7 - UN REPASO A LA FÍSICA

Antes de que llegara Isaac Newton y empezara a codificar la primera fase de lo que conocemos como física moderna, el mundo era un lugar muy diferente. La alquimia estaba a la orden del día cuando se trataba de aprender acerca de los secretos del universo. La alquimia se ocupaba de la naturaleza cualitativa de la materia, no de la cuantitativa. Ello significa que estaba dividida en los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. Esta disciplina abarcaba también las simpatías o correspondencias entre objetos materiales y otras fuerzas. En todos los sentidos de la palabra, era el estudio de la magia.


Los libros de texto corrientes sobre la historia de la ciencia a veces describen la alquimia como una disciplina basada en observaciones pueriles e ingenuas, pero que abrió el camino para las investigaciones que desembocarían en la ciencia actual. Casi siempre se describe la alquimia de una manera ridícula. También dicen que su objetivo era la transmutación de los metales en oro. Aunque esta afirmación contiene cierta verdad, se presta a malentendidos. La alquimia, en su forma más elevada, se ocupaba de la transmutación de la conciencia. Los objetos físicos eran considerados una manifestación de la conciencia y no se los veía como objetos independientes u objetos por derecho propio. Naturalmente, si uno podía cambiar la conciencia y se hacía experto en ello, también podía cambiar el metal en oro.


En otras palabras, alquimia es otra forma de decir metafísica. Ambas palabras tienen sus propias connotaciones específicas, pero ambas están relacionadas con la idea de fuerzas que son superiores al mundo físico común.
 

Fue de estos fundamentos de donde surgió la física moderna. si examina algunos de los antiguos textos alquímicos descubrirá que estaban escritos en clave. Dicho de otra manera: un historiador moderno que investigara el tema no tendría ni idea. Los verdaderos secretos de la alquimia estaban reservados para las sociedades secretas de la época.


La ciencia moderna recibió su primer gran estímulo cuando Isaac Newton descubrió y formuló las leyes de la gravedad y del movimiento. Estas leyes siguen estando vigentes en su mayor parte ya que resultan de innegable utilidad práctica. Si estudia su carrera completa, verá que Newton fue un hombre brillante y que su obra fue asombrosa. El decía estar inspirado por una fuente superior. El principal defecto de su obra fue que consideraba que los objetos son inertes. Para usos prácticos, su idea funcionaba. Las leyes de Newton funcionaban y ayudaron a establecer la era de la mecánica.


El siguiente acontecimiento importante en la historia de la ciencia ocurrió en 1887 con el famoso experimento Michaelson-Morely. Este experimento fue considerado un importante y sorprendente fracaso, que hizo temblar a la comunidad científica y cuyos efectos siguen estando presentes entre nosotros. Albert Michaelson, catedrático de física, y Edward Morley, catedrático de química, intentaron demostrar la existencia de una sustancia llamada «éter» que se creía que llenaba todo el espacio y también que servía como el elemento de soporte sobre el cual viajaban las ondas de luz. Prácticamente todos los científicos de la época creían en el concepto del éter.


Era como una especie de campo unificado, aunque en realidad no se podía llamar así porque existían demasiadas incógnitas en la física popular de entonces.


El concepto del éter tiene su origen entre los antiguos alquimistas. Ellos concebían un medio que abarcaba la totalidad de las existencias. Para ellos, el éter era ilimitado y servía no sólo al espacio normal sino también a los aspectos sutiles y espirituales de la existencia. Constituía el mismísimo tejido de la propia existencia Cuando la influencia de la física newtoniana empezó a hacer hincapié en temas estrictamente físicos, se perdieron los aspectos más nobles del éter. A medida que la física iba avanzando, el concepto del éter fue utilizado para describir el medio a través del cual se trasladaban la luz y las ondas electromagnéticas. La lógica empleada era que si el sonido forma ondas en el aire y que si el movimiento causa ondas u olas en el agua, entonces la luz debería consistir en ondas que se desplazaban por un medio similar. Además, si existía ese éter, era fácil aceptar que la luz se vería frenada en su avance al chocar contra un «viento» del éter. Así pues, el éter podía ser medido y demostrada su existencia.


Michaelson y Morley decidieron demostrar que el éter existía emitiendo dos rayos de luz desde una única fuente y midiendo la diferencia entre el tiempo que tardaban los dos rayos en regresar a la fuente original. Lo hicieron con espejos, de manera tal que representaban un rayo que se movía con la órbita terrestre, mientras que el otro lo hacía en dirección contraria. La teoría de la época era que la Tierra orbita siguiendo un «viento» (el viento del éter) o momentum. Michaelson y Morley descubrieron, ante su sorpresa y consternación, que los dos rayos de luz regresaban a la fuente en períodos de tiempo idénticos. Eso significaba que el éter no tenía signos visibles de certidumbre. ¡No existía! Las noticias de este experimento hicieron tambalear el mundo científico de la época y a efectos prácticos la idea del éter fue abandonada, y con el tiempo ridiculizada y menospreciada con un gran desdén.


Naturalmente, toda esta suposición estaba basada en la creencia de que el éter era una fuerza medible. Fue descartada sólo por el hecho de no ser medible, ya que los científicos abandonan rápidamente todo aquello que no pueden medir. De hecho, el experimento no demostró que realmente no existiera el éter. Solamente puso de manifiesto que no habían encontrado nada que encajara con sus ideas preconcebidas.


