INTRODUCCIÓN

La motivación que me impulsó a escribir este libro fue el enojo, la desesperanza y la frustración. El sueño de mi vida se destruyó con una serie de descubrimientos que apuntan a una inminente catástrofe mundial, de hecho, la más grande de la historia de la humanidad. Nunca antes estuvo la Tierra tan densamente poblada, por lo tanto, este será un desastre sin parangón. Cuando me enteré, quedé destrozado y profundamente conmovido, sin poder conciliar el sueño durante noches enteras y esto comenzó a regir y dominar mi vida entera.

 

Después de todo, esta estaba prolijamente planeada hasta ahora; pasé años siguiendo una dieta de frutas y verduras que me haría llegar a la edad de 120 años, invertí en varios fondos de pensión para poder jubilarme sin problemas de dinero, entonces ¡iba a poder disfrutar de 60 años de mi vida! y todo eso con una buena salud. Los que han leído mis libros anteriores saben de lo que estoy hablando. Las pruebas realizadas en animales han demostrado claramente que esto es posible, que su expectativa de vida aumenta entre un 30 y 100 por ciento cuando se alimentan con una dieta sana.

 

Como no podía ignorar este hecho, decidí hacer lo mismo. La posibilidad de jubilarme rico y viajar por el mundo era una idea sumamente atractiva para mí. Entonces, mi sueño se hizo pedazos.

 

De acuerdo con el libro The Mayan Prophecies [Las profecías mayas], la Tierra se destruirá el 21 ó 22 de diciembre de 2012. Las conclusiones del libro parecían correctas, aunque el autor sólo reveló una pequeña parte. Según los mayas, el magnetismo del Sol se dará vuelta ese día, causando probablemente un vuelco en la Tierra, con fatales consecuencias para la humanidad. Me sentí profundamente consternado. Un enorme desastre nos aguardaba, uno sin igual. Primero me paralicé y luego maldije e insulté con todo mi corazón.

 

¡Después de todo, recién podía cobrar mis jubilaciones en el año 2015!

 

Hace veinte años firmé esta cláusula de no hacer efectiva ninguna suma antes de la fecha de vencimiento. De esa manera, el importe a pagar se incrementaría y yo podría tener una vida de lujos por décadas. Estaba completamente convencido de que había hecho un excelente negocio. Pero eso sucedió antes de leer ese libro en particular.

Allí, toda mi certidumbre en la vida, al igual que todos mis sueños, colapsaron, entonces decidí investigar. Si este desastre en verdad va a ocurrir, yo tenía que comprobarlo con una sólida evidencia, pues se trata de la supervivencia de la humanidad.


Naturalmente, investigué y tuve éxito en develar este inminente desastre global. Prepárese para leer los descubrimientos más sorprendentes de nuestra moderna civilización. El desastre natural que nos golpeará excederá la comprensión de todos. Sus pensiones ya no tendrán valor; de hecho, ya cancelé las mías. No hay un solo gobierno que tome medidas para tratar de sobrevivir a la catástrofe y nadie lo creerá hasta que sea demasiado tarde. Por eso usted tendrá que controlarse y diseñar su propia estrategia de supervivencia. Yo actuaré como un banco de datos.

 

Sobrevivir a tal inmenso desastre será sumamente difícil, si nada se ha preparado. Se destruirán los suministros de alimentos, no habrá atención médica y los profesionales que trabajan en los rescates, ellos mismos también habrán muerto. En resumen, sin un cuidadoso planeamiento no lo lograremos.

 

Por lo tanto, debemos formar grupos urgentemente, para empezar a trabajar en esta enorme tarea. Será necesario construir "Arcas de Noé" para que nos transporten cuando lleguen las marejadas, y también procurarnos suministros de alimentos y energía. Habrá que hacer innumerables cosas y sólo nos quedan unos pocos años antes de la fecha fatal.

 

Espero que se acerquen muchos voluntarios para poner en práctica la estrategia de supervivencia que detallaré en este libro.

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PARTE I

DESCUBRIMIENTOS ASOMBROSOS
 


EL ZODÍACO DE DENDERA

Luego de haber leído The Mayan Prophecies [Las profecías mayas] llegaron a mis manos algunas otras obras de esta índole. Según los autores del libro When the Sky Fell [Cuando el cielo cayó], la Atlántida se movió hacia el Polo Sur, debido a un enorme cambio de la corteza terrestre hace unos doce mil años. La base de esta hipótesis se halla en otro libro, The Path of the Pole [La senda del Polo] del profesor Charles Hapgood.

 

En un prólogo para la primera edición de esta obra, Albert Einstein escribe:

"Con frecuencia recibo comunicaciones de personas que desean consultarme sobre sus ideas, que no han sido publicadas. De más está decir que estas ideas, rara vez tienen alguna validez científica. No obstante, la primera comunicación que recibí del Sr. Hapgood me dejó electrizado. Su idea es original, de gran simplicidad y, si puede demostrarse, será de gran importancia para todo lo que se relaciona con la historia de la superficie terrestre.


Gran cantidad de datos empíricos indican que en cada punto de la superficie de la Tierra que ha sido cuidadosamente estudiado, se han producido muchos cambios climáticos y aparentemente, de manera bastante repentina. Según Hapgood, esto es explicable si la corteza exterior de la Tierra, que es virtualmente rígida, de vez en cuando soporta un extenso desplazamiento de las capas interiores viscosas, plásticas y posiblemente fluídicas. Tales desplazamientos pueden tener lugar como consecuencia de fuerzas comparativamente suaves que se ejercen en la corteza y derivan del ímpetu de la rotación de la Tierra, la cual a su vez, tenderá a alterar el eje de rotación de la corteza terrestre.


El autor no se ha circunscripto a una simple presentación de esta idea, sino que también ha expuesto, con cautela y en profundidad, el rico material que apoya esta teoría del desplazamiento. Creo que esta idea algo asombrosa, incluso fascinante, merece una seria atención por parte de todo aquel que se interese en la teoría del desarrollo de la Tierra".

En ediciones posteriores, el profesor Charles Hapgood escribe:

"Los avanzados conocimientos de las condiciones de la corteza terrestre ahora sugieren que las fuerzas responsables de estos movimientos en la misma, se encuentran a cierta profundidad dentro de la Tierra, más que en su superficie.


A pesar de este cambio en el carácter de la explicación ofrecida sobre los movimientos, la evidencia de que estos se produjeron se ha multiplicado en los últimos años. Los temas principales del libro, es decir, los desplazamientos de la corteza que se han producido, incluso en una reciente historia geológica, y sus efectos en la formación de las características de la superficie de la Tierra, por lo tanto, permanecen inalterables".

Cuando tiene lugar un deslizamiento de la corteza, algunos continentes se mueven hacia los Polos y otros se alejan de ellos, y una ola gigantesca cruza toda la Tierra.

 

Los sobrevivientes no pudieron hacer otra cosa más que huir de su tierra condenada, el día en que la Atlántida se movió hacia el Polo Sur; y en este libro demostraremos con claridad que tales cosas sucedieron. Inmediatamente después de los acontecimientos, la agricultura prosperó en distintas partes del planeta.

 

Esto, sin dudas, relaciona la muerte de un mundo con la fundación de nuevas culturas eh los lejanos continentes.

 

Así, los atlantes estuvieron presentes no sólo en el origen de la cultura maya, sino también en el de la india, china y egipcia. Casi todos están familiarizados con la leyenda de la Atlántida, la tierra que desapareció en terribles terremotos de desconocida intensidad. El filósofo griego Platón tuvo noticias de ello, en el antiguo Egipto. Si todo esto es verdad, entonces tiene que haber una conexión entre las profecías maya y egipcia.


Revisé varias obras sobre cultura egipcia y sus grandes logros me impresionaron cada vez más.


Un caleidoscopio de templos, pirámides, obras de arte, esfinges, etc., desfilaron ante mis ojos, pero no hallé la conexión; eso fue frustrante. Les conté a varias personas amigas sobre mis malogrados intentos, hasta que uno de ellos me preguntó:

"¿No has leído aún Serpent In The Sky [La serpiente en el cielo]?"

 

"No, ¿quién lo escribió?"


"John Anthony West. Estuvo en televisión el otro día con un documental sobre la Esfinge. Mostraron evidencia de que la Esfinge es miles de años más antigua de lo que siempre se ha pensado y que el secreto conocimiento de la Atlántida tal vez esté oculto justo debajo de ella".


"¡Ahí está!" pensé, si los atlantes manejaban esta importante información, entonces tenían que estar interconectados con el mundo egipcio.

Empecé a leer el libro y me sorprendió que yo hubiera subestimado su inteligencia. Sus matemáticas tenían un nivel sumamente alto y el libro contiene ejemplos de ello; en verdad, me asombró sobremanera. También me enteré de que nadie logró traducir aún una parte importante de los jeroglíficos.

"¡Qué tal!", pensé, "si debo empezar aquí, esto será una tarea imposible".

Leí casi el noventa por ciento del libro, aprendí muchísimo, pero no lograba avanzar, hasta que comencé el capítulo denominado "Eggypt: Heir of Atlantis" [Egipto: Heredero de la Atlántida].

 

En él, West comenzó a investigar la edad de la Esfinge, siguiendo una sugerencia del filósofo francés R. A. Schwaller de Lubicz, quien dijo que los patrones de erosión sobre la Esfinge apuntan a ser más antiguos de lo que siempre se ha asumido. Demostrar esto se convirtió en el motivo de su vida. De ser cierto, testimoniaría que la civilización egipcia es miles de años más antigua de lo que comúnmente se creyó y que provendría de la Atlántida.


Estaba por terminar el libro, pero aún no hallaba nada que resultase de utilidad para mi investigación y estuve a punto de abandonarlo, cuando en la anteúltima página, algo llamó mi atención. Allí vi fotos y dibujos del zodíaco de Dendera; se lo veía radiante y misterioso al mismo tiempo. Yo nunca había sido un creyente de las predicciones de un zodíaco y su existencia casi me hacía reír.

 

Pero entonces, en una décima de segundo, mi manera de razonar y también mi vida, cambiaron profundamente. Cada vez más perplejo miré las antiguas escrituras; eran una sublime obra de arte, algo especial y único en la ciencia arqueológica. Más aún, eran mágicas, inspiradoras y tenían cierto encanto. Supe que Cotterell halló muchos más códigos en la tumba de Palenque, de los que alguien podría imaginar a primera vista y aquí también, tuve la sensación de que este sería el caso.

 

Pero ¿cómo descifrar el código?

 

Los jeroglíficos superaban con largueza mi comprensión, y los dibujos, aunque mucho más claros, contenían un código terriblemente difícil.
 

 

Un enigmático secreto del pasado

Esta obra de arte no fue realizada para reírse de ella y luego dejarla de lado. Muchas personas creen en las predicciones del zodíaco, por lo tanto, asumamos que está basada en la realidad. Aceptemos también que los autores del zodíaco querían compartir parte de su sabiduría, por ejemplo, el día del fin de la Atlántida y el día del próximo cataclismo.

 

¡Eso debe ser!

 

¡No puede tratarse de ninguna otra cosa!

Figuras 1 y 2.
El Zodíaco de Dendera de ángulo recto, una de las creaciones más enigmáticas de los antiguos egipcios.
 

¡El zodíaco predijo la fecha exacta del próximo fin de la Tierra!, y fue mi intuición la que me condujo a esta conclusión.

 

Más adelante, claramente, lo intuido resultó ser cierto. Sentí que con gusto estaba dispuesto a dar parte de mi vida para resolver estos acertijos, aunque por supuesto no podía hacerlo solo. Necesitaba con urgencia la ayuda de un egiptólogo, pues esta era la única manera de revelar los antiguos misterios.


Pero ¿a quién convocar? Hice algunos contactos, pero ellos no estuvieron interesados. Entonces, la suerte dio un giro a mi favor. Una periodista del diario belga Hett Belang Van Limburg vio un artículo sobre mí en el mayor periódico holandés, The Telegraph.

 

En este artículo, yo explicaba que vivía a base de una "dieta de hambre", consistente en frutas y verduras, con el propósito de alcanzar la mayor longevidad. Hasta ese momento, era el único en Bélgica y los Países Bajos que lo estaba intentando; en EE.UU. había fácilmente unos cien voluntarios, pero aquí el interés era escaso. La periodista decidió que quería conocerme y escribir un artículo, incluso, lo redactó ese mismo día porque al siguiente se iba de viaje. El artículo debía aparecer dos o tres días más tarde y, por cierto, yo compré el diario para el que ella trabajaba, todos los días subsiguientes.

