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			INTRODUCCIÓN 
			 
			La motivación que me impulsó a escribir este libro fue el enojo, la 
			desesperanza y la frustración. El sueño de mi vida se destruyó con 
			una serie de descubrimientos que apuntan a una inminente catástrofe 
			mundial, de hecho, la más grande de la historia de la humanidad. 
			Nunca antes estuvo la Tierra tan densamente poblada, por lo tanto, 
			este será un desastre sin parangón. Cuando me enteré, quedé 
			destrozado y profundamente conmovido, sin poder conciliar el sueño 
			durante noches enteras y esto comenzó a regir y dominar mi vida 
			entera.  
			
			  
			
			Después de todo, esta estaba prolijamente planeada hasta 
			ahora; pasé años siguiendo una dieta de frutas y verduras que me 
			haría llegar a la edad de 120 años, invertí en varios fondos de 
			pensión para poder jubilarme sin problemas de dinero, entonces ¡iba 
			a poder disfrutar de 60 años de mi vida! y todo eso con una buena 
			salud. Los que han leído mis libros anteriores saben de lo que estoy 
			hablando. Las pruebas realizadas en animales han demostrado 
			claramente que esto es posible, que su expectativa de vida aumenta 
			entre un 30 y 100 por ciento cuando se alimentan con una dieta sana. 
			 
			
			  
			
			Como no podía ignorar este hecho, decidí hacer lo mismo. La 
			posibilidad de jubilarme rico y viajar por el mundo era una idea 
			sumamente atractiva para mí. Entonces, mi sueño se hizo pedazos.  
			
			  
			
			De 
			acuerdo con el libro 
			
			The Mayan Prophecies [Las profecías mayas], la 
			Tierra se destruirá el 21 ó 22 de diciembre de 
			2012. Las 
			conclusiones del libro parecían correctas, aunque el autor sólo 
			reveló una pequeña parte. Según los mayas, el magnetismo del Sol se 
			dará vuelta ese día, causando probablemente un vuelco en la Tierra, 
			con fatales consecuencias para la humanidad. Me sentí profundamente 
			consternado. Un enorme desastre nos aguardaba, uno sin igual. 
			Primero me paralicé y luego maldije e insulté con todo mi corazón.  
			
			  
			
			¡Después 
			de todo, recién podía cobrar mis jubilaciones en el año 2015!  
			
			  
			
			Hace 
			veinte años firmé esta cláusula de no hacer efectiva ninguna suma 
			antes de la fecha de vencimiento. De esa manera, el importe a pagar 
			se incrementaría y yo podría tener una vida de lujos por décadas. 
			Estaba completamente convencido de que había hecho un excelente 
			negocio. Pero eso sucedió antes de leer ese libro en particular. 
			 
			Allí, toda mi certidumbre en la vida, al igual que todos mis sueños, 
			colapsaron, entonces decidí investigar. Si este desastre en verdad 
			va a ocurrir, yo tenía que comprobarlo con una sólida evidencia, 
			pues se trata de la supervivencia de la humanidad. 
			
			
			 
			Naturalmente, investigué y tuve éxito en develar este inminente 
			desastre global. Prepárese para leer los descubrimientos más 
			sorprendentes de nuestra moderna civilización. El desastre natural 
			que nos golpeará excederá la comprensión de todos. Sus pensiones ya 
			no tendrán valor; de hecho, ya cancelé las mías. No hay un solo 
			gobierno que tome medidas para tratar de sobrevivir a la catástrofe 
			y nadie lo creerá hasta que sea demasiado tarde. Por eso usted 
			tendrá que controlarse y diseñar su propia estrategia de 
			supervivencia. Yo actuaré como un banco de datos. 
			 
			
			  
			
			
			Sobrevivir a tal 
			inmenso desastre será sumamente difícil, si nada se ha preparado. 
			Se destruirán los suministros de alimentos, no habrá atención 
			médica y los profesionales que trabajan en los rescates, ellos 
			mismos también habrán muerto. En resumen, sin un cuidadoso 
			planeamiento no lo lograremos.
			 
			
			  
			
			
			Por lo tanto, debemos formar grupos 
			urgentemente, para empezar a trabajar en esta enorme tarea. Será 
			necesario construir "Arcas de Noé" para que nos transporten cuando 
			lleguen las marejadas, y también procurarnos suministros de 
			alimentos y energía. Habrá que hacer innumerables cosas y sólo nos 
			quedan unos pocos años antes de la fecha fatal.
			 
			
			  
			
			
			Espero que se 
			acerquen muchos voluntarios para poner en práctica la estrategia de 
			supervivencia que detallaré en este libro. 
			 
			
			
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			PARTE I 
			
			
			DESCUBRIMIENTOS ASOMBROSOS 
			  
			
			
			 
			
			
			EL ZODÍACO DE DENDERA 
			 
			Luego de haber leído The Mayan Prophecies [Las profecías mayas] 
			llegaron a mis manos algunas otras obras de esta índole. Según los 
			autores del libro 
			
			When the Sky Fell [Cuando el cielo cayó], la 
			Atlántida se movió hacia el Polo Sur, debido a un enorme cambio de 
			la corteza terrestre hace unos doce mil años. La base de esta 
			hipótesis se halla en otro libro, 
			
			The Path of the Pole [La senda del 
			Polo] del profesor Charles Hapgood.  
			
			  
			
			
			En un prólogo para la primera 
			edición de esta obra, Albert Einstein escribe: 
			
				
				"Con frecuencia recibo comunicaciones de personas que desean 
			consultarme sobre sus ideas, que no han sido publicadas. De más 
			está decir que estas ideas, rara vez tienen alguna validez 
			científica. No obstante, la primera comunicación que recibí del Sr. 
			Hapgood me dejó electrizado. Su idea es original, de gran 
				simplicidad y, si puede demostrarse, será de gran importancia para 
			todo lo que se relaciona con la historia de la superficie terrestre. 
				
				 Gran cantidad de datos empíricos indican que en cada punto de la 
			superficie de la Tierra que ha sido cuidadosamente estudiado, se han 
			producido muchos cambios climáticos y aparentemente, de manera 
			bastante repentina. Según Hapgood, esto es explicable si la corteza 
			exterior de la Tierra, que es virtualmente rígida, de vez en cuando 
			soporta un extenso desplazamiento de las capas interiores viscosas, 
			plásticas y posiblemente fluídicas. Tales desplazamientos pueden 
			tener lugar como consecuencia de fuerzas comparativamente suaves que 
			se ejercen en la corteza y derivan del ímpetu de la rotación de la 
			Tierra, la cual a su vez, tenderá a alterar el eje de rotación de la 
			corteza terrestre. 
				
				 El autor no se ha circunscripto a una simple presentación de esta 
			idea, sino que también ha expuesto, con cautela y en profundidad, el 
			rico material que apoya esta teoría del desplazamiento. Creo que 
			esta idea algo asombrosa, incluso fascinante, merece una seria 
			atención por parte de
			todo aquel que se interese en la teoría del desarrollo de la 
			Tierra". 
			 
			
			
			En ediciones posteriores, el profesor Charles Hapgood escribe: 
			
				
				"Los avanzados conocimientos de las condiciones de la corteza 
			terrestre ahora sugieren que las fuerzas responsables de estos 
			movimientos en la misma, se encuentran a cierta profundidad dentro 
			de la Tierra, más que en su superficie. 
				
				 A pesar de este cambio en el carácter de la explicación ofrecida 
			sobre los movimientos, la evidencia de que estos se produjeron se ha 
			multiplicado en los últimos años. Los temas principales del libro, 
			es decir, los desplazamientos de la corteza que se han producido, 
			incluso en una reciente historia geológica, y sus efectos en la 
			formación de las características de la superficie de la Tierra, por 
			lo tanto, permanecen inalterables". 
			 
			
			
			Cuando tiene lugar un deslizamiento de la corteza, algunos 
			continentes se mueven hacia los Polos y otros se alejan de ellos, y 
			una ola gigantesca cruza toda la Tierra.  
			
			  
			
			
			Los sobrevivientes no 
			pudieron hacer otra cosa más que huir de su tierra condenada, el día 
			en que la Atlántida se movió hacia el Polo Sur; y en este libro 
			demostraremos con claridad que tales cosas sucedieron. 
			Inmediatamente después de los acontecimientos, la agricultura 
			prosperó en distintas partes del planeta.  
			
			  
			
			
			Esto, sin dudas, relaciona 
			la muerte de un mundo con la fundación de nuevas culturas eh los 
			lejanos continentes.  
			
			  
			
			
			Así, 
			los atlantes estuvieron presentes no sólo 
			en el origen de la cultura maya, sino también en el de la india, 
			china y egipcia. Casi todos están familiarizados con la leyenda de 
			la Atlántida, la tierra que desapareció en terribles terremotos de 
			desconocida intensidad. El filósofo griego Platón tuvo noticias de 
			ello, en el antiguo Egipto. Si todo esto es verdad, entonces tiene 
			que haber una conexión entre las profecías maya y egipcia. 
			
			
			 
			Revisé varias obras sobre cultura egipcia y sus grandes logros me 
			impresionaron cada vez más. 
			
			
			 
			Un caleidoscopio de templos, pirámides, obras de arte, esfinges, 
			etc., desfilaron ante mis ojos, pero no hallé la conexión; eso fue 
			frustrante. Les conté a varias personas amigas sobre mis malogrados 
			intentos, hasta que uno de ellos me preguntó:  
			
				
				"¿No has leído aún  
				
						
				
				Serpent In The Sky
						[La serpiente en el cielo]?" 
				 
				  
				
				"No, ¿quién lo 
			escribió?" 
				
				 "John Anthony West. Estuvo en televisión el otro día con un 
			documental sobre la Esfinge. Mostraron evidencia de que la Esfinge 
			es miles de años más antigua de lo que siempre se ha pensado y que 
			el secreto conocimiento de la Atlántida tal vez esté oculto justo 
			debajo de ella". 
				
				 "¡Ahí está!" pensé, si los atlantes manejaban esta importante 
			información, entonces tenían que estar interconectados con el mundo 
			egipcio.  
			 
			
			
			Empecé a leer el libro y me sorprendió que yo hubiera 
			subestimado su inteligencia. Sus matemáticas tenían un nivel 
			sumamente alto y el libro contiene ejemplos de ello; en verdad, me 
			asombró sobremanera. También me enteré de que nadie logró traducir 
			aún una parte importante de los jeroglíficos.  
			
				
				"¡Qué tal!", pensé, 
			"si debo empezar aquí, esto será una tarea imposible". 
				 
			 
			
			
			Leí casi el 
			noventa por ciento del libro, aprendí muchísimo, pero no lograba 
			avanzar, hasta que comencé el capítulo denominado "Eggypt: Heir 
			of 
			Atlantis" [Egipto: Heredero de la Atlántida].  
			
			  
			
			
			En él, West comenzó a 
			investigar la edad de la Esfinge, siguiendo una sugerencia del 
			filósofo francés R. A. Schwaller de Lubicz, quien dijo que los 
			patrones de erosión sobre la Esfinge apuntan a ser más antiguos de 
			lo que siempre se ha asumido. Demostrar esto se convirtió en el 
			motivo de su vida. De ser cierto, testimoniaría que la civilización 
			egipcia es miles de años más antigua de lo que comúnmente se creyó 
			y que provendría de la Atlántida. 
			
			
			 
			Estaba por terminar el libro, pero aún no hallaba nada que resultase 
			de utilidad para mi investigación y estuve a punto de abandonarlo, 
			cuando en la anteúltima página, algo llamó mi atención. Allí vi 
			fotos y dibujos del zodíaco de Dendera; se lo veía radiante y 
			misterioso al mismo tiempo. Yo nunca había sido un creyente de las 
			predicciones de un zodíaco y su existencia casi me hacía reír.  
			
			  
			
			
			Pero 
			entonces, en una décima de segundo, mi manera de razonar y también 
			mi vida, cambiaron profundamente. Cada vez más perplejo miré las 
			antiguas escrituras; eran una sublime obra de arte, algo especial y 
			único en la ciencia arqueológica. Más aún, eran mágicas, 
			inspiradoras y tenían cierto encanto. Supe que Cotterell halló 
			muchos más códigos en la tumba de Palenque, de los que alguien 
			podría imaginar a primera vista y aquí también, tuve la sensación de 
			que este sería el caso.  
			
			  
			
			
			Pero ¿cómo descifrar el código?  
			
			  
			
			
			Los 
			jeroglíficos superaban con largueza mi comprensión, y los dibujos, 
			aunque mucho más claros, contenían un código terriblemente difícil. 
			  
			
			  
			
			
			Un enigmático secreto del pasado 
			
			
			Esta obra de arte no fue realizada para reírse de ella y luego 
			dejarla de lado. Muchas personas creen en las predicciones del 
			zodíaco, por lo tanto,
			asumamos que está basada en la realidad. Aceptemos también que los 
			autores del zodíaco querían compartir parte de su sabiduría, por 
			ejemplo, el día del fin de la Atlántida y el día del próximo 
			cataclismo.  
			
			  
			
			
			¡Eso debe ser!  
			
			  
			
			
			¡No puede tratarse de ninguna otra cosa! 
			
			
			  
			
			
			Figuras 1 y 2. 
			El Zodíaco de Dendera de ángulo recto, una de las creaciones más 
			enigmáticas de los antiguos egipcios. 
			  
			
			
			¡El zodíaco predijo la fecha exacta del próximo fin de la Tierra!, y 
			fue mi intuición la que me condujo a esta conclusión.  
			
			  
			
			
			Más adelante, 
			claramente, lo intuido resultó ser cierto. Sentí que con gusto 
			estaba dispuesto a dar parte de mi vida para resolver estos 
			acertijos, aunque por supuesto no podía hacerlo solo. Necesitaba con 
			urgencia la ayuda de un egiptólogo, pues esta era la única manera de 
			revelar los antiguos misterios. 
			
			
			 
			Pero ¿a quién convocar? Hice algunos contactos, pero ellos no 
			estuvieron interesados. Entonces, la suerte dio un giro a mi favor. 
			Una periodista del diario belga Hett Belang Van Limburg vio un 
			artículo sobre mí en el mayor periódico holandés, The Telegraph.  
			
			  
			
			
			En 
			este artículo, yo explicaba que vivía a base de una "dieta de 
			hambre", consistente en frutas y verduras, con el propósito de 
			alcanzar la mayor longevidad. Hasta ese momento, era el único en 
			Bélgica y los Países Bajos que lo estaba intentando; en EE.UU. había 
			fácilmente unos cien voluntarios, pero aquí el interés era escaso. 
			La periodista decidió que quería conocerme y escribir un artículo, 
			incluso, lo redactó ese mismo día porque al siguiente se iba de 
			viaje. El artículo debía aparecer dos o tres días más tarde y, por 
			cierto, yo compré el diario para el que ella trabajaba, todos los 
			días subsiguientes.  
			