Es posible que muchos de ustedes, lectores, nunca oyeran hablar del experimento Michaelson-Morley, pero cualquier científico lo conoce muy bien. Lo que es significativo acerca del mismo es que uno de los mayores eventos de relaciones públicas de la historia de la ciencia moderna y ha sido reconocido como un importante avance. Alteró totalmente la dirección del pensamiento científico y al mismo tiempo hizo descartar la idea del éter. Asimismo, por lo que se refiere al inconsciente colectivo, sirvió también para soterrar la ida del éter de los alquimistas.


Lo que resulta especialmente interesante del experimento Michaelson-Morley es que los avances científicos generalmente dan como resultado tremendos descubrimientos y soluciones a todo tipo de problemas. Es difícil pensar en algún avance tecnológico deriva do directamente de este experimento. Incluso Albert Einstein, que fue la siguiente celebridad científica en entrar en escena y dejar huella propia, dijo que no había tenido ningún impacto significativo en su obra. Antes de pasar a examinarla, daremos primero una ojeada a algunos aspectos interesantes de su historia personal que generalmente no han sido tenidos en cuenta.
 

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8 - LA HISTORIA DE EINSTEIN

Albert Einstein fue una figura bien curiosa. Reconocido como una de las mentes más brillantes de la historia, era conocido por no saber encontrar su propia casa en Princeton. Durante su estancia en el CalTech, dependía habitualmente de los demás para que le indicaran cómo llegar a su lugar de trabajo. Se cuenta incluso que un día se cayó por un boca de acceso mientras caminaba por una acera. Antes de examinar sus contribuciones a la ciencia, ofreceremos primero un relato histórico de algunos puntos clave de su vida que no se suelen mencionar con frecuencia.


En la mente del público en general, Albert Einstein es sin duda alguna la figura más famosa de la historia de la física. La mayoría de personas no saben que estudió en Zurich con un tal Hermann Minkowski, que enseñaba la teoría de los campos unificados. Muchos libros de física mencionan a Minkowski como el maestro de Einstein e incluso le atribuyen un papel central en las ideas de su discípulo, pero en general se infravalora siempre su importancia.


La información de que Minkowski enseñaba la teoría de los campos unificados la obtuvo Peter Moon gracias al doctor Jean Keatig, un médico de Delaware. Según éste, Einstein fue enviado a la Escuela Politécnica Federal Suiza (conocida ahora como la Eidge nösiche Technische Hochschule, o ETH) por el consorcio bancario de los Rothschild.


Cuando Einstein suspendió el examen de admisión, Rothschild tocó algunas teclas para que fuera admitido. En la Pagina 35 del libro de Einstein, His Life and Times (Einstein, su vida y su época), de R. w. Clark, Minkowski describe a Einstein como un «va que «nunca se preocupaba lo más mínimo por las matemáticas».


Cuando Einstein se graduó en el año 1900, encontró un empleo en la Oficina de Patentes Suiza en Berna. Fue durante ese tiempo que elaboró su primera teoría científica importante. Aunque algunas personas opinan que era un empleo dudoso para alguien de su talento, podemos ver cómo se va formando una pauta. Einstein es patrocinado por unos intereses creados (los Rothschild); consigue un empleo en una oficina de patentes y logra tener acceso a los más vanguardistas descubrimientos científicos de la época. Entonces elabora teorías que son aclamadas por la prensa con elogios que ningún otro físico había recibido hasta entonces, ni después. Naturalmente, los Rothschild controlaban la prensa.


No estamos diciendo que Einstein no estuviera en lo correcto, pero existe una pauta sospechosa en la forma en que la física ha sido ofrecida al público en general. Einstein fue alabado en cada uno de los pasos de su trayectoria. Aunque sus descubrimientos dejan el mundo de la física abierto de par en par, sus ideas fueron presentadas de manera tal que reforzaran nuestras limitaciones. De nuevo nos vemos forzados a considerar el impacto que Einstein ejerce sobre la tecnología m undial. El tema más inmediato fue el de la bomba atómica, y varios años más tarde llegaría la energía nuclear. Se trata, como mínimo, de un campo polémico.


En realidad fue John von Neumann quien aportó los detalles fundamentales del proyecto sobre la bomba atómica, pero fue el res paldo de esa idea por parte de Einstein (algo que más tarde lamentó) y la carta a Roosevelt, lo que finalmente convenció al presidente de que era factible. Las teorías de Einstein ayudaron a abrir el camino del programa espacial estadounidense, y a veces se le otorga el mérito de ponerlo en marcha. Aunque se ha obtenido una enorme cantidad de tecnología a partir de ese programa, el impacto que Einstein ejerció sobre el mismo fue prácticamente nulo. Básicamente fue un mago llamado Jack Parsons (que creía en los principios de la alquimia) el responsable del desarrollo del cohete de combustible sólido y del consiguiente éxito en enviar a seres humanos al espacio exterior. Existe una considerable ironía en todo ello. A Einstein se le describe como un amable filántropo, mientras que Parsons ha recaído la etiqueta de adorador satánico.