 

Hasta que se desató el mayor escándalo sobre pedofilia en la historia de Bélgica. La noticia cubría todos los periódicos y mi artículo quedó de lado durante un tiempo. No obstante, el sábado 17 de agosto de 1996, compré el periódico. Coincidentemente, leí un artículo sobre astronomía en el cual se hablaba del astrónomo Gino Ratinckx, quien estaba interesado específicamente en la arqueoastronomía.

 

Para ser más preciso, estaba buscando una similitud entre ciertas constelaciones estelares y la ubicación de antiguos templos, como las pirámides de Giza, por ejemplo, que están emplazadas de acuerdo con la constelación de Orion.

 

Él tenía sumo intenso interés en esto. El artículo mencionaba su domicilio y número de teléfono; vivía en las afueras de Amberes, muy cerca de mi casa. Recorté el artículo y lo guardé, pues antes de establecer el contactarlo, quería leer el libro Keeper of Génesis [El guardián del Génesis], en el cual Bauval y Hancock demuestran de manera brillante, dónde los atlantes enterraron su secretos conocimientos.

 

Luego de leerlo, llamé a Gino Ratinckx.

 

Esta llamada iba a cambiar mi vida para siempre.

"Sr. Ratinckx, le habla Patrick Geryl. Leí un artículo sobre usted y me gustaría conocerlo personalmente".

"¿De qué desea hablar?"
"En el libro The Mayan Prophecies se describe cómo el autor descifró el código de los mayas. Tengo un libro con el zodíaco de Dendera y estoy convencido de que, similarmente, también contiene códigos. ¿Podría ayudarme a descifrarlos?"
"¡Oh, eso no va ser ningún problema! Hice un estudio sobre el templo de Dendera para mi examen de arqueología".

Al oír esto, mi corazón se llenó de gozo y le pregunté:

"¿Es posible que nos encontremos para discutirlo?"
"El próximo miércoles a la noche me viene bien".

Era lunes a la noche y, en dos días más, probablemente iba a hallar un avance real en mi investigación.

 

Entonces le pregunté:

"¿A las ocho está bien?"

"Venga a mi casa, ¡ah! y llámeme Gino".

 

La primera reunión
Miércoles a la noche, ocho menos diez. Nervioso, toqué el timbre. Gino abrió la puerta. Decididamente, me resultó un hombre agradable. Me llevó al primer piso; allí estaba su computadora, sobre un caótico escritorio. Al mirar alrededor vi algunos muebles antiguos muy bonitos y las paredes cubiertas con las pinturas de su esposa.

 

Nos sentamos a la mesa y le mostré la pila de libros que había leído.

"Mire", comencé, "según los mayas, el año 2012 deparará un desastre porque habrá un cambio en el magnetismo solar, y ahora que he visto esta foto y estos dibujos del zodíaco, por alguna razón estoy convencido de que allí hay códigos ocultos".

"Bueno, usted ha llegado al lugar indicado, pues yo participé de la investigación sobre el significado de algunos de los códigos mayas".

Bueno, pensé, ¡esto no podría haber resultado mejor!

 

Entonces proseguí:

"¿Tiene usted alguna idea sobre cómo podemos manejar esto?"
"Las ideas no son un problema para mí, pero sí tengo dificultad para escribirlas; de hecho, soy incapaz de producir un libro escrito con fluidez".

Sonreí, era justo para mí. Yo ya había escrito seis libros y en uno de ellos demostraba que la teoría de la relatividad era incorrecta. Hasta ese momento no lo había mencionado, pues, como Gino era astrónomo, tal vez se hubiera sentido un poco alarmado al oír que yo disentía con Einstein.

 

Pero como parecía muy afable me animé y le dije:

"Puede dejar la escritura para mí; ya he escrito varios libros, incluyendo uno en el cual demuestro que los quásares ¡son inconsistentes con la teoría de la relatividad!"

Esto captó la atención de Gino y con cierta sorpresa me preguntó:

"¿En verdad? ¿Y puede explicármelo?"


"Usted sabe que cuando la velocidad de un objeto aumenta, su masa también aumenta, según los cálculos de Einstein. Cuanto más nos aproximamos a la velocidad de la luz, más aumenta la masa. Ahora, imagine que hay un bulto de masa increíblemente grande al final del universo. Con sus fuerzas gravitacionales "tira hacia sí" los sistemas estelares en el centro del universo. Lentamente, comienzan a moverse en su dirección. En miles de millones de años, la masa de los soles pertenecientes a dicho sistema aumenta.

 

Por cierto, pierden masa por la radiación, pero la ganan por aumento de masa. Todos saben que cuando la masa de un planeta aumenta, la fuerza gravitacional también aumenta. En la Luna, por ejemplo, usted puede saltar diez metros con total facilidad, pero en Júpiter casi no puede moverse. Debido a este aumento de la masa de un sistema estelar, el sistema mismo está sujeto a un continuo proceso de achicamiento. Finalmente, el sistema colapsará y se convertirá en un quásar".

Gino me miró sorprendido y respondió:

"Es la primera vez que oigo esta teoría, pero me parece lógica. ¿Puede darme más evidencia?"


"Si la velocidad de un sol aumentara a la velocidad de la luz, su masa también aumentaría. Todos los astrónomos saben que el lapso de vida de un sol depende de la cantidad de su masa. Cuanto más pesado es el sol, más rápido será el proceso de envejecimiento. Tomemos nuestro Sol, por ejemplo. Tiene una expectativa de vida de diez mil millones de años.

 

Un sol con el doble de esta masa sólo tiene una expectativa de vida de ochocientos millones de años. Esto es así porque las fuerzas gravitacionales internas aumentan tanto que las reacciones nucleares se aceleran. Un sol que aumenta en velocidad y, por lo tanto, en masa, se quemará más pronto y tendrá una vida más corta. Yo la denomino la paradoja de la gravitación cuántica".

Gino reaccionó con entusiasmo y me preguntó:

"¿Existe alguna otra consecuencia?"


"Escribí las principales consecuencias en mi libro A New Space-Time Dimensión [Una nueva dimensión del tiempo y el espacio]. Una de ellas, bastante importante, es que la galaxia se está expandiendo a un ritmo acelerado.1-2 Otra es que el noventa por ciento del universo contiene sistemas estelares explosivos, los cuales están pereciendo, debido al aumento de la fuerza gravitacional.

 

Desde un punto de vista estrictamente científico, la vida extraterrestre es imposible allí, por lo tanto, la vida tiene que estar limitada al centro del universo. Por cierto que esto incluye a muchos sistemas estelares, pero son muchos más de lo que todos piensan. Las series de televisión como 'Viaje a las estrellas' están profundamente equivocadas, pues su historia trata de mundos que no podrían existir de ninguna manera".


"Lo que usted me está diciendo aquí podría ser cierto y si se publicara, podría provocar bastante consternación. Pero está bien, hay algo que debemos hacer primero: descifrar el código Dendera".

Gino tomó un libro de un estante:

"Pienso que tengo precisamente lo que necesita. Aquí está la decodificación de The Egyptian Book of the Dead [El libro egipcio de los muertos]. Hasta la fecha de publicación de este libro, nadie había logrado decodificar las veneradas escrituras. Este autor, Albert Slosman, lo hizo, y ¡quedará sorprendido por su contenido!"

Con respeto, tomé el libro en mis manos y, de inmediato, me di cuenta de que había generado en mí un intenso sentimiento. ¡Este era el indicado! Y aquí yo iba a hallar códigos de suma importancia.

 

Esa misma noche empecé a leer la obra y hallé claves de una catástrofe.

 

1 Fue confirmado por los astrónomos en 1998.
2 El viernes 23 de noviembre de 1990, la televisión belga (BRT) difundió esta teoría durante 15 minutos. En ese entonces, Patrick Geryl fue el único en el mundo que difundió con precisión esta expansión acelerada del universo. En 1983 también predijo correctamente que IRAS [Satélite Infrarrojo Astronómico (N. de la T.)] iba a encontrar miles de millones de galaxias en el infrarrojo. Nuevamente, fue el único que hizo esta afirmación en ese entonces. Esto se publicó en el diario belga Het Laatste Níeuws, el 11 de febrero de 1983. Su correspondencia con G. Neugebauer —del Instituto de Tecnología de California— y Peter Clegg —de la Facultad Queen Mary (Universidad de Londres)—, lo confirma. Ambos fueron responsables de la interpretación de los resultados de IRAS. Todos estos hechos demuestran la validez de estas teorías.

 

 

 


CLAVES PARA UNA CATÁSTROFE

Leer el libro Le Livre de l'au-delá de la vie [El libro de allende la vida] no resultó nada simple. Yo no entendía francés muy bien y hasta un simple texto ya me resultaba difícil, por lo tanto, esto era mucho más complicado. Una secuencia de palabras inusuales, códigos misteriosos, sagradas escrituras y arcaicas palabras mitigaron mi entusiasmo. Tuve que leerlo siete veces para comprenderlo.


Afortunadamente, mi intuición no me abandonó y no pasó mucho tiempo antes de que yo comprendiera la importancia de algunos de los códigos. Todo el resto era menos importante para mi investigación. Lo que había leído era suficiente para poner el mundo de la egiptología patas para arriba. Las traducciones del Libro Egipcio de los Muertos eran desastrosas, estaban tan llenas de flagrantes errores e interpretaciones equivocadas, que no quedaba nada de su significado original.

 

Sólo Albert Slosman logró traducir las venerables escrituras correctamente y yo pude distinguir con claridad sus asombrosas conclusiones. En primer lugar, el título del libro era una versión errónea, pues debería llamarse El libro de la luz y no El libro de los muertos. ¿Por qué este título? Porque describe con precisión los acontecimientos celestiales que se produjeron durante la caída de la Atlántida.

 

Más aún, describe cómo los sobrevivientes fueron guiados por el Sol en su huida a Egipto. Como lo más importante fue lo sucedido en el Sol mismo. Como el tema central de las escrituras es, en especial, el hecho de que el Sol irradiaba la luz de la luz —en otras palabras, una luz increíblemente intensa—; el nombre correspondiente es El libro de la luz.

 

A fin de informar cuan razonables son los hallazgos hechos, se presentan los jeroglíficos originales junto con la traducción del primer verso:

Soy el más Elevado, el Primero, el Creador del Cielo y la Tierra, soy el Moldeador de los cuerpos humanos, y el proveedor de las partes espirituales. He colocado al Sol sobre un nuevo horizonte, como un signo de benevolencia y como prueba de la Alianza.

 

Explicación: él levantó el Sol naciente hacia un nuevo horizonte, entonces la nueva Tierra se hizo realidad.

 

Para hacerlo, los Mandamientos del Creador, verificados por el más Elevado de Todos, actuando por medio de las Almas de los Antepasados, fueron transmitidos a los más jóvenes, siendo sus cuerpos traídos nuevamente a la vida, por haber empezado a funcionar los Ocho Lugares.

En esta correcta traducción, los códigos astronómicos derraman una nueva luz sobre el origen y la religión de Egipto. Si comparamos esta versión con las otras, las diferencias son realmente notables. Los egiptólogos tan sólo usan jerigonza.


Sin embargo, en la interpretación de Slosman uno puede hallar cosas lógicas, con un poco más de estudio. Más aún, parece que los atlantes conocían y usaban el zodíaco para procesar datos astronómicos.


El día de la destrucción:

"He colocado al Sol sobre un nuevo horizonte".

Esta es una acertada traducción.

 

Más adelante, en el libro se dice que el Sol "da vueltas" en el zodíaco (= cordón), lo cual significa que el Sol se mueve por los signos del zodíaco. La única interpretación correcta para esto es que no es el Sol sino la Tierra la que giraba sobre su eje. Este girar sobre el eje hizo que el Sol se elevara a un nuevo horizonte.

 

En otras palabras, la corteza terrestre se había movido, tal como yo lo había leído en otros libros.


La teoría de la obra The Path of the Pole [La senda del Polo] sostiene que la corteza de nuestro planeta ha sufrido reiterados desplazamientos y que estos se produjeron con mucha rapidez; en cuestión de días o tal vez de horas. Hapgood explica que el caparazón exterior de la Tierra se mueve de tanto en tanto, trasladando algunos continentes hacia los polos.

 

Como resultado de sus estudios, Hapgood asevera en una nota preliminar de su libro The Path of the Pole:

Hasta hace una década, la idea de que los polos a menudo han cambiado su posición en la superficie de la Tierra era considerada como extrema, improbable y sin sustento, siendo apoyada por gente un tanto excéntrica.

 

Nadie con cierto renombre en el mundo de las ciencias iba a tener algo que ver con esto.


Las modas cambian; actualmente, todos los libros que tratan sobre las ciencias de la Tierra dedican espacio al deambular de los polos y a los impulsos continentales.