			  
			
			
			Hasta que se desató el mayor escándalo sobre 
			pedofilia en la historia de Bélgica. La noticia cubría todos los 
			periódicos y mi artículo quedó de lado durante un tiempo. No 
			obstante, el sábado 17 de agosto de 1996, compré el periódico. 
			Coincidentemente, leí un artículo sobre astronomía en el cual se 
			hablaba del astrónomo Gino Ratinckx, quien estaba interesado 
			específicamente en la 
			
			arqueoastronomía.  
			
			  
			
			
			Para ser más preciso, estaba 
			buscando una similitud entre ciertas constelaciones estelares y la 
			ubicación de antiguos templos, como las pirámides de Giza, por 
			ejemplo, que están emplazadas de acuerdo con la constelación de Orion.  
			
			  
			
			
			Él tenía sumo intenso interés en esto. El artículo mencionaba 
			su domicilio y número de teléfono; vivía en las afueras de Amberes, 
			muy cerca de mi casa. Recorté el artículo y lo guardé, pues antes de 
			establecer el contactarlo, quería leer el libro 
			
			Keeper of Génesis 
			[El guardián del Génesis], en el cual Bauval y Hancock demuestran de 
			manera brillante, dónde los atlantes enterraron su secretos 
			conocimientos.  
			
			  
			
			
			Luego de leerlo, llamé a Gino Ratinckx.  
			
			  
			
			
			Esta llamada 
			iba a cambiar mi vida para siempre. 
			
				
				"Sr. Ratinckx, le habla Patrick Geryl. Leí un artículo sobre usted y 
			me gustaría conocerlo personalmente".  
				
				"¿De qué desea hablar?" "En el libro The Mayan Prophecies se describe cómo el autor descifró 
			el código de los mayas. Tengo un libro con el zodíaco de Dendera y 
			estoy convencido de que, similarmente, también contiene códigos. 
			¿Podría ayudarme a descifrarlos?" "¡Oh, eso no va ser ningún problema! Hice un estudio sobre el templo 
			de Dendera para mi examen de arqueología". 
			 
			
			
			Al oír esto, mi corazón se llenó de gozo y le pregunté:  
			
				
				"¿Es posible 
			que nos encontremos para discutirlo?" "El próximo miércoles a la noche me viene bien". 
			 
			
			
			Era lunes a la noche y, en dos días más, probablemente iba a hallar 
			un avance real en mi investigación.  
			
			  
			
			
			Entonces le pregunté:  
			
				
				"¿A las 
			ocho está bien?"  
				
				"Venga a mi casa, ¡ah! y llámeme Gino". 
			 
			
			  
			
			
			La primera reunión 
			Miércoles a la noche, ocho menos diez. Nervioso, toqué el timbre. 
			Gino abrió la puerta. Decididamente, me resultó un hombre agradable. 
			Me llevó al primer piso; allí estaba su computadora, sobre un 
			caótico escritorio. Al mirar alrededor vi algunos muebles antiguos 
			muy bonitos y las paredes cubiertas con las pinturas de su esposa. 
			 
			
			  
			
			Nos sentamos a la mesa y le mostré la pila de libros que había 
			leído. 
			
				
				"Mire", comencé, "según los mayas, el año 2012 deparará un desastre 
			porque habrá un cambio en el magnetismo solar, y ahora que he visto 
			esta foto y estos dibujos del zodíaco, por alguna razón estoy 
			convencido de que allí hay códigos ocultos". 
				
				"Bueno, usted ha llegado al lugar indicado, pues yo participé de la 
			investigación sobre el significado de algunos de los códigos 
			mayas". 
			 
			
			Bueno, pensé, ¡esto no podría haber resultado mejor! 
			 
			  
			
			Entonces 
			proseguí:  
			
				
				"¿Tiene usted alguna idea sobre cómo podemos manejar 
			esto?" "Las ideas no son un problema para mí, pero sí tengo dificultad para 
			escribirlas; de hecho, soy incapaz de producir un libro escrito con 
			fluidez". 
			 
			
			Sonreí, era justo para mí. Yo ya había escrito seis libros y en uno 
			de ellos demostraba que la teoría de la relatividad era incorrecta. 
			Hasta ese momento no lo había mencionado, pues, como Gino era 
			astrónomo, tal vez se hubiera sentido un poco alarmado al oír que yo 
			disentía con Einstein.  
			
			  
			
			Pero como parecía muy afable me animé y le 
			dije:  
			
				
				"Puede dejar la escritura para mí; ya he escrito varios 
			libros, incluyendo uno en el cual demuestro que los quásares ¡son 
			inconsistentes con la teoría de la relatividad!" 
			 
			
			Esto captó la atención de Gino y con cierta sorpresa me preguntó: 
			 
			
				
				"¿En verdad? ¿Y puede explicármelo?" 
				
				 "Usted sabe que cuando la velocidad de un objeto aumenta, su masa 
			también aumenta, según los cálculos de Einstein. Cuanto más nos 
			aproximamos a la velocidad de la luz, más aumenta la masa. Ahora, 
			imagine que hay un bulto de masa increíblemente grande al final del 
			universo. Con sus fuerzas gravitacionales "tira hacia sí" los 
			sistemas estelares en el centro del universo. Lentamente, comienzan 
			a moverse en su dirección. En miles de millones de años, la masa de 
			los soles pertenecientes a dicho sistema aumenta.  
				  
				
				Por cierto, 
			pierden masa por la radiación, pero la ganan por aumento de masa. 
			Todos saben que cuando la masa de un planeta aumenta, la fuerza 
			gravitacional también aumenta. En la Luna, por ejemplo, usted puede 
			saltar diez metros con total facilidad, pero en Júpiter casi no 
			puede moverse. Debido a este aumento de la masa de un sistema 
			estelar, el sistema mismo está sujeto a un continuo proceso de 
			achicamiento. Finalmente, el sistema colapsará y se convertirá en 
			un quásar". 
			 
			
			Gino me miró sorprendido y respondió:  
			
				
				"Es la primera vez que oigo 
			esta teoría, pero me parece lógica. ¿Puede darme más evidencia?" 
				
				 "Si la velocidad de un sol aumentara a la velocidad de la luz, su 
			masa también aumentaría. Todos los astrónomos saben que el lapso de 
			vida de un sol depende de la cantidad de su masa. Cuanto más pesado 
			es el sol, más rápido será el proceso de envejecimiento. Tomemos 
			nuestro Sol, por ejemplo. Tiene una expectativa de vida de diez mil 
			millones de años.  
				  
				
				Un sol con el doble de esta masa sólo tiene una 
			expectativa de vida de ochocientos millones de años. Esto es así 
			porque las fuerzas gravitacionales internas aumentan tanto que las 
			reacciones nucleares se aceleran. Un sol que aumenta en velocidad y, 
			por lo tanto, en masa, se quemará más pronto y tendrá una vida más 
			corta. Yo la denomino la paradoja de la gravitación cuántica". 
			 
			
			Gino reaccionó con entusiasmo y me preguntó:  
			
				
				"¿Existe alguna otra 
			consecuencia?" 
				
				 "Escribí las principales consecuencias en mi libro 
				A New Space-Time 
				Dimensión [Una nueva dimensión del tiempo y el espacio]. Una de 
				ellas, bastante importante, es que la galaxia se está 
				expandiendo a un ritmo acelerado.1-2 Otra es que el noventa por ciento del 
			universo contiene sistemas estelares explosivos, los cuales están 
			pereciendo, debido al aumento de la fuerza gravitacional. 
				 
				  
				
				Desde un 
			punto de vista estrictamente científico, la vida extraterrestre es 
			imposible allí, por lo tanto, la vida tiene que estar limitada al 
			centro del universo. Por cierto que esto incluye a muchos sistemas 
			estelares, pero son muchos más de lo que todos piensan. Las series 
			de televisión como 'Viaje a las estrellas' están profundamente 
			equivocadas, pues su historia trata de mundos que no podrían existir 
			de ninguna manera". 
				
				 "Lo que usted me está diciendo aquí podría ser cierto y si se 
			publicara, podría provocar bastante consternación. Pero está bien, 
			hay algo que debemos hacer primero: descifrar el código Dendera". 
			 
			
			Gino tomó un libro de un estante: 
			 
			
				
				"Pienso que tengo precisamente lo 
			que necesita. Aquí está la decodificación de 
				
				The Egyptian Book 
			of the Dead [El libro egipcio de los muertos]. Hasta la fecha de 
			publicación de este libro, nadie había logrado decodificar las 
			veneradas escrituras. Este autor, Albert Slosman, lo hizo, y 
			¡quedará sorprendido por su contenido!" 
			 
			
			Con respeto, tomé el libro en mis manos y, de inmediato, me di 
			cuenta de que había generado en mí un intenso sentimiento. ¡Este era 
			el indicado! Y aquí yo iba a hallar códigos de suma importancia.  
			
			  
			
			Esa 
			misma noche empecé a leer la obra y hallé claves de una catástrofe. 
			
			  
			
			1 Fue confirmado por los astrónomos en 1998. 
			2 El viernes 23 de noviembre de 1990, la televisión belga (BRT) 
			difundió esta teoría durante 15 minutos. En ese entonces, Patrick 
			Geryl fue el único en el mundo que difundió con precisión esta 
			expansión acelerada del universo. En 1983 también predijo 
			correctamente que IRAS [Satélite Infrarrojo Astronómico (N. de la 
			T.)] iba a encontrar miles de millones de galaxias en el infrarrojo. 
			Nuevamente, fue el único que hizo esta afirmación en ese entonces. 
			Esto se publicó en el diario belga Het Laatste Níeuws, el 11 de 
			febrero de 1983. Su correspondencia con G. Neugebauer —del Instituto 
			de Tecnología de California— y Peter Clegg —de la Facultad Queen 
			Mary (Universidad de Londres)—, lo confirma. Ambos fueron 
			responsables de la interpretación de los resultados de IRAS. Todos 
			estos hechos demuestran la validez de estas teorías. 
			  
			
			  
			
			  
			
			
			 
			
			CLAVES PARA UNA CATÁSTROFE 
			 
			Leer el libro 
			
			Le Livre de l'au-delá de la vie [El libro de allende 
			la vida] no resultó nada simple. Yo no entendía francés muy bien y 
			hasta un simple texto ya me resultaba difícil, por lo tanto, esto 
			era mucho más complicado. Una secuencia de palabras inusuales, 
			códigos misteriosos, sagradas escrituras y arcaicas palabras 
			mitigaron mi entusiasmo. Tuve que leerlo siete veces para 
			comprenderlo. 
			
			 
			Afortunadamente, mi intuición no me abandonó y no pasó mucho tiempo 
			antes de que yo comprendiera la importancia de algunos de los 
			códigos. Todo el resto era menos importante para mi investigación. 
			Lo que había leído era suficiente para poner el mundo de la 
			egiptología patas para arriba. Las traducciones del Libro Egipcio 
			de los Muertos eran desastrosas, estaban tan llenas de flagrantes 
			errores e interpretaciones equivocadas, que no quedaba nada de su 
			significado original.  
			
			  
			
			Sólo 
			
			Albert Slosman logró traducir las 
			venerables escrituras correctamente y yo pude distinguir con 
			claridad sus asombrosas conclusiones. En primer lugar, el título 
			del libro era una versión errónea, pues debería llamarse El libro 
			de la luz y no El libro de los muertos. ¿Por qué este título? Porque 
			describe con precisión los acontecimientos celestiales que se 
			produjeron durante la caída de la Atlántida.  
			
			  
			
			Más aún, describe cómo 
			los sobrevivientes fueron guiados por el Sol en su huida a Egipto. 
			Como lo más importante fue lo sucedido en el Sol mismo. Como el tema 
			central de las escrituras es, en especial, el hecho de que el Sol 
			irradiaba la luz de la luz —en otras palabras, una luz 
			increíblemente intensa—; el nombre correspondiente es El libro de la 
			luz.  
			
			  
			
			A fin de informar cuan razonables son los hallazgos hechos, se 
			presentan los jeroglíficos originales junto con la traducción del 
			primer verso: 
			
				
				Soy el más Elevado, el Primero, el Creador del Cielo y la Tierra, 
			soy el Moldeador de los cuerpos humanos,
			y el proveedor de las partes espirituales. He colocado al Sol sobre 
			un nuevo horizonte, como un signo de benevolencia y como prueba de 
			la Alianza. 
				  
				
				Explicación: él levantó el Sol naciente hacia un nuevo horizonte, 
			entonces la nueva Tierra se hizo realidad. 
				  
				
				Para hacerlo, los Mandamientos del Creador, verificados por el más 
			Elevado de Todos, actuando por medio de las Almas de los 
			Antepasados, fueron transmitidos a los más jóvenes,
			siendo sus cuerpos traídos nuevamente a la vida, por haber empezado 
			a funcionar los Ocho Lugares. 
			 
			
			En esta correcta traducción, los códigos astronómicos derraman una 
			nueva luz sobre el origen y la religión de Egipto. Si comparamos 
			esta versión con las otras, las diferencias son realmente notables. 
			Los egiptólogos tan sólo usan jerigonza. 
			
			
			 
			Sin embargo, en la interpretación de Slosman uno puede hallar cosas 
			lógicas, con un poco más de estudio. Más aún, parece que los 
			atlantes conocían y usaban el zodíaco para procesar datos 
			astronómicos. 
			
			
			 
			El día de la destrucción:  
			
				
				"He colocado al Sol sobre un nuevo 
			horizonte".  
			 
			
			
			Esta es una acertada traducción.  
			
			  
			
			
			Más adelante, en el 
			libro se dice que el Sol "da vueltas" en el zodíaco (= cordón), lo 
			cual significa que el Sol se mueve por los signos del zodíaco. La 
			única interpretación correcta para esto es que no es el Sol sino la 
			Tierra la que giraba sobre su eje. Este girar sobre el eje hizo que 
			el Sol se elevara a un nuevo horizonte.  
			
			  
			
			
			En otras palabras, la 
			corteza terrestre se había movido, tal como yo lo había leído en 
			otros libros. 
			
			
			 
			La teoría de la obra The Path of the Pole [La senda del Polo] 
			sostiene que la corteza de nuestro planeta ha sufrido reiterados 
			desplazamientos y que estos se produjeron con mucha rapidez; en 
			cuestión de días o tal vez de horas. Hapgood explica que el 
			caparazón exterior de la Tierra se mueve de tanto en tanto, 
			trasladando algunos continentes hacia los polos.  
			
			  
			
			Como resultado de 
			sus estudios, Hapgood asevera en una nota preliminar de su libro The 
			Path of the
			Pole: 
			
				
				Hasta hace una década, la idea de que los polos a menudo han 
			cambiado su posición en la superficie de la Tierra era considerada 
			como extrema, improbable y sin sustento, siendo apoyada por gente 
			un tanto excéntrica.  
				
