24 Febrero 2016

del Sitio Web ElRobotPescador





 

 


Hay veces que un simple comentario de un lector puede ser tan o más revelador que todo un artículo.

Hace pocas horas, un lector llamado 'Néstor' y que es médico licenciado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), realizó un comentario que merece ser compartido con todos los lectores.

Néstor comentó en el artículo titulado 'La Gran Contradicción de la Medicina (Que Nadie Quiere Afrontar)' que os invitamos a leer.

En dicho artículo planteábamos la perversión en la lógica básica que rige la medicina, mediante la cual, el conglomerado médico-farmacéutico sólo gana dinero gracias a la enfermedad y no gracias a la salud, y nos planteábamos si esa no es quizás la causa básica que invita a la corrupción generalizada de la práctica médica, secuestrada por completo por una industria farmacéutica que vive del suministro excesivo de sus productos.

El artículo en sí ha provocado decenas de comentarios e intercambios muy enriquecedores de opiniones muy aconsejables de leer, entre los que rescatamos el comentario de Néstor (ver aquí el comentario a pie de pagina 'Néstor - febrero 23, 2016 @ 9:28 pm'), que nos ha parecido especialmente significativo…
 

 

 

"(…) Ya existen muchísimas evidencias acerca de cómo las farmacéuticas trabajan en pro del 'sistema médico-enfermedad-fármaco' sin importar demasiado la salud del paciente.

Soy médico. Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Una de las más prestigiosas del mundo. Que además, sigue siendo estatal, por lo que no está en forma directa en manos de las farmacéuticas, como la mayoría de las otras de otros países.

 

En Argentina, por suerte, la educación universitaria sigue siendo estatal, no arancelada.
 

 


Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires
 


Cuando cursé en 1985 la materia MAP (Módulos de Atención Primaria, una materia y modalidad nueva, estrenada ese mismo año) tuve como docente a una doctora, que cuando nos enteramos de su currículum, no podíamos entender qué rayos estaba haciendo ahí.

 

Era una eminencia en lo suyo, había sido directora de varios hospitales en la Ciudad de Buenos Aires. Trabajó para uno de las mejores cadenas de sanatorios de Estados Unidos, y dirigió otras tantas en Europa y Asia.

 

Había llegado a ser miembro de un comité asesor para el Programa "Salud para Todos en el Año 2000"; y nos contó que eso último fue lo que la llevó a dar clases allí donde nos encontrábamos.

 

Una materia nueva, que intentaba acercar al estudiante de medicina, a la salud real, mediante su participación en actividades en centros de salud barriales.

 

La cursada constaba de 8 semanas, de las cuales dos eran teóricas y se cursaban en la Facultad, las 4 semanas siguientes se cursaba colaborando en áreas específicas en centros de la salud cercanos al domicilio de cada estudiante, y las últimas dos, nuevamente en la Facultad donde se compartían las experiencias y se aprobaba con una tesis sencilla.
 



 


Ante nuestra insistencia, la docente de la cual hablé, nos contó que el programa "Salud para Todos en el Año 2000", era, en realidad, un programa para disminuir en forma significativa el porcentaje de enfermedades en el mundo, que tuvieron que implementar (un conglomerado con las principales farmacéuticas, la OMS, y ciertos actores políticos) porque en,

"el establecimiento de la cantidad de enfermedades que deberían existir para asegurar la subsistencia del sistema farmacéutico" se les "había ido la mano" con la "inoculación en el mundo, de cantidades de enfermedades" (nos aclaró que esto lo oyó directamente de las más altas fuentes, ya que ella tenía acceso a ellos).

Que esa cantidad de enfermedades podría desbordarse, provocando "mas muertes que pacientes" y que por lo tanto debiera controlarse.

El programa "Salud para Todos en el Año 2000" fue un programa oficial de la OMS, que fue presentado al mundo como,

"el esfuerzo mancomunado de las empresas de la salud y los gobiernos del planeta, para lograr la salud de los ciudadanos".