Este libro presentará evidencia de que el último movimiento de la corteza terrestre (la litosfera) tuvo lugar en tiempos recientes, a fines de la última era glacial.

Como ya lo ha leído anteriormente, los egipcios hablan en sus textos en carácter de testigos de esos notables acontecimientos. Quedé sin aliento cuando empecé a darme cuenta de esto.

 

En otra nota, hallé que este evento, "el gran cataclismo", sucedió el 27 de julio de 9792 a.C.

 

He aquí los jeroglíficos:

Soy la temible luz encendida que navega por el cordón, permitiendo desde lejos, en el firmamento, que se juzguen las acciones de todos.

Explicación: Su nombre es Osiris (Orion).

Descripción: Él es la semilla del contenido de todos los cuerpos humanos.

Segunda descripción: Su nombre comanda desde lo alto las partes espirituales en los cuerpos humanos.

Tercera descripción: El nombre del Glorioso brilla eternamente en lo infinito. Él crece todos los días en el firmamento de las estrellas.
 

Explicación: el Sol feroz que se quema muestra que su campo magnético se ha dado vuelta. Esto se cumple por violentas explosiones en la superficie solar, mediante las cuales, el Sol parece "incendiarse" (ver Figura 3).

La configuración estelar de Orion está señalada como el principal culpable de este acontecimiento. Juzga a las almas humanas y su supervivencia.

 

Más adelante menciona que Orion está conectada directamente con el código para calcular el cambio del campo magnético del Sol; así tenemos entonces, el código de Orion de las pirámides de Giza. Fueron puestas ahí para advertirnos que Orion es de suma importancia para nosotros y debe ser estudiada minuciosamente.

 

En los escritos de Ibrahim Ben Ebn Wasuff Shah, leemos:

"El complejo de Giza fue construido para conmemorar un tremendo cataclismo en el sistema planetario de la Tierra, que afectó al globo, con fuego e inundaciones".

Llamé a Gino y se lo expliqué.

"Gino, te habla Patrick, tengo un problema. Según las venerables escrituras, Orion concordaría con ciertos códigos del día del cataclismo. ¿Podrías averiguar esto?"
"Ahora sí que tenemos un problema. Yo sólo puedo reconstruir en parte la posición de las estrellas y los planetas, tanto en el futuro como en el pasado. ¿Tiene alguna idea sobre qué códigos está buscando?"
"En realidad, no. No logro decodificarlos correctamente. He estado devanándome los sesos durante días, pero no lo hallo".
"Bueno, sí, eso puede llegar a ser un problema; las posibilidades son enormes".

Figura 3
Antiguos textos describen un catastrófico cambio en el campo magnético del Sol


Entonces, algo me sucedió:

"Espere un minuto", dije, "los códigos del pasado tienen que coincidir exactamente con los códigos del 21 / 22 de diciembre de 2012. ¡Tienen que hacerlo! Si las estrellas y planetas durante la desaparición de la Atlántida tuvieron cierta posición, esto apunta a una similitud con ese acontecimiento; esa era su manera de describirlo".

Gino, de inmediato estuvo de acuerdo con mis hallazgos y se dispuso a trabajar los dos días siguientes. Pero se fue de vacaciones por más de una semana y la tarea quedó inconclusa.

 

Me llamó a su regreso:

"Tengo noticias alarmantes, Patrick, las posiciones de Orion y Aldebarán coinciden de manera precisa con ambas informaciones. Yo lo había calculado manualmente y ocurre tres veces en doce mil años. La otra fecha es 3114 a.C. Eso podría ser correcto porque varios pueblos, entre ellos los mayas, comienzan su era desde este punto".

¡Allí estaba!

 

Me sentía como si estuviera dando saltos mortales. Con esta prueba quedaba irrefutablemente demostrado que la fecha de la destrucción del mundo en el año 2012 provenía de los atlantes.

 

Más aún, los egipcios tenían que conocer esta fecha también. Pero esto era para más adelante. Nadie podía negarlo: la fecha de la destrucción de la Atlántida era ciento por ciento correcta. Esto hizo del trabajo de Slosman algo incontestable de un solo golpe. El mundo egiptólogo entero podrá hacer lo que le plazca, ¡pero la Atlántida era un hecho! Y con él, también la desaparición futura de nuestro mundo.

 

El hecho de que yo hubiese resuelto esto tan rápidamente me dejó sin habla. Algunos meses después, Gino me dijo que sus cálculos no eran una prueba real, pero para entonces ya habíamos descifrado los verdaderos códigos de la destrucción, contenidos en las venerables escrituras egipcias. Con esto teníamos la prueba definitiva de la exactitud de nuestra teoría.

 

Media hora más tarde me encontraba observando, junto a Gino, el cielo del año 2012.

"Observe con cuidado", me dijo Gino. "Programé el horizonte sobre El Cairo; puede ver a Venus elevándose justo sobre las pirámides, seguido de otras constelaciones y de Orion".

Me dejó sin aliento.

"¡Oh!", exclamó Gino sorprendido, "aquí hay algo que se me escapó antes".

Miré con atención el programa de la computadora y le pregunté:

"¿A qué se refiere?"
"Venus pasa por los signos de la Serpiente y Escorpio; la serpiente es un importante símbolo mitológico tanto para los mayas como para los egipcios, pero el escorpión también era temido".
"Posiblemente recibieron sus nombres por los acontecimientos de la Atlántida, o por los que vendrán en el año 2012", repliqué.
"Es posible. De ese modo, tanto la Serpiente como Escorpio pudieron haberle dado un simbólico mordisco mortal a Venus, ¡y eso puede llegar a explicar muchas cosas!"

Yo temblaba de emoción, pero también de miedo.

 

Mi suposición parecía ser verdad, por lo tanto, la Tierra entonces iba a ser golpeada por un gigantesco cataclismo; los códigos lo demostraban con suficiente claridad. ¡Rayos, entonces era cierto, después de todo! Entusiasmado con esta serie de descubrimientos, me fui a casa. Esa noche no pude dormir; pensaba en eso una y otra vez.

 

El cataclismo anterior había sucedido en la era de Leo (10.960 a 8800 a.C).


La Esfinge, acerca de la cual tanto se habla actualmente, no sólo tuvo un significado astrológico o mitológico, sino también uno práctico. Fue construida por los sobrevivientes de la Atlántida para advertirnos de lo que había ocurrido. Pero eso es sólo una parte de la historia. Esta Esfinge, junto con los otros códigos de las pirámides, tienen que brindarnos un indicio de la fecha del próximo cataclismo; y de esto trata toda la "religión" egipcia.

 

Es un gigantesco monumento arqueo-astronómico que nos dice exactamente lo que sucedió y lo que volverá a suceder. ¡No podrían haberlo hecho más grande!

 

Aun así, lo hemos ignorado durante mucho tiempo. Ahora que ya casi es demasiado tarde, los códigos empiezan a irradiar sus signos de advertencia. Si el mundo no va a recibir la información, la humanidad será nuevamente reducida por miles de años a un estado primitivo. Esta era mi tarea: pulsar el botón de alarma. No tenía sentido seguir esperando.

 

Entonces, decidí comenzar un libro de inmediato para que se publiquen las primeras conclusiones. Nadie podrá culparme alguna vez de no haber hecho nada. Sólo espero que este mensaje ominoso sea comprendido a tiempo.

 

No pueden iniciarse los preparativos necesarios con un año de anticipación, pues no habrá el tiempo o el poder suficiente para que se logre el éxito en la operación de rescate más grande de todos los tiempos.

Figura 4.
Los leones en dirección opuesta son un símbolo

de que el Este se convirtió en Oeste y
viceversa.

 

Al día siguiente de haber imaginado que la Tierra temblaba y que miles de millones de personas morían en una gigantesca marejada demoledora, empecé a escribir mi mensaje de advertencia.


Cuando el Sol pasó el décimo sexto grado del signo de Leo en el año 9792 a.C, el infierno se desató. Una luz abrasadora proveniente de aquel alcanzó la Tierra y el cielo pareció desmoronarse, pero de hecho, la Tierra se inclinó. El símbolo de los dos leones es una ilustración de nuestra evidencia.


La interpretación correcta del símbolo de los dos leones es la siguiente: al sufrir la corteza terrestre un desplazamiento, los continentes ya no se encontraron en su posición original.

 

Pero hay más todavía: cuando el Sol volvió a salir en el horizonte, este era un nuevo horizonte porque la Tierra se había dado vuelta. Los egipcios simbolizaron esto, agregando una cruz de asa, que es el símbolo de la vida eterna en Egipto. El Sol iría a quedarse en ese horizonte hasta el día del próximo cataclismo, después del cual puede empezar un nuevo ciclo de destrucción y resurgimiento.

 

El profesor Frank C. Hibben describe la magnitud de la destrucción provocada por el último cataclismo, en la obra The Lost Americans [ Los americanos perdidos]:

Parecería que en medio de un cataclismo catastrófico hace doce mil años, todo el mundo viviente de animales y plantas de Alaska se congeló de repente, en plena actividad, originando así un tétrico acertijo [...] Los grandes animales que le habían dado el nombre al período se extinguieron y su muerte marcó el fin de una era.


Pero, ¿cómo murieron? ¿Qué fue lo que causó la extinción de cuarenta millones de animales? Este misterio constituye una de las más antiguas historias de detectives en el mundo. Un buen relato detectivesco incluye seres humanos y muerte, condiciones que se hallan al final del pleistoceno. En este caso particular, la muerte tuvo tan colosales proporciones que daba vértigo contemplar sus rastros [...]


De los fosos de estiércol del valle del Yukón hemos obtenido el cuadro de una rápida extinción. Las pruebas de violencia allí son tan obvias como las de los campos del horror en Alemania. Esas pilas de cuerpos de animales o personas no ocurren simplemente porque haya intervenido un
medio natural común[...]


A través del estiércol de Alaska también hay evidencia de que hubo alteraciones atmosféricas de una violencia sin par. Los mamuts y bisontes, por igual, fueron destrozados y retorcidos como por una mano cósmica en un arranque de furia divina... Los animales fueron desgarrados y desparramados por todo el paisaje como si se tratase de hebras de paja e hilo - aunque algunos de ellos pesaban varias toneladas.

 

Mezclados con las pilas de huesos se encuentran los árboles, también retorcidos, destrozados y apilados en grupos confusos; y todo esto cubierto por un fino estiércol cernido que, al congelarse, quedó en estado sólido.

Esto sucedió la última vez.

 

Ahora nos encontramos frente al próximo cataclismo. ¿Será en la parte final de la Era de Piscis, la cual finaliza en 2016, o en la Era de Acuario?

 

Estamos buscando la respuesta a esta pregunta, urgentemente. El momento del próximo cataclismo ha sido descripto en el zodíaco de Dendera. Descifrar el código es un proceso difícil, pero estamos logrando algún progreso. De hecho, por el libro de Slosman, sabemos que la posición de las estrellas durante el cataclismo anterior tiene que concordar con su posición en el año de la próxima hecatombe.

 

Es fácil, ¿no es cierto?

 

Sinceramente, espero que en verdad sea así de fácil. Pero además del zodiaco simbólico hay algunos otros códigos y glifos que complican sumamente el caso. Esperamos recibir alguna ayuda de otro libro de Slosman, Les Divines Combinaisons (Las combinaciones divinas). En él, trata de descifrar los códigos. Pero esta obra apareció sólo en una edición limitada y fue objeto de burla de los egiptólogos oficiales.

 

La suegra de Gino está haciendo todo lo posible para conseguir un ejemplar; hemos depositado toda nuestra esperanza en ella, aunque aún no hemos tenido suerte.
 


Un terrible secreto del pasado
Al comparar la información de las venerables escrituras con los datos de otros libros que he leído, muchas cosas se aclaran. Surge que una luz incandescente alcanzó la Tierra. Según los mayas, se produciría un cambio en los polos magnéticos del Sol en el año 2012.

 

Entonces, desde el interior del Sol, se liberarán enormes fuerzas electromagnéticas con un poder desconocido. Llamaradas gigantes desde el Sol enviarán una descomunal onda de partículas a la Tierra. Este fenómeno se ha observado recientemente y se ha confirmado en dos soles. Durante varias horas exhibieron una actividad explosiva, después de la cual regresaron a su estado normal. Los astrónomos se preguntaban si este sería un acontecimiento único o si podría ocurrir más a menudo.

 

¡Pueden estar seguros de que volverá a ocurrir! Nuestro Sol también muestra este tipo de patrón.


Las partículas que son expulsadas harán que la atmósfera de la Tierra "entre en llamas" con un efecto verdaderamente destructivo en las Bandas de Van Allen [Ver N. de la T]
*.