				  
				
				Nadie con cierto renombre en el mundo de las 
			ciencias iba a tener algo que ver con esto. 
				
				 Las modas cambian; actualmente, todos los libros que tratan sobre 
			las ciencias de la Tierra dedican espacio al deambular de los polos 
			y a los impulsos continentales. 
			 
			
			
			Este libro presentará evidencia de que el último movimiento de la 
			corteza terrestre (la litosfera) tuvo lugar en tiempos recientes, a 
			fines de la última era glacial. 
			 
			Como ya lo ha leído anteriormente, los egipcios hablan en sus textos 
			en carácter de testigos de esos notables acontecimientos. Quedé sin 
			aliento cuando empecé a darme cuenta de esto.  
			
			  
			
			
			En otra nota, hallé 
			que este evento, "el gran cataclismo", sucedió el 27 de julio de 
			9792 a.C.  
			
			  
			
			
			He aquí los jeroglíficos: 
			
				
				Soy la temible luz encendida
			que navega por el cordón, permitiendo desde lejos, en el firmamento, 
			que se juzguen las acciones de todos.
  Explicación: Su nombre es Osiris (Orion).  
				
				Descripción: Él es la 
			semilla del contenido de todos los cuerpos humanos.  
				
				Segunda 
			descripción: Su nombre comanda desde lo alto las partes espirituales en los 
			cuerpos humanos.  
				
				Tercera descripción: El nombre del Glorioso brilla eternamente en lo infinito. Él crece 
			todos los días
			en el firmamento de las estrellas.   
				
				Explicación: el Sol feroz que se quema muestra que su campo 
			magnético se ha dado vuelta. Esto se cumple por violentas 
			explosiones en la superficie solar, mediante las cuales, el Sol 
			parece "incendiarse" (ver Figura 3). 
			 
			
			
			La configuración estelar de Orion está señalada como el principal 
			culpable de este acontecimiento. Juzga a las almas humanas y su 
			supervivencia.  
			
			  
			
			
			Más adelante menciona que Orion está conectada 
			directamente con el código para calcular el cambio del campo 
			magnético del Sol; así tenemos entonces, el código de Orion de 
			
			las 
			pirámides de Giza. Fueron puestas ahí para advertirnos que Orion es 
			de suma importancia para nosotros y debe ser estudiada 
			minuciosamente.  
			
			  
			
			
			En los escritos de Ibrahim Ben Ebn Wasuff Shah, 
			leemos:  
			
				
				"El complejo de Giza fue construido para conmemorar un 
			tremendo cataclismo en el sistema planetario de la Tierra, que 
			afectó al globo, con fuego e inundaciones". 
			 
			
			
			Llamé a Gino y se lo expliqué.  
			
				
				"Gino, te habla Patrick, tengo un 
			problema. Según las venerables escrituras, Orion concordaría con 
			ciertos códigos del día del cataclismo. ¿Podrías averiguar esto?" "Ahora sí que tenemos un problema. Yo sólo puedo reconstruir en 
			parte la posición de las estrellas y los planetas, tanto en el 
			futuro como en el pasado. ¿Tiene alguna idea sobre qué códigos está 
			buscando?" "En realidad, no. No logro decodificarlos correctamente. He estado 
			devanándome los sesos durante días, pero no lo hallo". "Bueno, sí, eso puede llegar a ser un problema; las posibilidades 
			son enormes". 
			 
			
			  
			
			
			Figura 3 
			Antiguos textos describen un catastrófico cambio en el campo 
			magnético del Sol 
			
			
			 
			Entonces, algo me
			sucedió:  
			
				
				"Espere un
			minuto", dije, "los
			códigos del pasado tienen
			que coincidir
			exactamente con los códigos del 21 / 22 de diciembre de 2012. 
			¡Tienen que hacerlo! Si las estrellas y planetas durante la 
			desaparición de la Atlántida tuvieron cierta posición, esto apunta a 
			una similitud con ese acontecimiento; esa era su manera de 
			describirlo". 
			 
			
			
			Gino, de inmediato estuvo de acuerdo con mis hallazgos y se dispuso 
			a trabajar los dos días siguientes. Pero se fue de vacaciones por 
			más de una semana y la tarea quedó inconclusa.  
			
			  
			
			
			Me llamó a su 
			regreso:  
			
				
				"Tengo noticias alarmantes, Patrick, las posiciones de Orion y Aldebarán coinciden de manera precisa con ambas 
			informaciones. Yo lo había calculado manualmente y ocurre tres 
			veces en doce mil años. La otra fecha es 3114 a.C. Eso podría ser 
			correcto porque varios pueblos, entre ellos los mayas, comienzan su 
			era desde este punto". 
			 
			
			
			¡Allí estaba!  
			
			  
			
			
			Me sentía como si estuviera dando saltos mortales. Con 
			esta prueba quedaba irrefutablemente demostrado que la fecha de la 
			destrucción
			del mundo en el año 2012 provenía de los atlantes.  
			
			  
			
			
			Más aún, los 
			egipcios tenían que conocer esta fecha también. Pero esto era para 
			más adelante. Nadie podía negarlo: la fecha de la destrucción de la 
			Atlántida era ciento por ciento correcta. Esto hizo del trabajo de Slosman algo incontestable de un solo golpe. El mundo egiptólogo 
			entero podrá hacer lo que le plazca, ¡pero la Atlántida era un 
			hecho!
			Y con él, también la desaparición futura de nuestro mundo.  
			
			  
			
			
			El 
			hecho de que yo hubiese resuelto esto tan rápidamente me dejó sin 
			habla. Algunos meses después, Gino me dijo que sus cálculos no eran 
			una prueba real, pero para entonces ya habíamos descifrado los 
			verdaderos códigos de la destrucción, contenidos en las venerables 
			escrituras egipcias. Con esto teníamos la prueba definitiva de la 
			exactitud de nuestra teoría.  
			
			  
			
			
			Media hora más tarde me encontraba 
			observando, junto a Gino, el cielo del año 2012. 
			
				
				"Observe con cuidado", me dijo Gino. "Programé el horizonte sobre El 
			Cairo; puede ver a Venus elevándose justo sobre las pirámides, 
			seguido de otras constelaciones y de Orion". 
			 
			
			
			Me dejó sin aliento.  
			
				
				"¡Oh!", exclamó Gino sorprendido, "aquí hay 
			algo que se me escapó antes". 
			 
			
			
			Miré con atención el programa de la computadora y le pregunté:  
			
				
				"¿A 
			qué se refiere?" "Venus pasa por los signos de la Serpiente y Escorpio; la serpiente 
			es un importante símbolo mitológico tanto para los mayas como para 
			los egipcios, pero el escorpión también era temido". "Posiblemente recibieron sus nombres por los acontecimientos de la 
			Atlántida, o por los que vendrán en el año 2012", repliqué. "Es posible. De ese modo, tanto la Serpiente como Escorpio pudieron 
			haberle dado un simbólico mordisco mortal a Venus, ¡y eso puede 
			llegar a explicar muchas cosas!" 
			 
			
			
			Yo temblaba de emoción, pero también de miedo.  
			
			  
			
			
			Mi suposición parecía 
			ser verdad, por lo tanto, la Tierra entonces iba a ser golpeada por 
			un gigantesco cataclismo; los códigos lo demostraban con suficiente 
			claridad. ¡Rayos, entonces era cierto, después de todo! 
			Entusiasmado con esta serie de descubrimientos, me fui a casa. Esa 
			noche no pude dormir; pensaba en eso una y otra vez.  
			
			  
			
			
			El cataclismo 
			anterior había sucedido en la era de Leo (10.960 a 8800 a.C). 
			
			
			 
			La Esfinge, acerca de la cual tanto se habla actualmente, no sólo 
			tuvo un
			significado astrológico o mitológico, sino también uno práctico. Fue 
			construida por los sobrevivientes de la Atlántida para advertirnos 
			de lo que había ocurrido. Pero eso es sólo una parte de la 
			historia. Esta Esfinge, junto con los otros códigos de las 
			pirámides, tienen que brindarnos un indicio de la fecha del próximo 
			cataclismo; y de esto trata toda la "religión" egipcia.  
			
			  
			
			
			Es un 
			gigantesco monumento arqueo-astronómico que nos dice exactamente lo 
			que sucedió y lo que volverá a suceder. ¡No podrían haberlo hecho 
			más grande!  
			
			  
			
			
			Aun así, lo hemos ignorado durante mucho tiempo. Ahora 
			que ya casi es demasiado tarde, los códigos empiezan a irradiar sus 
			signos de advertencia. Si el mundo no va a recibir la información, 
			la humanidad será nuevamente reducida por miles de años a un estado 
			primitivo. Esta era mi tarea: pulsar el botón de alarma. No tenía 
			sentido seguir esperando.  
			
			  
			
			
			Entonces, decidí comenzar un libro de 
			inmediato para que se publiquen las primeras conclusiones. Nadie 
			podrá culparme alguna vez de no haber hecho nada. Sólo espero que 
			este mensaje ominoso sea comprendido a tiempo.  
			
			  
			
			
			No pueden iniciarse 
			los preparativos necesarios con un año de anticipación, pues no 
			habrá el tiempo o el poder suficiente para que se logre el éxito en 
			la operación de rescate más grande de todos los tiempos. 
			
			  
			
			Figura 4. 
			Los leones en dirección opuesta son un símbolo  
			
			de que el Este se 
			convirtió en Oeste y 
			viceversa. 
			
			  
			
			
			Al día siguiente de haber imaginado que la Tierra temblaba y que 
			miles de millones de personas morían en una gigantesca marejada 
			demoledora, empecé a escribir mi mensaje de advertencia. 
			
			
			 
			Cuando el Sol pasó el décimo sexto grado del signo de Leo en el año 
			9792 a.C, el infierno se desató. Una luz abrasadora proveniente de 
			aquel alcanzó la Tierra y el cielo pareció desmoronarse, pero de 
			hecho, la Tierra se inclinó. El símbolo de los dos leones es una 
			ilustración de nuestra evidencia. 
			
			
			 
			La interpretación correcta del símbolo de los dos leones es la 
			siguiente: al sufrir la corteza terrestre un desplazamiento, los 
			continentes ya no se encontraron en su posición original.  
			
			  
			
			
			Pero hay 
			más todavía: cuando el Sol volvió a salir en el horizonte, este era 
			un nuevo horizonte porque la Tierra se había dado vuelta. Los 
			egipcios simbolizaron esto, agregando una cruz de asa, que es el 
			símbolo de la vida eterna en Egipto. El Sol iría a quedarse en ese 
			horizonte hasta el día del próximo cataclismo, después del cual 
			puede empezar un nuevo ciclo de destrucción y resurgimiento.  
			
			  
			
			
			El 
			profesor Frank C. Hibben describe la magnitud de la destrucción 
			provocada por el último cataclismo, en la obra 
			
			The Lost Americans 
			[ Los americanos perdidos]: 
			
				
				Parecería que en medio de un cataclismo catastrófico hace doce mil 
			años, todo el mundo viviente de animales y plantas de Alaska se 
			congeló de repente, en plena actividad, originando así un tétrico 
			acertijo [...] Los grandes animales que le habían dado el nombre al 
			período se extinguieron y su muerte marcó el fin de una era. 
				
				 Pero, ¿cómo murieron? ¿Qué fue lo que causó la extinción de cuarenta 
			millones de animales? Este misterio constituye una de las más 
			antiguas historias de detectives en el mundo. Un buen relato 
			detectivesco incluye seres humanos y muerte, condiciones que se 
			hallan al final del pleistoceno. En este caso particular, la muerte 
			tuvo tan colosales proporciones que daba vértigo contemplar sus 
			rastros [...] 
				
				 De los fosos de estiércol del valle del Yukón hemos obtenido el 
			cuadro de una rápida extinción. Las pruebas de violencia allí son 
			tan obvias como las de los campos del horror en Alemania. Esas pilas 
			de cuerpos de animales o personas no ocurren simplemente porque 
			haya intervenido un medio natural común[...] 
				
				 A través del estiércol de Alaska también hay evidencia de que hubo 
			alteraciones atmosféricas de una violencia sin par. Los mamuts y 
			bisontes, por igual, fueron destrozados y retorcidos como por una 
			mano cósmica en un arranque de furia divina... Los animales fueron 
			desgarrados y desparramados por todo el paisaje como si se tratase 
			de hebras de paja e hilo - aunque algunos de ellos pesaban varias 
			toneladas.  
				  
				
				Mezclados con las pilas de huesos se encuentran los 
			árboles, también retorcidos, destrozados y apilados en grupos 
			confusos; y todo esto cubierto por un fino estiércol cernido que, al 
			congelarse, quedó en estado sólido. 
			 
			
			
			Esto sucedió la última vez.  
			
			  
			
			
			Ahora nos encontramos frente al próximo 
			cataclismo. ¿Será en la parte final de la Era de Piscis, la cual 
			finaliza en 2016, o en la Era de Acuario?  
			
			  
			
			
			Estamos buscando la 
			respuesta a esta pregunta, urgentemente. El momento del próximo 
			cataclismo ha sido descripto en el zodíaco de Dendera. Descifrar el 
			código es un proceso difícil, pero estamos logrando algún progreso. 
			De hecho, por el libro de Slosman, sabemos que la posición de las 
			estrellas durante el cataclismo anterior tiene que concordar con su 
			posición en el año de la próxima hecatombe.  
			
			  
			
			
			Es fácil, ¿no es cierto? 
			 
			
			  
			
			
			Sinceramente, espero que en verdad sea así de fácil. Pero además del 
			zodiaco simbólico hay algunos otros códigos y glifos que complican 
			sumamente el caso. Esperamos recibir alguna ayuda de otro libro de 
			Slosman, Les Divines Combinaisons (Las combinaciones divinas). En 
			él, trata de descifrar los códigos. Pero esta obra apareció sólo en 
			una edición limitada y fue objeto de burla de los egiptólogos 
			oficiales.  
			
			  
			
			
			La suegra de Gino está haciendo todo lo posible para 
			conseguir un ejemplar; hemos depositado toda nuestra esperanza en 
			ella, aunque aún no hemos tenido suerte. 
			  
			
			
			 
			
			Un terrible secreto del pasado 
			Al comparar la información de las venerables escrituras con los 
			datos de otros libros que he leído, muchas cosas se aclaran. Surge 
			que una luz incandescente alcanzó la Tierra. Según los mayas, se 
			produciría un cambio en los polos magnéticos del Sol en el año 2012. 
			 
			
			  
			
			Entonces, desde el interior del Sol, se liberarán enormes fuerzas 
			electromagnéticas con un poder desconocido. Llamaradas gigantes 
			desde el Sol enviarán una descomunal onda de partículas a la Tierra. 
			Este fenómeno se ha observado recientemente y se ha confirmado en 
			dos soles. Durante varias horas exhibieron una actividad explosiva, 
			después de la cual regresaron a su estado normal. Los astrónomos se 
			preguntaban si este sería un acontecimiento único o si podría 
			ocurrir más a menudo.  
			