El hecho de que Einstein tuviera dificultades para encontrar camino a unos lugares familiares no es única evidencia que sugiere que estaba programado. Hay una mención muy interesante sobre Einstein en el libro The Wind and Beyond (El viento y más allá), la autobiografía de Theodore Von Karman. Amigo de John von Neuman (ambos eran húngaros), Von Karm fue cofundador del Jet Propulsion Laboratory junto con Jac Parsons, Frank Malina y Ed Foreman. Él era la figura paterna del grupo y estaba considerado como uno de los principales científicos de Estados Unidos. En su autobiografía, Von Karman empieza el capítulo 33 con una afirmación francamente enigmática. Comenta que entró en un sanatorio mental de Lake George, Nueva York, para pasar la convalecencia de una grave operación intestinal. ¿Desde cuándo tiene uno que pasar la convalecencia en un manicomio?


Von Karman menciona entonces que después de caer enfermo con un carcinoma, recibió la «orden» de acudir a una clínica priva da de la ciudad de Nueva York donde fue operado por un famoso cirujano alemán con el nombre de doctor Nissen. Cito de la página 267 de su libro:

«Él (Nissen) me dijo mas adelante que m e había salvado la vida, pero todo lo que yo pude ver es que después de la operación me quedé con una hernia. Le dije al doctor que si un mecánico de aviación hiciera una soldadura de metal parecida al empalme que él me había hecho en los intestinos, sería despedido. Pero el doctor Nissen carecía de sentido del humor. Le comentó a mi preocupada hermana que la conmoción de la operación me debía de haber afectado la mente. Mi único consuelo fue que, dos meses después, operó a Albert Einstein y también a él le provocó una hernia.»

Esta cita habla por si misma, pero existe un aspecto aún más extraño en esta historia. Aquellos de ustedes que hayan leído The Montauk Project y Montauk Revisited puede que recuerden el personaje que yo llamé doctor Rinehart. Él me había dicho que en realidad era John von Neumann y que formaba parte de un programa de protección y reubicación de testigos. Cuando se lo presenté a Peter Moon en septiembre de 1993, Peter se quedó impresionado por el hecho de que este hombre tuviera un bulto enorme entre las piernas, que según me comentaron era el resultado de una operación de hernia mal realizada. Ha vivido con ello durante doce asombrosos años.


Las evidencias circunstanciales mencionadas sugieren que estos hombres fueron programados o manipulados. Alguien ha llegado a sugerir que les fueron extraídos los testículos o parte de ellos en un intento de reproducir su esperma. La teoría de fondo es que era fac tible producir mentes brillantes mediante inseminación artificial, Que se tratara de un doctor alemán solo suma puntos a la intriga.


Aunque pueda sonar sorprendente, no tenemos ninguna intención de arruinar ninguno de los descubrimientos y teoremas de Einstein. Pero hay que destacar que su obra se vio envuelta por un despliegue de medios de comunicación desde el mismo inicio de su carrera pública. La obra de Nikola Tesla fue mucho más notable y práctica en su naturaleza pero no se le dio, ni de lejos, el reconocimiento que se brindó a Albert Einstein.
Por lo que se refiere a la obra de Einstein, no contiene muchas cosas equivocadas en lo que dijo, pero sí existe una gran cantidad de cosas que no dijo. Se rumorea, desde los días del Experimento Filadelfia, que Einstein había completado la teoría de los campos unificados y que los militares la mantuvieron en secreto. El artículo de la revista Time de las páginas anteriores respalda esta teoría.


Esperamos que este breve repaso a la historia de Einstein permitirá a los lectores contemplar su obra bajo una nueva perspectiva. Seguiremos ahora con nuestro repaso de la física empezando por sus descubrimientos.

 


PRUEBAS DOCUMENTALES DEL TRABAJO DE EINSTEIN
SOBRE LOS CAMPOS UNIFICADOS


Durante una visita de investigación a la biblioteca pública tropecé con un interesante artículo. Antes de llegar al material que estaba buscando, observé una franja de color amarillo vivo en la cubierta de un libro, con «1943» escrito en letras negras. Se trataba de un resumen de artículos de la revista Time de 1943. Lo cogí y busqué noticias del mes de agosto de ese año, la supuesta fecha del Experimento Filadelfia. Para mi sorpresa, había un artículo sobre Albert Einstein y el Institute of Advanced Study, donde se supone que fue concebido el Experimento Filadelfia. Llevaba la fecha del 9 de agosto de 1943 y lo podrán encontrar en ese ejemplar de la revista Time.

 

El artículo se titulaba «Cocinar con agua» y decía lo siguiente: Princeton, Nueva Jersey, tiene una escuela cuyos profesores no se proponen enseñar a sus estudiantes un único y aislado hecho. Se trata del Institute for Advanced Study, fundado hace 10 años. Entre los 16 miembros de su plantilla se encuentra Albert Einstein. Sus 28 estudiantes llevan a cabo investigaciones de postgrado y son tan expertos en su campo que al parecer están al corriente de todos los hechos conocidos sobre el mismo. Todo lo que los profesores del instituto esperan hacer es ampliar y profundizar las perspectivas de sus alumnos con respecto a sus temas mediante enfoques conjuntos desde nuevos ángulos. Los estudiantes asisten a pocas conferencias formales, no pasan exámenes, no obtienen títulos.