 

* [N. de la T.]: Son cinturones de radiación, descubiertos por James Alfred Van Alien, físico estadounidense.

 

Debido al continuo flujo de electromagnetismo, el campo magnético de la Tierra se sobrecargará, billones de partículas llegarán a los polos y se generarán desconocidas fuerzas eléctricas, en resumen, una pesadilla para todos.

 

Cuando los polos se llenen de auroras de las partículas que caen, lo inevitable sucederá: el campo interior electromagnético de la Tierra se sobrecargará y estallará, siendo esto un megacircuito corto con efectos superletales. Toda la atmósfera del planeta sin una protección magnética, será bombardeada por partículas que caen. El campo magnético de la Tierra funciona para protegernos, dirigiendo partículas electromagnéticas a los polos, pero esto se tornará imposible.

 

Las partículas van a penetrar en la Tierra desde todas partes, generando una intensa radiación, tanto en luminosidad como en radioactividad. El cielo completo podría describirse como si ardiera con toda intensidad, o como dicen las escrituras:

"la luz de las luces se encuentra alrededor del mundo, ahora".

Y ese es el preludio del cataclismo. El núcleo de hierro de la Tierra es magnético; debido al desplazamiento del núcleo magnético, la Tierra comenzará a moverse hacia el otro lado.

 

En consecuencia, la corteza terrestre exterior se desgajará, en otras palabras, quedará "flotando", suelta, ya no estará aferrada a su "patrón". Si usted se encuentra en el planeta en ese momento, este se inclinará unos miles de kilómetros en un par de horas. Al mirar al cielo parecerá que este "se viene abajo", como lo describen las antiguas escrituras. Se producirán sismos gigantescos.

 

Las placas terrestres se moverán, las montañas se elevarán allí donde no había nada, partes de la tierra se abrirán y colapsarán, las montañas van a desmoronarse, la tierra se hundirá en el océano y los volcanes entrarán en erupción en muchos lugares. En resumen, la peor de las pesadillas no podría ser tan terrible para describir la destrucción de este mundo.

 

Para saber cuan dramáticos fueron los acontecimientos hace 12.000 años, puede leer The Path of the Pole.

 

Allí, Hapgood escribe:

Un número considerable de antiguas playas que ahora se hallan en grandes elevaciones sobre el nivel del mar —y a veces, tierra adentro, lejos de las actuales costas—, evidencian cambios verticales prácticamente drásticos en las posiciones de las masas de la Tierra. Así, el geólogo P. Negris dijo haber encontrado evidencias de playas en tres montañas de Grecia, a saber, Monte Hymeto, Monte Parnaso y Monte Geraneia, a 1.400, 1.500 y 1.700 pies, respectivamente, sobre el nivel del mar; también encontró una playa en el Monte Délos, a 500 pies.


Sobre la costa de la Baja California pueden hallarse rastros de costas "labradas" por las olas, ahora en perfecto estado de preservación, y en algunos casos, a unos mil quinientos pies sobre el nivel del mar. Estos rasgos son testimonios de las más grandes perturbaciones, producidas por los terremotos que visitaron la región en épocas recientes.

Sería posible multiplicar interminablemente la evidencia de las playas elevadas que se hallan en todas partes del mundo, y muchas de ellas pueden implicar cambios en las elevaciones del fondo del mar, como lo sugiere Umbgrove.


Una de las características más sobresalientes de la superficie terrestre es el gran valle producido por la falla en África. El ya fallecido Dr. Hans Cióos señaló que los elevados acantilados de una de las márgenes de este valle, alguna vez fueron el borde del propio continente africano, no sólo el comienzo de la plataforma continental sino el mismísimo borde de la masa del continente. En algún vasto movimiento, ese costado del continente fue tremendamente elevado y el fondo del mar también subió con él cerca de una milla, de modo que pasó a convertirse en tierra seca.

 

Esto es tan interesante que yo cito a Cióos, extensamente, en Conversation with the Earth [ Conversación con la Tierra]:

Continentes hundidos y surgentes

Hay dos márgenes del continente africano y el problema fundamental aparece dos veces, a saber: ¿por qué los continentes de la Tierra terminan de manera tan abrupta y se sumergen tan empinadamente en el profundo mar? [...] Y más sorprendente aún, ¿cuál es el significado de las márgenes montañosas de la mayoría de los continentes, que son altas, gruesas y en relieve?


[...] La corta sección transversal en la larga cadena Lebombo no parece demasiado impresionante, pero ilumina acontecimientos lejanos de este remoto solar de la Tierra, pues aquí queda expuesta la antigua margen del continente. No hace mucho tiempo, durante el período cretácico, el mar se extendía hasta aquí desde el Este. Y la llanura entre las colinas de Lebombo y la actual costa, es el lecho del mar elevado... Lo que vemos son los flancos de una curva descendente de África Septentrional hacia el océano Índico.


Pero vemos mucho más. Vemos los estratos sedimentarios seguidos por rocas volcánicas hacia el este de las colinas; algunas corren paralelas a los estratos, como torrentes o láminas derramados sobre ellos e inclinadas con ellos. Otras irrumpen por las capas de piedra arenisca, elevándose empinadamente desde abajo. Esto significa que, dado que el borde del continente se plegó en las colinas de Lebombo, la corteza explotó y se abrieron grietas, por las cuales la sustancia incandescente e hirviente salió disparada.


En consecuencia, la margen oriental —hacia fines del período paleozoico—, era una gigantesca bisagra sobre la cual se doblaba la corteza terrestre para ser cubierta por el océano. Lo que vemos aquí es meramente una sección transversal [...], uno puede seguir más adelante hacia el Norte o Sur, e incluso al otro lado del continente y descubrir que grandes franjas de esta tierra especial han tenido el mismo destino.

 

Los océanos se hundieron adyacentes a los continentes, y el continente se elevó desde el océano.

Por lo tanto, queda en claro que los continentes se elevaron y se plegaron a escala gigantesca y que volverán a hacerlo en el año 2012.

 

Esto nos retrotrae a nuestra historia. Cuando, luego de horas y horas, la onda cargada de partículas declina, el magnetismo del interior de la Tierra puede restablecerse.

 

Sin embargo, los polos igual se moverán porque el que se encuentra más cerca del Sol habrá recibido el impacto completo. La corteza terrestre dejará de flotar acompañada nuevamente por apocalípticos terremotos, con partes de tierra que se derrumban, una desconocida actividad tectónica y volcanes en erupción.

 

Pero entonces, como si eso no fuera lo suficientemente malo, la mayor catástrofe sucederá, pues debido a la inercia, el movimiento de los océanos no puede detenerse, por lo tanto, una gigantesca ola cubrirá la tierra. Según la antigua tradición, la altura de semejante ola llegó a alcanzar en muchos lugares un kilómetro y medio. Por eso, y no sin razón, los mayas estaban horrorizados.

 

Escondido en lo alto de la montaña había un templo de vírgenes quienes, luego del desastre, debían encargarse de volver a poblar el mundo.
 


Antigua ciencia
Esta es la ciencia de los ancestros y yo creí firmemente en ellos sin ninguna duda. ¿Por qué? Porque nuestro campo magnético es una de las maravillas menos comprendidas del universo.

 

En el artículo "Reversiones geomagnéticas" publicado en Science el 17 de enero de 1969, Alian Cox afirma:

"Existe una incómoda falta de teorías que expliquen el actual campo magnético".

En el año 2000 nada ha cambiado. ¿Qué piensan los científicos ahora?

 

Nuestro campo magnético es electromagnético; todo el mundo lo sabe. ¿Cómo es eso? Bueno, dado que nuestro planeta rota, el magnetismo es inducido de una manera muy similar a la inducción por el flujo de una corriente eléctrica, a través de una bobina de alambre. En otras palabras, la Tierra es una dínamo gigantesca con un polo norte y otro sur. Eso es todo.

 

No les pregunte más, pues ¡en verdad no lo saben!


Las reversiones de la polaridad suelen ocurrir y los geólogos lo han comprobado. Sucede cada 11.500 años, pero nadie sabe por qué. Toda especulación conduce a una "fuerza desconocida" que produce las reversiones, pero aún no hay respuestas. ¿Incómodo? ¡Seguro que sí! Eso nos conduce al Sol, donde se observa qué poderosa puede llegar a ser una reversión magnética. Las fuerzas magnéticas son el mismísimo disparador de millones de explosiones nucleares en el Sol. Esto es así porque nuestro Sol es una estrella magnética, con un polo norte y un polo sur, además de un ecuador.


Al igual que la Tierra, el Sol rota y lo hace muy rápidamente, a más de 6.400 km por hora en la superficie, creando millones de campos magnéticos que calientan su corona a más de un millón de grados. Sólo una llama solar que explota desde un cortocircuito en un campo magnético, da tanta energía como dos mil millones de bombas de hidrógeno. Imagine semejante explosión en la Tierra y rápidamente podrá calcular la magnitud del daño.


Luego están las manchas solares.

 

Su propiedad más predominante es su intenso campo magnético. La fuerza magnética de una mancha solar es inmensa, 20.000 veces más poderosa que la de la Tierra. Las manchas solares explotan por la superficie del Sol cada once años, ese es su ciclo. Al comienzo de cada ciclo, la polaridad magnética en las manchas solares se revierte, creando gigantescas explosiones nucleares.


Eso nos retrotrae a los antepasados. Ellos habían hallado una teoría sobre los campos magnéticos del Sol. En su libro The Mayan Prophecies [Las profecías mayas], Cotterell describe esta teoría y presenta los cálculos mayas de las reversiones en el campo magnético del Sol, estableciendo que al cabo de miles de años se produce una verdaderamente grande. Cuando eso suceda, enormes llamas solares escaparán del Sol y caerán sobre los polos de la Tierra.

 

Y luego, ¡pum! El campo magnético de la Tierra se revertirá y esta comenzará a girar en otra dirección, convirtiéndose el polo norte en el sur y viceversa.

 

¿Leyó eso? ¡La Tierra comenzará a girar en sentido contrario y los polos se revertirán!


Después de leer estas advertencias, un terrible temor se apoderó de mí. Es evidente que un desastre mundial de desconocidas proporciones se está acumulando para nosotros. Casi toda la población de la Tierra perecerá. Europa se deslizará nuevamente a la era glacial y se tornará inhabitable, pues la corriente del Golfo habrá desaparecido.

 

América del Norte será peor, pues desaparecerá de un momento a otro bajo el hielo del Polo Sur, así como ocurrió con la Atlántida. Me desesperé tanto que pude haberme matado. Por fortuna, no tuve tiempo de hacerlo porque primero debía terminar mi investigación. No cabe ninguna duda de que esto va a suceder.

 

En su libro The Path of the Pole, el profesor Charles Hapgood escribe:

He hallado evidencia de tres posiciones diferentes del Polo Norte, recientemente.


Durante la última glaciación de América del Norte, el polo parece haber estado ubicado en la bahía de Hudson, aproximadamente a 60° de latitud Norte y a 83° de longitud Oeste.


Parece ser que se corrió a su sitio actual en medio del Océano Ártico, hace unos 12.000 años.


Los métodos para obtener datos sobre la radiación, también nos sugieren que el polo llegó a la bahía de Hudson hace unos 50.000 años; antes de esa fecha, se encontraba ubicado en el Mar de Groenlandia, aproximadamente a 73° de latitud Norte ya 10° de longitud Este. Treinta mil años antes, es probable que el polo haya estado en el distrito del Yukón en Canadá.

Si el Polo Norte cambia, el Polo Sur cambia también.

 

Hapgood escribe lo siguiente:

Una poderosa confirmación de otro de los corolarios de un polo emplazado en la bahía de Hudson, proviene de la Antártida. Con un Polo Norte a 60° de latitud Norte y 83° de longitud Oeste, el Polo Sur correspondiente habría estado ubicado a 60° Sur y 97°

 

Este en el océano que baña las costas de Mac-Robertson en la tierra de la Reina Maud, en la Antártida. Esto colocaría al Polo Sur unas siete veces más lejos del casquete del Mar de Ross en la Antártida, de lo que está ahora (ver la figura). Cabe esperar, entonces, que el Mar de Ross no se haya helado en esa época.
 

Precisamente, tenemos la confirmación de este hecho.

Junte la precesión equinoccial —que es un desplazamiento de la corteza terrestre— y las reversiones magnéticas y habrá creado un asesino colosal. Estas transportan islas y montañas más alto aún', hacia el cielo, provocando extinciones a una escala gigantesca.

 

Es innegable que existe un vínculo entre las eras glaciales y las reversiones magnéticas.

 

LA SENDA DEL POLO SUR

Figura 5
La senda del Polo Sur según Hapgood.

