva y Redes Sociales

-   ¿Cómo se Relacionan?   -
por Valeria Sabater
15 Octubre 2021

del Sitio Web LaMenteEsMaravillosa

 

 

 




Cuando una persona no hace el esfuerzo de pensar y aplicar el sentido crítico es más fácil que dé por ciertas informaciones falsas.

 

Una posición que la hará más vulnerable a la manipulación que suele seguir el cauce de los grandes medios.

 

 

 


Pereza cognitiva y redes sociales ¿cómo se relacionan?

Todos tenemos la fabulosa habilidad para razonar.

 

Pensamos, pero no lo hacemos bien, y en ocasiones nos dejamos llevar por la pereza cognitiva. Este sutil defecto supone, ni más ni menos, que desplazar el sentido crítico, dejar en stand by la capacidad de análisis y bajar toda barrera que pone filtros y contenciones a la mentira y a la manipulación.

Este tema es más relevante de lo que parece a simple vista.

 

Así, algo que sabemos desde la psicología y la neurociencia es que pensar demanda una inversión cognitiva que se traduce en gasto de energía.

 

Se activan múltiples funciones ejecutivas, tan importantes como la atención, el análisis, la síntesis, la comparación, el juicio, etc. Sin embargo, el cerebro es más perezoso de lo que podemos creer.

Este órgano prefiere ahorrar tiempo y, para ello, se deja llevar por ese piloto automático cargado de sesgos, prejuicios y de esa dejadez con la que dar por bueno todo lo que ve, lee o le cuentan.

 

El resultado puede ser peligroso. Porque quien no piensa como debe, acepta información falsa y la trata como verdadera.

 

El que no pone en duda nada puede ser víctima de todo...
 


Una de las cosas que más interesa

a los expertos es comprender por qué

las personas dan veracidad a

la información errónea o malintencionada.

 

La pereza cognitiva

puede ser parte del problema.
 



 

 

 


¿Qué es la pereza cognitiva?

La pereza cognitiva define un enfoque mental limitado a la hora de procesar la información que recibimos.

 

No tiene nada que ver con nuestro cociente intelectual. Es decir, podemos tener a personas muy inteligentes que, en un momento dado o en una circunstancia concreta, reducen sus recursos cognitivos.

 

Así pues, algo que es bueno tener presente es que todos hacemos uso de esa dejadez mental.

¿De qué manera...?

En realidad de muchas, como es haciendo uso de los estereotipos o de los prejuicios.

 

Es decir, lo que hace nuestro cerebro es simplificar la información que recibimos para ahorrarnos tiempo y energía.

 

Esto se traduce en realidades muy comunes y peligrosas conocidas.

Pongamos un ejemplo.

Hace unas semanas un personaje público se convirtió en viral porque en su cuenta de Twitter publicó que se necesitaban voluntarios para ir a recoger la lava del volcán de La Palma en las Islas Canarias (España).

 

A los pocos minutos, las burlas, las críticas y los memes empezaron a pulular.

Pocos fueron capaces de aplicar el sentido crítico para pensar que esa cuenta podría ser falsa...

 

 

 


Cuando no pensamos con detenimiento, triunfa la falsedad

Es necesario comprender por qué las personas somos susceptibles de creer en información errónea y falsa.

 

El problema no está solo en quien perpetra el engaño o busca la manipulación de las grandes masas. En realidad, es decisivo saber qué nos hace vulnerables a todas esas trampas frecuentes y que tanto daño pueden causar.

Ahora bien que alguien nos diga, sencillamente, que "no pensamos" nos puede doler.

 

Pero lo cierto es que no pensamos de manera correcta, nos dejamos llevar por la pereza cognitiva porque el mundo que nos envuelve - y más el de las redes sociales - es demasiado complejo. Recibimos información e imágenes nuevas casi a cada segundo.

 

No da tiempo a procesar todo de manera meticulosa.

Por otro lado, es interesante comentar lo que descubrió un estudio realizado en la Universidad de Yale en el 2019.

 

Ante la pregunta de por qué las personas nos creemos titulares falsos, se especuló que tal vez solo otorgamos etiqueta de verdad, creíble o plausible aquello que encaja con lo que ya pensábamos.

 

Sin embargo, los resultados no fueron por dicha premisa...

Somos perezosos y nos cuesta mucho aplicar el razonamiento analítico venga de donde venga la información.
 

 

Preferimos preservar nuestras

capacidades de pensamiento y análisis

para otras tareas concretas.

 

Cuando abrimos el móvil lo hacemos

para distraernos, para descansar o divertirnos.

 

Miramos y leemos sin pensar y esto hace que

demos veracidad a realidades

completamente manipuladas.
 



 

 

 


¿Cuál es la solución? El pensamiento reversible frente a la pereza cognitiva

La pereza cognitiva nos vuelve ciegos ante la evidencia y hace que triunfen las mentiras.

 

Si bien todos contamos con cualidades para detectar ciertos peligros que hacen más probable nuestra supervivencia, la era digital también ha marcado una revolución en este sentido.

 

Los enemigos no están físicamente a nuestro alrededor, habitan en nuestros dispositivos electrónicos.

Si deseamos hacer frente a ese pensamiento relajado, debemos activar el pensamiento reversible. Este enfoque define la capacidad que tenemos de razonar de forma bidireccional.

 

Es decir, el razonamiento reversible nos permite manejar la información desde múltiples perspectivas. Nos ayuda también a resolver problemas desde varios enfoques sin importar lo contradictorios que resulten.

La clave está en quitarnos de encima esa dejadez, ese enfoque rígido. La pereza cognitiva es como cruzar una carretera mirando solo hacia delante, olvidando que el auténtico peligro está a ambos lados.

 

Abramos los ojos, hagamos ese necesitado esfuerzo para evitar ser atropellados por la falsedad.
 


Jean Piaget

definía el pensamiento reversible

como un rasgo de auténtica inteligencia.

Gracias a él procesamos la información

desde un prisma más amplio,

sin quedarnos nunca

en la primera opción

o en lo aparente.