por Nicholas Wade

(NYT) SCIENCE DESK

14 Noviembre 2000
del sitio Web NewAgePointToInfinity

traducción de Adela Kaufmann

Versión original en ingles

Versión en alemán

 

 

De lo que había parecido como un irreversible olvida, los arqueólogos y genetistas de poblaciones creen que están a punto de recuperar un expediente de historia humana estirándose hacia atrás casi por 50,000 años.

El registro, construido en una síntesis de datos arqueológicos y genéticos, sería un tipo de historia de puros huesos, sin nombres o hechos individuales.

 

Pero se pudo crear una crónica de acontecimientos, aunque incompletos, entre el amanecer de la especie humana de por lo menos hace unos 50,000 años y el comienzo de la historia registrada en 3,500 AC. Los acontecimientos serían las fechadas migraciones de personas de una región a otra, vinculada con las culturas arqueológicas y quizás con el desarrollo de los más importantes grupos de lenguas.

El nuevo elemento en esta síntesis es el incremento de poder de los genetistas de ver hacia atrás en el tiempo y trazar la historia de poblaciones pasadas, desde análisis del ADN de la gente viva en la actualidad.

“Es asombroso cuánta arqueología está comenzando a aprender de la genética” dijo el Dr. Colin Renfrew, un arqueólogo líder en la Universidad de Cambridge en Inglaterra, en una conferencia sobre los orígenes humanos sostenida el mes pasado en el Laboratorio Cold Spring Harbor en Long Island.

En una de las más detalladas reconstrucciones genéticas de historia de población hasta ahora, el Dr. Martin Richard de la Universidad de Huddersfield en Inglaterra, y muchos colegas han rastreado la notable antigua ascendencia de la población actual de Europa.

Un 6 por ciento de europeos descienden de los primeros fundadores del continente , quienes llegaron a Europa desde el Cercano Oriente en la era Superior Paleolítica, hace 45,000 años, calcula el Dr. Richards. Los descendientes de éstos más tempranos arribos siguen siendo más numerosos en ciertas regiones de Europa, que los pudieron haber con refugios de subsecuentes oleadas de inmigración.

 

Una es el montañosos país Vasco, donde la gente todavía habla una lengua completamente diferente de otras lenguas europeas. Otra es en el extremo europeo de Escandinavia. Otro 80 por ciento arribó hace unos 30,000 a 20,000 años, antes del pico de la última glaciación, y 10 por ciento vino en el Neolítico, hace 10,000 años, cuando finalizo la edad de hielo y la agricultura fue por primera vez introducida en Europa.

Se solía pensar que las más importantes dispersiones humanas ocurrieron en el Neolítico, incitadas por los incrementos de población, hechos posibles por la invención de la agricultura. Pero ahora parece que el mundo se llenó antes, y que los primeros habitantes eran bastante resistentes al desplazamiento por llagadas más tardías.

El Dr. Richard estima, reportado en la actual edición de la revista Americana sobre Genética Humana (The American Journal of Human Genetics), están basados en el análisis del ADN mitocondrial, un elemento genético que ocurre tanto en hombre como en mujeres, pero que es transmitido solamente a través de la madre, por lo cual reflejan así solamente el movimiento de las mujeres.

El movimiento de los hombres puede ser seguido a través del análisis del cromosoma Y, pero es más difícil trabajar con el cromosoma Y, y la información está llegando a estar disponible solamente hasta ahora. En un artículo en la edición actual de Ciencia, el Dr. Peter A. Underhill de la Universidad de Stanford y colegas reportaron los primeros análisis de la población europea en términos del cromosoma Y.

 

Aunque esto está en concordancia con los hallazgos del ADN mitocondrial en un importante bosquejo, sugiriendo que Europa fue poblado sobre todo en el período paleolítico, con adiciones en el neolítico, hay algunos puntos más de diferencia.

La migración más temprana hacia Europa según el ADN mitocondrial tuvo lugar desde el Cercano Oriente hace unos 45,000 años, pero el Dr. Underhill y sus colegas dicen que ellos no pudieron ver ninguna migración correspondiente en la información del cromosoma Y.

Ha sido encontrada una muy Antigua mutación del cromosoma Y que ocurre en Siberia así como en Europa. Esto liga audazmente esta mutación con los portadores de la cultura Aurignaciana, quienes llegaron a Europa hace 40,000 años. La cultura aparece en Siberia aproximadamente por ese mismo tiempo, como si esta gente se hubiera extendido tanto hacia el este como hacia el oeste.

El Dr. Underhill y sus colegas asocian otra mutación, la cual es común en la India, Pakistán y Asia Central, así como Europa, con la gente de la cultura Kurgana, quienes, según una teoría, se expandieron desde el sur de Ukrania, regando las lenguas indo-europeas.

El informe del Dr. Underhill trata de hacer una magnífica síntesis entre la información arqueológica y genética, pero probablemente pase algún tiempo antes de que los especialistas en cada área convengan en cómo ambos tipos de información deberían ser asociados.