»Sin embargo, la semana pasada muchos de ellos estaban trabajando intensivamente en el tipo de estudio abstruso que solía ser una especialidad europea. El propio Albert Einstein estaba ocupado intentando unificar ciertas teorías de fuerzas gravitatorias y eléctricas para resolver algunos complejos problemas físicomatemáticos para la Marina estadounidense. Su aureola de cabellos blancos está lacia por el calor del verano, un cordel sujeta sus baratos pantalones vaqueros. Y dice: “Aquí cocinamos con agua.” Un colega interpreta la frase: “No hacemos milagros.”

 

Un comentario sobre Einstein que circula por el Instituto: en una de sus pizarras llena de dificilísimas ecuaciones matemáticas, la mujer de la limpieza encontró la palabra “borrar.” En otra pizarra, señalada con “no borrar’, había escrita la fórmula 2+2 = 4.» los dados estaban echados. Lo que también resulta curioso de este artículo es que se describe a Einstein como llevando los pantalones sujetos por un cordel. Para aquellos de ustedes que recuerden al doctor Rinehart (el hombre mencionado en Montauk Revisited que Preston cree es John von Neumann), olvidé mencionar que también él llevaba sus baratos pantalones sujetos con una cuerda. ¿Acaso los científicos de los campos unificados tienen algún tabú secreto contra el uso de cinturones? ¿Quizá la combinación de metal y cuero afecta a sus procesos mentales? 0 mejor aún: ¿acaso el llevar cordeles les da una misteriosa energía kundalini?

 

Probablemente la misma naturaleza de sus procesos mentales hace que descuiden su aspecto personal. Pero deberíamos mencionar que tanto von Neumann como Einstein habían sido descritos anteriormente como vistiendo trajes y con un aspecto que seguía la moda de la época. Nos tenemos que preguntar seriamente si la evidente dejadez de su imagen está relacionada con algún tipo de programación.

El anterior artículo de Peter Moon está citado textualmente de la revista The Montauk Pulse, n° 6, Primavera de 1994.
 

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9 - LA VELOCIDAD DE LA LUZ

Tras el experimento Michaelson-Morley de 1887, la siguiente gran noticia que sacudió al mundo de la física fue la teoría de la relatividad de Einstein, que fue dada a conocer por primera vez en 1905.


En el capítulo 5 dije que la realidad generada dentro de una burbuja de realidad tiene que ser concebida para que sea relativista con nuestra realidad. En otras palabras, que los viajeros del interior de la burbuja irán más allá de la velocidad de la luz con referencia a nuestra realidad, pero no será así con respecto a su realidad (la del interior de la burbuja). Esto es quizá una simplificación excesiva, porque según la teoría de la relatividad de Einstein, nada puede viajar más rápido de 300.000 kilómetros por segundo (la velocidad de la luz). La teoría de Einstein postula el principio de que ningún tipo de energía, sea la que sea, se puede mover más rápidamente que c, la velocidad de la luz.

 

Por lo tanto, si los viajeros del interior de la burbuja de realidad de un platillo volante se movieran a una velocidad razonable dentro de su propia realidad, pero se estuvieran moviendo más rápido que la luz con respecto a nuestra realidad, tendría que existir alguna explicación para el hecho de que la energía, en nuestra realidad, no puede ir más rápido que c. Todo esto, naturalmente, plantea unas limitaciones con sus consiguientes problemas teóricos. Antes de seguir comentándolo, es conveniente que hagamos un breve repaso de algunos de los progresos clave de la historia de la física.


Cuando Einstein entró en escena y nos presentó la teoría de la relatividad dijo, que la velocidad de la luz es constante e independiente del movimiento de la fuente de luz. En otras palabras, no importa en qué punto de observación nos encontremos, la luz se desplaza a una velocidad constante.


Este es un postulado muy interesante. Lo que resulta incluso más interesante es lo que Einstein no dice. No nos dice nada sobre la velocidad de la luz después de que ésta atraviese un prisma. Si hacemos pasar una luz por un prisma, mostrará un espectro que descompone la luz en diferentes colores, con sus correspondientes diferentes velocidades. Las frecuencias inferiores tienen velocidades más rápidas, mientras que las superiores tienen velocidades más lentas. A primera vista podríamos pensar que la velocidad de la luz no es constante y que Einstein estaba equivocado.


Bueno, no exactamente. Si observamos el mundo que nos rodea, posiblemente volvamos a pensar que Einstein se equivocaba porque el mundo está lleno de diferentes y hermosos colores que se mueven a velocidades diferentes. La luz a la que Einstein se refiere en su teoría de la relatividad no es la misma que vemos en el mundo cotidiano. Él está hablando de la luz en un vacío absoluto. Si tuviéramos que medir cualquier forma específica de luz que nos encontramos en nuestros viajes, solamente podría aproximarse a la velocidad de la luz. Incluso el espacio exterior no es un vacío perfecto y la luz allí sólo podría acercarse de forma aproximada a la velocidad de la luz. En realidad, los laboratorios de vacío sirven mejor que el espacio exterior. Aunque estos laboratorios tampoco son, técnicamente hablando, de un vacío absoluto, sí se le acercan mucho. Todo esto nos dice que la luz de la que está hablando Einstein es algo de lo que no tenemos referencia en nuestra experiencia habitual. Los colores que vemos en nuestra vida cotidiana son una distorsión de la auténtica luz. La mayor parte de nuestra luz es emitida por el calor del Sol, que se ve distorsionado por nuestra atmósfera.


