por Guillermo Carvajal
03 Diciembre 2009
del Sitio Web LaBrujulaVerde

 


 

 

 

 

Recuerdo que leí por vez primera sobre la existencia del Manuscrito Voynich en un artículo de Alvy publicado en abril de 2007. La historia fascinante de este manuscrito misterioso, escrito en un lenguaje indescifrable me cautivó enseguida.

 

Ayer Slashdot publicó una nota donde se apunta a una posible solución aportada por la doctora Edith Sherwood:

quizá el texto del Manuscrito Voynich son sólo anagramas de palabras en italiano, escritas de una forma curiosa.

La doctora Sherwood lo explica en una serie de artículos publicados en su Web.

 

Allí cuenta el proceso que le ha llevado a esa conclusión. En primer lugar ella siempre pensó que el manuscrito podía haber sido escrito por Leonardo Da Vinci, tal y como publicó en otra serie de artículos hace casi 10 años.

Si eso era correcto entonces Leonardo tuvo que emplear la lengua italiana para redactarlo.

 

Además, Gordon Rugg le sugirió a la doctora que las palabras del manuscrito podían ser anagramas. Todo encajó cuando se dio cuenta de que en la última página del manuscrito la primera frase es,

'Povere leter rimon mist(e) ispero'.

Lo que viene a significar algo así como,

'las pobres letras reconvertidas en mezcla inspirada'.

Visto esto decidió que había que investigar el tema de los anagramas.

 

Además leyó (en la Wikipedia!) que durante la Edad Media los científicos europeos solían usar anagramas para ocultar sus descubrimientos.

 

Para descifrar los anagramas uso la Web del Italian Anagram Dictionary (un sitio que no hemos podido encontrar, a decir verdad), y para identificar los nombres de plantas usados en la Italia del siglo XVI empleó el libro Botanical Garden of Padua.

Cuando le di al manuscrito una lectura final, de pronto recordé que Dan Brown en su libro El Código Da Vinci hace uso de anagramas. Sería irónico que Leonardo da Vinci fuera reconocido como el autor del manuscrito, y se aceptase que usó anagramas en su codificación.

 

Sin embargo, dudo que el Manuscrito Voynich tenga algo que decir sobre María Magdalena o el Priorato de Sion, aunque eso está por verse.

Al final de su artículo la doctora ofrece varios ejemplos descifrados, como guía para quien quiera adentrarse en el estudio del manuscrito siguiendo su técnica.

 

Una de las claves que ha usado la doctora Sherwood en su estudio es importante porque consiste en la modificación de las correlaciones del EVA (Extensible Voynich Alphabet), un convenio gráfico ideado por Landini y Zandbergen para transliterar a caracteres occidentales los símbolos del Manuscrito Voynich.

 

La correcta identificación de los caracteres del EVA ya es en sí un gran trabajo. Pueden ver las diferencias entre las tablas de caracteres en el artículo original de la doctora Sherwood y el artículo E.V.A. de Wikipedia.

 

En cualquier caso habrá que seguir esperando a ver como evoluciona esta teoría, y no lanzar todavía las campanas al vuelo.