 


Figura 6

Nueva vista del interior de la Tierra


El hielo desempeñó un papel fundamental en casi todas las extinciones de la historia.

 

Steven M. Stanley —de la Universidad John Hopkins— dice que el enfriamiento climático fue el "agente dominante" de la extinción cámbrica, como lo fue en el periodo pérmico, en el devónico, etcétera.


Hace poco más de cien años, la gente se asombraba ante la sugerencia de que grandes láminas de hielo con un espesor de aproximadamente 1,6 km, alguna vez se depositaron sobre las templadas tierras de América del Norte y Europa. Luego, la gente aceptó la idea no sólo de una era glacial sino de una serie de ellas. A medida que pasó el tiempo se hallaron evidencias de eras glaciales en todos los continentes, aun en los trópicos. Se descubrió que las láminas de hielo alguna vez cubrieron vastas áreas de la India tropical y del África ecuatorial.

 

Arthur Coleman, una de las mayores autoridades sobre eras glaciales, escribió en su libro Ice Ages Recent and Ancient [Eras glaciales recientes y antiguas]:

También se descubrió que estas láminas de hielo se distribuyeron aparentemente de una manera caprichosa. Siberia, ahora una de las partes más frías del mundo, no estaba cubierta, tampoco lo estaban la mayor parte de Alaska ni el territorio del Yukón en Canadá, si bien el norte de Europa, con su clima relativamente cálido, se encontraba bajo el hielo a la altura de Londres y Berlín. La mayor parte de Canadá y Estados Unidos estaba cubierta de hielo hasta la altura de Cincinnati y el valle del río Missisipi.

Los escritores más recientes concuerdan en que la situación descripta por Coleman, en esencia es muy precisa.

 

El profesor J. K. Charlesworth, de la Universidad de Queen en Belfast, expresa su opinión de la siguiente manera:

"La causa de todos estos cambios, uno de los mayores acertijos en la historia geológica, aún no ha sido develada, a pesar del esfuerzo realizado por generaciones de astrónomos, biólogos, geólogos, meteorólogos y físicos".

Coleman, quien realizó un gran trabajo de campo en África y la India, estudiando las evidencias de las eras glaciales, narra de manera interesante sus experiencias, al hallar signos de un intenso frío, en áreas donde debía trabajar bajo el abrasante calor del sol tropical:

Una calurosa tarde de comienzos del invierno, a dos grados y medio dentro de la tórrida zona en medio de un entorno tropical, era muy difícil imaginar esta región cubierta, durante miles de años, con miles de pies de hielo. El contraste del presente con el pasado era sorprendente y resultaba fácil ver por qué algunos de los primeros geólogos lucharon tanto tiempo contra la idea de la glaciación en la India a fines del período carbonífero.


Después de algunas horas de trepar y martillar bajo el intenso sol africano, a 27° 5 minutos de latitud, sin una gota de agua, juntando piedras estriadas, y una losa de piso pulido de pizarra, me ofrecieron un contraste sumamente impresionante entre el presente y el pasado, pues aunque en el 27 de agosto aún está por comenzar la primavera, el calor es muy igual al que se encuentra en un soleado día de agosto en América del Norte.

 

La luminosidad agobiante y la transpiración hicieron que la idea de pensar en una lámina de hielo de algunos miles de pies de grosor, en ese punto, fuera algo sumamente increíble pero muy atractivo!...

Por lo tanto, ahora sabemos que las eras glaciales y los desplazamientos de los polos suceden con frecuencia. En unos pocos años volverá a ocurrir. Pero aún yo tenía muchas preguntas que seguían sin respuesta, tales como: si de repente mi país es destruido, ¿cómo puedo escapar si no tomé ningún recaudo?

 

En la obra When the Sky Fell estaba claramente escrito que, luego del desastre de la Atlántida, se inició la agricultura en diversos lugares del mundo y con los mismos cultivos y las mismas técnicas. ¡Estos debían provenir sin duda de la misma civilización!

 

Con intriga lo leí y me quedé pensando sobre el tema. Parecía un acertijo sin solución, algo imposible.

 

Si su país desaparece de un plumazo, no puede levantar vuelo con una carga de cereales y construir una civilización como la de Egipto. Me era imposible resolver esto, hasta que un día recibí el libro Le Grand Cataclysme (El gran cataclismo) de Albert Slosman. Anne Papillon me lo envió desde París. Yo la había conocido dos meses antes en Amberes y le había comentado acerca de mi investigación. Entonces, ella comenzó a buscar en las librerías de París para mí y halló una copia del libro, de segunda mano.

 

Empecé a leerlo con grandes expectativas.




EL GRAN CATACLISMO

Rara vez he leído con tanto asombro un libro.

 

No me permitió relajarme; Slosman, en verdad sabe cómo captar nuestra atención. Desde el comienzo no se advierte al lector que esto no es una novela sino una historia real, una que pasó realmente. Fue una ardua tarea decodificar los jeroglíficos que describen los últimos años de la Atlántida.

 

Gracias a sus enormes esfuerzos, ahora estamos familiarizados con los secretos de una civilización que se esfumó en un día, en un gigantesco cataclismo. En un minuto le ofreceré un breve resumen de Le Grand Cataclysme. Es chocante y se aplica directamente a nosotros. Más adelante comprenderá por qué, pero primero debe saber que el conocimiento de los atlantes sobre el movimiento de las estrellas y la posición de los planetas era muy superior al nuestro. Es de suma importancia que sepamos esto porque nos conduce a develar sus secretos.

 

Vea usted, ellos percibieron el fin de la Atlántida con sus conocimientos sobre astronomía.

 

El día que la Atlántida se hundió bajo las aguas, un 27 de julio de 9792 a.C, Orion, Venus y algunas pocas estrellas y planetas más ocuparon algunas "posiciones codificadas". Los sumos sacerdotes que escaparon del cataclismo se llevaron los conocimientos con ellos y los guardaron en el laberinto (el Círculo de Oro) en Egipto. Y allí precisamente se elaboró el plan maestro para advertir a la humanidad sobre el próximo cataclismo.

 

Esta historia increíblemente asombrosa debe ser conocida en el mundo entero, porque en el año 2012 las estrellas estarán exactamente en la misma posición que en el año en el cual la Atlántida se hundió.
 


Osiris
La historia de Osiris (Orion) empieza en el año 10.000 a.C.

 

L'An-Nu, el sumo sacerdote de Aha-Men-Ptah, reunió al consejo. Tenía noticias alarmantes, pues con "cálculos matemáticos de las configuraciones estelares", estaba en condiciones de calcular la fecha del fin de su mundo. Esto se basaba en los sucesos del cataclismo anterior, ocurrido el 21 de febrero de 21.312 a.C, cuando la Atlántida fue destruida en parte (la Tierra giró 72 grados en el zodíaco).

 

Su mensaje fue sumamente doloroso y duro:

"Hermanos, estamos hoy reunidos aquí para hablar de los aterradores acontecimientos que sufrirán nuestros bisnietos. Sin dudarlo, debemos organizar un éxodo de nuestro pueblo hacia otras regiones y esto representa un enorme esfuerzo durante mucho tiempo".

Pudo oírse un murmullo y luego una ola de protestas, pero el alto prelado era inexorable:

"No me baso en las sagradas escrituras sino en combinaciones matemáticas que pueden ser comprendidas por cualquiera que lo elija. Todo movimiento de las estrellas y los planetas se produce en armonía, siguiendo las leyes de Dios. Lo que sabemos con seguridad es que las 'combinaciones matemáticas celestiales' tienen influencia sobre todos los organismos de la Tierra, por medio de las configuraciones que representan.

 

Eso, por una parte.

 

Segundo, los cálculos de mis predecesores y de los científicos de nuestra 'Doble casa de la vida' de Septa-Rerep establecen que una catástrofe de desconocidas proporciones nos aguarda. Durante la anterior, el Norte de nuestro país se convirtió en un enorme iceberg y fueron destruidas otras partes del mundo. Esta vez, nuestro país entero desaparecerá. He recalculado lo que nuestros científicos estimaron tantas veces con anterioridad, y lo único que podemos decir es que nuestro país desaparecerá por completo bajo las aguas.

 

No quedará nada, y si no se toma ninguna medida no habrá nadie que pueda contar la historia de nuestra patria, porque pertenecerá al reino de los muertos".

La mayoría de los oyentes permanecían en silencio, pues estaban impresionados por lo que acababan de oír. Uno de los miembros más ancianos interpretó la conmoción general:

"¡No dudo del poder de sus palabras! Es lógico que si aceptamos este gran cataclismo como algo que sucederá con certeza, aquí debemos discutir el éxodo con calma. Pero esto significa la construcción de cientos de miles de barcos, sin mencionar toda la comida que se necesita para millones de personas. Se requiere la intervención de varias generaciones de preparativos".

L'An-Nu volvió a hablar:

"La ley celestial determina la armonía de los cielos y el movimiento matemático de la Tierra a lo largo del tiempo. Sobre la base de esto, 'aquellos que saben de números', podrán determinar la fecha exacta y la ley causante de la catástrofe. Se producirá el 27 de julio de 9792 a.C, dentro de 208 años y será inevitable.

 

Por lo tanto, apresúrense, honorables miembros del consejo, a tomar las medidas necesarias para que dentro de dos siglos todos puedan abandonar estas tierras e iniciar una segunda patria. Los primeros signos de lo que nos aguarda ya son visibles en el horizonte, donde el Sol está más rojizo a su salida.

 

Aquí concluyo mi argumento, el Este tendrá color rojo, tan rojo como nuestra sangre, porque nuestro imperio pertenecerá a los muertos".

Esto produjo el efecto deseado. A partir de ese día, empezaron a tomar las medidas precautorias necesarias para llevar a cabo un éxodo sin fallas.


Los años transcurrieron. En 9842 a.C. nació el primer hijo del rey Geb y la reina Nut. Era un varón y su madre le puso el nombre de la constelación que dominaba el cielo meridional, es decir, Osiris u Orion. Estaba predestinado a convertirse en el gobernante 589° de Aha-Men-Ptah. (Posteriormente, Aha-Men-Ptah fue llamada Atlántida, por los filósofos griegos.)

 

En 9841 a.C. nació su hermano Seth y un año más tarde, sus hermanas mellizas Isis y Nepthys. Todos amaban a las dos niñas, pero Seth se comportaba como un pequeño tirano. Envidiaba el éxito de sus hermanas y estaba sumamente enojado por no ser el heredero del trono. A Isis le gustaba reír y a menudo se la veía en compañía de Osiris.

 

El rey Geb observó una estrecha relación entre los dos y decidió que se casaran. En presencia de una gran audiencia, el matrimonio fue solemnizado. Seth estuvo ausente, dado que estaba furioso cuando se enteró del casamiento. En un rapto de ira, se marchó luego de amenazar con vengarse y cometer fratricidio.


De la unión entre Isis y Osiris nació Horus. Mientras tanto, Seth se dedicó a reunir un ejército cada vez más grande. Muchos de sus rebeldes se irritaron al tener que realizar las medidas coercitivas que les infligían para el cataclismo venidero, rehusándose a seguir participando de las tareas por algo en lo que ellos no creían.

 

En esos tiempos difíciles, Osiris se convirtió en el nuevo gobernante, a los treinta y dos años de edad. Era 9805 a.C, y faltaban trece años para la fecha del cataclismo. Osiris, inmediatamente tomó medidas para asegurarse la fidelidad de los otros estados del país.

 

Formó un ejército que no sólo tendría que conquistar a los rebeldes, sino también proteger los puertos y los depósitos de almacenaje. Miles de botes se guardaron, luego de haberse dado cuenta de que muchos de ellos se habían ido y ahora servían como madera para hacer fuego. Una profunda reorganización tuvo lugar para que pudiera lograrse una tranquila evacuación de aquellos que permaneciesen leales.


El resto de la tierra era un caos causado por Seth.

 

Hubo una increíble cantidad de material a utilizarse en el éxodo que se tornó inútil, se demolió, se rompió o fue robado. Seth ejerció una dictadura criminal y provocó el terror, demostrándolo cuando envió de regreso a dos embajadores del palacio, decapitados, en sus ataúdes.

 

Su mensaje era claro:

"No voy a negociar".

Sólo quedaban tres años. Horus tenía 24 años cuando su tío incorporó su séptimo estado y ordenó la inmediata destrucción de 4.000 "Mandjits".

 

Estos barcos a prueba de hundimientos, ¡deberían asegurar la supervivencia de 30.000 personas de esa provincia! Luego de este insensato aniquilamiento hubo un impasse por unos tres años. Un par de semanas antes del cataclismo, Seth intensificó su ataque vigorosamente. En la noche del 26 de julio pudo hacerse con la capital, por sorpresa. Sin duda, todos estaban preocupados por el cataclismo venidero que interfería con las medidas que debían adoptarse para la defensa.