Aunque algunos científicos de la época sostuvieron que la luz consistía en ondas continuas, las siguientes investigaciones de Einstein le llevaron a creer que la luz consistía en una corriente continua de partículas que denominó fotones. Los científicos han debatido apasionadamente desde entonces si la luz consiste en ondas o en Partículas. Se trata de un campo de investigación fascinante y algunas personas incluso meditan sobre el punto exacto en que una se convierte en partícula, con consiguientes experiencias dentales.


En un vacío puro, los fotones se manifiestan como una onda de energía pura. No se manifiestan como partículas. Ésta es la luz pura tal como Einstein la definía en su teoría de la relatividad. Pero cuando se somete la luz a un campo magnético, ésta cambia y se descompone en partículas o fotones. En un estado así, ya no es c. En otras palabras ya no es la misma luz que se desplaza a velocidad constante.
 

En este sentido podemos decir que el magnetismo es un factor intrínseco de la creación de la materia, si no el primordial. También hay que destacar que todo lo que vemos en el mundo que nos rodea es luz magnetizada que en realidad es una distorsión de la luz pura (o c).
La idea de que la magnetización de la luz pura convierte este tipo de energía concreta en partículas es muy importante. La conclusión de este postulado es que si desmagnetizamos la luz, obtendremos luz pura, siempre y cuando estemos en un vacío.


Veamos a continuación qué sucedió durante el Experimento Filadelfia. En ese caso la Marina había colocado numerosos neutralizadores magnéticos alrededor del casco del barco. Estaban intentando desmagnetizar el casco para que el barco no chocara con minas submarinas (que estaban diseñadas para explotar cuando entraran en contacto con el campo magnético del casco metálico). Como también se había creado un campo solotón alrededor de la nave, éste hacía las veces de vacío o burbuja de realidad. Cuando el barco fue desmagnetizado, las partículas de materia se convirtieron en ondas y la nave desapareció. El consiguiente desconcierto que provocó ya es otra historia.


El principio general es que si desmagnetizamos la materia (algo que se puede conseguir con la utilización de neutralizadores, tal como se hizo en el Experimento Filadelfia y como he descrito con respecto al OVNI al que subí), la estamos convirtiendo en luz pura, en algo que no se puede experimentar en nuestra realidad cotidiana.


Es una energía pura y podría incluso considerarse como un reino aparte.


Una vez desmagnetizada la luz o la materia y que ésta se haya convertido en ondas puras, tiene que ser manipulada o controlada la frecuencia de alguna manera si se quiere utilizar. Aquí es donde entra en juego la frecuencia de 435 MHz. Como dijimos anteriormente, los 400-450 MHz son la banda en la que se mueve la conciencia humana. También es cierto que existe un pico sónico que emana de la Vía Láctea a 435 MHz (las estrellas emiten esta frecuencia). Todo lo que existe en nuestra realidad se cree que está basado en esta corriente oculta de realidad. En otras palabras, parece que los 435 MHz son la realidad de fondo de nuestro universo.4 Si desmagnetizamos la luz y la convertimos en ondas, podemos insertar en ella transmisiones que la recompondrán.


Si podemos proyectar la conciencia en el vacío que ha sido desmagnetizado, le habremos dado a la onda una orden de manifestación o programa que resultará en una materialización en algún momento determinado. Podemos imaginar varias maneras en las que ello sería factible. Por ejemplo, la luz de un vacío puro es desmagnetizada y existe en un vacío. Si a ese vacío le enviamos una transmisión a 435 MHz, crearemos una forma de pensamiento que recompondrá la luz en una realidad. El punto más importante es que éste es el principio general de cómo se puede llevar a cabo un viaje espacial, algo supuestamente imposible.
 

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10 - DISTORSIONES

Ahora que hemos examinado algunos de los postulados de Einstein bajo una nueva perspectiva, veamos lo que realmente dijo en su teoría de la relatividad (según la define el Webster’s New World Dictionary):

1. No existe el movimiento absoluto observable, sólo el movimiento relativo.
2. La velocidad de la luz es constante y no depende del movimiento de la fuente de emisión.
3. No se puede transmitir energía a una velocidad superior a la de la luz.
4. La masa de un cuerpo en movimiento es una función del contenido de energía y varía con la velocidad.
5. La materia y la energía son equivalentes.
6. El tiempo es relativo.
7. El espacio y el tiempo son interdependientes y forman un continuo tetradimensional.
8. La presencia de materia resulta en una «distorsión» del continuo espacio-tiempo, por lo que un cuerpo en movimiento que pase cerca describirá una curva, por el efecto conocido como gravitación, como queda demostrado por la deflexión de los rayos de luz que atraviesan un campo gravitatorio.

No existe duda alguna de que los 435 MHz no solamente tienen acceso la conciencia, sino que emanan de nuestra galaxia. Por desgracia, que yo sepa no existe información disponible sobre esta frecuencia. Sigue siendo un misterio y esperamos que alguno de los lectores pueda ofrecernos más datos. Es posible que la información de esta frecuencia sea uno de los secretos más bien guardados del universo. Si realmente es el telón de fondo de nuestra realidad, es muy posible que el conocimiento de esta información nos permitiera literalmente cambiar la realidad ante nuestros propios ojos. Las personas con for losan, de técnica deberían consultar la definición de «435 MHz» que damos en el glosario de este libro.

