por la Dra. Linda Lancaster 
27 Marzo 2013

del Sitio Web RealitySandwich Web 

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

 

 

 

 

 

 

En el aumento de conciencia de la conciencia, nos damos cuenta de que existe un mundo invisible dentro del visible.

 

Antes de los cambios se registren en el cuerpo físico, la curación se lleva a cabo en estos reinos sutiles. Por esta razón, como sanadores, es esencial nos preocupamos no sólo con la forma física, sino que también con la anatomía sutil.

 

Una cosmología para conceptualizar nuestra anatomía sutil es la de imaginar como un tipo de doble hélice.

 

Ni lineal ni circularmente, los campos de fuerza de estos planos sutiles, o "Cuerpos" se interpenetran holográficamente, al mismo tiempo que se afectan y se reflejan el uno al otro. Nada es "más alto o más bajo", y ninguna parte del sistema es más importante que cualquier otra. Existe la totalidad como una manifestación del Ser, perfecto por diseño.

 

Dentro de esta espiral hélice, el cielo y la tierra se unen.

 

La salud es el equilibrio entre el cuerpo físico, los campos de fuerza de los cuerpos etérico, astral y mental y su conexión con lo Divino. Compuesto por nuestra sangre, huesos, órganos, etc. El cuerpo físico es denso y tangible, pero no menos espiritual.

 

Mientras que muchos de nosotros hemos llegado a identificarnos con este vehículo físico, es el cuerpo etérico (también llamado el doble etérico) el que da energía a la forma física.

 

Alimentamos el cuerpo etérico suministrándole alimentos que son animados con,

La energía electro-magnética emana del reino de las plantas (la Madre Tierra) en forma de verduras y hierbas.

 

Los minerales y lo que es más importante, los raros  oligoelementos son asimilados a través de la energía de la fuerza vital de la comida. Es importante comer alimentos impregnados con energía para una buena nutrición. La mayoría de las enfermedades que se manifiestan físicamente, tienen su base en el cuerpo etérico.

 

El Cuerpo Astral o cuerpo emocional está íntimamente relacionado con energética planetaria e interplanetaria y alineaciones.

 

En pocas palabras, nuestro cuerpo astral está conectado a las estrellas. Es por esta razón que las configuraciones astrológicas pueden influir tan poderosamente nuestra vida emocional. Conectadas a los riñones, y al elemento agua, las emociones de placer, dolor, miedo y amor están registradas en este cuerpo.

 

El cuerpo mental está conectado a nuestra Voluntad Espiritual. Es a través de este vehículo que entregamos nuestra ego-identidad y el sentido del "yo" que nunca está evolucionando a través del proceso de la encarnación. 

 

La emanación del cuerpo mental no es el acto de pensar, sino más bien la forma en que pensamos. Está conectado con el hígado y el elemento de fuego. Debido a esta relación, la limpieza del hígado es un procedimiento importante para el desarrollo de un centro de salud de la conciencia del ego o la voluntad.

 

En este momento de nuestra historia, el plano  tierra tiene un gran Karma que todos llevamos.

 

Nuestro mundo moderno está lleno de contaminantes que nos afectan a todos los niveles.

  • Bacterias, parásitos, virus, metales pesados, venenos químicos, las drogas, las radiaciones pueden penetrar todo, congestionar e interferir con estos cuerpos.

  • Lucha, miedo, preocupación, ira, egoísmo contaminan el libre flujo de la energía vital a través de nuestra anatomía sutil también.

Esta contaminación interior y exterior crea bloqueos en nuestro campo electromagnético, produciendo choque, congestión,  e inflamación. 

 

En última instancia, estos bloqueos impiden la comunicación entre la conciencia individual y el Alma Superior.

 

Cada célula es un macrocosmos de nuestra anatomía sutil. La contaminación, como los metales pesados ​​y la radiación afecta al equilibrio ácido / alcalino en el nivel celular. Puede hacer que la célula sea demasiado alcalina o demasiado ácida.

 

Metales pesados, productos químicos y venenos están en el campo alcalino y hacen que la célula pierda su carga eléctrica. Por otro lado, las radiaciones de rayos X, las líneas de uranio, informática y energía eléctrica subterráneas pueden crear un campo de alto grado de acidez que se manifiesta en forma de inflamación.

 

Nuestras células son pequeñas baterías llenas de electricidad utilizadas para energía en el cuerpo, al igual que la batería de su coche.

 

Esta actividad energética a nivel celular ha sido descrita como el Chi, Yin/Yang o Fuerza Vital en la medicina tradicional. La homeopatía y las hierbas medicinales son herramientas poderosas para estimular y equilibrar la Fuerza Vital. Baños terapéuticos y regímenes dietéticos pueden ser utilizados para limpiar y neutralizar muchos contaminantes.

 

Las prácticas de Yoga, como la respiración pránica, la meditación y el mantra también son eficaces en el fortalecimiento de la red etérica electro-magnética.

 

Ese pequeño cosquilleo en la garganta, la erupción cutánea que no desaparece, cambios en el movimiento del intestino y de la orina son todas señales de que la persona está fuera de balance. Los síntomas no son necesariamente indicios de enfermedad, sino que son la forma de señalización de nuestro cuerpo que necesitamos escuchar.

 

Para entender dónde se necesita la curación, un sistema de evaluación de la energía es esencial para medir la vitalidad, la luminosidad y los desequilibrios de la anatomía sutil de las personas. La energía Sutil se puede percibir a través de las cualidades super-sensibles humanas superiores descritas en el yoga. La sensibilidad de la medición de radiación o vibraciones es el arte de curar.

 

Todas las modalidades pueden funcionar, pero sólo si son utilizadas en el momento adecuado y con la intención correcta. Como sanadores, es importante escuchar y permanecer neutral, mientras despertamos la propia fuerza vital del paciente para permitir que el cuerpo se cure de acuerdo con la Ley Universal.

 

A través del proceso de curación, llegamos a entender que hemos elegido la encarnación física como vehículo para experimentar la identidad multidimensional de nuestro Espíritu. La 'en-fermedad' nos hace pagar la atención y cuestionarnos a nosotros mismos.

 

La enfermedad y el dolor surgen como desafíos que nos dan la oportunidad de superar la percepción de limitación.