“Es muy emocionante que los genetistas ahora tengan procedimientos internos de fechado, pero realmente yo pienso que los datos son, de hecho, muy flojos”, dijo el Dr. Renfrew en una entrevista.

Los Genetistas creen que el mundo fuera de África estaba poblado por la migración de un muy pequeño número de gente que dejaron África del este hace unos 50,000 años. Estos modernos humanos, con sus culturas e inventivas más avanzadas, se piensa que desplazaron a los arcaicos homínidos como los Neandertales, que habían emigrado desde África muchos miles de años antes.

Estas poblaciones paleolíticas crearon sofisticadas herramientas de piedra y dejaron evidencia de su avanzada cultura en las pinturas de cavernas del sur de Francia, datando de al menos hace unos 30,000 años, sus remanentes arqueológicos muestran pocas señales de comportamiento de modernos humanos.

El Dr. Richard Klein, un arqueólogo en la Universidad de Stanford, ha sugerido que algunos cambios genéticos, quizás tan profundos como la invención del lenguaje, ocurrieron en África hace unos 50,000 años, y estos fueron estos modernos seres humanos en comportamiento quienes se expandieron dentro de África y poblaron el resto del globo.

Esta tesis fue desafiada en una conferencia en Cold Spring Harbor por dos arqueólogos, la Dra. Sally McBrearty de la Universidad de Connecticut y por la Dra. Alison Brooks de la Universidad de George Washington.

 

Ellos argumentaban que cada uno de los componentes dichos de caracterizar la revolución paleolítica en el comportamiento humano, como láminas de piedra, comercio de larga distancia y arte pueden se encontrados en África en fechas más tempranas.

“Así, todos los comportamientos del Paleolítico Superior tienen un pedigrí africano”, dice el Dr. McBrearty.

Los comportamientos fueron gradualmente ensamblados como un paquete, y fueron exportados,

“lo cual es porqué aparecen repentinamente en Europa hace 40,000 años, dijo ella”.

El Dr. Klein dijo en una entrevista que el dudaba de algunas de las tempranas fechas propuestas por el Dr. McBrearty y el Dr. Brooks, y que incluso si las fechas estuvieran correctas, los comportamientos modernos confirieron tal ventaja que deberían aparecer en un amplio patrón, no solamente en el puñado de lugares citados por sus críticos.

 

Para entender lo que sucedió en el pasado, es necesario ver los patrones e ignorar el “ruido”, dijo.

La síntesis de la arqueología con genéticas de la población podría suministrar una bese en la cual pudiera ensamblarse una tercera disciplina, aquella de las lingüísticas históricas. La mayoría de lingüistas insisten que los idiomas pueden cambiar tan rápidamente que sus raíces no pueden ser confiablemente rastreados más allá de los 5,000 años.

 

 Solamente unos pocos, como el Dr. Joseph Greenberg de Stanford creen que algunos elementos de lenguaje permanecen constantes, lo suficiente para reconstruir lodos los idiomas del mundo en solo 14 superfamilias de una mucho mayor antigüedad.

La firma de éstas antiguas superfamilias puede ser visto en la distribución geográfica de lenguas, dice el Dr. Renfrew.

 

En algunas áreas del mundo, como el Cáucaso, Nueva Guinea y América del Sur hay muchas familias de lenguas empacadas en un área pequeña, la cual el llamó zona mosaico. En otras áreas, una sola familia de lengua cubre una amplia o extensa zona. Las lenguas Indo-europeas, las cuales se extiende desde Europa hasta la India son uno de tales ejemplos. Otra es la superfamilia Afroasiática que incluye las lenguas de Etiopía y Somalia y lenguas semíticas, como el árabe y el hebreo.

Las zonas de extensión, Dr. Renfrew dijo, son, sobre todo, el resultado de recientes dispersiones causadas por inventos agrícolas.

 

Las zonas mosaicas,

“pudieras ser aquellas de los primeros humanos en ocupar aquellas áreas, por lo menos en Australia y América,” dijo.

La lengua hablada por la población humana ancestral pudiera nunca ser conocida, aunque el Dr. Greenberg ha tratado de reconstruir unas pocas palabras de ella. Sin embargo, algunos lingüistas que estudian las lenguas click del sur de África sienten que son muy antiguos.

 

Esta creencia está apoyada por la evidencia genética que demuestra la gente Khoisa, los principales habladores de las lenguas click pertenecen al más antiguo de todos los linajes humanos, basado en ADN mitocondrial.

El Dr. Anthony Traill, un experto en lengua click en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo dijo que, lingüísticamente, las lenguas se dividen en tres grupos separados, cuya relación, aparte de los clicks, era difícil de establecer. Los clicks deben ser antiguos, dijo, porque “la probabilidad de los clicks hayan sido inventados después de haberse perdido es nula.”