Einstein nos está diciendo que existe una cuarta dimensión que consiste en tiempo y espacio. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que, <<si la presencia de materia resulta en una distorsión del continuo espacio-tiempo», todo lo que existe en nuestro mundo es una distorsión de una realidad más básica (la cuarta dimensión) Esto no hace más que confirmar lo que he estado diciendo, peto como antes comenté, los medios de comunicación han rodeado siempre la mayor parte de su obra y la pueden haber tergiversado.


Si magnetizamos luz pura, ésta se doblará y distorsionará, es interesante destacar que la palabra imán o «magneto» deriva de la raíz magus, que significa mago o practicante de magia. Parece que las analogías y correspondencias alquímicas siempre están allí si nos molestamos en buscarlas. Nuestro universo tridimensional, tal como aparece ante nuestros ojos, es en realidad luz magnetizada.


En el capítulo anterior aceptamos que uno podía no solamente convertir la materia en energía, sino en una forma más elevada de energía de la que en realidad experimentamos en este universo: luz (luz desmagnetizada, para ser más exactos). Nos preocupábamos por el hecho de viajar a la velocidad de la luz o sobrepasarla. Para ello sería necesaria una distorsión de la realidad tal como la conocemos. De hecho, es la realidad tetradimensional la que tuvo que haber sido distorsionada para dar paso a nuestra condición actual.


A efectos prácticos, una distorsión significaría que los viajeros de la burbuja habrían pasado de una zona del universo a otra «haciendo trampa», porque la energía no se podría desplazar sin aparecer en algún otro lugar. O bien significaría que se abrió una distorsión (túnel o vórtice) que los viajeros de la burbuja atravesaron, y que no tuvo lugar ningún desplazamiento de energía. La definición de distorsionar es girar, doblar o desfigurar. Obviamente, uno tiene que girar o doblar el espacio para conseguirlo. Ya que el tiempo está intrínseca y matemáticamente conectado con el espacio, necesitamos distorsionar ambos. Para comprender cómo esto podría tener lugar, debemos continuar con nuestra revisión de la historia de la física.


A medida que la ciencia se fue desarrollando en las primer décadas del siglo xx, el descubrimiento por parte de Einstein de los fotones o partículas de luz ayudó a introducir un nuevo tema que ahora llamamos mecánica cuántica. Esta disciplina trata sobre los «quantum» en los que se dividen las partículas nucleares conocidas (protones, neutrones, electrones, etc.) Aunque Einstein nunca entró de lleno en este campo, muchos destacados científicos sí lo hicieron.


John von Neumann estaba en la vanguardia y una de sus afirmaciones resulta muy reveladora:

dijo que el mero volumen de ensayos matemáticos de la época hacía que fuera totalmente imposible leerlos y comprenderlos todos. Calculaba que lo máximo que se podía llegar a entender era un diez por ciento de lo que se publicaba. Obviamente, había más ciencia teórica en desarrollo de lo que una persona podía llegar a abarcar, fuera o no científico.

La mecánica cuántica es básicamente un campo teórico que intenta descubrir y explicar las partículas más diminutas de la existencia. Existen muchos que la aceptan y otros que no. Esos físicos que se llaman «puristas» cuando hablamos de física pura y dura muchas veces rechazan las teorías generales y específicas que se han concebido dentro del universo cuántico. Aunque algunas veces sus opiniones resultan válidas, gran parte de las críticas a la física cuántica provienen de aquellos que son dados a quejarse exageradamente por todo y que tienen ya formados sus propios programas.


El tema de la mecánica cuántica resulta de gran ayuda para intentar comprender qué es una distorsión, especialmente cuando hablamos de una de las minúsculas partículas de la física: el quark. Un quark es una partícula subatómica. En otras palabras, si dividimos un átomo en las partículas que lo componen, veremos que está hecho de quarks. Naturalmente, la moderna física cuántica ha dado todo tipo de nombres a las partículas que acompañan o componen los quarks, pero dar una explicación sobre ellas sería un tema demasiado complejo para un libro como el presente. Aquellos que estén interesados pueden consultar la literatura existente. Para nuestra exposición, lo que más nos interesa de un quark es que la observación experimental de estas partículas ha demostrado que no son estables con relación al tiempo.


Para decirlo más más claramente: l as partículas que componen nuestra realidad no son estables en nuestra realidad. Aparecen y después desaparecen. Si queremos definir a los quarks como ondas de energía con lo cual consideramos la partícula como la manifestación de una onda, eso es correcto. Pero esa onda de energía no es totalmente detectable en términos de fenómenos electromagnéticos normal en esta realidad. En cualquier caso, el quark, al igual que otras partículas subatómicas, pertenece a alguna otra realidad. Si no fuera así, aparecerían continuamente en nuestra realidad. Si el quark es una onda, entonces esa onda está emanando de otra realidad El portador no se encuentra en nuestra realidad (según las normes de medición actuales) sino que obviamente estaría formando un puente con nuestra realidad, porque lo podemos percibir parcialmente. El hecho de que pueda cruzar hasta nuestra realidad sugiere que se puede detectar. Simplemente no hemos descubierto todavía la manera exacta de hacerlo.