Pero por supuesto, eso era solo el marketing del asunto.
 



 


La doctora nos contó que vio "cosas horribles" en cuanto al manejo de la salud en el orden mundial, lo que finalmente la hizo declinar de todo su vasta trayectoria, y volver a la UBA a trabajar en algún área donde se sintiera,

"que estuviera aportando a la salud real de la gente, y no a la manipulación de sus enfermedades para bien de empresas de fármacos".

Por eso estaba allí, con nosotros.

Yo avancé por la carrera, sin olvidar nunca los datos de la doctora. Me especialicé en Genética y luego en Oncología. Como geneticista, trabajé en un proyecto, donde estaba encontrando que realizando cierto estudio específico del genoma humano.

 

Se podría realizar un diagnóstico esquemático de las debilidades y fortalezas de una persona, y esos datos podrían utilizarse en una alimentación que incluyera nutrientes y minerales específicos, que le asegurarían una vida muy sana, conociendo además qué elementos podrían afectarle y de qué manera.

Un estudio como ese, haría que con muy pocos pesos, los de una extracción de sangre, más un estudio computarizado que tampoco implicaría costo elevado, una persona pudiera cuidar mucho mejor su salud, sabiendo ante qué cosas está más débil, y cómo reforzar sus defensas específicamente en esas áreas.

Por supuesto que mi proyecto fue, literalmente DESTRUIDO.

 

Yo pasé a formar parte de la "lista negra" de los laboratorios de todo el mundo (en Argentina las universidades son estatales, pero los laboratorios de la Facultad de Medicina están subvencionados por las empresas farmacéuticas) y hasta se realizó una investigación de toda mi carrera universitaria en busca de anomalías administrativas que pudieran impugnar incluso mi título, cosa que no encontraron ya que por suerte en esa época era yo bastante apegado a los reglamentos.
 



 


Hoy trabajo en un área completamente fuera de la medicina, para poder regresar a mi trabajo en forma independiente, sin que mi vida corra riesgo.

 

(Yo no, pero colegas míos fueron amenazados de muerte si continuaban con sus investigaciones, que las corporaciones habían "prohibido").

Y desde luego que realicé muchas investigaciones, las cuales tengo completamente documentadas, sobre la manipulación de la salud, por parte de las empresas farmacéuticas, las políticas de explotación económica de la promoción de enfermedades, etc.

Por todo esto, es que miro con desdén, con un movimiento de cabeza invalidante, a todos los que comentan, TOTALMENTE SIN CONOCIMIENTO ALGUNO, que las farmacéuticas pueden llegar a trabajar por la salud de la población y no por intereses económicos; y que dicen que ellos no trabajan para incrementar las enfermedades en el mundo.

 

Son muy irresponsables los que defienden esto; porque al hablar de "la salud", parece que estamos hablando de una materia o un ente.

¡Y estamos hablando de personas!
 



 


De nuestros hijos, hermanos, nuestros padres. Seres queridos. Y de toda otra persona, a la cual como médico, amo y defiendo sus derechos a la verdad y a una salud clara, a que no se le oculten cosas que afecten a su vida útil, a sus sueños, a su dignidad.

No sé que oscuros intereses hacen que alguien defienda a estos criminales sociales. Pero a los que de verdad trabajamos para la salud de todos, ellos nos hacen mucho daño".


Esperemos que cada vez más médicos se den cuenta de esta triste realidad y empiecen a rebelarse contra ella para salvaguardar el que debería ser el auténtico espíritu de la medicina.

Las denuncias al respecto empiezan a ser cada vez más comunes, como indicamos en el artículo '
Reputados Médicos Británicos Empiezan a Denunciar a la Mafia Farmacéutica'.

Ahora, más que nunca, el mundo necesita a médicos de verdad y no a obedientes funcionarios de la salud…