El resultado fue desastroso. Hubo saqueos y asesinatos; sólo el palacio real no fue tomado. Seth discutió con sus capitanes la estrategia necesaria, pero decidió no atacar porque sus tropas estaban demasiado ebrias y en este estado no iban a hallarse en condiciones de conquistar las tropas de élite, que se encontraban bajo el mando de Horus.

 

La oposición también supo que Seth no tomó prisioneros y que ellos iban a luchar con todo su vigor por sus vidas. Entonces pensó en una treta. Envió un mensajero al palacio para ofrecer una rendición honorable, con la condición de que Osiris en persona viniera a firmarla. A pesar de las advertencias de Geb, Nut e Isis, el rey decidió ir. Dejó la defensa en manos de su hijo Horus.

 

Lo escoltaron seis hombres y un oficial. Osiris condujo hasta el lugar del encuentro, pasando por las ruinas en llamas de su capital. Antes de que pudieran reaccionar, las lanzas penetraron los corazones y las cabezas de sus escoltas y los hombres fueron brutalmente asesinados. El rey apenas había sido herido y fue conducido a una habitación donde Seth, con sus oficiales comandantes, lo aguardaban con impaciencia.

 

Convencido de su triunfo, Seth miró a su hermano con arrogancia, en tanto que este sólo lo observaba con profunda tristeza.

 

Entonces, una ira irracional lo invadió. Tomó la espada de uno de sus capitanes y la clavó en el cuerpo de su hermano; ni un sonido se oyó de los labios de Osiris. Luego, le ordenó a sus capitanes que hicieran lo propio. Osiris murió sin emitir un solo sonido. Seth miró a su alrededor, notó que allí había una piel de toro y arrojó el cuerpo aún tibio sobre ella, atando las dos partes que la constituían. Después, ordenó a sus capitanes que arrojaran el "paquete" al mar.

 

Los peces carnívoros y los cangrejos se darían un festín con él.

Figura 7.
Jeroglíficos de las vidas de Isis y Osiris.

 

En el palacio, Nepthys, que tenía el don de la videncia, vislumbró los trágicos acontecimientos. Luego de comunicárselos a Horus, este decidió lanzar un contraataque. En muy poco tiempo reunió a dos mil hombres, les explicó lo ocurrido y les informó qué se esperaba de ellos. Con sus corazones llenos de enojo, comenzaron el ataque, matando instantáneamente a cada rebelde que encontraron a su paso.

 

Pronto arribaron al lugar donde habían asesinado al padre de Horus. Eran espectadores de una escena apocalíptica: estaba lleno de cuerpos a los cuales se les había dado muerte de una manera bestial, pero Osiris no estaba allí. Horus continuó con la reconquista y pronto recibió refuerzos de los habitantes y de las otras brigadas.

 

Justo antes del atardecer, la capital fue liberada, ¡pero completamente destruida!

Figura 8.
Osiris retomó su lugar a la diestra de Dios, lo cual indica que la Tierra se dará vuelta.

 

En el momento en que el Sol debía elevarse sobre el horizonte, no sucedió nada.


Era el 27 de julio de 9792 a.C. y ese sería el último día de la Atlántida. Apareció un ocaso irreal, sin sol ni cielo; una bruma rojiza, sofocante, de difusa claridad a causa de su espesor, fue tendiéndose como un manto parejo que no sólo absorbió todos los sonidos sino también la luz del Sol.

 

La respiración se hizo difícil debido al profundo olor a muerte que dominaba la atmósfera. En todo el continente, la gente comprendió que lo inevitable estaba por desencadenarse. El instinto de supervivencia afligió a todos con un intenso temor del drama que estaba por venir. No hay palabras para expresar el pánico que se desató. En los anales está registrado en detalle y puede comprenderse el pandemónium descripto, al pensar en el temible panorama que la gente debía enfrentar.

 

La mañana transcurrió sin que nadie estuviera en condiciones de precisar la hora, porque el Sol permaneció invisible detrás de la sofocante niebla, que se tornó color rojo sangre.


Horus comprendió que este era el fin de su país. También se dio cuenta de que si la desesperanza de su pueblo era así de enorme, mucho peor iba a resultar con los rebeldes. Entonces, decidió aprovechar esta situación y asestar un golpe definitivo a las tropas de su tío. Brevemente, explicó esto a sus comandantes, quienes se entusiasmaron mucho con la idea.

 

Les prometió a los soldados que podrían irse a tiempo con sus familias. El asfixiante silencio de la bruma estaba enloqueciendo a las tropas y, debido al olor insoportable y a este rojizo fenómeno, casi perdieron la razón. Como consecuencia, se produjo un violento encuentro con el enemigo, algo que pareció casi un sueño, pues la borrosa bruma aún impedía una clara visión.


Entonces, la furia celestial se hizo conocer en su omnipresencia; suaves terremotos pusieron fin a la batalla. Nadie pudo ganar porque todos iban a perecer. Muchos fueron arrojados al suelo con sus cuerpos temblorosos a causa de las siniestras oscilaciones. Esto se prolongó con igual intensidad, mientras la bruma impenetrable parecía aclararse.


En el palacio, Geb asumió el mando nuevamente. El monarca anterior no tenía otra alternativa, pues su hijo estaba muerto y Horus aún no había tomado su juramento. Basándose en las leyes reales, decidió iniciar de inmediato el éxodo general. Debieron abandonarlo todo, sin ninguna esperanza de recuperarlo. Primero se envió la orden al puerto para poder empezar con las acciones y medidas planificadas y evitar, en lo posible, el pánico. Los soldados reales estaban todos allí para facilitar la partida del pueblo que estaba a punto de huir.


En el puerto real había miles de "Mandjits", cuya característica principal era que no podían hundirse. Estaban rigurosamente protegidos y a bordo tenían equipos completos de supervivencia, como por ejemplo, botellas de agua, tortas de cebada, cereales, etc. Se había practicado la evacuación hacía tiempo y esta había funcionado sin fallas. En un breve lapso, cientos de miles de personas se embarcaron.

 

A su vez, comenzó la evacuación de la familia real y de los sumos sacerdotes. Todos se dirigieron a los botes que ya habían sido designados con anterioridad.

 

Para estas personas, las medidas que se habían tomado hacía años, ahora estaban rindiendo sus frutos. El sumo sacerdote, con calma, impartió sus órdenes, las cuales fueron acatadas al pie de la letra. Un gran contingente de seguidores pusieron los tesoros a salvo; nadie tenía la menor idea del alcance de la catástrofe, aunque todos se imaginaban lo peor.


A ciento sesenta kilómetros, los antiguos volcanes que tenían más de mil años de antigüedad se reactivaron. Con un enorme poder arrojaron rocas, tierra y polvo al aire, y la bruma volvió a tornarse espesa. Una lluvia de piedras más pequeñas y pedazos de toda índole cayeron sobre la capital y el puerto; como consecuencia de ello muchas personas fueron heridas o murieron.

 

En medio del pánico que sobrevino, perdieron el autocontrol y comenzaron una verdadera carrera hacia el puerto. Todos arrojaron lo que llevaban consigo, para poder escapar más rápido. Cualquier indicio de pensamiento humano fue reemplazado por un puro instinto animal de supervivencia. Los soldados fueron atropellados por esta estampida de personas. La turba saltó a los barcos de papiro que estaban recubiertos con resina y betún para impermeabilizarlos y hacerlos indestructibles.

 

El terror causado por los horribles e inimaginables acontecimientos hizo que la gente olvidara toda noción de seguridad. En lugar de subir a bordo en un número no mayor a diez por barco, luchaban por subir en los primeros Mandjits a su alcance. Cientos de barcos se hundieron junto con sus pasajeros ni bien zarparon, o incluso antes de hacerlo. Miles de desafortunados murieron en el puerto, el cual ya no iba a subsistir por mucho tiempo más.


Desde lejos se podía oír los volcanes otra vez, que arrojaban lava al aire. El resto de la aterrorizada población que permaneció en tierra, pereció en un torrente de fuego. Cientos de miles de litros de un infernal fuego líquido, hallaron su camino en los pueblos y las ciudades, destruyendo y cubriéndolo todo a su paso.
En medio de este terrorífico curso de los acontecimientos, Nepthys e Isis buscaban el cuerpo de Osiris.

 

Nepthys condujo a su hermana a través de la bruma de la invisibilidad. De los soldados que los acompañaban sólo quedaron tres. Dado que la "vidente" tenía grandes dificultades para concentrarse en el lugar exacto donde se encontraba el cuerpo envuelto en el cuero del toro, la búsqueda se hacía muy difícil. El pánico omnipresente y los miles de cadáveres complicaban su tarea. Al parecer, eran los únicos que aún permanecían vivos en este inmenso cementerio, donde las aves, otros animales y las personas habían muerto.

 

¿Valía la pena seguir buscando, si de todos modos iban a morir?


Eso era exactamente lo que se preguntaba Seth. Luego de los primeros temblores, la parte principal de sus brigadas partió; los que se habían reído incrédulos ante el profetizado final de su mundo, se apresuraban a escapar de su desobediencia a las leyes de Dios, aunque para muchos ya era demasiado tarde. Seth se dio cuenta de que esta rebelión contra las leyes celestiales había, incluso, acelerado el proceso inevitable. Se quedó solo, estupefacto y sin comprender qué había sido de su honor y su reino perdidos.


Horus les dio a los hombres restantes la libertad de partir en orden y decidió quedarse a la zaga y buscar a su tío, para matarlo en venganza por su padre. Ahora había dos hombres en el bosque, cuyas cabezas estaban atiborradas con los trágicos sucesos, sabiendo ambos que uno debería matar al otro año de sobrevivir.


Una vez más, la furia celestial se desató. El tumulto en el puerto ahora estaba en su punto máximo. Cientos de miles se empujaban en la densa niebla para poder abordar alguna nave. No había soldado que pudiera cumplir con su deber en esta masa de gente que se atropellaba camino a la muerte.

 

Las primeras filas simplemente fueron echadas al agua. En ese momento, los rebeldes que aún quedaban llegaron al puerto. Con una despiadada violencia se abrieron paso hacia los botes. Todo el que se interponía en su camino era arrojado al agua o asesinado, luego de lo cual, los soldados se arremolinaron frente a los barcos. Pero a causa de su miedo, cometieron los mismos errores que aquellos que los habían precedido, pues sobrecargaron los botes con demasiados hombres. En cuestión de segundos se hundieron y los ahogados se unían a las pilas de cuerpos flotantes.

 

Otros se dirigieron al puerto real donde se llevaba a cabo el éxodo con toda calma, pero con gran apuro. Los rebeldes provocaron un gran derramamiento de sangre y enfilaron hacia el mar en barcos hurtados. Afortunadamente, el sumo sacerdote y su familia, junto con otras naves que también transportaban a sacerdotes, ya habían partido.

 

Debido a la densa niebla, no les era posible ver u oír nada acerca de este criminal episodio en el último día de su reinado.


Mientras tanto, los comandantes se acercaban unos a otros sin que se dieran cuenta. La niebla los hacía invisibles e inaudibles entre sí. Seth miró a su alrededor cuando una ráfaga de viento rasgó la niebla; entonces vio a Horus, que estaba meditando a unos veinte metros de distancia.

 

Lleno de odio y sufrimiento, con el deseo de matar al hijo de su hermano, dio un paso adelante. Otra vez la Tierra temblaba y se expandía una temeraria sinfonía, cuya fantasmal imagen era pesada y siniestra. La lava volvía a correr, continuando su destructivo trabajo. Los árboles se quebraban como si sólo fuesen pequeñas ramas y luego ardían en llamas.

 

El fuego rugiente mataba todo lo que encontraba a su paso, tanto vegetal como animal. Nada podía escapar a eso. Un desagradable olor acompañaba todo ese panorama. Seth, quien en ese momento se encontraba sólo a tres pasos de su sobrino, cayó presa del miedo; un pánico irracional se apoderó de él y atacó sin pensar. Su grito se perdió en el ruido atronador del bosque envuelto en llamas, cuando su espada rozó el hombro de Horus; con otro golpe le pegó a la cara de su sobrino. Horus estrechó sus manos frente a su rostro y pronto estas comenzaron a sangrar. Seth estaba seguro de su victoria y se escapó, tratando de huir del torrente de lava que se aproximaba.

 

Aunque Horus aún estuviera vivo, con seguridad iba a morir en ese torrente de fuego fantasmal. Unas enormes nubes ardientes provenían de la lava, la cual serpenteaba emitiendo monstruosos silbidos. Cada vez se acercaba más al hijo de Osiris quien, solo y muy herido, había quedado a merced de los cielos.