			  
			
			¡Pueden estar seguros de que volverá a 
			ocurrir! Nuestro Sol también muestra este tipo de patrón. 
			
			 
			Las partículas que son expulsadas harán que la atmósfera de la 
			Tierra "entre en llamas" con un efecto verdaderamente destructivo en 
			las 
			
			Bandas de Van Allen [Ver N. de la T] 
			*.  
			
			  
			
			* [N. de la T.]: Son cinturones de radiación, descubiertos por James 
			Alfred Van Alien, físico estadounidense. 
			
			  
			
			Debido al continuo flujo 
			de electromagnetismo, el campo magnético de la Tierra se 
			sobrecargará, billones de partículas llegarán a los polos y se 
			generarán desconocidas fuerzas eléctricas, en resumen, una pesadilla 
			para todos.  
			
			  
			
			Cuando los polos se llenen de auroras de las partículas 
			que caen, lo inevitable sucederá: el campo interior electromagnético 
			de la Tierra se sobrecargará y estallará, siendo esto un megacircuito corto con efectos superletales. Toda la atmósfera del 
			planeta sin una protección magnética, será bombardeada por 
			partículas que caen. El campo magnético de la Tierra funciona para 
			protegernos, dirigiendo partículas electromagnéticas a los polos, 
			pero esto se tornará imposible.  
			
			  
			
			Las partículas van a penetrar en la 
			Tierra desde todas partes, generando una intensa radiación, tanto 
			en luminosidad como en radioactividad. El cielo completo podría 
			describirse como si ardiera con toda intensidad, o como dicen las 
			escrituras: 
			 
			
				
				"la luz de las luces se encuentra alrededor del 
			mundo, ahora".  
			 
			
			Y ese es el preludio del cataclismo. El núcleo de 
			hierro de la Tierra es magnético; debido al desplazamiento del 
			núcleo magnético, la Tierra comenzará a moverse hacia el otro lado. 
			 
			
			  
			
			En consecuencia, la corteza terrestre exterior se desgajará, en 
			otras palabras, quedará "flotando", suelta, ya no estará aferrada a 
			su "patrón". Si usted se encuentra en el planeta en ese momento, 
			este se inclinará unos miles de kilómetros en un par de horas. Al 
			mirar al cielo parecerá que este "se viene abajo", como lo describen 
			las antiguas escrituras. Se producirán sismos gigantescos.  
			
			  
			
			Las 
			placas terrestres se moverán, las montañas se elevarán allí donde 
			no había nada, partes de la tierra se abrirán y colapsarán, las 
			montañas van a desmoronarse, la tierra se hundirá en el océano y 
			los volcanes entrarán en erupción en muchos lugares. En resumen, la 
			peor de las pesadillas no podría ser tan terrible para describir la destrucción de este mundo.  
			
			  
			
			Para saber cuan 
			dramáticos fueron los acontecimientos hace 12.000 años, puede leer The Path of the Pole.  
			
			  
			
			Allí, Hapgood escribe: 
			
				
				Un número considerable de antiguas playas que ahora se hallan en 
			grandes elevaciones sobre el nivel del mar —y a veces, tierra 
			adentro, lejos de las actuales costas—, evidencian cambios 
			verticales prácticamente drásticos en las posiciones de las masas 
			de la Tierra. Así, el geólogo P. Negris dijo haber encontrado 
			evidencias de playas en tres montañas de Grecia, a saber, Monte 
			Hymeto, Monte Parnaso y Monte Geraneia, a 1.400, 1.500 y 1.700 pies, 
			respectivamente, sobre el nivel del mar; también encontró una playa 
			en el Monte Délos, a 500 pies. 
				
				 Sobre la costa de la Baja California pueden hallarse rastros de 
			costas "labradas" por las olas, ahora en perfecto estado de 
			preservación, y en algunos casos, a unos mil quinientos pies sobre 
			el nivel del mar. Estos rasgos son testimonios de las más grandes 
			perturbaciones, producidas por los terremotos que visitaron la 
			región en épocas recientes. 
			 
			
			Sería posible multiplicar interminablemente la evidencia de las 
			playas elevadas que se hallan en todas partes del mundo, y muchas 
			de ellas pueden implicar cambios en las elevaciones del fondo del 
			mar, como lo sugiere Umbgrove. 
			
			 
			Una de las características más sobresalientes de la superficie 
			terrestre es el gran valle producido por la falla en África. El ya 
			fallecido Dr. Hans Cióos señaló que los elevados acantilados de una 
			de las márgenes de este valle, alguna vez fueron el borde del 
			propio continente africano, no sólo el comienzo de la plataforma 
			continental sino el mismísimo borde de la masa del continente. En 
			algún vasto movimiento, ese costado del continente fue tremendamente 
			elevado y el fondo del mar también subió con él cerca de una milla, 
			de modo que pasó a convertirse en tierra seca.  
			
			  
			
			Esto es tan 
			interesante que yo cito a Cióos, extensamente, en 
			
			Conversation with 
			the Earth [ Conversación con la Tierra]: 
			
				
				
				Continentes hundidos y surgentes 
				
				Hay dos márgenes del continente africano y el problema fundamental 
			aparece dos veces, a saber: ¿por qué los continentes de la Tierra 
			terminan de manera tan abrupta y se sumergen tan empinadamente en el 
			profundo mar? [...] Y más sorprendente aún, ¿cuál es el significado 
			de las márgenes montañosas de la mayoría de los continentes, que 
			son altas, gruesas y en relieve? 
				
				 [...] La corta sección transversal en la larga cadena Lebombo no 
			parece demasiado impresionante, pero ilumina acontecimientos 
			lejanos de este remoto solar de la Tierra, pues aquí queda expuesta 
			la antigua margen del continente. No hace mucho tiempo, durante el 
			período cretácico, el mar se extendía hasta aquí desde el Este. Y la 
			llanura entre las colinas de Lebombo y la actual costa, es el lecho 
			del mar elevado... Lo que vemos son los flancos de una curva 
			descendente de África Septentrional hacia el océano Índico. 
				
				 Pero vemos mucho más. Vemos los estratos sedimentarios seguidos por 
			rocas volcánicas hacia el este de las colinas; algunas corren 
			paralelas a los estratos, como torrentes o láminas derramados sobre 
			ellos e inclinadas con ellos. Otras irrumpen por las capas de 
			piedra arenisca, elevándose empinadamente desde abajo. Esto 
			significa que, dado que el borde del continente se plegó en las 
			colinas de Lebombo, la corteza explotó y se abrieron grietas, por 
			las cuales la sustancia incandescente e hirviente salió disparada. 
				
				 En consecuencia, la margen oriental —hacia fines del período 
			paleozoico—, era una gigantesca bisagra sobre la cual se doblaba la 
			corteza terrestre para ser cubierta por el océano. Lo que vemos 
			aquí es meramente una sección transversal [...], uno puede seguir 
			más adelante hacia el Norte o Sur, e incluso al otro lado del 
			continente y descubrir que grandes franjas de esta tierra especial 
			han tenido el mismo destino.  
				  
				
				Los océanos se hundieron adyacentes a 
			los continentes, y el continente se elevó desde el océano. 
			 
			
			Por lo tanto, queda en claro que los continentes se elevaron y se 
			plegaron a escala gigantesca y que volverán a hacerlo en el año 
			2012.  
			
			  
			
			Esto nos retrotrae a nuestra historia. Cuando, luego de horas 
			y horas, la onda cargada de partículas declina, el magnetismo del 
			interior de la Tierra puede restablecerse.  
			
			  
			
			Sin embargo, los polos 
			igual se moverán porque el que se encuentra más cerca del Sol habrá 
			recibido el impacto completo. La corteza terrestre dejará de flotar 
			acompañada nuevamente por apocalípticos terremotos, con partes de 
			tierra que se derrumban, una desconocida actividad tectónica y 
			volcanes en erupción.  
			
			  
			
			Pero entonces, como si eso no fuera lo 
			suficientemente malo, la mayor catástrofe sucederá, pues debido a la 
			inercia, el movimiento de los océanos no puede detenerse, por lo 
			tanto, una gigantesca ola cubrirá la tierra. Según la antigua 
			tradición, la altura de semejante ola llegó a alcanzar en muchos 
			lugares un kilómetro y medio. Por eso, y no sin razón, los mayas 
			estaban horrorizados.  
			
			  
			
			Escondido en lo alto de la montaña había un 
			templo de vírgenes quienes, luego del desastre, debían encargarse de 
			volver a poblar el mundo. 
			  
			
			
			 
			
			Antigua ciencia 
			Esta es la ciencia de los ancestros y yo creí firmemente en ellos 
			sin ninguna duda. ¿Por qué? Porque nuestro campo magnético es una 
			de las maravillas menos comprendidas del universo. 
			 
			
			  
			
			En el artículo 
			"Reversiones geomagnéticas" publicado en Science el 17 de enero de 
			1969, Alian Cox afirma: 
			 
			
				
				"Existe una incómoda falta de teorías que 
			expliquen el actual campo magnético".  
			 
			
			En el año 2000 nada ha 
			cambiado. ¿Qué piensan los científicos ahora? 
			 
			
			  
			
			Nuestro campo 
			magnético es electromagnético; todo el mundo lo sabe. ¿Cómo es eso? 
			Bueno, dado que nuestro planeta rota, el magnetismo es inducido de 
			una manera muy similar a la inducción por el flujo de una corriente 
			eléctrica, a través de una bobina de alambre. En otras palabras, la 
			Tierra es una dínamo gigantesca con un polo norte y otro sur. Eso es 
			todo.  
			
			  
			
			No les pregunte más, pues ¡en verdad no lo saben! 
			
			 
			Las reversiones de la polaridad suelen ocurrir y los geólogos lo han 
			comprobado. Sucede cada 11.500 años, pero nadie sabe por qué. Toda 
			especulación conduce a una "fuerza desconocida" que produce las 
			reversiones, pero aún no hay respuestas. ¿Incómodo? ¡Seguro que sí! 
			Eso nos conduce al Sol, donde se observa qué poderosa puede llegar a 
			ser una reversión magnética. Las fuerzas magnéticas son el mismísimo 
			disparador de millones de explosiones nucleares en el Sol. Esto es 
			así porque nuestro Sol es una estrella magnética, con un polo norte 
			y un polo sur, además de un ecuador. 
			
			 
			Al igual que la Tierra, el Sol rota y lo hace muy rápidamente, a más 
			de 6.400 km por hora en la superficie, creando millones de campos 
			magnéticos que calientan su corona a más de un millón de grados. 
			Sólo una llama solar que explota desde un cortocircuito en un campo 
			magnético, da tanta energía como dos mil millones de bombas de 
			hidrógeno. Imagine semejante explosión en la Tierra y rápidamente 
			podrá calcular la magnitud del daño. 
			
			 
			Luego están 
			las manchas solares.  
			
			  
			
			Su propiedad más predominante es su 
			intenso campo magnético. La fuerza magnética de una mancha solar es 
			inmensa, 20.000 veces más poderosa que la de la Tierra. Las manchas 
			solares explotan por la superficie del Sol cada once años, ese es su 
			ciclo. Al comienzo de cada ciclo, la polaridad magnética en las 
			manchas solares se revierte, creando gigantescas explosiones 
			nucleares. 
			
			 
			Eso nos retrotrae a los antepasados. Ellos habían hallado una teoría 
			sobre los campos magnéticos del Sol. En su libro The Mayan 
			Prophecies [Las profecías mayas],
			
			Cotterell describe esta teoría y 
			presenta los cálculos mayas de las reversiones en el campo magnético 
			del Sol, estableciendo que al cabo de miles de años se produce una 
			verdaderamente grande. Cuando eso suceda, enormes llamas solares 
			escaparán del Sol y caerán sobre los polos de la Tierra.  
			 
			
			  
			
			Y luego, 
			¡pum! El campo magnético de la Tierra se revertirá y esta comenzará 
			a girar en otra dirección, convirtiéndose el polo norte en el sur y 
			viceversa.
			 
			
			  
			
			¿Leyó eso? ¡La Tierra comenzará a girar en sentido 
			contrario y los polos se revertirán! 
			
			 
			Después de leer estas advertencias, un terrible temor se apoderó de 
			mí. Es evidente que un desastre mundial de desconocidas proporciones 
			se está acumulando para nosotros. Casi toda la población de la 
			Tierra perecerá. Europa se deslizará nuevamente a la era glacial y 
			se tornará inhabitable, pues la corriente del Golfo habrá 
			desaparecido. 
			 
			
			  
			
			América del Norte será peor, pues desaparecerá de un 
			momento a otro bajo el hielo del Polo Sur, así como ocurrió con la 
			Atlántida. Me desesperé tanto que pude haberme matado. Por fortuna, 
			no tuve tiempo de hacerlo porque primero debía terminar mi 
			investigación. No cabe ninguna duda de que esto va a suceder.
			 
			
			  
			
			En su 
			libro The Path of the Pole, el profesor Charles Hapgood escribe: 
			
				
				He hallado evidencia de tres posiciones diferentes del Polo Norte, 
			recientemente. 
				
				 Durante la última glaciación de América del Norte, el polo parece 
			haber estado ubicado en la bahía de Hudson, aproximadamente a 60° 
			de latitud Norte y a 83° de longitud Oeste. 
				
				 Parece ser que se corrió a su sitio actual en medio del Océano 
			Ártico, hace unos 12.000 años. 
				
				 Los métodos para obtener datos sobre la radiación, también nos 
			sugieren que el polo llegó a la bahía de Hudson hace unos 50.000 
			años; antes de esa fecha, se encontraba ubicado en el Mar de 
			Groenlandia, aproximadamente a 73° de latitud Norte ya 10° de 
			longitud Este. Treinta mil años antes, es probable que el polo haya 
			estado en el distrito del Yukón en Canadá. 
			 
			
			Si el Polo Norte cambia, el Polo Sur cambia también.  
			
			  
			
			Hapgood escribe 
			lo siguiente: 
			
				
				Una poderosa confirmación de otro de los corolarios de un polo 
			emplazado en la bahía de Hudson, proviene de 
				
				la Antártida. Con un 
			Polo Norte a 60° de latitud Norte y 83° de longitud Oeste, el Polo 
			Sur correspondiente habría estado ubicado a 60° Sur y 97° 
				 
				  
				
				Este en 
			el océano que baña las costas de Mac-Robertson en la tierra de la 
			Reina Maud, en la Antártida. Esto colocaría al Polo Sur unas siete 
			veces más lejos del casquete del Mar de Ross en la Antártida, de lo 
			que está ahora (ver la figura). Cabe esperar, entonces, que el Mar 
			de Ross no se haya helado en esa época.   
				
				Precisamente, tenemos la confirmación de este hecho. 
			 