 

El único uso de clicks fuera de África es en una lengua de iniciación aborigen australiana en la cual los clicks son usados como sonidos sin sentido.

“La idea que los clicks habían sido perdidos de todos los idiomas que no fueron Khoisan”, dijo el Dr. Traill, “es estimulante, pero no se que hacer con ella.”

De las tres disciplinas que se refieren a los orígenes humanos – lingüística histórica, genética de la población y arqueología – solamente la arqueología tiene un método sólido como la roca de fechar, basado en radiocarbono y otras clases de basura radioactiva.

Pero los genetistas están ahora m mejorando sus métodos de fechar, aunque las fechas todavía son un muy aproximado, hasta el punto que ellos pueden comenzar a correlacionar sus hallazgos con los arqueólogos.

 

La primera incursión en la prehistoria humana fue el famoso artículo “mitocondrial Eva” de 1987 por el ya fallecido Allan Wilson (Mitochondrial DNA and Human Evolution), mostrando que cuando la gente alrededor del mundo fueron colocados en un árbol familiar (genealógico) construido de su ADN mitocondrial, el árbol estaba arraigado en poblaciones africanas, en un individuo quien vivió hace aproximadamente 200,000.

Aunque la metodología del papel era imperfecta, su resultado no cambió después de que el método fue corregido, y los genetistas han desarrollado una creciente confianza en fechas de ADN mitocondrial. Los árboles mitocondriales de ADN se remontan hacia atrás a un solo individuo, no porque solamente hubiese habido una sola Eva – se piensa que la población ancestral humana ha contenido aproximadamente unas 10,000 personas – pero porque los linajes de todas las otras Evas se han extinguido.

 

El proceso es fácil de visualizar pensando en la población de una isla con 10 apellidos. En cada generación, algunos hombres no tendrán hijos, o solamente mujeres y sus apellidos desaparecen hasta que queda solamente uno. El cromosoma y el ADN mitocondrial siguen el mismo patrón.

Los primeros puntos de las ramas principales en el árbol mitocondrial de Eva han sido llamados las hijas de Eva, y éstas caen en un patrón geográfico con algunas hijas de Eva siendo características de África, algunas de Asia y las Américas, y algunas de Europa y el Cercano Oriente.

El Dr. Richards y sus colegas han analizado la ascendencia de la actual población Europea mirando dentro de la principal hija de las ramas Eva buscando sub-ramas que ocurren tanto en Europa como el Cercano Oriente, desde el occidente de Irán a través de Turquía y Arabia hacia Egipto, porque el Cercano Oriente es la fuente más probable de la mayoría de las poblaciones ancestrales que entraron en Europa.

Las sub-ramas de cada región eran, entonces, fechadas contando el número de mutaciones que habían ocurrido en la secuencia mitocondrial de ADN desde el comienzo de la sub-rama hasta ahora. Si la sub-rama era más antigua en el Cercano Oriente que en Europa, indicaba una migración hacia Europa. Por este método, el equipo del Dr. Richard fue capaz de fechar las migraciones hacia Europa. Ellos también recogieron una importante re-migración desde Europa al Medio Oriente.

Los genetistas trabajando en el cromosoma Y pudieran eventualmente ser capaces de fechar migraciones con similar precisión. La mayor clase de mutación en la Y es tan rara que los ticks o pasos del reloj de la mutación están demasiados miles de años aparte como para ser calculados confiablemente. Pero una segunda clase de mutación ocurre más rápidamente y la combinación de las dos pudiera hacer un reloj razonable.

Un análisis del cromosoma Y ya ha rendido interesantes resultados. La Dra. Ariella Oppenheim de la Universidad Hebrea en Jerusalén dijo que ella había encontrado considerable similitud entre judíos e Israelitas y los árabes de Palestina, como si los cromosomas Y de ambos grupos hubieran sido sacados de una población común que comenzó a expandirse hace 7,800 años.

En las edades medias, los Vikingos se establecieron en Groenlandia, pero el contacto con sus colonias fue perdido al comienzo del siglo 15. En 1720, tiempo en el cual los daneses hace ratos se habían vueltos protestantes, surgió considerable preocupación de que los colonizadores faltantes, si es que todavía existían, serían Católicos romanos y en necesidad de una conversión. Una expedición fue enviada a Groenlandia, pero solamente encontró casas en ruinas y esquimales.

 

¿Murieron los vikingos o se casaron entre si?

 

Un análisis del ADN mitocondrial de los groenlandeses muestra solamente firmas genéticas típicas del Nuevo Mundo, e indica su descendencia sin mezcla de los esquimales de Alaska.

“Se ve mal para los vikingos”, dijo el Dr. Peter Forster de la Universidad de Cambridge, un co-autor del estudio.

El Dr. Douglas Wallace de la Universidad de Emory, quien inició el uso del ADN mitocondrial para analizar los orígenes humanos, dijo del emergente tipo de análisis:

“El cromosoma Y tiene un gran futuro. Pero es una tecnología muy nueva.”