El quark está por tanto interactuando de forma demostrable con otra realidad, y lo hace de forma regular. He introducido la idea del quark para que el lector pueda comprender que existe un puente entre esta realidad y otra. Algunos teóricos se refieren a esas otras realidades como el caos.


Hablaremos de ese aspecto dentro de poco.


Cuando un OVNI se desplaza de un lugar a otro más allá de la velocidad de la luz, de manera que parece estar violando la teoría de la relatividad de Einstein, está distorsionando la realidad o penetrando en otra y después volviendo a entrar en ésta. Naturalmente, Einstein nunca dijo que no pudiéramos salir de nuestra realidad, y con ello sobrepasar la velocidad de la luz. Simplemente dijo que no se puede viajar a una velocidad mayor que la de la luz dentro de un marco de referencia concreto.


Cuando se crea una burbuja de realidad en el interior de un OVNI para proteger a las criaturas que lleva a bordo y mantener su realidad normal, el resto de la nave puede viajar a altas velocidades pero al final tendrá que crear una distorsión para salir de esta realidad si es que va a desplazarse a otro sistema estelar con una velocidad razonable. Lo hace cruzando a otra realidad y después regresando a ésta, algo bastante similar a lo que hace el quark.


Antes mencioné el caos, y esto es muy importante al hablar del tema OVNI. También lo es si tocamos la mecánica cuántica. A medida que esta disciplina se fue desarrollando, resultó obvio que no importa lo fascinantes que fueran las teorías, ninguna de ellas aportaba información a los científicos con la que pudieran predecir forma absoluta el comportamiento de las partículas subatómico. Podemos imaginar cómo la falta de predicción puede volver loco a un científico y es comprensible si consideramos que su profesión se basa en la predicción de resultados. En lugar de ello, la mecánica cuántica se fue desarrollando siguiendo las líneas de probabilidades en otras palabras, los físicos cuánticos predecirían el comportamiento en términos de probabilidades estadísticas basadas en la observación. Esto es como ver a un jugador de béisbol intentando alcanzar un bateo promedio. No importa cuál sea su promedio o las circunstancias que le rodean, el próximo golpe de bate es totalmente impredecible.


Einstein se alejó de los físicos cuánticos cuando dijo su famosa frase: «Dios no juega a los dados con el universo.» El, igual que muchos otros, creyó que la física cuántica solamente describía fenómenos que a la larga podrían ser predichos con una base real de causa y efecto. La mecánica cuántica, tal como se encontraba entonces, era sólo una ciencia incompleta que podía predecir probabilidades. Fue rechazada porque no era absolutamente precisa, más allá de la sombra de una duda.


Las probabilidades que los físicos cuánticos estaban investigando no hacían más que abrir la puerta a una disciplina que ponía muy nerviosos a los científicos tradicionales: ¡el caos! Con un poco de sentido del humor, podríamos decir que el caos es la «sombra» más allá de la duda. Desde entonces se ha desarrollado un campo totalmente nuevo llamado la Teoría del Caos, que intenta explorar y ordenar por categorías los fenómenos hasta ahora desconocidos. Por ejemplo, la materia aleatoria de la naturaleza se descompone en patrones que se repiten y que revelan formas de orden geométrico que antes ni se imaginaban. Independientemente de los avances que se realizan y de las simetrías y órdenes que se descubren, siempre se pueden encontrar más factores caóticos impredecibles tanto en la materia inerte como en la biológica. Esto también podría estar ligado con el factor radical de la evolución.


La teoría del caos nos dice que básicamente cualquier cosa que podarnos concebir existe o existirá. Es un concepto ilimitado de la existencia. Esto encaja perfectamente en nuestra época actual, donde todo tipo de fenómenos paranormales empezando a ser reconocidos. Parece adecuado decir que es como si OVNI estuvieran abriendo las puertas al caos.


La misma palabra caos ha adquirido una reputación algo siniestra, pero el concepto en general es mal comprendido. Esta concepción ya era conocida por los antiguos y en la literatura ocultista se le llama la mágica del «magia del caos». El autor Peter L.Carroll define el caos como la fuerza que da vida a todos los acontecimientos del cosmos. Dice que aunque algunos puedan referirse a este fenómeno como Dios o Tao, él prefiere llamarlo «Caos» porque este término está «virtualmente carente de significado y libre de todas las ideas pueriles y antropomórficas acerca de la religión». Obviamente, si uno pudiera dominar las fuerzas del caos, se podría decir que tendría poderes sobrenaturales. Éstos podrían ser los poderes del Cristo o de fuerzas más oscuras. Depende de la intención de quien los utiliza.


Como resumen de los últimos capítulos, hemos seguido la evo lución de la ciencia hasta el punto donde ésta intenta comprender la capacidad de predicción y la comprensión consiguiente de todo el universo. Donde termina la ciencia pura, nos encontramos con el vacío de la creación. Ello comprende lo extraño, lo increíble y lo fantástico. Y aunque he intentado esclarecer para todos la lógica científica de los OVNI, los fenómenos que los rodean no se pueden calificar de otra manera que de extraños.