			
			Junte la precesión equinoccial —que es un desplazamiento de la 
			corteza terrestre— y las reversiones magnéticas y habrá creado un 
			asesino colosal. Estas transportan islas y montañas más alto aún', 
			hacia el cielo, provocando extinciones a una escala gigantesca.  
			
			  
			
			Es 
			innegable que existe un vínculo entre las eras glaciales y las 
			reversiones magnéticas.  
			  
			
			LA SENDA DEL POLO SUR 
			
			  
			
			Figura 5 La senda del Polo Sur según Hapgood. 
			   
			
			
			  Figura 6 
			
			Nueva vista del interior de la Tierra 
			
			 El hielo desempeñó 
			un papel fundamental en casi todas las extinciones de la historia. 
			 
			
			  
			
			Steven M. Stanley —de la Universidad John Hopkins— dice que el 
			enfriamiento climático fue el "agente dominante" de la extinción 
			cámbrica, como lo fue en el periodo pérmico, en el devónico, 
			etcétera. 
			
			 
			Hace poco más de cien años, la gente se asombraba ante la sugerencia 
			de que grandes láminas de hielo con un espesor de aproximadamente 
			1,6 km, alguna vez se depositaron sobre las templadas tierras de 
			América del Norte y Europa. Luego, la gente aceptó la idea no sólo 
			de una era glacial sino de una serie de ellas. A medida que pasó el 
			tiempo se hallaron evidencias de eras glaciales en todos los 
			continentes, aun en los trópicos. Se descubrió que las láminas de 
			hielo alguna vez cubrieron vastas áreas de la India tropical y del 
			África ecuatorial.  
			  
			
			Arthur Coleman, una de las mayores autoridades sobre 
			eras glaciales, escribió en su libro Ice 
			
			Ages Recent and Ancient 
			[Eras glaciales recientes y antiguas]: 
			
				
				También se descubrió que estas láminas de hielo se distribuyeron 
			aparentemente de una manera caprichosa. Siberia, ahora una de las 
			partes más frías del mundo, no estaba cubierta, tampoco lo estaban 
			la mayor parte de Alaska ni el territorio del Yukón en Canadá, si 
			bien el norte de Europa, con su clima relativamente cálido, se 
			encontraba bajo el hielo a la altura de Londres y Berlín. La mayor 
			parte de Canadá y Estados Unidos estaba cubierta de hielo hasta la 
			altura de Cincinnati y el valle del río Missisipi. 
			 
			
			Los escritores más recientes concuerdan en que la situación 
			descripta por Coleman, en esencia es muy precisa.  
			  
			
			El profesor J. K. Charlesworth, de la Universidad de Queen en Belfast, expresa su 
			opinión de la siguiente manera:  
			
				
				"La causa de todos estos cambios, 
			uno de los mayores acertijos en la historia geológica, aún no ha 
			sido develada, a pesar del esfuerzo realizado por generaciones de 
			astrónomos, biólogos, geólogos, meteorólogos y físicos". 
			 
			
			Coleman, quien realizó un gran trabajo de campo en África y la 
			India, estudiando las evidencias de las eras glaciales, narra de 
			manera interesante sus experiencias, al hallar signos de un intenso 
			frío, en áreas donde debía trabajar bajo el abrasante calor del sol 
			tropical: 
			
				
				Una calurosa tarde de comienzos del invierno, a dos grados y medio 
			dentro de la tórrida zona en medio de un entorno tropical, era muy 
			difícil imaginar esta región cubierta, durante miles de años, con 
			miles de pies de hielo. El contraste del presente con el pasado era 
			sorprendente y resultaba fácil ver por qué algunos de los primeros 
			geólogos lucharon tanto tiempo contra la idea de la glaciación en la 
			India a fines del período carbonífero. 
				
				 Después de algunas horas de trepar y martillar bajo el intenso sol 
			africano, a 27° 5 minutos de latitud, sin una gota de agua, juntando 
			piedras estriadas, y una losa de piso pulido de pizarra, me 
			ofrecieron un contraste sumamente impresionante entre el presente y 
			el pasado, pues aunque en el 27 de agosto aún está por comenzar la 
			primavera, el calor es muy igual al que se encuentra en un soleado 
			día de agosto en América del Norte.  
				
				  
				
				La luminosidad agobiante y la 
			transpiración hicieron que la idea de pensar en una lámina de hielo 
			de algunos miles de pies de grosor, en ese punto, fuera algo 
			sumamente increíble pero muy atractivo!... 
			 
			
			Por lo tanto, ahora sabemos que las eras glaciales y los 
			desplazamientos de los polos suceden con frecuencia. En unos pocos 
			años volverá a ocurrir. Pero aún yo tenía muchas preguntas que 
			seguían sin respuesta, tales como: si de repente mi país es 
			destruido, ¿cómo puedo escapar si no tomé ningún recaudo? 
			 
			  
			
			En la 
			obra When the Sky Fell estaba claramente escrito que, luego del 
			desastre de la Atlántida, se inició la agricultura en diversos 
			lugares del mundo y con los mismos cultivos y las mismas técnicas. 
			¡Estos debían provenir sin duda de la misma civilización! 
			 
			  
			
			Con 
			intriga lo leí y me quedé pensando sobre el tema. Parecía un 
			acertijo sin solución, algo imposible.  
			
			  
			
			Si su país desaparece de un 
			plumazo, no puede levantar vuelo con una carga de cereales y 
			construir una civilización como la de Egipto. Me era imposible 
			resolver esto, hasta que un día recibí el libro 
			
			Le Grand Cataclysme 
			(El gran cataclismo) de Albert Slosman. Anne Papillon me lo envió 
			desde París. Yo la había conocido dos meses antes en Amberes y le 
			había comentado acerca de mi investigación. Entonces, ella comenzó a 
			buscar en las librerías de París para mí y halló una copia del 
			libro, de segunda mano.  
			  
			
			Empecé a leerlo con grandes expectativas. 
			 
			 
			 
			 
			
			EL GRAN CATACLISMO 
			
			 
			Rara vez he leído con tanto asombro un libro.  
			
			  
			
			
			No me permitió 
			relajarme; Slosman, en verdad sabe cómo captar nuestra atención. 
			Desde el comienzo no se advierte al lector que esto no es una novela 
			sino una historia real, una que pasó realmente. Fue una ardua tarea 
			decodificar los jeroglíficos que describen los últimos años de la 
			Atlántida.  
			  
			
			
			Gracias a sus enormes esfuerzos, ahora estamos 
			familiarizados con los secretos de una civilización que se esfumó en 
			un día, en un gigantesco cataclismo. En un minuto le ofreceré un 
			breve resumen de Le Grand Cataclysme. Es chocante y se aplica 
			directamente a nosotros. Más adelante comprenderá por qué, pero 
			primero debe saber que el conocimiento de los atlantes sobre el 
			movimiento de las estrellas y la posición de los planetas era muy 
			superior al nuestro. Es de suma importancia que sepamos esto porque 
			nos conduce a develar sus secretos.  
			  
			
			
			Vea usted, ellos percibieron el 
			fin de la Atlántida con sus conocimientos sobre astronomía.  
			
			  
			
			
			El día 
			que la Atlántida se hundió bajo las aguas, un 27 de julio de 9792 a.C, Orion, Venus y algunas pocas estrellas y planetas más ocuparon 
			algunas "posiciones codificadas". Los sumos sacerdotes que escaparon 
			del cataclismo se llevaron los conocimientos con ellos y los 
			guardaron en el laberinto (el Círculo de Oro) en Egipto. Y allí 
			precisamente se elaboró el plan maestro para advertir a la humanidad 
			sobre el próximo cataclismo.  
			  
			
			
			Esta historia increíblemente asombrosa 
			debe ser conocida en el mundo entero, porque en el año 2012 las 
			estrellas estarán exactamente en la misma posición que en el año en 
			el cual la Atlántida se hundió. 
			  
			
				
				 Osiris La historia de Osiris (Orion) empieza en el año 10.000 a.C.
				 
				  
				
				L'An-Nu, 
			el sumo sacerdote de Aha-Men-Ptah, reunió al consejo. Tenía noticias 
			alarmantes, pues con "cálculos matemáticos de las configuraciones 
			estelares", estaba en condiciones de calcular la fecha del fin de su 
			mundo. Esto se basaba en los sucesos del cataclismo anterior, 
			ocurrido el 21 de febrero de 21.312 a.C, cuando la Atlántida fue 
			destruida en parte (la Tierra giró 72 grados en el zodíaco). 
				 
				  
				
				Su 
			mensaje fue sumamente doloroso y duro:  
				
					
					"Hermanos, estamos hoy 
			reunidos aquí para hablar de los aterradores acontecimientos que 
			sufrirán nuestros bisnietos. Sin dudarlo, debemos organizar un éxodo 
			de nuestro pueblo hacia otras regiones y esto representa un enorme 
			esfuerzo durante mucho tiempo".  
				 
				
				Pudo oírse un murmullo y luego una 
			ola de protestas, pero el alto prelado era inexorable:  
				
					
					"No me baso 
			en las sagradas escrituras sino en combinaciones matemáticas que 
			pueden ser comprendidas por cualquiera que lo elija. Todo movimiento 
			de las estrellas y los planetas se produce en armonía, siguiendo las 
			leyes de Dios. Lo que sabemos con seguridad es que las 
			'combinaciones matemáticas celestiales' tienen influencia sobre 
			todos los organismos de la Tierra, por medio de las configuraciones 
			que representan.  
					  
					
					Eso, por una parte.  
					  
					
					Segundo, los cálculos de mis 
			predecesores y de los científicos de nuestra 'Doble casa de la 
			vida' de Septa-Rerep establecen que una catástrofe de desconocidas 
			proporciones nos aguarda. Durante la anterior, el Norte de nuestro 
			país se convirtió en un enorme iceberg y fueron destruidas otras 
			partes del mundo. Esta vez, nuestro país entero desaparecerá. He 
			recalculado lo que nuestros científicos estimaron tantas veces con 
			anterioridad, y lo único que podemos decir es que nuestro país 
			desaparecerá por completo bajo las aguas.  
					  
					
					No quedará nada, y si no 
			se toma ninguna medida no habrá nadie que pueda contar la historia 
			de nuestra patria, porque pertenecerá al reino de los muertos". 
				 
				
				La mayoría de los oyentes permanecían en silencio, pues estaban 
			impresionados por lo que acababan de oír. Uno de los miembros más 
			ancianos interpretó la conmoción general:  
				
					
					"¡No dudo del poder de 
			sus palabras! Es lógico que si aceptamos este gran cataclismo como 
			algo que sucederá con certeza, aquí debemos discutir el éxodo con 
			calma. Pero esto significa la construcción de cientos de miles de 
			barcos, sin mencionar toda la comida que se necesita para millones 
			de personas. Se requiere la intervención de varias generaciones de 
			preparativos". 
				 
				
				L'An-Nu volvió a hablar:  
				
					
					"La ley celestial determina la armonía de 
			los cielos y el movimiento matemático de la Tierra a lo largo del 
			tiempo. Sobre la base de esto, 'aquellos que saben de números', 
			podrán determinar la fecha exacta y la ley causante de la 
			catástrofe. Se producirá el 27 de julio de 9792 a.C, dentro de 208 
			años y será inevitable.  
					  
					
					Por lo tanto, apresúrense, honorables 
			miembros del consejo, a tomar las medidas necesarias para que dentro 
			de dos siglos todos puedan abandonar estas tierras e iniciar una 
			segunda patria. Los primeros signos de lo que nos aguarda ya son 
			visibles en el horizonte, donde el Sol está más rojizo a su salida. 
					 
					  
					
					Aquí concluyo mi argumento, el Este tendrá color rojo, tan rojo como 
			nuestra sangre, porque nuestro imperio pertenecerá a los muertos". 
				 
				
				Esto produjo el efecto deseado. A partir de ese día, empezaron a 
			tomar las medidas precautorias necesarias para llevar a cabo un 
			éxodo sin fallas. 
				
				 Los años transcurrieron. En 9842 a.C. nació el primer hijo del rey 
			Geb y la reina Nut. Era un varón y su madre le puso el nombre de la 
			constelación que dominaba el cielo meridional, es decir, Osiris u 
			Orion. Estaba predestinado a convertirse en el gobernante 589° de 
			Aha-Men-Ptah. (Posteriormente, Aha-Men-Ptah fue llamada Atlántida, 
			por los filósofos griegos.)  
				  
				
				En 9841 a.C. nació su hermano Seth y un 
			año más tarde, sus hermanas mellizas Isis y Nepthys. Todos amaban a 
			las dos niñas, pero Seth se comportaba como un pequeño tirano. 
			Envidiaba el éxito de sus hermanas y estaba sumamente enojado por no 
			ser el heredero del trono. A Isis le gustaba reír y a menudo se la 
			veía en compañía de Osiris.  
				  
				
				El rey Geb observó una estrecha relación 
			entre los dos y decidió que se casaran. En presencia de una gran 
			audiencia, el matrimonio fue solemnizado. Seth estuvo ausente, dado 
			que estaba furioso cuando se enteró del casamiento. En un rapto de 
			ira, se marchó luego de amenazar con vengarse y cometer fratricidio. 
				
				 De la unión entre Isis y Osiris nació Horus. Mientras tanto, Seth se 
			dedicó a reunir un ejército cada vez más grande. Muchos de sus 
			rebeldes se irritaron al tener que realizar las medidas coercitivas 
			que les infligían para el cataclismo venidero, rehusándose a seguir 
			participando de las tareas por algo en lo que ellos no creían.
				 
				  
				
				En 
			esos tiempos difíciles, Osiris se convirtió en el nuevo gobernante, 
			a los treinta y dos años de edad. Era 9805 a.C, y faltaban trece 
			años para la fecha del cataclismo. Osiris, inmediatamente tomó 
			medidas para asegurarse la fidelidad de los otros estados del país.
				 
				  
				
				Formó un ejército que no sólo tendría que conquistar a los rebeldes, 
			sino también proteger los puertos y los depósitos de almacenaje. 
			Miles de botes se guardaron, luego de haberse dado cuenta de que 
			muchos de ellos se habían ido y ahora servían como madera para hacer 
			fuego. Una profunda reorganización tuvo lugar para que pudiera 
			lograrse una tranquila evacuación de aquellos que permaneciesen 
			leales. 
				
				 El resto de la tierra era un caos causado por Seth. 
				 
				  
				
				Hubo una 
			increíble cantidad de material a utilizarse en el éxodo que se tornó 
			inútil, se demolió, se
			rompió o fue robado. Seth ejerció una dictadura criminal y provocó 
			el terror, demostrándolo cuando envió de regreso a dos embajadores 
			del palacio, decapitados, en sus ataúdes.  
				  
				
				Su mensaje era claro:  
				
					
					"No 
			voy a negociar". 
				 