 

Había perdido su ojo derecho y el otro estaba lleno de sangre, tenía una rodilla destrozada y un hombro roto, pero aún estaba vivo, aunque no podía ver ni moverse. Sabía que el infierno se cernía sobre él y tenía la esperanza de que Isis y el resto de su familia hubieran podido escapar a tiempo. El arroyo hir-viente llegó a los árboles cercanos y los destruyó en apenas unos segundos. Un profundo suspiro se escapó de sus pulmones y sintió el intenso calor que en breve lo iría a quemar hasta convertirlo en cenizas.

 

Entonces se produjo el milagro. Horus yacía sobre un afloramiento de granito, dado que la lava no podría pasar por allí; más bien sólo podría rodearlo, dejándolo a salvo por algún tiempo.


En la costa, por fin Nepthys tuvo éxito. Divisó una pequeña bahía con una enorme higuera. Allí, en una rama que se encontraba sobre el agua debería estar colgado el cuero que guardaba el cuerpo de Osiris. Se comprobó que esto era cierto. Isis suspiró con alivio, pues al final, su demora en abandonar esta tierra había tenido su recompensa. Las dos hermanas, con cuidado tomaron el cuero y los soldados lo colocaron en uno de los pequeños Mandjits que había por ahí abandonados. Al cabo de un corto intercambio de ideas, la reina le ordenó a su hermana que se uniese a su familia junto con los soldados.

 

Isis se fue sola en busca de su hijo, quien era el heredero legal del reino que ahora se había perdido y llegó al palacio real donde Geb y Nut se disponían a partir.

Figura 9.
Jeroglíficos que describen la pelea entre Horus y Seth.
 

Habían estado aguardando las noticias de su hijo y nieto, desesperadamente.

 

Confrontados con la resoluta decisión de Isis de buscar a su hijo, Geb impartió sus últimas órdenes. Sin más demora, Nut y los restantes jefes debían irse, siendo su lugar de destino, allí donde terminaba el parque y empezaba el canal. Dos fuertes galeras que eran lo suficientemente resistentes como para navegar por los mares más bravíos los aguardaban.

 

Un nuevo país iba a necesitar una nueva madre, señora de un nuevo cielo, la cual, en ausencia de Osiris y Horus, debía enseñarles a los sobrevivientes cómo vivir en su segunda patria. Su nombre sería Ath-Ka-Ptah, cuyo significado literal era "Segunda Alma de Dios", el cual luego sería cambiado fonéticamente por los griegos por Ae-Guy-Ptos (o Egipto, en castellano).


Nut, a quien no le había gustado tener que dejar a su amado, fue arrastrada por los incontrolables elementos. Una enorme explosión en el centro de la capital sacudió a los sobrevivientes, impeliéndolos hacia el caos. Geb, que había decidido acompañar a su hija, se apoderó de varios caballos para poder moverse lo más rápido posible.

 

En cuanto vio todo ese daño y caos, dudaba de que Horus aún estuviera con vida. Pero Isis no quería oír hablar de abandonar la búsqueda. Con confianza lo alentó a continuar, aunque no era una tarea fácil en medio de la niebla. De repente y de la nada, empezó a aclarar y por primera vez hubo luz ese día. La actividad volcánica en la distancia, habiendo lanzado miles de toneladas de lava, se detuvo y un silencio sobrenatural los rodeó. ¡Esto tendría que ayudarlos a encontrar a Horus!

 

Pero ¿dónde buscarlo?

 

Isis extendió sus brazos hacia el cielo y rezó:

"¡Oh, Ptah-Hotep, rey de los cielos, abre tus esclusas y deten el fuego; salva al hijo de tu hijo! Ordena que este día del gran cataclismo no se convierta en el día del gran luto. Oh, Ptah-Hotep, rey de la tierra, ordena que el gran arroyo abra todas sus reservas!"

Seis mil años después, esta plegaria está cincelada en todas las tumbas del valle de los reyes de Luxor, y también en Dendera.

 

Y en los anales del libro The Four Times [Las cuatro veces] se lee:

"La plegaria de Isis fue respondida y una lluvia rojiza se esparció sobre la tierra, como si la sangre de los muertos se hubiera desparramado sobre la tierra rasgada".

Al cabo de algunas horas, la lava se había enfriado y para Isis y Geb era difícil trepar por ella.

 

La reina, desesperada por la tristeza, no sabía qué camino elegir en este desolado paisaje. Como su padre, estaba completamente mojada y exhausta, y apenas podía moverse mejor entre las rocas endurecidas. Entonces, Isis vio el cuerpo que estaba buscando... ¡y parecía moverse! Lágrimas de alegría brotaron de sus ojos. Horus pensó que estaba alucinando, pues no podía ser que su madre estuviera tan cerca.

 

Pero una mano lo tocó y una voz amorosa le habló:

"Ya no tengas miedo hijo mío, Dios me mostró el camino para llegar a ti y salvarte".

Isis, en su mano, juntó un poco de agua que brotaba de la roca y lavó la sangre del ojo que Horus no se había lastimado, entonces él pudo ver a su madre y también lloró de alegría. Trató de pararse, pero se hubiera caído pesadamente si su abuelo no lo hubiera sostenido, a raíz de su rodilla destrozada. Con la ayuda de Isis, lo tomaron por los hombros y muy despacio lo llevaron hacia los caballos que aguardaban pacientemente.

 

Allí, Geb habló con una voz que no admitía réplica alguna:

"Isis, debes irte de inmediato, Osiris escondió un Mandjit bajo un techo en el Lago Sagrado. Apresúrense los dos para llegar allí y váyanse lo más rápido posible al mar abierto. Hay sólo un par de remos a bordo y les resultará fácil partir. Yo soy prácticamente un peso muerto para ir con ustedes; además, aún debo arreglar algunos asuntos en el palacio. No piensen en mí, ¡es una orden! Sólo piensa en tu hijo. Ahora, váyanse".


"¡Pero, padre!"


"¡Vayanse, es una orden!"

Era imposible oponerse a su decisión e Isis se fue, con su otro caballo detrás de ella. Durante la travesía le habló a su hijo de manera alentadora. Ella sabía que el sufrimiento debía ser insoportable y trataba de hacerle olvidar el dolor por un momento.

 

Llegaron al barco sin ninguna dificultad. Isis se sentó en el lugar de los remos y comenzó a remar con vigor hacia el estrecho, donde probablemente podría cambiar por un barco más grande y Horus podría ser cuidado por otros sobrevivientes. Luego de haber pasado el canal grande y el pequeño, se produjo el primer choque sísmico verdadero. La tierra fue arrojada hacia los cielos, mientras una intensa luz destellante atravesó el cielo antes de desaparecer en las aguas, en dantescas llamas saltarinas.

 

Horus no se dio cuenta de ninguna de estas convulsiones de la tierra, pues estaba inconsciente.


Durante ese día —día que aparentemente nunca llegaba a su fin (27 de julio)—, el destino de Aha-Men-Ptah quedó sellado. En el extremo meridional del continente que se hundía, flotaban los Mandjits considerados como imposibles de hundirse y ahora había llegado el momento de probar su reputación. En Occidente, el cielo aún brillaba con un color púrpura, a causa de los acontecimientos producidos por el cataclismo.

 

Pero ¿en verdad era el Oeste? Se avecinaba una tormenta, en tanto olas de varios metros de altura se estrellaban contra los Mandjits.

 

El agua entraba por los huecos de las embarcaciones haciendo difícil que estas se mantuvieran derechas. Luego de un período relativamente tranquilo, la violencia volvió a desatarse. Esta vez fue un ciclón y algunos de los barcos de papiro se hicieron trizas. En estas enormes masas de agua, los capitanes sobrevivientes de los barcos trataron de luchar contra el terror de la naturaleza.

 

Aún no habían sobrepasado el límite de lo imposible. En el cielo púrpura que ahora estaba tranquilo, de repente vieron salir el Sol con movimientos abruptos y lo observaron con angustia. Se aferraron a las barandas de los barcos para cerciorarse de que todavía estaban a bordo. Unos minutos más tarde, el Sol volvió a desaparecer y sobrevino la noche. Para su asombro, las estrellas también adoptaron ese ritmo rápido; luego la Luna apareció y se movió con tal velocidad por el cielo que parecía que iba a chocar con la flota. La noche entera sobrevino en menos de una hora.

 

Nadie sabía qué estaba sucediendo, nadie podía decir si este día sería seguido por otro o no. El horizonte se mantuvo color carmín, con una claridad sobrenatural, fantasmal y enigmática.

 

Todos pensaban que su final había llegado, como así también había llegado el fin del mundo, por obra de titánicos terremotos.

Figura 10.
Esta es una de las ilustraciones fundamentales, escritas en las paredes de los templos egipcios.
Muestra el escape de Osiris, Horus e Isis. A la izquierda está la inundación y a la derecha, los
Mandjits casi destruidos. En el medio la reina Nut. Ella los protege.
 

Todo se había ido, excepto la bruma.


En el horizonte la calma reinaba otra vez. Un chorro de piedras incandescentes fue arrojado en la lejanía y el mar turbulento se encendió. Mientras caía una lluvia de fuego, los sobrevivientes se dieron cuenta de que habían presenciado las últimas convulsiones de Aha-Men-Ptah.

 

Para muchas personas era demasiado duro de creer, pues por generaciones y generaciones su tierra había sido el centro del mundo y ahora se caía a pedazos, mezclándose con las aguas que se elevaban, abandonándolos. Los que tenían buena vista pudieron ver a través de una niebla púrpura que las últimas montañas habían desaparecido bajo las aguas.

 

¡Nada había quedado! ¡Nada!


Este hundimiento elevó el nivel de las aguas. Una ola gigantesca, de doce metros de altura y varios kilómetros de ancho se aproximó envolvente hacia ellos, destruyéndolo todo a su paso. Cientos de personas fueron arrojadas al mar pero, afortunadamente, muchos se habían atado a los mástiles, con las sogas que colgaban de las velas. Isis y Horus estaban atados sujetos en su barco perdido, igual que Nepthys y Nut y sus compañeros.

 

¡Y Seth también! Él se las había ingeniado para escapar y ahora buscaba a los "Hijos de la Rebelión".


Mientras tanto, Horus empezó a diseñar estrategias tratando de olvidar su insoportable dolor. No iría a salvarse permaneciendo en su barco; a fin de sobrevivir, debía elegir un lugar de destino donde pudiera desembarcar sin peligro. Se preguntaba cómo podría suceder todo esto. Del "Maestro de las Combinaciones Matemáticas Celestiales" había aprendido que la Tierra era una esfera, igual que la Luna y el Sol. La observación, seguida por minuciosos cálculos de figuras geométricas formadas por los planetas y los cuerpos celestiales, habían revelado una única ley universal, la cual condujo a este gran cataclismo.

 

Pero la Tierra iba a seguir existiendo, aunque fuera .destruida en su mayor parte por los acontecimientos. Esto era algo esperanzados.

 

De repente, Horus se dio cuenta de que los Mandjits no se mantendrían a flote. Habían sido tratados con betún y este ya se estaba derritiendo a causa del calor. Pronto comenzarían a tener filtraciones y desaparecerían en las profundidades. Después de este descubrimiento, volvió a dormirse y llenarse de sueños. Se preguntaba por qué los sacerdotes apuntaban a la falta de creencia como la causa principal del cataclismo.

 

¿Acaso su Creador no sentía ninguna piedad por ellos? Él tendría que empezar todo de nuevo para poder comprenderlo. Un grito de su madre lo devolvió a la realidad.

 

Abrió el ojo que le quedaba, que por cierto tenía severas heridas, y a través de la bruma preguntó:

"¿Hay algún problema con los Mandjits, madre?"
"No, es el día, el cual aparentemente está comenzando por el lado correcto".
"¿Por el lado correcto? ¡Eso es imposible! Eso sería posible sólo si estuviéramos en la dirección equivocada".
"Por cierto que es el Este, Horus, porque hay tierra visible en el Oeste".

El nuevo acertijo dejó a Horus perplejo; ya era hora de encontrar una solución para todos estos acontecimientos apocalípticos. Un clamor angustioso provenía de todos los barcos cuando vieron este inexplicable movimiento del Sol. Todos estaban aterrorizados. Pero el día transcurrió con el Sol del lado equivocado, sin que nada sucediera y la paz fue restituida. Isis se cambió la ropa y fue reconocida por su pueblo.

 

Cuando estuvieron cerca, ella habló con voz estentórea:

"Les hablo a todos, si están dispuestos a vivir en paz con Dios, quien los creó a su imagen, entonces una segunda patria los aguarda: Ath-Ka-Ptah. Allí, los rayos de un segundo Sol se encargarán de nuestra resurrección".