Es con esta idea en la mente que presentamos la siguiente parte de este libro, donde aparecerán alienígenas, abducciones e implantes. Aunque estos temas generalmente son tildados de caóticos e insensatos por parte de los medios de comunicación y un segmento considerable de la población en general, es importante que sean ordenados por categorías, con tanta exactitud como sea posible. En cuanto a fenómenos, ya no se los puede seguir negando.
 

Empezaré por hablar de mis propias experiencias personales que culminaron con un encuentro en las Pléyades.
 

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11 - CONTACTO 

Crecí siendo algo enfermizo. Tenía alguna irregularidad física en la lengua que me impidió hablar hasta que tuve cinco años. Tan pronto como la descubrieron, mi médico me operó y empecé a hablar inmediatamente. De hecho, mi madre decía que era todo un charlatán.


Sabía hablar, pero no había tenido la posibilidad de hacerlo antes. A pesar de esta mejora, tenía frecuentes enfermedades y problemas. Estos culminaron a la edad de doce años cuando me desmayé dos veces debido a un soplo en el corazón.


Al entrar en la pubertad, las cosas no mejoraron. Tenía mucha menos coordinación a esa edad que un adolescente normal. Finalmente descubrimos que tenía un cierto tipo de dolencia neurológica, más popularmente conocida como parálisis cerebral. Esto significa que aunque era capaz de pensar y mantener la mente activa, las señales no llegaban correctamente a la estructura muscular y por esa razón parecía ser muy desmañado.


Para cuando llegué a los diecisiete años, estos problemas habían desaparecido de forma súbita y sin explicación alguna. Aunque ahora podía hacer físicamente todo lo que quería, mi anterior historial médico hizo que el facultativo de la familia me declarara inútil para el servicio militar. Es posible que ya se me estuviera eligiendo como futuro empleado del proyecto Montauk.


Aunque que sigue sin existir una explicación oficial para la recuperación de mi salud, posiblemente podría estar relacionada con algunos sueños años muy extraños que empecé a tener a la edad de dieciséis o diecisiete años . El más común era el de un perro grande con ojos azules, pelo rubio y un aspecto muy humano. Me llevaba con él y visitábamos distintos lugares. Más o menos por la misma época en que empecé a tener estos sueños, apareció de repente una voz en mi cabeza. No era demoníaca ni negativa, sino muy inteligente. Podía mantener conversaciones con ella.


Aunque mi salud había mejorado considerablemente, los sueños y la extraña voz hacían que me preguntara qué estaba ocurriendo. Tenía que considerar la posibilidad de que estuviera loco, ya que obviamente no se trataba de experiencias «normales» que la sociedad pudiera comprender. Como resultado, entré en la universidad y decidí hacerme psiquiatra. Después supe que la mayoría de estudiantes de psicología estudian la carrera para poderse entender a sí mismos. Yo encajaba plenamente dentro de esa categoría.


Al principio me preocupaba que pudiera estar sufriendo el síndrome de personalidad múltiple, pero pronto lo descarté. El conocimiento que había obtenido de mis experiencias era demasiado amplio para atribuirlo a otra identidad que acechaba desde el interior de mis circuitos mentales. Había alguna otra cosa, de un orden superior.


No pasó mucho tiempo antes de que me convirtiera en el centro de mi clase de hipnosis. Me hacían regresiones y me llevaban al momento de mis sueños. Mi profesor de hipnosis estaba convencido de que yo era sincero y que creía totalmente que gozaba de la confianza de «alienígenas» altos y rubios, de buena planta y de entre 2,10 y 2,25 metros de altura.


Otras regresiones revelaron que yo creía que estas criaturas eran muy amables y benevolentes. Les había preguntado si me iban a hacer daño y me habían dicho que no. Respondieron que yo debía de haber estado pensando en los Zetas (Grises) que llevan a cabo exámenes médicos que representan una intrusión para el cuerpo. Yo no recuerdo el nombre de este «dios», pero él me dijo que su raza no tenía necesidad alguna de inmiscuirse en lo físico. Me hizo poner de pie al lado de un poste mediante el cual podía realizar una lectura completa de mis condiciones médicas. En total pasé por ocho regresiones delante de toda la clase de hipnosis. Esto no deja de ser notable porque si en la actualidad alguien intenta hipnotizarme, no lo consigue.


Según estas regresiones, los pleyadianos depositaron en mí su confianza aproximadamente a la edad de quince años y me transportaron a su planeta para una rehabilitación médica y una educación más avanzada. Si estos encuentros se dieron en un estado onírico o en otra constelación, no lo sabría decir. Todo lo que sé es que después de tener estas experiencias, de repente pareció que dominaba por completo el arte de la electrónica. Mis padres inmediatamente se dieron cuenta y para ellos resulto muy enigmático.

 

También tenía una voz en la mente que me guiaba y me hablaba, y me decía dónde encontrar respuesta a las preguntas que surgían. Fuera lo que fuera lo que hubiera ocurrido en el universo objetivo, mi vida había cambiado drásticamente para bien. Había obtenido un conocimiento increíble y un cuerpo más sano de lo que jamás tuve. Incluso desaparecieron los efectos debilitadores de la parálisis cerebral.
 

Es importante recordar estos hechos al evaluar la verdad relativa de lo que los pleyadianos me enseñaron sobre ellos y su planeta.
 

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