				
				Sólo quedaban tres años. Horus tenía 24 años cuando su tío incorporó 
			su séptimo estado y ordenó la inmediata destrucción de 4.000 
			"Mandjits".  
				  
				
				Estos barcos a prueba de hundimientos, ¡deberían 
			asegurar la supervivencia de 30.000 personas de esa provincia! Luego 
			de este insensato aniquilamiento hubo un impasse por unos tres años. 
			Un par de semanas antes del cataclismo, Seth intensificó su ataque 
			vigorosamente. En la noche del 26 de julio pudo hacerse con la 
			capital, por sorpresa. Sin duda, todos estaban preocupados por el 
			cataclismo venidero que interfería con las medidas que debían 
			adoptarse para la defensa. 
				
				 El resultado fue desastroso. Hubo saqueos y asesinatos; sólo el 
			palacio real no fue tomado. Seth discutió con sus capitanes la 
			estrategia necesaria, pero decidió no atacar porque sus tropas 
			estaban demasiado ebrias y en este estado no iban a hallarse en 
			condiciones de conquistar las tropas de élite, que se encontraban 
			bajo el mando de Horus.  
				  
				
				La oposición también supo que Seth no tomó 
			prisioneros y que ellos iban a luchar con todo su vigor por sus 
			vidas. Entonces pensó en una treta. Envió un mensajero al palacio 
			para ofrecer una rendición honorable, con la condición de que Osiris 
			en persona viniera a firmarla. A pesar de las advertencias de Geb, 
			Nut e Isis, el rey decidió ir. Dejó la defensa en manos de su hijo 
			Horus.  
				  
				
				Lo escoltaron seis hombres y un oficial. Osiris condujo hasta 
			el lugar del encuentro, pasando por las ruinas en llamas de su 
			capital. Antes de que pudieran reaccionar, las lanzas penetraron los 
			corazones y las cabezas de sus escoltas y los hombres fueron 
			brutalmente asesinados. El rey apenas había sido herido y fue 
			conducido a una habitación donde Seth, con sus oficiales 
			comandantes, lo aguardaban con impaciencia.  
				  
				
				Convencido de su 
			triunfo, Seth miró a su hermano con arrogancia, en tanto que este 
			sólo lo observaba con profunda tristeza.  
				  
				
				Entonces, una ira 
			irracional lo invadió. Tomó la espada de uno de sus capitanes y la 
			clavó en el cuerpo de su hermano; ni un sonido se oyó de los labios 
			de Osiris. Luego, le ordenó a sus capitanes que hicieran lo propio. 
			Osiris murió sin emitir un solo sonido. Seth miró a su alrededor, 
			notó que allí había una piel de toro y arrojó el cuerpo aún tibio 
			sobre ella, atando las dos partes que la constituían. Después, 
			ordenó a sus capitanes que arrojaran el "paquete" al mar.
				 
				  
				
				Los peces 
			carnívoros y los cangrejos se darían un festín con él. 
				
				  
				
				Figura 7. Jeroglíficos de las vidas de Isis y Osiris. 
				  
				
				En el palacio, Nepthys, que tenía el don de la videncia, vislumbró 
			los trágicos acontecimientos. Luego de comunicárselos a Horus, este 
			decidió lanzar un contraataque. En muy poco tiempo reunió a dos mil 
			hombres, les explicó lo ocurrido y les informó qué se esperaba de 
			ellos. Con sus corazones llenos de enojo, comenzaron el ataque, 
			matando instantáneamente a cada rebelde que encontraron a su paso.
				 
				  
				
				Pronto arribaron al lugar donde habían asesinado al padre de Horus. 
			Eran espectadores de una escena apocalíptica: estaba lleno de 
			cuerpos a los cuales se les había dado muerte de una manera bestial, 
			pero Osiris no estaba allí. Horus continuó con la reconquista y 
			pronto recibió refuerzos de los habitantes y de las otras brigadas.
				 
				  
				
				Justo antes del atardecer, la capital fue liberada, ¡pero 
			completamente destruida! 
				
				  
				
				Figura 8. Osiris retomó su lugar a la diestra de Dios, lo cual indica que la 
			Tierra se dará vuelta. 
				  
				
				En el momento en que el Sol debía elevarse sobre el horizonte, no 
			sucedió nada. 
				
				 Era el 27 de julio de 9792 a.C. y ese sería el último día de la 
			Atlántida. Apareció un ocaso irreal, sin sol ni cielo; una bruma 
			rojiza, sofocante, de difusa claridad a causa de su espesor, fue 
			tendiéndose como un manto parejo que no sólo absorbió todos los 
			sonidos sino también la luz del Sol.  
				  
				
				La respiración se hizo difícil 
			debido al profundo olor a muerte que dominaba la atmósfera. En todo 
			el continente, la gente comprendió que lo inevitable estaba por 
			desencadenarse. El instinto de supervivencia afligió a todos con un 
			intenso temor del drama que estaba por venir. No hay palabras para 
			expresar el pánico que se desató. En los anales está registrado en 
			detalle y puede comprenderse el pandemónium descripto, al pensar en 
			el temible panorama que la gente debía enfrentar.  
				  
				
				La mañana 
			transcurrió sin que nadie estuviera en condiciones de precisar la 
			hora, porque el Sol permaneció invisible detrás de la sofocante 
			niebla, que se tornó color rojo sangre. 
				
				 Horus comprendió que este era el fin de su país. También se dio 
			cuenta de que si la desesperanza de su pueblo era así de enorme, 
			mucho peor iba a resultar con los rebeldes. Entonces, decidió 
			aprovechar esta situación y asestar un golpe definitivo a las 
			tropas de su tío. Brevemente, explicó esto a sus comandantes, 
			quienes se entusiasmaron mucho con la idea.  
				  
				
				Les prometió a los 
			soldados que podrían irse a tiempo con sus familias. El asfixiante 
			silencio de la bruma estaba enloqueciendo a las tropas y, debido al 
			olor insoportable y a este rojizo fenómeno, casi perdieron la razón. 
			Como consecuencia, se produjo un violento encuentro con el enemigo, 
			algo que pareció casi un sueño, pues la borrosa bruma aún impedía 
			una clara visión. 
				
				 Entonces, la furia celestial se hizo conocer en su omnipresencia; 
			suaves terremotos pusieron fin a la batalla. Nadie pudo ganar porque 
			todos iban a perecer. Muchos fueron arrojados al suelo con sus 
			cuerpos temblorosos a causa de las siniestras oscilaciones. Esto se 
			prolongó con igual intensidad, mientras la bruma impenetrable 
			parecía aclararse. 
				
				 En el palacio, Geb asumió el mando nuevamente. El monarca anterior 
			no tenía otra alternativa, pues su hijo estaba muerto y Horus aún no 
			había tomado su juramento. Basándose en las leyes reales, decidió 
			iniciar de inmediato el éxodo general. Debieron abandonarlo todo, 
			sin ninguna esperanza de recuperarlo. Primero se envió la orden al 
			puerto para poder empezar con las acciones y medidas planificadas y 
			evitar, en lo posible, el pánico. Los soldados reales estaban todos 
			allí para facilitar la partida del pueblo que estaba a punto de 
			huir. 
				
				 En el puerto real había miles de "Mandjits", cuya característica 
			principal era que no podían hundirse. Estaban rigurosamente 
			protegidos y a bordo tenían equipos completos de supervivencia, 
			como por ejemplo, botellas de agua, tortas de cebada, cereales, etc. 
			Se había practicado la evacuación hacía tiempo y esta había 
			funcionado sin fallas. En un breve lapso, cientos de miles de 
			personas se embarcaron.  
				  
				
				A su vez, comenzó la evacuación de la 
			familia real y de los sumos sacerdotes. Todos se dirigieron a los 
			botes que ya habían sido
			designados con anterioridad.  
				  
				
				Para estas personas, las medidas que se 
			habían tomado hacía años, ahora estaban rindiendo sus frutos. El 
			sumo sacerdote, con calma, impartió sus órdenes, las cuales fueron 
			acatadas al pie de la letra. Un gran contingente de seguidores 
			pusieron los tesoros a salvo; nadie tenía la menor idea del alcance 
			de la catástrofe, aunque todos se imaginaban lo peor. 
				
				 A ciento sesenta kilómetros, los antiguos volcanes que tenían más de 
			mil años de antigüedad se reactivaron. Con un enorme poder arrojaron 
			rocas, tierra y polvo al aire, y la bruma volvió a tornarse espesa. 
			Una lluvia de piedras más pequeñas y pedazos de toda índole cayeron 
			sobre la capital y el puerto; como consecuencia de ello muchas 
			personas fueron heridas o murieron.  
				  
				
				En medio del pánico que 
			sobrevino, perdieron el autocontrol y comenzaron una verdadera 
			carrera hacia el puerto. Todos arrojaron lo que llevaban consigo, 
			para poder escapar más rápido. Cualquier indicio de pensamiento 
			humano fue reemplazado por un puro instinto animal de supervivencia. 
			Los soldados fueron atropellados por esta estampida de personas. La 
			turba saltó a los barcos de papiro que estaban recubiertos con 
			resina y betún para impermeabilizarlos y hacerlos indestructibles. 
				 
				  
				
				El terror causado por los horribles e inimaginables acontecimientos 
			hizo que la gente olvidara toda noción de seguridad. En lugar de 
			subir a bordo en un número no mayor a diez por barco, luchaban por 
			subir en los primeros Mandjits a su alcance. Cientos de barcos se 
			hundieron junto con sus pasajeros ni bien zarparon, o incluso antes 
			de hacerlo. Miles de desafortunados murieron en el puerto, el cual 
			ya no iba a subsistir por mucho tiempo más. 
				
				 Desde lejos se podía oír los volcanes otra vez, que arrojaban lava 
			al aire. El resto de la aterrorizada población que permaneció en 
			tierra, pereció en un torrente de fuego. Cientos de miles de litros 
			de un infernal fuego líquido, hallaron su camino en los pueblos y 
			las ciudades, destruyendo y cubriéndolo todo a su paso. En medio de este terrorífico curso de los acontecimientos, Nepthys e 
			Isis buscaban el cuerpo de Osiris.  
				  
				
				Nepthys condujo a su hermana a 
			través de la bruma de la invisibilidad. De los soldados que los 
			acompañaban sólo quedaron tres. Dado que la "vidente" tenía grandes 
			dificultades para concentrarse en el lugar exacto donde se 
			encontraba el cuerpo envuelto en el cuero del toro, la búsqueda se 
			hacía muy difícil. El pánico omnipresente y los miles de cadáveres 
			complicaban su tarea. Al parecer, eran los únicos que aún 
			permanecían vivos en este inmenso cementerio, donde las aves, otros 
			animales y las personas habían muerto.  
				  
				
				¿Valía la pena seguir 
			buscando, si de todos modos iban a morir? 
				
				 Eso era exactamente lo que se preguntaba Seth. Luego de los primeros 
			temblores, la parte principal de sus brigadas partió; los que se 
			habían reído incrédulos ante el profetizado final de su mundo, se 
			apresuraban a escapar de su desobediencia a las leyes de Dios, 
			aunque para muchos ya era demasiado tarde. Seth se dio cuenta de que 
			esta rebelión contra las leyes celestiales había, incluso, 
			acelerado el proceso inevitable. Se quedó solo, estupefacto y sin 
			comprender qué había sido de su honor y su reino perdidos. 
				
				 Horus les dio a los hombres restantes la libertad de partir en orden 
			y decidió quedarse a la zaga y buscar a su tío, para matarlo en 
			venganza por su padre. Ahora había dos hombres en el bosque, cuyas 
			cabezas estaban atiborradas con los trágicos sucesos, sabiendo 
			ambos que uno debería matar al otro año de sobrevivir. 
				
				 Una vez más, la furia celestial se desató. El tumulto en el puerto 
			ahora estaba en su punto máximo. Cientos de miles se empujaban en la 
			densa niebla para poder abordar alguna nave. No había soldado que 
			pudiera cumplir con su deber en esta masa de gente que se 
			atropellaba camino a la muerte.  
				  
				
				Las primeras filas simplemente 
			fueron echadas al agua. En ese momento, los rebeldes que aún 
			quedaban llegaron al puerto. Con una despiadada violencia se 
			abrieron paso hacia los botes. Todo el que se interponía en su 
			camino era arrojado al agua o asesinado, luego de lo cual, los 
			soldados se arremolinaron frente a los barcos. Pero a causa de su 
			miedo, cometieron los mismos errores que aquellos que los habían 
			precedido, pues sobrecargaron los botes con demasiados hombres. En 
			cuestión de segundos se hundieron y los ahogados se unían a las 
			pilas de cuerpos flotantes.  
				  
				
				Otros se dirigieron al puerto real donde 
			se llevaba a cabo el éxodo con toda calma, pero con gran apuro. Los 
			rebeldes provocaron un gran derramamiento de sangre y enfilaron 
			hacia el mar en barcos hurtados. Afortunadamente, el sumo sacerdote 
			y su familia, junto con otras naves que también transportaban a 
			sacerdotes, ya habían partido.  
				  
				
				Debido a la densa niebla, no les era 
			posible ver u oír nada acerca de este criminal episodio en el último 
			día de su reinado. 
				
				 Mientras tanto, los comandantes se acercaban unos a otros sin que se 
			dieran cuenta. La niebla los hacía invisibles e inaudibles entre sí. 
			Seth miró a su alrededor cuando una ráfaga de viento rasgó la 
			niebla; entonces vio a Horus, que estaba meditando a unos veinte 
			metros de distancia.  
				  
				
				Lleno de odio y sufrimiento, con el deseo de matar al hijo de su hermano, dio un paso 
			adelante. Otra vez la Tierra temblaba y se expandía una temeraria 
			sinfonía, cuya fantasmal imagen era pesada y siniestra. La lava 
			volvía a correr, continuando su destructivo trabajo. Los árboles se 
			quebraban como si sólo fuesen pequeñas ramas y luego ardían en 
			llamas.  
				  
				
				El fuego rugiente mataba todo lo que encontraba a su paso, 
			tanto vegetal como animal. Nada podía escapar a eso. Un desagradable 
			olor acompañaba todo ese panorama. Seth, quien en ese momento se 
			encontraba sólo a tres pasos de su sobrino, cayó presa del miedo; un 
			pánico irracional se apoderó de él y atacó sin pensar. Su grito se 
			perdió en el ruido atronador del bosque envuelto en llamas, cuando 
			su espada rozó el hombro de Horus; con otro golpe le pegó a la cara 
			de su sobrino. Horus estrechó sus manos frente a su rostro y pronto 
			estas comenzaron a sangrar. Seth estaba seguro de su victoria y se 
			escapó, tratando de huir del torrente de lava que se aproximaba.
				 
				  
				
				Aunque Horus aún estuviera vivo, con seguridad iba a morir en ese 
			torrente de fuego fantasmal. Unas enormes nubes ardientes provenían 
			de la lava, la cual serpenteaba emitiendo monstruosos silbidos. Cada 
			vez se acercaba más al hijo de Osiris quien, solo y muy herido, 
			había quedado a merced de los cielos.  
				  