En otro barco, Nepthys pensaba. En la proa se encontraba el cuerpo de su querido hermano, envuelto a salvo en el cuero del toro. De repente ella "vio" ¡a una persona muerta!, algo que no tenía cómo explicar...


Entonces se llenó de regocijo; comprendió que un milagro se había producido. Frente a ella, Osiris apareció en el cielo estrellado. ¡Él, que había nacido como un Dios y asociado con esta constelación, renacía en el cielo! Su Padre, para hacerles saber de su omnipresencia en toda circunstancia, ¡le dio vida otra vez a su Hijo!


Nepthys no sabía por qué, pero de pronto se sintió llena de confianza en sí misma.

 

Aquí la historia de los muertos de la Atlántida llega a su fin. Todos los hechos estarían entretejidos más adelante en la religión egipcia.


La constelación de Orion —nombre con el cual Osiris fue designado—, hallará su imagen en la Tierra en las tres pirámides de Giza. El hecho de que Orion (Osiris) volvió a "despertar" en el cielo estrellado, se convertirá en la fuerza conductora que sustenta la religión estelar egipcia.

 

Todos los posteriores faraones que fueron sucesores quisieron "renacer" en la bóveda de estrellas, como lo había hecho su ilustre predecesor.

Figura 11.
Osiris, Amo de las Dos Tierras: Aha-Men-Ptah y Ath-Ka-Ptah.

 

Por eso, las pirámides están construidas a semejanza de las estrellas; la culminación del ciclo real de nacer de nuevo. En esencia, una religión basada en estrellas se generó a partir de la creencia de que los reyes muertos se convertirían en almas estelares. ¡Esta religión iba a durar más de 9.000 años!


Los faraones se consideraron a sí mismos como los seguidores de Horus reencarnado, el Viviente. Cuando murieran, renacerían a fin de poder elevarse a las estrellas. Todos los funerales tuvieron lugar en la margen occidental del Nilo, donde la comarca de las pirámides simbolizaba el área que rodeaba a Orion en las "orillas" de la Vía Láctea.

 

El traslado de los cuerpos muertos a la orilla opuesta del Nilo era un simbólico pasaje ritual del alma hacia el otro lado del Nilo celestial (la Vía Láctea), donde se encontraba el paraíso celestial y donde Osiris empuñó el cetro. Ahora todos pueden comprender por qué: Orion (Osiris) fue el primer rey-Dios que resucitó, ¡por eso el monumento erigido en su nombre es la mayor obra "arqueo-astronómica" de la resurrección que jamás haya existido!


Los puntos cardinales en esta brújula eran importantes en este ritual, pues el Sur marcaba el comienzo del ciclo, el Oeste el inicio de la muerte simbólica en el momento en que la estrella desaparecía en el horizonte; el Este simbolizaba el renacimiento de la estrella.

 

Todo esto es una reminiscencia de los acontecimientos del día del "Gran Cataclismo". Aparte de eso, hay centenares de cosas que podrían simbolizar la religión y los hechos interconectados. Por ejemplo, en Heracleópolis, se ofrendaba un toro por día para que tomaran su cuero; en el templo de Dendera, el cuero del toro simbolizaba la mayor santidad. El ojo perdido de Horus puede hallarse en el pecho de todos los faraones, etc.

 

En Egipto, también es posible encontrar "arcas" de la Atlántida.

 



LOS MANDJITS DE LA ATLÁNTIDA

Del capítulo anterior sabemos que los sobrevivientes de la catástrofe tuvieron que agradecer por sus vidas a los Mandjits, que tenían fama de permanecer siempre a flote.

 

Naturalmente, sus descendientes iban a incluir este gozoso suceso en su religión. El descubrimiento de embarcaciones en medio del desierto, sólo representó una fuente de problemas insuperables e inexplicables para los egiptólogos. En mayo de 1954, el arqueólogo Kamal-el-Mallakh halló un pozo en el lado sur de la Gran Pirámide, de 31,5 metros de largo y 23,5 metros de profundidad. Dos metros debajo de eso, encontró bloques de piedra caliza, algunos de los cuales pesaban más de quince toneladas.

 

Debajo de este techo de piedra se encontró un bote de cedro, desarmado. Tardaron catorce años en reconstruirlo, pero el resultado valió la pena, pues resultó ser una nave de 43 metros de longitud, del mismo tamaño que tenían las que eran usadas por los vikingos para cruzar el Atlántico. El hallazgo provocó muchos interrogantes entre los egiptólogos. Si este barco había sido construido por armadores que tenían conocimiento de navegación en el mar abierto, entonces ¿quiénes eran ellos?

 

Según la historia ortodoxa, los egipcios fueron nómadas durante algunos siglos antes de la construcción. ¿Dónde habrían podido adquirir los conocimientos en el desierto para construir embarcaciones para navegar en el mar?

 

Por cierto, podría decirse que los faraones sólo los usaban en los rituales, pero aun así, ¿de dónde obtuvieron el diseño?

 

Preguntas, preguntas y más preguntas. Por supuesto, ya sabemos que la única respuesta lógica es que provenía de sus antepasados, los cuales usaron embarcaciones similares para escapar de su país. En 1991 el misterio fue aun mayor para los egiptólogos. En Abydos existe uno de los edificios más antiguos de Egipto, el Osireion. Según el profesor Naville, quien descubrió la estructura en 1914, este enorme edificio fue un gran depósito de agua que se llenaba cuando subía el río Nilo.

 

El templo cercano de Seti estaba dedicado a Osiris.

Figura 12

Oroníeus Finaeus, mapa de la Antártida, Oronteus Finaeus de la Antártida.
 

Los textos de la pirámide dicen lo siguiente sobre el tema:

"Tú has muerto, pero vivirás de nuevo. Ve al lago y sigue por el canal a Abydos".

Una vez más, vemos aquí la conexión con los acontecimientos que habían sucedido casi doce mil años antes. Osiris (Orion) se encontraba en una bahía y fue transportado por el mar. Luego, él "despertó" en el cielo.

 

Si echamos una cuidadosa mirada al mapa estelar, veremos que la Vía Láctea se encuentra situada próxima a la constelación de Orion. En Egipto se asociaba al Nilo con la Vía Láctea (o el mar de estrellas), por lo tanto, la historia es correcta en todos sus detalles. Una reconstrucción de estos datos nos ofrece la siguiente historia. Orion, que está en la pirámide, debe ir al lago y desde allí, al Nilo en dirección a Abydos.

 

Naturalmente, esto sólo puede hacerse por barco. Y ¿qué encontramos a un kilómetros hacia el Noroeste de Osireion? Exactamente doce grandes barcos. ¿Por qué doce? Es probable que haya una conexión con el zodíaco.

 

En la publicación The Guardian, del 21 de diciembre de 1991, leemos lo siguiente al respecto:

"Una flota de barcos reales de hace cinco mil años fue hallada a 31 kilómetros del Nilo. Los expertos dicen que los barcos, que pueden variar en longitud de 15 a 18 metros, son los primeros barcos reales de Egipto y los más antiguos que se hayan encontrado".

Ocultas en sus sepulturas de ladrillos, las embarcaciones probablemente fueron colocadas primero sobre la arena del desierto. La capa de tiza blanca alrededor de los sepulcros permitía que, bajo el Sol, se advirtiera su brillo desde lejos. Los investigadores también convinieron en que los barcos pudieron soportar las peores condiciones climáticas en el mar.

 

Sin embargo, eran 500 años más antiguos que el barco de la pirámide. Otro sorprendente misterio fue que los mismos barcos se hallan representados en pinturas murales que son 1.500 años más antiguas. Los egiptólogos aún no logran resolverlo. Pero nosotros sí que lo sabemos, pues los atlantes eran una nación con muchas habilidades como navegantes que hasta trazaron un mapa perfecto de la Tierra. Sabían todo acerca del movimiento de las estrellas y los planetas, y este conocimiento era necesario para que sus marineros pudieran navegar hacia otros países.

 

En su libro The Path of the Pole [La senda del Polo], el profesor Charles Hapgood escribe:

Todo investigador serio debe conseguir un gran mapa moderno de la Antártida, ya sea el que produjo National Geographic Society o el que preparó American Geographic Sociely, que es más elaborado y más moderno. En ese gran mapa debe seguir la costa, comparándola con el mapa de Oronteus Finaeus y esta tabla.

 

Estoy seguro de que llegará a la conclusión de que la concordancia entre los mapas antiguos y modernos está completamente más allá de toda probabilidad de coincidencia. Como un comentario final sobre esta extraordinaria evidencia, diré que aunque está comprobado que este mapa ya existía en 1531, no hubiera sido posible dibujar uno con semejante precisión en los tiempos modernos, hasta la invención del cronógrafo en el reino de Jorge III, alrededor del año 1780.

 

Este instrumento primero hizo posible la determinación exacta de la longitud. Conclusión: el mapa es una evidencia de una adelantada civilización perdida.

Con este conocimiento y gracias a los Mandjits, los atlantes pudieron escapar al cataclismo; a ellos les deben sus vidas. Por eso el éxodo a través del mar seguía repercutiendo miles de años más tarde. A causa de esto, mucho después se construyeron enormes barcos de piedra y con las mismas exactas proporciones; algunos fueron descubiertos en Abusir y Saqqara, en el camino a Giza, con sus proas apuntando hacia el Oeste.


El barco en Abusir mide cerca de 30 metros y es un verdadero monumento.

 

El nombre que había sido cincelado en él en jeroglíficos es lo suficientemente claro:

"Padre de Osiris". En otras palabras, ¡Dios! Este Mandjit fue construido por orden de Ni-Osiris-Ra, faraón de la quinta dinastía, cuyo nombre significa, "Descendiente de Osiris y del Sol".

La orientación del barco es Oeste-Este, con la proa apuntando hacia el Oeste, donde el Sol actualmente "está tranquilo". La amarra, al igual que sus otras partes, habían desaparecido, pero el barco conservaba su excelente estructura. El notable casco de la embarcación, capaz de soportar los mares más bravios, muestra una ingeniosa disposición de líneas, igual que los Mandjits de papiro.


El barco de piedra de Abusir. por lo tanto, es tan importante como los de madera. Entonces, desde aquí hago un llamado urgente a los egiptólogos para que se ocupen del alto valor simbólico de todos estos barcos.


Cuando uno tiene una de estas embarcaciones delante de sí y conoce la historia del éxodo, entonces soñar despierto es casi inevitable. El inolvidable espectáculo de los miles de Mandjits dirigiéndose al mar durante el cataclismo, pronto aparecerá en su mente. Sin estos navíos, Egipto nunca hubiera existido como lo conocemos hoy. Sin ellos, Isis, Horus, Nepthys, el sumo sacerdote y su familia e innumerables personas, no hubieran podido escapar. Dado que la civilización actual se basa completamente en la egipcia, sólo seríamos una cultura primitiva, ni siquiera cercana a la presente.


Sólo quiero dejar aclarado lo importantes que estos Mandjits fueron. Su existencia hizo posible que se nos revelaran los secretos de la Atlántida, siendo primordial en esto, el hecho de que los sacerdotes pudieron predecir el día del cataclismo con ayuda de las "Combinaciones Matemáticas Celestiales".

 

Este día se está acercando a pasos agigantados.

Figura 13.
Réplica de un pequeño Mandjit.

 

Como sucedió antes, tendremos que construir una flota de modernos Mandjits para sobrevivir a la catástrofe. La conciencia de esto hará despertar a los egiptólogos, confiriendo a dichas embarcaciones su merecido lugar en la historia.

 

De hecho, todos los historiadores deberían proceder así. Después de todo, yo inicié y terminé el primer capítulo, señalando que justo a posteriori del último derrumbe —en el cual la Atlántida se destruyó—, la agricultura apareció en diversas llanuras elevadas, en el mundo.

 

El botánico ruso Nikolai Vavilov se ha dedicado a un profundo estudio sobre esto, habiendo ubicado ocho centros agrarios diferentes, donde se usaron los mismos semilleros.

 

La pregunta que yo formulé (¿cómo hicieron los atlantes para escapar con las semillas, si su país fue destruido en un día?), aquí está resuelta definitivamente: ellos sabían de antemano que esto iba a suceder, entonces construyeron barcos y se encargaron de repoblar el mundo. Por esa razón hay tantas personas en esta tierra en la actualidad y estamos enfrentando el mayor cataclismo de todos los tiempos.

 

Aún queda la pregunta última y esencial: ¿cómo hicieron para saber que esto sucedería?

 

Y esto nos conduce a la próxima sección.

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