				
				Había perdido su ojo derecho y 
			el otro estaba lleno de sangre, tenía una rodilla destrozada y un 
			hombro roto, pero aún estaba vivo, aunque no podía ver ni moverse. 
			Sabía que el infierno se cernía sobre él y tenía la esperanza de que 
			Isis y el resto de su familia hubieran podido escapar a tiempo. El 
			arroyo hir-viente llegó a los árboles cercanos y los destruyó en 
			apenas unos segundos. Un profundo suspiro se escapó de sus pulmones 
			y sintió el intenso calor que en breve lo iría a quemar hasta 
			convertirlo en cenizas.  
				  
				
				Entonces se produjo el milagro. Horus yacía 
			sobre un afloramiento de granito, dado que la lava no podría pasar 
			por allí; más bien sólo podría rodearlo, dejándolo a salvo por algún 
			tiempo. 
				
				 En la costa, por fin Nepthys tuvo éxito. Divisó una pequeña bahía 
			con una enorme higuera. Allí, en una rama que se encontraba sobre el 
			agua debería estar colgado el cuero que guardaba el cuerpo de 
			Osiris. Se comprobó que esto era cierto. Isis suspiró con alivio, 
			pues al final, su demora en abandonar esta tierra había tenido su 
			recompensa. Las dos hermanas, con cuidado tomaron el cuero y los 
			soldados lo colocaron en uno de los pequeños Mandjits que había por 
			ahí abandonados. Al cabo de un corto intercambio de ideas, la reina 
			le ordenó a su hermana que se uniese a su familia junto con los 
			soldados.  
				  
				
				Isis se fue sola en busca de su hijo, quien era el 
			heredero legal del reino que ahora se
			había perdido y llegó al palacio real donde Geb y Nut se disponían a 
			partir.  
				
				  
				
				Figura 9. Jeroglíficos que describen la pelea entre Horus y Seth.   
				
				Habían estado aguardando las noticias de su hijo y nieto, 
			desesperadamente.  
				  
				
				Confrontados con la resoluta decisión de Isis de 
			buscar a su hijo, Geb impartió sus últimas órdenes. Sin más demora, 
			Nut y los restantes jefes debían irse, siendo su lugar de destino, 
			allí donde terminaba el parque y empezaba el canal. Dos fuertes 
			galeras que eran lo suficientemente resistentes como para navegar 
			por los mares más bravíos los aguardaban.  
				  
				
				Un nuevo país iba a 
			necesitar una nueva madre, señora de un nuevo cielo, la cual, en 
			ausencia de Osiris y Horus, debía enseñarles a los sobrevivientes 
			cómo vivir en su segunda patria. Su nombre sería Ath-Ka-Ptah, cuyo 
			significado literal era "Segunda Alma de Dios", el cual luego sería 
			cambiado fonéticamente por los griegos por Ae-Guy-Ptos (o Egipto, en 
			castellano). 
				
				 Nut, a quien no le había gustado tener que dejar a su amado, fue 
			arrastrada por los incontrolables elementos. Una enorme explosión 
			en el centro de la capital sacudió a los sobrevivientes, 
			impeliéndolos hacia el caos. Geb, que había decidido acompañar a su 
			hija, se apoderó de varios caballos para poder moverse lo más rápido 
			posible.  
				  
				
				En cuanto vio todo ese daño y caos, dudaba de que Horus aún 
			estuviera con vida. Pero Isis no quería oír hablar de abandonar la 
			búsqueda. Con confianza lo alentó a continuar, aunque no era una 
			tarea fácil en medio de la niebla. De repente y de la nada, empezó a 
			aclarar y por primera vez hubo luz ese día. La actividad volcánica 
			en la distancia, habiendo lanzado miles de toneladas de lava, se 
			detuvo y un silencio sobrenatural los rodeó. ¡Esto tendría que 
			ayudarlos a encontrar a Horus!  
				  
				
				Pero ¿dónde buscarlo?  
				  
				
				Isis extendió 
			sus brazos hacia el cielo y rezó:  
				
					
					"¡Oh, Ptah-Hotep, rey de los 
			cielos, abre tus esclusas y deten el fuego; salva al hijo de tu 
			hijo! Ordena que este día del gran cataclismo no se convierta en el 
			día del gran luto. Oh, Ptah-Hotep, rey de la tierra, ordena que el 
			gran arroyo abra todas sus reservas!" 
				 
				
				Seis mil años después, esta plegaria está cincelada en todas las 
			tumbas del valle de los reyes de Luxor, y también en Dendera. 
				 
				  
				
				Y en 
			los anales del libro The Four Times [Las cuatro veces] se lee: 
				 
				
					
					"La 
			plegaria de Isis fue respondida y una lluvia rojiza se esparció 
			sobre la tierra, como si la sangre de los muertos se hubiera 
			desparramado sobre la tierra rasgada".  
				 
				
				Al cabo de algunas horas, la 
			lava se había enfriado y para Isis y Geb era difícil trepar por 
			ella.  
				  
				
				La reina, desesperada por la tristeza, no sabía qué camino 
			elegir en este desolado paisaje. Como su padre, estaba completamente 
			mojada y exhausta, y apenas podía moverse mejor entre las rocas 
			endurecidas. Entonces, Isis vio el cuerpo que estaba buscando... ¡y 
			parecía moverse! Lágrimas de alegría brotaron de sus ojos. Horus 
			pensó que estaba alucinando, pues no podía ser que su madre 
			estuviera tan cerca.  
				  
				
				Pero una mano lo tocó y una voz amorosa le 
			habló:  
				
					
					"Ya no tengas miedo hijo mío, Dios me mostró el camino para 
			llegar a ti y salvarte". 
				 
				
				Isis, en su mano, juntó un poco de agua que brotaba de la roca y 
			lavó la sangre del ojo que Horus no se había lastimado, entonces él 
			pudo ver a su madre y también lloró de alegría. Trató de pararse, 
			pero se hubiera caído pesadamente si su abuelo no lo hubiera 
			sostenido, a raíz de su rodilla destrozada. Con la ayuda de Isis, lo 
			tomaron por los hombros y muy despacio lo llevaron hacia los 
			caballos que aguardaban pacientemente.  
				  
				
				Allí, Geb habló con una voz 
			que no admitía réplica alguna:  
				
					
					"Isis, debes irte de inmediato, 
			Osiris escondió un Mandjit bajo un techo en el Lago Sagrado. 
			Apresúrense los dos para llegar allí y váyanse lo más rápido posible 
			al mar abierto. Hay sólo un par de remos a bordo y les resultará 
			fácil partir. Yo soy prácticamente un peso muerto para ir con 
			ustedes; además, aún debo arreglar algunos asuntos en el palacio. No 
			piensen en mí, ¡es una orden! Sólo piensa en tu hijo. Ahora, 
				váyanse". 
					
					 "¡Pero, padre!" 
					
					 "¡Vayanse, es una orden!" 
				 
				
				Era imposible oponerse a su decisión e Isis se fue, con su otro 
			caballo detrás de ella. Durante la travesía le habló a su hijo de 
			manera alentadora. Ella sabía que el sufrimiento debía ser 
			insoportable y trataba de hacerle olvidar el dolor por un momento. 
				 
				  
				
				Llegaron al barco sin ninguna dificultad. Isis se sentó en el lugar 
			de los remos y comenzó a remar con vigor hacia el estrecho, donde 
			probablemente podría cambiar por un barco más grande y Horus podría 
			ser cuidado por otros sobrevivientes. Luego de haber pasado el canal 
			grande y el pequeño, se produjo el primer choque sísmico verdadero. 
			La tierra fue arrojada hacia los cielos, mientras una intensa luz 
			destellante atravesó el cielo antes de desaparecer en las aguas, en 
			dantescas llamas saltarinas.  
				  
				
				Horus no se dio cuenta de ninguna de 
			estas convulsiones de la tierra, pues estaba inconsciente. 
				
				 Durante ese día —día que aparentemente nunca llegaba a su fin (27 de 
			julio)—, el destino de Aha-Men-Ptah quedó sellado. En el extremo 
			meridional del continente que se hundía, flotaban los Mandjits 
			considerados como imposibles de hundirse y ahora había llegado el 
			momento de probar su reputación. En Occidente, el cielo aún brillaba 
			con un color púrpura, a causa de los acontecimientos producidos por 
			el cataclismo.  
				  
				
				Pero ¿en verdad era el Oeste? Se avecinaba una 
			tormenta, en tanto olas de varios metros de altura se estrellaban contra los Mandjits.
				 
				  
				
				El agua entraba por los huecos de las 
			embarcaciones haciendo difícil que estas se mantuvieran derechas. 
			Luego de un período relativamente tranquilo, la violencia volvió a 
			desatarse. Esta vez fue un ciclón y algunos de los barcos de papiro 
			se hicieron trizas. En estas enormes masas de agua, los capitanes 
			sobrevivientes de los barcos trataron de luchar contra el terror de 
			la naturaleza.  
				  
				
				Aún no habían sobrepasado el límite de lo imposible. 
			En el cielo púrpura que ahora estaba tranquilo, de repente vieron 
			salir el Sol con movimientos abruptos y lo observaron con angustia. 
			Se aferraron a las barandas de los barcos para cerciorarse de que 
			todavía estaban a bordo. Unos minutos más tarde, el Sol volvió a 
			desaparecer y sobrevino la noche. Para su asombro, las estrellas 
			también adoptaron ese ritmo rápido; luego la Luna apareció y se 
			movió con tal velocidad por el cielo que parecía que iba a chocar 
			con la flota. La noche entera sobrevino en menos de una hora. 
				 
				  
				
				Nadie 
			sabía qué estaba sucediendo, nadie podía decir si este día sería 
			seguido por otro o no. El horizonte se mantuvo color carmín, con una 
			claridad sobrenatural, fantasmal y enigmática.  
				  
				
				Todos pensaban que su 
			final había llegado, como así también había llegado el fin del 
			mundo, por obra de titánicos terremotos.  
				
				  
				
				Figura 10. Esta es una de las ilustraciones fundamentales, escritas en las 
			paredes de los templos egipcios. Muestra el escape de Osiris, Horus e Isis. A la izquierda está la 
			inundación y a la derecha, los Mandjits casi destruidos. En el medio la reina Nut. Ella los 
			protege.   
				
				Todo se había ido, excepto 
			la bruma. 
				
				 En el horizonte la calma reinaba otra vez. Un chorro de piedras 
			incandescentes fue arrojado en la lejanía y el mar turbulento se 
			encendió. Mientras caía una lluvia de fuego, los sobrevivientes se 
			dieron cuenta de que habían presenciado las últimas convulsiones de 
			Aha-Men-Ptah.  
				  
				
				Para muchas personas era demasiado duro de creer, pues 
			por generaciones y generaciones su tierra había sido el centro del 
			mundo y ahora se caía a pedazos, mezclándose con las aguas que se 
			elevaban, abandonándolos. Los que tenían buena vista pudieron ver a 
			través de una niebla púrpura que las últimas montañas habían 
			desaparecido bajo las aguas.  
				  
				
				¡Nada había quedado! ¡Nada! 
				
				 Este hundimiento elevó el nivel de las aguas. Una ola gigantesca, de 
			doce metros de altura y varios kilómetros de ancho se aproximó 
			envolvente hacia ellos, destruyéndolo todo a su paso. Cientos de 
			personas fueron arrojadas al mar pero, afortunadamente, muchos se 
			habían atado a los mástiles, con las sogas que colgaban de las 
			velas. Isis y Horus estaban atados sujetos en su barco perdido, 
			igual que Nepthys y Nut y sus compañeros.  
				  
				
				¡Y Seth también! Él se las 
			había ingeniado para escapar y ahora buscaba a los "Hijos de la 
			Rebelión". 
				
				 Mientras tanto, Horus empezó a diseñar estrategias tratando de 
			olvidar su insoportable dolor. No iría a salvarse permaneciendo en 
			su barco; a fin de sobrevivir, debía elegir un lugar de destino 
			donde pudiera desembarcar sin peligro. Se preguntaba cómo podría 
			suceder todo esto. Del "Maestro de las Combinaciones Matemáticas 
			Celestiales" había aprendido que la Tierra era una esfera, igual que 
			la Luna y el Sol. La observación, seguida por minuciosos cálculos de 
			figuras geométricas formadas por los planetas y los cuerpos 
			celestiales, habían revelado una única ley universal, la cual 
			condujo a este gran cataclismo.  
				  
				
				Pero la Tierra iba a seguir 
			existiendo, aunque fuera .destruida en su mayor parte por los 
			acontecimientos. Esto era algo esperanzados. 
				  
				
				De repente, Horus se dio cuenta de que los Mandjits no se 
			mantendrían a flote. Habían sido tratados con betún y este ya se 
			estaba derritiendo a causa del calor. Pronto comenzarían a tener 
			filtraciones y desaparecerían en las profundidades. Después de este 
			descubrimiento, volvió a dormirse y llenarse de sueños. Se 
			preguntaba por qué los sacerdotes apuntaban a la falta de creencia 
			como la causa principal del cataclismo.  
				  
				
				¿Acaso su Creador no sentía 
			ninguna
			piedad por ellos? Él tendría que empezar todo de nuevo para poder 
			comprenderlo. Un grito de su madre lo devolvió a la realidad. 
				 
				  
				
				Abrió 
			el ojo que le quedaba, que por cierto tenía severas heridas, y a 
			través de la bruma preguntó:  
				
					
					"¿Hay algún problema con los Mandjits, 
			madre?" "No, es el día, el cual aparentemente está comenzando por el lado 
			correcto". "¿Por el lado correcto? ¡Eso es imposible! Eso sería posible sólo si 
			estuviéramos en la dirección equivocada". "Por cierto que es el Este, Horus, porque hay tierra visible en el 
			Oeste". 
				 
				
				El nuevo acertijo dejó a Horus perplejo; ya era hora de encontrar 
			una solución para todos estos acontecimientos apocalípticos. Un 
			clamor angustioso provenía de todos los barcos cuando vieron este 
			inexplicable movimiento del Sol. Todos estaban aterrorizados. Pero 
			el día transcurrió con el Sol del lado equivocado, sin que nada 
			sucediera y la paz fue restituida. Isis se cambió la ropa y fue 
			reconocida por su pueblo.  
				  
				
				Cuando estuvieron cerca, ella habló con 
			voz estentórea:  
				
					
					"Les hablo a todos, si están dispuestos a vivir en 
			paz con Dios, quien los creó a su imagen, entonces una segunda 
			patria los aguarda: Ath-Ka-Ptah. Allí, los rayos de un segundo Sol 
			se encargarán de nuestra resurrección". 
				 
				
				En otro barco, Nepthys pensaba. En la proa se encontraba el cuerpo 
			de su querido hermano, envuelto a salvo en el cuero del toro. De 
			repente ella "vio" ¡a una persona muerta!, algo que no tenía cómo 
			explicar... 
				
				 Entonces se llenó de regocijo; comprendió que un milagro se había 
			producido. Frente a ella, Osiris apareció en el cielo estrellado. 
			¡Él, que había nacido como un Dios y asociado con esta constelación, 
			renacía en el cielo! Su Padre, para hacerles saber de su 
			omnipresencia en toda circunstancia, ¡le dio vida otra vez a su 
			Hijo! 
				
				 Nepthys no sabía por qué, pero de pronto se sintió llena de 
			confianza en sí misma. 
			 
			
			  
			
			Aquí la historia de los muertos de la Atlántida llega a su fin. 
			Todos los hechos estarían entretejidos más adelante en la religión 
			egipcia. 
			
			 
			La constelación de Orion —nombre con el cual Osiris fue designado—, 
			hallará su imagen en la Tierra en las tres pirámides de Giza. El 
			hecho de que Orion (Osiris) volvió a "despertar" en el cielo 
			estrellado, se convertirá en la fuerza conductora que sustenta la 
			religión estelar egipcia.  
			
			  
			
			Todos los posteriores faraones que fueron 
			sucesores quisieron "renacer" en la bóveda de estrellas, como lo 
			había hecho su ilustre predecesor.  
			
			  
			
			Figura 11. 
			Osiris, Amo de las Dos Tierras: Aha-Men-Ptah y Ath-Ka-Ptah. 
			
			  
			
			Por eso, las pirámides están
			construidas a semejanza de las estrellas; la culminación del ciclo 
			real de nacer de nuevo. En esencia, una religión basada en estrellas 
			se generó a partir de la creencia de que los reyes muertos se 
			convertirían en almas estelares. ¡Esta religión iba a durar más de 
			9.000 años! 
			
			 
			Los faraones se consideraron a sí mismos como los seguidores de 
			Horus reencarnado, el Viviente. Cuando murieran, renacerían a fin de 
			poder elevarse a las estrellas. Todos los funerales tuvieron lugar 
			en la margen occidental del Nilo, donde la comarca de las pirámides 
			simbolizaba el área que rodeaba a Orion en las "orillas" de la Vía 
			Láctea.  
			
			  
			
			El traslado de los cuerpos muertos a la 
			orilla opuesta del 
			Nilo era un simbólico pasaje ritual del alma hacia el otro lado del 
			Nilo celestial (la Vía Láctea), donde se encontraba el paraíso 
			celestial y donde Osiris empuñó el cetro. Ahora todos pueden 
			comprender por qué: Orion (Osiris) fue el primer rey-Dios que 
			resucitó, ¡por eso el monumento erigido en su nombre es la mayor 
			obra "arqueo-astronómica" de la resurrección que jamás haya 
			existido! 
			
			 
			Los puntos cardinales en esta brújula eran importantes en este 
			ritual, pues el Sur marcaba el comienzo del ciclo, el Oeste el 
			inicio de la muerte simbólica en el momento en que la estrella 
			desaparecía en el horizonte; el Este simbolizaba el renacimiento de 
			la estrella.  
			
			  
			
			Todo esto es una reminiscencia de los acontecimientos 
			del día del "Gran Cataclismo". Aparte de eso, hay centenares de 
			cosas que podrían simbolizar la religión y los hechos 
			interconectados. Por ejemplo, en Heracleópolis, se ofrendaba un toro 
			por día para que tomaran su cuero; en el templo de Dendera, el cuero 
			del toro simbolizaba la mayor santidad. El ojo perdido de Horus 
			puede hallarse en el pecho de todos los faraones, etc.  
			
			  
			
			En Egipto, 
			también es posible encontrar "arcas" de la Atlántida. 
			 
			  
			
			
			 
			 
			
			
			LOS MANDJITS DE LA ATLÁNTIDA 
			 
			Del capítulo anterior sabemos que los sobrevivientes de la 
			catástrofe tuvieron que agradecer por sus vidas a los Mandjits, que 
			tenían fama de permanecer siempre a flote.  
			
			  
			
			Naturalmente, sus 
			descendientes iban a incluir este gozoso suceso en su religión. El 
			descubrimiento de embarcaciones en medio del desierto, sólo 
			representó una fuente de problemas insuperables e inexplicables 
			para los egiptólogos. En mayo de 1954, el arqueólogo Kamal-el-Mallakh halló un pozo en el lado sur de la Gran Pirámide, 
			de 31,5 metros de largo y 23,5 metros de profundidad. Dos metros 
			debajo de eso, encontró bloques de piedra caliza, algunos de los 
			cuales pesaban más de quince toneladas.  
			
			  
			
			Debajo de este techo de 
			piedra se encontró un bote de cedro, desarmado. Tardaron catorce 
			años en reconstruirlo, pero el resultado valió la pena, pues resultó 
			ser una nave de 43 metros de longitud, del mismo tamaño que tenían 
			las que eran usadas por los vikingos para cruzar el Atlántico. El 
			hallazgo provocó muchos interrogantes entre los egiptólogos. Si este 
			barco había sido construido por armadores que tenían conocimiento de 
			navegación en el mar abierto, entonces ¿quiénes eran ellos?  
			
			  
			
			Según la 
			historia ortodoxa, los egipcios fueron nómadas durante algunos 
			siglos antes de la construcción. ¿Dónde habrían podido adquirir los 
			conocimientos en el desierto para construir embarcaciones para 
			navegar en el mar?  
			
			  
			
			Por cierto, podría decirse que los faraones sólo 
			los usaban en los rituales, pero aun así, ¿de dónde obtuvieron el 
			diseño?  
			
			  
			
			Preguntas, preguntas y más preguntas. Por supuesto, ya 
			sabemos que la única respuesta lógica es que provenía de sus 
			antepasados, los cuales usaron embarcaciones similares para escapar 
			de su país. En 1991 el misterio fue aun mayor para los egiptólogos. 
			En Abydos existe uno de los edificios más antiguos de Egipto, el 
			Osireion. Según el profesor Naville, quien descubrió la estructura 
			en 1914, este enorme edificio fue un gran depósito de agua que se 
			llenaba cuando subía el río Nilo.  
			
			  
			
			El templo cercano de Seti estaba 
			dedicado a Osiris.  
			
			
			  
			
			Figura 12 
			
			
			
			Oroníeus Finaeus, mapa de la Antártida, Oronteus Finaeus 
			de la Antártida. 
			  
			
			
			Los textos de la
			pirámide dicen lo siguiente sobre el tema: 
			 
			
				
				"Tú has muerto, pero 
			vivirás de nuevo. Ve al lago y sigue por el canal a Abydos". 
			 
			
			
			Una vez más, vemos aquí la conexión con los acontecimientos que 
			habían sucedido casi doce mil años antes. Osiris (Orion) se 
			encontraba en una bahía y fue transportado por el mar. Luego, él 
			"despertó" en el cielo. 
			 
			
			  
			
			
			Si echamos una cuidadosa mirada al mapa 
			estelar, veremos que la Vía Láctea se encuentra situada próxima a la 
			constelación de Orion. En Egipto se asociaba al Nilo con la Vía 
			Láctea (o el mar de estrellas), por lo tanto, la historia es 
			correcta en todos sus detalles. Una reconstrucción de estos datos 
			nos ofrece la siguiente historia. Orion, que está en la pirámide, 
			debe ir al lago y desde allí, al Nilo en dirección a Abydos. 
			 
			
			  
			
			
			Naturalmente, esto sólo puede hacerse por barco. Y ¿qué encontramos 
			a un kilómetros hacia el Noroeste de Osireion? Exactamente doce 
			grandes barcos. ¿Por qué doce? Es probable que haya una conexión con 
			el zodíaco. 
			 
			
			  
			
			
			En la publicación The Guardian, del 21 de diciembre de 
			1991, leemos lo siguiente al respecto: 
			 
			
				
				"Una flota de barcos reales 
			de hace cinco mil años fue hallada a 31 kilómetros del Nilo. Los 
			expertos dicen que los barcos, que pueden variar en longitud de 15 
			a 18 metros, son los primeros barcos reales de Egipto y los más 
			antiguos que se hayan encontrado".  
			 
			
			
			Ocultas en sus sepulturas de 
			ladrillos, las embarcaciones probablemente fueron colocadas primero 
			sobre la arena del desierto. La capa de tiza blanca alrededor de los 
			sepulcros permitía que, bajo el Sol, se advirtiera su brillo desde 
			lejos. Los investigadores también convinieron en que los barcos 
			pudieron soportar las peores condiciones climáticas en el mar. 
			 
			
			  
			
			
			Sin 
			embargo, eran 500 años más antiguos que el barco de la pirámide. 
			Otro sorprendente misterio fue que los mismos barcos se hallan 
			representados en pinturas murales que son 1.500 años más antiguas. 
			Los egiptólogos aún no logran resolverlo. Pero nosotros sí que lo 
			sabemos, pues los atlantes eran una nación con muchas habilidades 
			como navegantes que hasta trazaron un mapa perfecto de la Tierra. 
			Sabían todo acerca del movimiento de las estrellas y los planetas, 
			y este conocimiento era necesario para que sus marineros pudieran 
			navegar hacia otros países. 
			 
			
			  
			
			
			En su libro 
			
			The Path of the Pole [La 
			senda del Polo], el profesor Charles Hapgood escribe: 
			
				
				Todo investigador serio debe conseguir un gran mapa moderno de la 
			Antártida, ya sea el que produjo National Geographic Society o el 
			que preparó American Geographic Sociely, que es más elaborado y más 
			moderno. En ese gran mapa debe seguir la costa, comparándola con el 
				mapa de Oronteus Finaeus y esta tabla.  
				  
				
				Estoy seguro de que llegará a la 
			conclusión de que la concordancia entre los mapas antiguos y 
			modernos está completamente más allá de toda probabilidad de 
			coincidencia. Como un comentario final sobre esta extraordinaria 
			evidencia, diré que aunque está comprobado que este mapa ya existía 
			en 1531, no hubiera sido posible dibujar uno con semejante precisión 
			en los tiempos modernos, hasta la invención del cronógrafo en el 
			reino de Jorge III, alrededor del año 1780.  
				  
				
				Este instrumento 
			primero hizo posible la determinación exacta de la longitud. 
			Conclusión: el mapa es una evidencia de una adelantada civilización 
			perdida. 
			 
			
			
			Con este conocimiento y gracias a los Mandjits, los atlantes 
			pudieron escapar al cataclismo; a ellos les deben sus vidas. Por 
			eso el éxodo a través del mar seguía repercutiendo miles de años más 
			tarde. A causa de esto, mucho después se construyeron enormes barcos 
			de piedra y con las mismas exactas proporciones; algunos fueron 
			descubiertos en Abusir y Saqqara, en el camino a Giza, con sus proas 
			apuntando hacia el Oeste. 
			
			
			 
			El barco en Abusir mide cerca de 30 metros y es un verdadero 
			monumento.  
			 
			
			  
			
			
			El nombre que había sido cincelado en él en jeroglíficos 
			es lo suficientemente claro: 
			 
			
				
				"Padre de Osiris". En otras palabras, 
			¡Dios! Este Mandjit fue construido por orden de Ni-Osiris-Ra, faraón 
			de la quinta dinastía, cuyo nombre significa, "Descendiente de 
			Osiris y del Sol".  
			 
			
			
			La orientación del barco es Oeste-Este, con la 
			proa apuntando hacia el Oeste, donde el Sol actualmente "está 
			tranquilo". La amarra, al igual que sus otras partes, habían 
			desaparecido, pero el barco conservaba su excelente estructura. El 
			notable casco de la embarcación, capaz de soportar los mares más bravios, muestra una ingeniosa disposición de líneas, igual que los 
			Mandjits de papiro. 
			
			
			 
			El barco de piedra de Abusir. por lo tanto, es tan importante como 
			los de madera. Entonces, desde aquí hago un llamado urgente a los 
			egiptólogos para que se ocupen del alto valor simbólico de todos 
			estos barcos. 
			
			
			 
			Cuando uno tiene una de estas embarcaciones delante de sí y conoce 
			la historia del éxodo, entonces soñar despierto es casi inevitable. 
			El inolvidable espectáculo de los miles de Mandjits dirigiéndose al 
			mar durante el cataclismo, pronto aparecerá en su mente. Sin estos 
			navíos, Egipto nunca hubiera existido como lo conocemos hoy. Sin 
			ellos, Isis, Horus, Nepthys, el sumo sacerdote y su familia e 
			innumerables personas, no hubieran podido escapar. Dado que la 
			civilización actual se basa completamente en la egipcia, sólo 
			seríamos una
			cultura primitiva, ni siquiera cercana a la presente. 
			
			
			 
			Sólo quiero dejar aclarado lo importantes que estos Mandjits fueron. 
			Su existencia hizo posible que se nos revelaran los secretos de la 
			Atlántida, siendo primordial en esto, el hecho de que los sacerdotes 
			pudieron predecir el día del cataclismo con ayuda de las 
			"Combinaciones Matemáticas Celestiales".  
			 
			
			  
			
			
			Este día se está acercando 
			a pasos agigantados. 
			 
			
			  
			
			Figura 13. 
			Réplica de un pequeño Mandjit. 
			
			  
			
			
			Como sucedió antes, tendremos que construir una 
			flota de modernos Mandjits para sobrevivir a la catástrofe. La 
			conciencia de esto hará despertar a los egiptólogos, confiriendo a 
			dichas embarcaciones su merecido lugar en la historia. 
			 
			
			  
			
			
			De hecho, 
			todos los historiadores deberían proceder así. Después de todo, yo 
			inicié y terminé el primer capítulo, señalando que justo a 
			posteriori del último derrumbe —en el cual la Atlántida se 
			destruyó—, la agricultura apareció en diversas llanuras elevadas, en 
			el mundo.  
			 
			
			  
			
			
			El botánico ruso Nikolai Vavilov se ha dedicado a un 
			profundo estudio sobre esto, habiendo ubicado ocho centros agrarios 
			diferentes, donde se usaron los mismos semilleros. 
			 
			
			  
			
			
			La pregunta que 
			yo formulé (¿cómo hicieron los atlantes para escapar con las 
			semillas, si su país fue destruido en un día?), aquí está resuelta 
			definitivamente: ellos sabían de antemano que esto iba a suceder, 
			entonces construyeron barcos y se encargaron de repoblar el mundo. 
			Por esa razón hay tantas personas en esta tierra en la actualidad y 
			estamos enfrentando el mayor cataclismo de todos los tiempos.
			 
			
			  
			
			
			Aún 
			queda la pregunta última y esencial: ¿cómo hicieron para saber que 
			esto sucedería? 
			 
			
			  
			
			
			Y esto nos conduce a la próxima sección. 
			 
			
			
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